?Qu¨¦ significa el ¡®mullet¡¯? La paradoja del corte de pelo disidente que ahora arrasa en TikTok
Pura est¨¦tica, pol¨ªtica, moda, m¨²sica o reivindicaci¨®n indentitaria. Esto dicen sobre sus motivos para elegir el m¨ªtico ¡°business in the front, party in the back¡± (negocios por delante, fiesta por detr¨¢s) quienes lo llevan en 2022, a?o en el que vuelve a ser tendencia.
Ella Emhoff, hijastra de Kamala Harris, desfilando para Proenza Schouler. Ziggy Stardust, alter ego de David Bowie, en el 72. Natalia Lacunza, El Vaquilla, Barbie Ferreira, Ellen Degeneres en los ochenta, Patti Smith, Joe Exotic, Gigi Hadid en portada para Vogue, el rapero Lil Nos X o la cantante de Amyl and the Sniffers. Lo que este variopinto listado de nombres tiene en com¨²n es un corte de pelo: el mullet. Ese que consiste en un flequillo corto, laterales a¨²n m¨¢s cortos y parte trasera larga que han popularizado colectivos tan opuestos como los rednecks estadounidenses abrazando el dicho ¡°business in the front, party in the back¡± (negocios por delante, fiesta por detr¨¢s) y la comunidad queer entre los setenta y ochenta. Un corte con un significado que a lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas ha ido mutando y que entre los motivos para llevarlo se topa a veces con la mera cuesti¨®n est¨¦tica, pero tambi¨¦n con lo pol¨ªtico, la moda, la m¨²sica o la reivindicaci¨®n indentitaria. En 2022 podemos a?adir que redes sociales como TikTok constituyen causa por s¨ª mismas: el challenge #oneminutemullet (mullet en un minuto), en el que los usuarios se cortan su propia melena con un simple gesto y una tijera ¨Ccasi siempre¨C de cocina, acumula 92,8 millones de visualizaciones.
Con un origen que se remonta a Egipto y Grecia, donde lo usaban los guerreros ¨Cel mullet recuerda en cierto modo a un casco¨C aprovechando la visibilidad del flequillo corto y la protecci¨®n del sol de la gre?a m¨¢s larga en la nuca, y con un nombre que acu?aron los Beastie Boys con Mullethead en 1994; no hay una causa ¨²nica que justifique la tendencia. En su informe de predicciones para 2022, Pinterest lo recog¨ªa bajo el paraguas de otros ¡°cortes rebeldes¡± como uno de los que m¨¢s inter¨¦s despiertan entre la generaci¨®n Z; las b¨²squedas de im¨¢genes inspiracionales sobre mullets en la plataforma aumentaron un 190% durante el a?o anterior.
¡°No me hab¨ªa planteado por qu¨¦ lo llevo hasta que me hiciste la pregunta¡±, reconoce al tel¨¦fono la ilustradora y dibujante de tebeos Carla Berrocal. Lleva con este corte tres a?os y la primera vez que se lo hizo, en 2019, fue en Roma mientras hac¨ªa su estancia art¨ªstica en la Academia de Espa?a. ¡°Nunca hab¨ªa tenido mucha sensibilidad por la est¨¦tica y al convivir con gente de moda y estando en Roma, que respira est¨¦tica por todos lados, busqu¨¦ un cambio¡±. Pidi¨® consejo a una compa?era dise?adora, cuyo gusto es ¡°muy italiano y sofisticado¡±, y le sugiri¨® hacerse algo ¡°tipo Bowie¡± en el pelo. ¡°All¨ª me lo cortaban muy bien, con navaja, que quedaba m¨¢s desigual. Ahora me lo hacen con tijera pero lo sigo llevando¡±.
