?Acost¨²mbrate a que lo borde?: las nuevas pol¨ªticas no necesitan que apruebes su ropa
El carpetazo al ¡®power suit¡¯ de Hillary Clinton es un hecho. El relevo femenino de la nueva pol¨ªtica, joven y alejado de la esfera conservadora, revoluciona el di¨¢logo entre vestuario y estatus.
?Puede la izquierda vestir bien? Este dilema asoma a la palestra medi¨¢tica c¨ªclicamente, casi siempre entendiendo ese vestir bien con vestir caro. Los tertulianos?criticaron aquello de que si Maribel Verd¨² era un hip¨®crita por vestirse de Dior en los Goya de 2013 mientras criticaba los desahucios y aparec¨ªa en revistas con prendas cuyo coste sumaba suficientes ceros como para salvar alquileres. Esa ignorancia respecto al funcionamiento de las alfombras rojas ¨Cmarcas que ceden vestidos y joyas?que se devuelven a las pocas horas porque el ¨²nico objetivo es el impacto en prensa¨C o el de las producciones de revista de moda ¨Cmismo escenario¨C no tiene caducidad y parece no conocer l¨ªmites o fronteras. Alexandria Ocasio-Cortez, la congresista m¨¢s joven de EEUU y fen¨®meno pol¨ªtico del a?o, tambi¨¦n ha tenido su Maribel Verd¨² particular. Fue hace un par de meses, cuando se public¨® la entrevista de Kerry Washington en la revista Interview.?All¨ª aparec¨ªa con un traje de unos tres mil euros de Gabriela Hearst ¨Cdise?adora uruguaya que tambi¨¦n viste a Oprah o Meghan Markle¨C y unos manolos en su pies charlando con obreros de la construcci¨®n o haciendo campa?a por Nueva York. Desde?Fox & Friends, uno de los programas favoritos de Trump, se cachondearon abiertamente de sus zapatos de 700 d¨®lares y Ocasio no tard¨® en callar bocas respondiendo a la pol¨¦mica y saliendo reforzada del suceso con un simple tuit donde desmontaba a quien la criticaba por ?pretender ser una campeona del pueblo? mientras vest¨ªa un outfit de 3.500 d¨®lares:
?A) La extrema derecha parece que no entiende el concepto de una sesi¨®n para una revista.
B) No te quedas la ropa, obvio
C) No estoy fingiendo que lucho por una sanidad universal. Lo hago.
D) Acost¨²mbrate a que borde mis estilismos porque soy buen¨ªsima en las tiendas de segunda mano?
Esa contestaci¨®n directa, sin complejos y sin la necesidad de pedir perd¨®n por no ajustarse a unos par¨¢metros establecidos en cuanto a la feminidad o buen gusto de una mujer en pol¨ªtica, refuerza el cambio de paradigma que vive EEUU tras las elecciones del pasado mes de noviembre. 82 mujeres entraron en el Congreso, uno de los m¨¢s diversos de la historia, y con ellas una ?independencia del traje pantal¨®n, las perlas y otros clich¨¦s del uniforme pol¨ªtico?, como defiende Vanessa Friedman en The New York Times. Una rebeli¨®n progresista contra el power suit que tanto ha marcado a la generaci¨®n de Hillary Clinton o Angela Merkel ¨C¨²ltimas herederas del uso estrat¨¦gico que hizo Thatcher con su ropa¨C y en la que las nuevas figuras apuestan por nuevos c¨®digos que aportan diversidad y rechazan seguir el patr¨®n m¨¢s conservador. Adem¨¢s de Ocasio ¨Cque hace v¨ªdeos en directo desde su casa con camisetas de acciones vecinales de Nueva York¨C, en la nueva pol¨ªtica estadounidense irrumpen mujeres de estilo personal como Sharice Davids ¨Cprimera nativo-americana y lesbiana del Congreso¨C o? la refugiada somal¨ª musulmana convertida en congresista democr¨¢ta por Minsessota, Imar Olham, cuyo caracter¨ªstico turbante ya ha aparecido en la portada de The New Yorker como s¨ªmbolo de esta renovaci¨®n de poder (y armario).
Un nuevo horizonte de estilo que en Espa?a se inici¨® con la aparici¨®n de las mujeres de los partidos de la nueva izquierda como Podemos o la CUP. Pol¨ªticas que han tenido que soportar supuestos sesudos debates sexistas sobre el largo de su flequillo (Anna Gabriel), el aspecto de su tup¨¦ punk (Bel Olid en las ¨²ltimas elecciones catalanas) o la ausencia de formalidad en la vestimenta como aquel??fea de cojones? que dijo Godall sobre el estilo de una militante de la CUP en 2016. ¡°El uniforme diplom¨¢tico occidental (traje, camisa y corbata) fue creado por hombres y para hombres. Nadie se imagin¨® en aquel momento que la mujer pudiera alcanzar la primera l¨ªnea pol¨ªtica. Cuando las f¨¦minas llegan al poder se encuentran con una dificultad m¨¢s a a?adir a su larga lista de problemas: ?me visto como mis colegas masculinos o creo un nuevo patr¨®n de estilo? Cualquiera que sea la opci¨®n elegida, conlleva cr¨ªticas?, record¨® entonces a S Moda Patrycia Centeno, autora del blog Pol¨ªtica y Moda. Desde los calcetines a Trudeau a la biker de piel de Margarita Robles, el vestuario en pol¨ªtica importa (el de todos). Solo que ahora las nuevas figuras, de distintos or¨ªgenes y estratos sociales, piden paso y buscan su sitio sin tener que pedir permiso (o perd¨®n) por lo que se pongan.
Shout out to @Ocasio2018 for repping the shirt for our @donttrashnyc campaign on her livestream!
— ALIGN (@ALIGNny) November 19, 2018
Mouctar Diallo, the African immigrant sanitation worker that was killed on the job, was a Bronx resident. These companies need to be held accountable ?????? pic.twitter.com/DcW6j3RRw9
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.