Estas tres son las firmas que explican el furor por la moda australiana
Las nuevas tecnolog¨ªas permiten que su ubicaci¨®n en las ant¨ªpodas ya no represente una barrera. El pa¨ªs exporta creatividad y una mirada sostenible.
Aire bohemio y cierta dosis de indulgencia determinan el car¨¢cter australiano, que ahora se plasma en dise?os para compartir con el mundo. ?Aqu¨ª siempre ha habido talento, pero nos frenaba nuestra posici¨®n geogr¨¢fica, tan alejada del resto?, analiza Nicky Zimmermann, directora creativa de Zimmermann. Desbaratadas las fronteras y acortadas las distancias gracias al poder de la tecnolog¨ªa, Australia defiende su visi¨®n propia: pasi¨®n por los estampados, impulso viajero y una profunda concienciaci¨®n del impacto de la moda en el medio.?Seg¨²n la OCDE, su industria textil emplea a 37.000 personas, su semana de la moda cada vez despierta m¨¢s atenci¨®n y sus creativos internacionalizan sus propuestas vendiendo en multimarcas de lujo de la talla de Net-a-Porter o Moda Operandi.
Zimmermann
En lugar de optar por una salida m¨¢s convencional, tras graduarse en dise?o en TAFE NSW, Nicky Zimmermann se lanz¨® a vender sus vivaces vestidos en la calle, en el mercadillo de Paddington en Sidney. Un golpe de suerte y una eficaz cobertura en los medios locales hicieron que la viralizaci¨®n y el impacto de sus singulares creaciones fuera casi inmediato. Solo dos a?os despu¨¦s, en 1991, abr¨ªa tienda en la capital, incorporaba a su hermana Simone ¨Cresponsable de ?todas esas cosas pr¨¢cticas que en realidad tambi¨¦n hacen falta para construir un buen negocio?¨C y ampliaba la oferta con una l¨ªnea completa de ropa y accesorios en la que no faltaban ni ba?adores ni biquinis. Reci¨¦n estrenada la d¨¦cada de los noventa, las hermanas Zimmermann fueron pioneras en identificar una oportunidad en el segmento del ba?o, muy alejado por entonces de la moda y las tendencias.
Aquel ingenio, unido al esp¨ªritu optimista, detallista y fresco de sus prendas, les sirvi¨® para ganarse el puesto de honor que ahora, casi 30 a?os despu¨¦s, ocupan en el podio mundial del lujo. ?Cada uno tiene su idea de los que es lujoso: para algunos es sencillamente cach¨¦, precio o accesibilidad; para m¨ª se trata de algo que es ¨²nico y especial, algo que no resulta f¨¢cil de encontrar?, explica Nicky, que se ha beneficiado del poder amplificador de Internet y de la plataforma universal del comercio electr¨®nico (fue una de las primeras en vender por ejemplo en Net-a-Porter). La firma hoy desfila en las semanas de la moda de Nueva York y de Sidney, viste a personalidades tan variopintas como Kendall Jenner, Margot Robbie, Beyonc¨¦, Naomi Watts o Kate Middleton, y est¨¢ presente en puntos tan exclusivos como los almacenes estadounidenses Saks Fifth Avenue y Bloomingdale¡¯s o el ingl¨¦s Harrods. Adem¨¢s, Zimmermann presume de tiendas propias en los principales destinos vacacionales del globo: de Saint-Tropez a Melbourne, pasando por Miami o Santa M¨®nica. ?La ¨²ltima? La que inauguraba hace solo unas semanas en la isla italiana de Capri.
Frente al triunfo sobre las pasarelas de la funcionalidad o el streetwear, las hermanas Zimmermann no renuncian al hechizo eterno de volantes, puntillas o estampados. ?Nuestro credo est¨¦tico queda reflejado en todas y cada una de nuestras colecciones. La moda tiene que ser divertida y emocionante. Ha de conceder poder a la mujer que la lleva?, se?alan. Visten a una f¨¦mina cosmopolita reuniendo influencias culturales universales que entretejen con m¨²ltiples rese?as locales: ?La inspiraci¨®n es algo que est¨¢ continuamente movi¨¦ndose y cambiando, pero a m¨ª siempre me identificar¨¢ mi formaci¨®n en Australia: el estilo de vida, las historias¡ No es intencional, pero es inevitable. Extraigo referencias culturales de las cosas que son m¨¢s significativas para m¨ª?, a?ade Nicky. El pa¨ªs se ha transformado desde que naciera su marca: ?Si pienso en c¨®mo era todo cuando empezamos y lo comparo con el panorama actual, es irreconocible. Creo que hay m¨¢s apetito que nunca por otros relatos que vengan de destinos no tan usuales?. Y las Zimmermann tienen historias m¨¢s que de sobra para alimentar ese anhelo.
