As¨ª ser¨¢ la pel¨ªcula que se estrenar¨¢ dentro de 100 a?os (y jam¨¢s ver¨¢s)
Su protagonista, John Malkovich, tendr¨¢ 162 a?os cuando se exhiba. Ni ¨¦l, ni el elenco, ni ninguno de los presentes podremos disfrutar de 100 Years ¨C The Movie You Will Never See
John Malkovich no podr¨¢ asistir al estreno de su pr¨®xima pel¨ªcula. Ni ¨¦l ni su compa?era de reparto, la actriz Shuya Chang. Tampoco estar¨¢ el director del filme, Robert Rodr¨ªguez; ni el resto del elenco. Es m¨¢s, ni usted ni yo podremos si quiera aspirar a verla en el cine del barrio o en la comodidad de nuestro sal¨®n. Jam¨¢s sabremos c¨®mo fue la calidad interpretativa del protagonista de Las amistades peligrosas ni tampoco si estuvo a la altura de las ¨®rdenes del director de El Mariachi. Suena tan desalentador como real: ninguno de nosotros viviremos para verla porque 100 Years ¨C The Movie You Will Never See (¡®100 a?os ¨C La pel¨ªcula que nunca ver¨¢s¡¯; el t¨ªtulo lo dice todo) se estrenar¨¢ en 2115. S¨ª, eso es el siglo XXII y no es un error de fechas de IMDB.
El filme se presentar¨¢ de forma oficial en el Festival de Cannes pero ser¨¢ la ¨²nica pel¨ªcula que no se llegar¨¢ a exhibir. La cinta, que imagina c¨®mo ser¨¢ la Tierra dentro de un siglo, permanecer¨¢ guardada hasta dentro de cien a?os en una caja de seguridad ideada por la marca francesa Fichet-Bauche, l¨ªder en la fabricaci¨®n de cajas fuertes. Cuando llegue el momento, el 18 de noviembre de 2115 para ser m¨¢s precisos, el cron¨®metro encargado de la cuenta atr¨¢s se parar¨¢ y el arca se abrir¨¢ autom¨¢ticamente. Su mecanismo hace que sea imposible destaparla antes del momento marcado, una premisa que subraya a¨²n m¨¢s lo emocionante y misterioso de la idea. ?Qu¨¦ tiene de especial este filme para que no lo podamos ver? ?Se reir¨¢n nuestros nietos de los efectos especiales creados en 2016? ?Se llevar¨¢ la Palma de Oro p¨®stuma? ?Se seguir¨¢ celebrando Cannes dentro de un siglo?
Resulta que el argumento de la pel¨ªcula se presta a las mil maravillas a formar parte de esta suerte de c¨¢psula del tiempo del s¨¦ptimo arte. Seg¨²n el propio Malkovich, el film es una ?visualizaci¨®n cinematogr¨¢fica de c¨®mo puede ser el mundo dentro de un siglo?. A pesar de que faltan muchas d¨¦cadas para poder ver la cinta, ya existe un tr¨¢iler disponible y se han realizado tres avances que arrancan con el mismo di¨¢logo inicial pero presentan futuros diferentes. En uno la naturaleza reina en el mundo del ma?ana. En otro los robots controlan la Tierra al estilo de las pel¨ªculas de ciencia ficci¨®n que ya intentaron predecir el devenir de la humanidad hace unas d¨¦cadas. Y en el tercero es la tecnolog¨ªa la que monopoliza el entorno (casi como ahora pero elevado a la m¨¢xima potencia). Una reflexi¨®n que invita al p¨²blico a imaginar un futuro que no llegar¨¢ a vislumbrar y que ha captado la atenci¨®n de la prensa especializada, robando protagonismo a cintas como Julieta de Pedro Almod¨®var, Caf¨¦ Society de Woody Allen o la ¨²ltima de Winding Refn, The Neon Demon; todas con posibilidades reales de alzarse con la Palma de Oro.
El efectismo y romanticismo con el que los productores de la cinta han acogido el proyecto pasa por el env¨ªo de invitaciones a personalidades que, ni telomerasa mediante, podr¨¢n personarse en el estreno de 100 Years en pleno siglo XXII. La idea est¨¢ concebida para que sean sus descendientes (las entradas de cine son la nueva herencia) los encargados de personarse en la Casa de Louis XIII en Cognac (Francia). Porque detr¨¢s del proyecto se esconde uno de los co?ac m¨¢s exclusivos del mundo; patrocinador y fuente de inspiraci¨®n para la historia. La pel¨ªcula se convierte en la campa?a publicitaria que toda marca desear¨ªa bas¨¢ndose en el propio concepto que sigue la elaboraci¨®n de la exquisita bebida: del mismo modo que quienes lo preparan no llegan a probarlo (los barriles tienen m¨¢s de cien a?os), el equipo de este filme tampoco llegar¨¢ a recoger los frutos de su interpretaci¨®n.
