El miedo al hombre blandengue vuelve a Silicon Valley
Si algo malo ha tra¨ªdo el patriarcado a los hombres es precisamente esto, la fachada de fortaleza, la incapacidad para conectar con nuestras emociones
En las ¨²ltimas semanas hemos sido testigos de una serie de cambios en el rumbo de EE UU y sus grandes tecnol¨®gicas que nos tienen a todos un poco desubicados. Uno de los m¨¢s inquietantes ha sido la eliminaci¨®n de los filtros que moderaban la difusi¨®n de mensajes de odio en plataformas como Facebook. Parece ser que, a partir de ahora, comentarios que califican a los musulmanes como ¡°perros callejeros¡±, por ejemplo, no tendr¨¢n ning¨²n tipo de penalizaci¨®n, algo inexplicable, considerando que fueron este tipo de mensajes en Facebook los que contribuyeron al genocidio de los rohiny¨¢s en Myanmar en 2017, entre otras masacres. La forma en la que los algoritmos nos polarizan tienen consecuencias reales en nuestro mundo.
Pero junto a estas medidas visibles, parece que se nos viene encima tambi¨¦n un cambio de paradigma cultural algo m¨¢s dif¨ªcil de percibir. Mark Zuckerberg, un muchacho aparentemente comedido hasta ahora, declar¨® recientemente que ser¨ªa deseable que la ¡°masculinidad¡± regresara a las empresas, y por si hab¨ªa alguna duda, mencion¨® literalmente la vuelta de la agresividad a las oficinas. Es profundamente preocupante que, en un contexto global ya bastante fr¨¢gil, un grupo de multimillonarios ande intentando desmantelar d¨¦cadas de avances sociales en este sentido. No hay nada malo en los valores tradicionalmente asociados a la masculinidad como el coraje o el honor, pero desde luego no hay nada de eso en la versi¨®n de masculinidad que encarnan figuras como Trump o Elon Musk, una mezcla de arrogancia y espect¨¢culo que esconde todo tipo de inseguridades. Si algo malo ha tra¨ªdo el patriarcado a los hombres es precisamente esto, la fachada de fortaleza, la incapacidad para conectar con nuestras emociones. No caigamos otra vez en esa trampa.
Hay muchas razones bien documentadas por las que este tipo de masculinidad no debe volver, pero la m¨¢s importante, es nuestra incapacidad como hombres para buscar ayuda. Mientras escrib¨ªa este texto me di cuenta de algo que probablemente os ocurra a todos; entre mis amistades conozco a seis mujeres que van al psic¨®logo para lidiar con la ansiedad o la depresi¨®n, pero, extra?amente, no conozco a un solo hombre entre mis amigos que vaya al psic¨®logo. Esto no se debe a que nosotros estemos mejor, sino a que nos han ense?ado que buscar ayuda es de d¨¦biles, simple y llanamente. Este es solo un s¨ªntoma de un problema sist¨¦mico mucho mayor que nos afecta de muchas maneras, desde la incapacidad para construir lazos sinceros con los dem¨¢s a la dificultad para abrirnos. Y no es ideolog¨ªa woke, son datos; seg¨²n el propio INE, de las 4.118 personas que se suicidaron en 2023 en Espa?a, 3.046 fueron hombres, un abrumador 74%. ?Es esta la masculinidad que Zuckerberg quiere recuperar?
Si EE UU quiere vivir en el pasado, que lo haga, pero los europeos debemos unirnos y demostrar que la verdadera fortaleza est¨¢ en la empat¨ªa, no la agresividad.