Jill Burke, historiadora experta en cosm¨¦tica: ¡°Lo que hacemos con el pelo o el rostro para aspirar a un ideal dice mucho de cada sociedad¡±
Recorrer la historia de la cosm¨¦tica sirve para arrojar luz sobre un colectivo bastante olvidado por la Historia con may¨²sculas, el que incluye a la mitad de la humanidad, las mujeres
La violencia machista era habitual en el Renacimiento y se puede trazar su rastro leyendo manuales cosm¨¦ticos. En Gli ornamenti delle donne (Los adornos de las mujeres), de Giovanni Marinello, publicado por primera vez en Venecia en 1562, se explica a las lectoras c¨®mo eliminar hematomas de la cara (con hojas de col, para calmar la zona). Pero no es el ¨²nico asunto relacionado con las mujeres que aparece entre recetas de cremas o consejos para suavizar el cabello. ¡°Temas como la anticoncepci¨®n o c¨®mo usar hierbas para abortar estaban en la misma caja que la cosm¨¦tica, se consideraban ¡®secretos de mujeres¡±, explica Jill Burke (Leeds, Inglaterra, 53 a?os), catedr¨¢tica de culturas visuales y materiales del Renacimiento en la Universidad de Edimburgo y autora de C¨®mo ser una mujer del Renacimiento. Mujeres, poder y el nacimiento del mito de la belleza (ed. Cr¨ªtica). La brit¨¢nica lleva casi una d¨¦cada investigando la belleza de la ¨¦poca: ¡°Lo que hacemos con el cabello, el rostro o el cuerpo para aspirar a un ideal cultural o para expresar individualidad dice mucho de cada sociedad. Es un campo de estudio en auge. Cuando empec¨¦ mi carrera, la historia estaba dominada por hombres y no me hubiera atrevido a investigar sobre maquillaje, que se consideraba fr¨ªvolo. Pero hoy ha cambiado, para empezar hay muchas m¨¢s mujeres en el mundo acad¨¦mico¡±.
La apariencia f¨ªsica siempre ha importado, basta pasear por cualquier pinacoteca para corroborarlo, pero Burke demuestra que los ideales renacentistas, inflexibles e intencionadamente excluyentes, no solo afectaban a las mujeres de la ¨¦lite. ¡°Es algo que se asume, que la belleza era algo de lo que solo participaba la clase alta. Pero en Europa las ideas de lo que era bello estaban por todas partes, en esculturas o pinturas muy visibles, en Venecia por ejemplo hab¨ªa desnudos pintados en las fachadas. Todos formaban parte de esa cultura visual. La evidencia de que las m¨¢s desfavorecidas tambi¨¦n quedaban influenciadas est¨¢ en innumerables panfletos destinados a ellas, que se vend¨ªan por pocos peniques. Se propon¨ªan productos con ingredientes muy baratos¡±. Mezclas reparadoras para unas manos que trabajaban o ung¨¹entos para aclarar la piel, que llegaron a muchas tras el invento de la imprenta. Este ingenio, que democratiz¨® la informaci¨®n, favoreci¨® que la narrativa de la belleza aumentara su alcance. Un cambio de paradigma que solo volvi¨® a repetirse con los medios de comunicaci¨®n de masas y, recientemente, con las redes sociales.
Los paralelismos entre renacentistas y mujeres de 2025 son frecuentes. Tambi¨¦n ellas se encontraron por primera vez con su reflejo constante: ¡°En el siglo XVI aparecieron los espejos de cuerpo entero, pudieron verse mejor y aquello debi¨® suponer un impacto como hoy lo son los selfis o las videollamadas¡±. Y tambi¨¦n estaban sometidas a un canon que revisaba cada parte de su cuerpo, de la melena y la piel claras (en aquellas publicaciones se puede identificar los inicios de la ideolog¨ªa racial) a las manos suaves o los dedos regordetes de los pies: ¡°En el libro de Marinello hay consejos para retirarse el vello de las axilas e imagino a muchas leyendo aquello y d¨¢ndose cuenta de que nunca hab¨ªan pensado que ten¨ªan que quit¨¢rselo. En principio los consejos est¨¢n bien, pero existe toda una tradici¨®n de mujeres sinti¨¦ndose mal con sus cuerpos que tiene que ver con ciertos discursos y conversaciones sociales¡±.
Como hoy, no todo era negativo. Muchas encontraban placer y una v¨ªa de escape en la cosm¨¦tica: ¡°Estos textos dan una idea del papel decisivo que la belleza desempe?aba en las amistades y en la vida social de las mujeres, les daba espacio y tiempo alejadas de sus maridos. A veces la imagen que tenemos del Renacimiento es de mujeres est¨²pidas que se pon¨ªan veneno en la piel, pero era m¨¢s complejo. Las mujeres intercambiaban recetas, ideas para peinados, ten¨ªan experiencia con hierbas... pero es significativo que hayamos perdido aquel conocimiento¡±.