Para Berrocal el mullet es glam y a?os ochenta, un elemento que conforma la totalidad de su imagen en la que sus gafas grandes de aviador y sus camisas vintage tambi¨¦n evocan a esa ¨¦poca. Pero si algo tiene este corte de pelo, como apuntaba a The New York Times el estilista capilar Guido Palau, art¨ªfice de los peinados inspirados en estos mismos referentes que coparon la presentaci¨®n del desfile de la temporada primaveral de 2022 de Alexander McQueen, es que siempre ¡°ha provocado reacciones tan fuertes porque se niega a ser una sola cosa, est¨¢ en el punto medio entre largo y corto, masculino y femenino y de buen gusto y hortera¡±. En esto ¨²ltimo coincide tambi¨¦n Ren¨¦ Zamudio, dise?ador, estilista y director creativo de tesis en el Instituto Europeo de Dise?o (IED) de Barcelona: ¡°Yo mismo lo llev¨¦ a finales de los setenta cuando, con Bowie, se extrapol¨® al mundo de la moda. Es curioso porque siempre me ha parecido un corte feo, pero te vas acostumbrando y se va limando el ojo hasta que te gusta¡±.
En Espa?a, el contexto y la historia a?aden nuevos matices. Si en Estados Unidos el regreso del mullet en los ¨²ltimos a?os ha estado asociado ¡°al trumpismo y a la reivindicaci¨®n del estilo de vida redneck, y la moda se ha reapropiado de ello como forma de burla y de reducci¨®n de poder¡±, como explica a S Moda la soci¨®loga, consultora en g¨¦nero y diversidad e investigadora social Marina L¨®pez Baena. En nuestro caso, ¡°se recibe con los ecos de lo kitsch, que est¨¢ m¨¢s asociado a lo quinqui, a la identidad de barrio y a la gente pobre¡±. Un fen¨®meno que, como explicaba I?aki Dom¨ªnguez, periodista y autor de Macarrismo (Akal) en un hilo de Twitter, en muchos casos ¡°hace uso de los signos distintivos de las clases m¨¢s desfavorecidas para acumular capital simb¨®lico¡±. Ese cambio de perspectiva cultural lo experiment¨® Berrocal al volver de su estancia en Roma: ¡°Me di cuenta de que aqu¨ª el mullet ten¨ªa esa connotaci¨®n. No me gusta la idea de romantizar una clase social, para m¨ª la referencia sigue siendo Bowie¡±.
¡°?Es vasco tambi¨¦n!¡±, apunta a la conversaci¨®n de fondo el compa?ero de piso de Carla. La ilustradora cuenta c¨®mo esa asociaci¨®n del ¡°peinado borroka¡± le ha costado burlas y comentarios desafortunados en redes sociales: ¡°Cuando me lo hice, en Espa?a me empezaron a llamar Carla Borrokal¡±. Esther Galv¨¢n, fot¨®grafa y una de las cocreadoras del documental Sin tu permiso. Nosotras en la escena hardcore y punk estatal junto a L¨®pez Baena, tambi¨¦n ha recibido ese tipo de comentarios sobre su mullet: ¡°A las chicas que lo hemos llevado se nos ha dicho eso: que si eres vasca, abertzale, que si eres una punki¡¡±. Sus razones est¨¢n ligadas a esto ¨²ltimo: ¡°Aqu¨ª se ha llevado mucho por la influencia de Euskadi, por el movimiento punk y rock vasco. Aunque no lo llam¨¢bamos mullet, sino gre?as, chivarrillas¡¡±, explica. Y dice tener la sensaci¨®n de que este corte, que ha sido ¡°una se?a de identidad de muchos movimientos sociales y dentro de la m¨²sica¡±, ha ido perdiendo parte de su significado al ponerse de moda. En su caso, llevarlo de nuevo en una versi¨®n m¨¢s setentera y cercana al shaggy o al wolf cut (m¨¢s largo y con forma de melena) ha supuesto una reconciliaci¨®n y tambi¨¦n una liberaci¨®n de la plancha para su pelo: ¡°Ahora lo puedo manejar mejor¡±.