Antes de ir a parar a los s¨®tanos de la Casa de Louis XIII, la caja fuerte que contiene el ¨²nico negativo disponible de la cinta, har¨¢ un recorrido por el mundo. De Los ?ngeles a Nueva York, pasando por Tokio, Hong Kong o Londres. Despu¨¦s permanecer¨¢ all¨ª hasta que el mes de noviembre de 2115 la despierte de su letargo (esperamos que alguien recuerde guardar tambi¨¦n un dispositivo para reproducirla, qui¨¦n sabe si all¨¢ por la nueva centuria los espectadores ver¨¢n las pel¨ªculas en formato holograma).
Otras c¨¢psulas del tiempo para recordar
No es la primera vez que un proyecto cultural se encierra a cal y canto esperando que pasen decenas o cientos de a?os hasta que el mundo pueda descubrir su contenido. Hace unos meses, H¨¦ctor Llanos Mart¨ªnez hablaba en este art¨ªculo de S Moda de Future Library, un proyecto ideado por la escocesa Katie Paterson con el objetivo de que nuestros bisnietos y tataranietos disfruten de textos in¨¦ditos de autores actuales. Esta c¨¢psula del tiempo literaria custodiar¨¢ los textos de escritores, fil¨®sofos y cient¨ªficos contempor¨¢neos hasta que se impriman en 2114. La prol¨ªfica escritora y activista por los derechos de las mujeres Margaret Atwood es la encargada de estrenar la colecci¨®n a la que se ir¨¢n sumando poco a poco otros 99 autores. Un reto para los escritores, que deber¨¢n ser capaces de conquistar al lector del futuro. Lo m¨¢s asombroso de todo el proyecto es que el papel que se utilizar¨¢ para imprimir la colecci¨®n est¨¢ creciendo ahora mismo en un bosque a las afueras de Oslo formado por mil ¨¢rboles. No se sabe qu¨¦ otros autores formar¨¢n parte de la obra ni c¨®mo ser¨¢ recibido en un mundo conquistado por los iPad (o el dispositivo que est¨¦ de moda dentro de un siglo), pero no cabe duda de que Paterson se ha asegurado que los habitantes del mundo futuro sigan leyendo en papel.
En Espa?a, el Instituto Cervantes ya fragu¨® una idea parecida en 2007. La conocida como Caja de las Letras atesora en su interior un legado cultural secreto que no ver¨¢ la luz en varias d¨¦cadas. El escritor Francisco Ayala fue el primero en inaugurarla y los manuscritos in¨¦ditos del ganador del Premio Cervantes 2015, Juan Goytisolo, tambi¨¦n forman parte de esta caja fuerte de la literatura ubicada en la antigua c¨¢mara acorazada del Banco Central (sede actual del Instituto Cervantes). En este caso, no todos los escritos se publicar¨¢n al mismo tiempo. Cada autor ¨Cpor el momento han participado algo menos de una veintena¨C tiene su propia caja (tendremos que esperar hasta el a?o 2057 para leer los de Ayala, por ejemplo) y elige en qu¨¦ a?o prefiere descubrir su obra.
La revista Dodo Magazine, fundada por Ruben Mart¨ªn Hern¨¢ndez, representa una iniciativa similar aunque bastante m¨¢s cortoplacista y con menos pretensiones. Si el primer n¨²mero de la publicaci¨®n fue escondido en un cofre al que solo pudo acceder el afortunado capaz de encontrarlo y desenterrarlo, el segundo a¨²n no ha visto la luz al completo. El n¨²mero est¨¢ compuesto de dos partes: Present (que los compradores ya tienen en sus manos) y Future (que recibir¨¢n en abril de 2024 junto con una carta escrita por ellos mismos a su yo del futuro). Una d¨¦cada de espera para disfrutar de la revista completa, algo menos de lo que tendr¨¢n que aguardar los lectores de Yahoo para ver los documentos que el portal de noticias recopil¨® en 2006. Fotos, canciones, v¨ªdeos, textos¡ cualquier cosa imaginable susceptible de ser digitalizada forma parte de la c¨¢psula del tiempo que la web cre¨® hace diez a?os y que ver¨¢ la luz en 2020, con motivo de su 25 aniversario, para mostrar al mundo c¨®mo era la vida a principios del nuevo siglo. Puede que la cosa no haya cambiado demasiado en los menos de quince a?os que habr¨¢n transcurrido (porque, de momento, poco hemos avanzado) pero estamos deseando ver las aportaciones del director de cine John Woo, el gur¨² de la medicina alternativa Deepak Chopra o la duquesa de York, Sarah Ferguson, todos colaboradores del proyecto. Al final Karina ten¨ªa raz¨®n, parece que est¨¢ de moda buscar en el ba¨²l de los recuerdos y a?orar cualquier tiempo pasado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.