Amaia: ?Preferir¨ªa no haber ido a Eurovisi¨®n, lo pas¨¦ mal?
?dolo musical e icono generacional. A pesar de su imparable ¨¦xito, la cantante mantiene la naturalidad que conquist¨® a todo un pa¨ªs.
Talento y espontaneidad son las bazas con las que Amaia (a estas alturas a?adir Romero resulta innecesario) se ha metido al p¨²blico en el bolsillo. Lo primero lo est¨¢ demostrando en su corta pero prol¨ªfica carrera: gan¨® Operaci¨®n Triunfo 2017, es omnipresente en el calendario festivalero y tiene previsto publicar su primer disco despu¨¦s del verano con Universal Music (el pr¨®ximo 21 de junio estrenar¨¢ su segundo sencillo, Nadie podr¨¢ hacerlo). Lo segundo lo manifiesta en todo lo que dice y hace. Durante esta sesi¨®n de fotos no se anda con remilgos al ense?ar su cuerpo entre cambio y cambio de vestido, deja claro que tiene la regla (un tema que ha visibilizado en infinitas ocasiones) y pide al maquillador David L¨®pez, que suele encargarse tanto de sus apariciones como de las de Rosal¨ªa, que no cubra la peca que tiene en la mejilla derecha. Porque Amaia es natural para todo, tambi¨¦n para maquillarse.
?Me pinto poco y cuando me lo hago yo, me gusta el p¨¢rpado clarito, aunque me pongo algo m¨¢s morena de lo normal?, detalla. ?Antes de salir siempre me miro a la luz, porque a veces en el ba?o te parece que lo has hecho incre¨ªble y en la calle te ves fatal. Pero vamos, que no tengo ni idea de esto ?eh??, puntualiza. Ese rechazo de lo artificial provoca que reniegue de las mechas californianas que le pusieron mientras a¨²n concursaba en el talent show de TVE. S¨ª, aquellas que se viralizaron cuando espet¨®: ?Me han dicho que me har¨ªan algo ¡®rollo surfero¡¯, ?qu¨¦ me est¨¢s contando si yo soy de Pamplona!?. ?Aunque me sigo dejando aconsejar, ahora tengo m¨¢s claro mi estilo y creo que no dejar¨ªa que me las hicieran. Me gusta much¨ªsimo mi melena casta?a?, a?ade.
Su mayor declaraci¨®n est¨¦tica (y feminista) tambi¨¦n tiene que ver con el pelo. Amaia aparece sin depilar en alfombras rojas y reportajes. Y por mucho que en pleno 2019 rehuir de la cera no debiera ser noticia, siempre que lo hace, se l¨ªa. ?Nunca pienso las consecuencias que va a tener, pero me da bastante pena ver que mucha gente lo critique. Es pelo y ya est¨¢, todos lo tenemos?, reivindica. Seg¨²n cuenta, empez¨® a cuestionarse la depilaci¨®n femenina cuando estaba en el instituto, pero en aquella ¨¦poca a¨²n sent¨ªa verg¨¹enza si no se pasaba la cuchilla. ?Ahora es al rev¨¦s: si lo hago me siento rara?. Su cruzada por normalizarlo incluso la llev¨® a corregir con rotulador una portada en la que el Photoshop hab¨ªa dejado impolutas sus axilas. No tiene, dice, una opini¨®n formada sobre el retoque digital, pero prefiere que no alteren ni su vello ni su cuerpo. ?Me gusta que me quiten si tengo alg¨²n grano, eso s¨ª?.
Su alergia a acatar los c¨¢nones estereotipados de belleza asociados al g¨¦nero (tambi¨¦n se ha quejado, por ejemplo, de llevar tacones) y su oposici¨®n a las exigencias patriarcales la han encumbrado como un icono feminista generacional. ?No s¨¦ si lo soy, hago las cosas sin plante¨¢rmelo, tengo el feminismo muy interiorizado, aunque todos tenemos micromachismos. Si hay gente a la que le influyo me alegro, pero no lo hago para eso?.
Y s¨ª, influye. Solo en Instagram, donde tambi¨¦n hace gala de una naturalidad escasa en tiempos de postureo digital, acumula casi 900.000 seguidores, todo un r¨¦cord porque cuelga fotos a cuentagotas y mantiene un perfil en las ant¨ªpodas de las divas musicales en plena ebullici¨®n. Sus im¨¢genes poco tienen que ver con los posados habituales que circulan por la red social, ella prefiere recuperar un v¨ªdeo de su ni?ez bailando sevillanas o retratarse haciendo la compra. ?Me siento insegura posando porque no soy modelo. A veces la gente me pide que haga cosas raras o que me ponga seria, pero se me escapa la risa, me da verg¨¹enza. Si te digo la verdad, en este reportaje me veo bastante guapa?, reconoce.
A pesar de su juventud y de utilizar ?ay, no s¨¦? como primera respuesta a casi todo, se intuye que Amaia tiene las cosas m¨¢s claras de lo que parece. ?Cuando veo algo, ya sea una canci¨®n o una persona, s¨¦ si me gusta o no, pero no s¨¦ decir el motivo. Me pasa tambi¨¦n con la ropa?, confiesa. Y cuando no est¨¢ convencida, no se lo pone. ?Mi estilo ha cambiado en el ¨²ltimo a?o. Ahora veo prendas que llevaba hace unos meses y me parecen horrorosas. Y los looks que llev¨¦ en OT no me gustan mucho?, admite.
?Hay algo m¨¢s de lo que se arrepienta desde que se convirtiera en ¡®Amaia de Espa?a¡¯? ?Preferir¨ªa no haber ido a Eurovisi¨®n, lo pas¨¦ mal porque no par¨¢bamos de dar entrevistas, hacer un mont¨®n de cosas y yo lo ¨²nico que quer¨ªa era cantar?. Esa sigue siendo su preocupaci¨®n principal. Por eso, rechaza la mayor¨ªa de las propuestas comerciales que le llegan (muchos de sus compa?eros de edici¨®n son embajadores de todo tipo de marcas) y sinti¨® alivio tras terminar de componer el disco. ?Al principio estaba un poco perdida, no sab¨ªa qu¨¦ estilo quer¨ªa hacer y tuve mis bajones. Pero cuando terminamos tuve una sensaci¨®n de descanso. Ahora solo queda lo bonito: dar conciertos?. Aunque asegura que su primer trabajo incluye todo tipo de melod¨ªas (?algunas m¨¢s movidas?), prefiere la intimidad de un teatro a los grandes estadios. Por si quedaba alguna duda, insiste: ?Pero vamos, que me gusta cantar en cualquier sitio?.
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