Camilla
La energ¨ªa despreocupada de Bondi Beach, ic¨®nico destino de surf en pleno Sidney, ha dibujado la identidad de Camilla, firma hom¨®nima de Camilla Franks. Los estampados caleidosc¨®picos y los caftanes son su sello personal: con ellos se inici¨®, casi por casualidad hace 15 a?os. Trabajando como dise?adora de vestuario para teatro, Franks confeccion¨® algunas t¨²nicas a mano, para que las actrices pudieran llevarlas en los camerinos entre escena y escena. Aquello gust¨® y al poco se consolid¨® en una etiqueta que abarcaba el guardarropa completo. Hoy su nombre vende desde vestidos hasta sandalias o piezas de decoraci¨®n.
?Quiero despertar el esp¨ªritu intr¨¦pido que reside en nosotras, todas tenemos derecho a experimentar la libertad y sentir alegr¨ªa?, expone Franks. ?Por eso abrazo creativamente todos los ¨¢mbitos de la vida, creo que sentirse hermosa sin importar la talla, la edad o la raza es un derecho global?. Reivindicaciones que se hac¨ªan evidentes sin ir m¨¢s lejos el pasado mayo, cuando vest¨ªa a Halima Aden para la portada de Sports Illustrated. Con caft¨¢n de Camilla y hiyab a juego, la modelo se convert¨ªa en la primera en posar para la publicaci¨®n cumpliendo todos los requisitos de la moda modesta.
Sus creaciones buscan provocar euforia y entusiasmo: ?Cuando ideo una prenda me imagino algo bello y vers¨¢til, que se adapte y siente bien?. Tambi¨¦n concienciaci¨®n sobre el impacto causado en el proceso. La sostenibilidad empapa todas sus fases: desde la producci¨®n de materias primas como la seda o la lana ¨Cque respetan flora y fauna¨C, hasta los derechos laborales de los artesanos, que bordan a mano muchos de los acabados. El consumidor tambi¨¦n debe involucrarse para cerrar el c¨ªrculo: ?Nuestro deseo es que cada vestido sobreviva lo suficiente como para ser transmitido de generaci¨®n en generaci¨®n?, por ello es importante el cuidado. Acompa?an cada compra consejos pr¨¢cticos
tales como usar un aerosol refrescante para productos de seda o buscar tintorer¨ªas que reduzcan la huella qu¨ªmica.
We are kindred
La naturaleza, firmemente alojada en la idiosincrasia australiana, desempe?a un papel decisivo en We Are Kindred, que incluso planta un ¨¢rbol por cada prenda que vende en su web. ?Con cinco habr¨¢s compensado la emisi¨®n de di¨®xido de carbono necesaria para recorrer 3.000 kil¨®metros?, informan. Sus fundadoras, las hermanas Lizzie y Georgie Renkert, tienen el ojo entrenado para entender los cambios en las motivaciones del cliente: ambas presum¨ªan de varias d¨¦cadas de experiencia en el mundo de la moda antes de fundar su firma en 2013. Lizzie como editora en una revista, Georgie como dise?adora: ?El bagaje de Lizzie nos ayud¨® a comprender c¨®mo funciona el panorama de los medios y c¨®mo se maneja un negocio exitoso; Georgie aport¨® su manera de interpretar las tendencias?, cuentan.
La influencia de su pa¨ªs natal se siente en sus propuestas: ?Nos gusta pensar que Australia nos define, que tenemos un estilo marcado, aunque siempre lo mezclemos con otras historias?. ?La ¨²ltima? La pasi¨®n por los viajes, eso que llaman wanderlust, y las vacaciones. ?En general, la industria local se ha centrado en lo que m¨¢s gusta y con lo que se asocia a Australia: las colecciones verano y crucero?. Un denominador com¨²n al que las hermanas Renkert suman su perspectiva hedonista: ?Ropa que sea una declaraci¨®n por s¨ª sola, pero que a la vez permita expresar individualidad?.
Lo logran con piezas trabajadas minuciosamente que conjugan las reflexiones de ambas. ?Confiamos la una en la otra y solemos ponernos de acuerdo f¨¢cilmente?. Al fin y al cabo, como defiende el nombre de su marca (en ingl¨¦s, ¡®somos parientes¡¯), todo queda en familia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.