De ¡®oro verde¡¯ a ¡®diamante de sangre¡¯: la ca¨ªda en desgracia del aguacate

Versatilidad. Buen gusto. Unos valores nutricionales imbatibles. Propiedades como ingrediente en tus cremas. Y un vistoso color verde que se presta a composiciones sin fin en Instagram. En la era del food porn y la comida sana, el aguacate lo ten¨ªa todo para triunfar. Pero su reputaci¨®n est¨¢ en peligro a causa precisamente de la voracidad que despierta: solo en la Uni¨®n Europea las importaciones de esta fruta milenaria se multiplicaron por cuatro entre 2000 y 2017, llegando a las 486.063 toneladas este ¨²ltimo a?o seg¨²n la base de datos Comtrade de la ONU.

Un chef con estrella Michelin, JP McMahon, ha encendido la pol¨¦mica al hacer un llamamiento a los restaurantes irlandeses para que eliminen o al menos reduzcan la presencia en sus men¨²s de ¡°los diamantes de sangre de M¨¦xico¡± en una entrevista al Irish Independent. Compara su producci¨®n a la de los pollos en bater¨ªa. ?l no usa aguacates ¡°por el impacto que tienen en los pa¨ªses de los que proceden: deforestaci¨®n en Chile, violencia en M¨¦xico¡±. Alude a informaciones publicadas, entre otros medios, en The?New York Times, que ya en marzo alertaba de que los c¨¢rteles de droga han entrado de pleno en este boyante negocio. El principal pa¨ªs exportador es M¨¦xico, donde hablan de ¡°oro verde¡±, con un tercio del c¨®mputo global: se cultivan todo el a?o en la rica tierra volc¨¢nica del Michoac¨¢n. ¡°Es uno de los milagros del comercio moderno que en 2017, que tuvo el r¨¦cord de ser el a?o m¨¢s violento en M¨¦xico, este estado plagado de c¨¢rteles exportase m¨¢s de 1,7 mil millones de libras de aguacates Haas a Estados Unidos¡±, criticaba el art¨ªculo.

No son pocos los restaurantes, sobre todo en Gran Breta?a, que han decidido no cocinar con aguacates por motivos ¨¦ticos y medioambientales. Uno de los ¨²ltimos ha sido el Wild Strawberry Cafe, en el condado de Buckinghamshire, tras servir 1.000 platos a la semana que lo llevaban. Seg¨²n argumentaba en su cuenta de Instagram, va en contra de criterios de estacionalidad y cercan¨ªa, que s¨ª cumplen productos locales como las calabazas y las manzanas. ¡°Los bosques se est¨¢n reduciendo para dar paso a plantaciones de aguacate. La agricultura intensiva a esa escala contribuye a los gases de efecto invernadero y ejerce presi¨®n sobre los suministros locales de agua¡±, expon¨ªa. Especies como la mariposa monarca, conocida por sus largas migraciones de Estados Unidos y Canad¨¢ a M¨¦xico, peligran al destruirse su ecosistema para cultivar aguacates.

Incluso un restaurante vegetariano, el Wildflower, en el sur de Londres, se ha arriesgado a prescindir de sus excelentes grasas. Su cocinero jefe, Joseph Ryan, ve paralelismos con la quinoa, que tambi¨¦n sufri¨® una vertiginosa escalada de precios tras ponerse de moda hace unos a?os. El due?o de Franks Canteen, Paul Warburton, tambi¨¦n se ha sumado al boicot. Seg¨²n a?ad¨ªa en el Express, el aguacate se ha convertido en un s¨ªmbolo ¡°aburrido¡± de la globalizaci¨®n al poder encontrarlo en cualquier caf¨¦ del mundo. ¡°Adem¨¢s consumen mucha agua y suponen muchos ¨¢rboles talados. Aqu¨ª intentamos ser estacionales y ?como van a ser estacionales los aguacates en el norte de Londres?¡±.

Pero no todos los aguacates vienen de Am¨¦rica del Sur. La controversia por ahora no ha alcanzado a Espa?a, ¨²nico pa¨ªs de Europa que destaca en su cultivo, con 107.000 toneladas exportadas en 2017: un 17% m¨¢s que el a?o anterior y un 79% m¨¢s que hace cinco, seg¨²n la Federaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Productores de Frutas y Hortalizas. Granada, M¨¢laga y sobre todo Canarias tienen la temperatura id¨®nea, pero la falta de agua lastra la expansi¨®n del aguacate, que los agricultures piden que se alivie con m¨¢s infraestructuras. Porque la cremosidad que ha hecho del aguacate un hit mundial ¨Clo mismo se dipea, se unta en pan o se bebe en batido¨C se debe precisamente a su gran necesidad h¨ªdrica. Una plantaci¨®n de esta fruta tropical necesita casi el doble que un bosque de un tama?o equivalente, lo que convierte su producci¨®n a gran escala en poco sostenible.