Aunque en este momento no hay una cuesti¨®n s¨®lida que la empuje a llevar este peinado m¨¢s all¨¢ de la comodidad y el sentirse bien con ello, Galv¨¢n reflexiona: ¡°El pelo ha sido siempre una cosa muy identitaria para m¨ª pero no como algo premeditado tipo: ahora me voy a rapar porque quiero romper los roles de g¨¦nero. Simplemente ha sido una manera m¨¢s de expresarme, igual que cuando me he tatuado o me he vestido de una manera u otra¡±. ¡°En ambientes de moda, el mullet es un elemento que te permite demostrar que est¨¢s a la vanguardia. En el punk o en los espacios queer, es m¨¢s bien un elemento autorreferencial, que te permite identificarte dentro de la comunidad¡±, apunta la soci¨®loga L¨®pez Baena. El pelo como v¨ªa de expresi¨®n, de refuerzo de la propia identidad y se?a. En la comunidad LGTBIQ+, y particularmente en el caso de la cultura l¨¦sbica y est¨¦ticas como la butch ¨Cque se reapropia de esos elementos tradicionalmente masculinos, como el pelo corto¨C, el mullet ha jugado esta funci¨®n.
¡°Recort¨¦ todas las fotograf¨ªas que encontr¨¦ de Keith Richards. Las estudi¨¦ durante un rato, cog¨ª las tijeras y sal¨ª de la ¨¦poca folk a base de tijeretazos¡±, narra Patti Smith en ?ramos unos ni?os; detallando c¨®mo improvisar un mullet en un rato tonto supuso un antes y un despu¨¦s en su trayectoria. ¡°Cuando fuimos a Max¡¯s mi peinado caus¨® sensaci¨®n. No pod¨ªa creer el inter¨¦s que despert¨®. Aunque continuaba siendo la misma persona, de pronto mi estatus social mejor¨®¡±. En Max¡¯s Kansas City (el local neoyorquino considerado la cuna del punk), narra Smith, alguien le pregunt¨® si era andr¨®gina. ¡°Pens¨¦ que la palabra significaba hermoso y feo al mismo tiempo. Fuera cual fuera su significado, con un peinado as¨ª, me convert¨ª milagrosamente en andr¨®gina de la noche a la ma?ana¡±.
Ese es precisamente el efecto buscado en otras muchas ocasiones. En un contexto en el que, sobre todo las generaciones j¨®venes, entienden el g¨¦nero y la identidad de una manera m¨¢s fluida, la b¨²squeda de lo andr¨®gino y lo no binario es otro de los motivos que lleva a probar con estos cortes. Aroa Ay, tatuadora, parte de la banda Shego y del podcast Nueva Bolleridad, lo llev¨® durante dos a?os en los que elle o sus propias amigas se encargaban de cort¨¢rselo: ¡°Me lo hice porque me parec¨ªa muy chulo, con un estilo muy ochentero y tambi¨¦n bastante andr¨®gino. Adem¨¢s, me parece muy c¨®modo. Tienes la sensaci¨®n de llevarlo corto cuando en realidad por detr¨¢s te va creciendo¡±.
El confinamiento propici¨® una circunstancia en la que los ecos del efecto rupturista de este corte que tanto se presta al do it yourself (hazlo t¨² mismo) y a un f¨¢cil mantenimiento tambi¨¦n tuvieron su momento. Ella Emhoff, modelo, artista, dise?adora e hija del segundo caballero estadounidense ¨Cque mencion¨¢bamos al principio de este art¨ªculo¨C, se lanz¨® a sus rizos tijera en mano desde su apartamento de Brooklyn para dar vida al mullet con el que meses m¨¢s tarde se subir¨ªa a las pasarelas. Miley Cyrus hizo lo propio: ¡°Solo ten¨ªa una opci¨®n y lo necesitaba¡±, cont¨®. Esa opci¨®n era su madre reproduciendo el ¨²nico corte de pelo que sabe hacer: el mismo que llev¨® su padre, Billy Ray Cyrus, en los noventa. Cyrus padre pertenece a esa segunda hornada de finales de los ochenta y principio de los noventa en la que el mullet se populariz¨® perdiendo su fuerza contestataria y pas¨® a engalanar a otros hombres medi¨¢ticos como Patrick Swayze.
¡°Con el tiempo, el mullet ha perdido ese punto perif¨¦rico y contestatario, ha perdido esa fuerza de plantar cara a la sociedad que antes tuvo. Y yo creo que en eso han influido las redes sociales, que lo convierten todo en tendencia con mucha rapidez¡±, reflexiona Ren¨¦ Zamudio. No tan subversivo como un d¨ªa fue, lo que el mullet no ha perdido en absoluto es su capacidad para generar conversaci¨®n.
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