Diario de una ¡®runner¡¯ inexperta: la carrera m¨¢s larga de mi vida
A la m¨²sica le dedico esta carrera, la m¨¢s larga de mi existencia, la m¨¢s dolorosa, la m¨¢s intensa. La m¨¢s temperamental, la m¨¢s inexperta, la m¨¢s curiosa, la m¨¢s voraz. Y mientras escribo resuena el eco del galope y la circulaci¨®n desbocada. Sigo oxidada.
?No tienes contracturas pero los m¨²sculos est¨¢n agarrotados, de ah¨ª que el d¨ªa despu¨¦s de la medio marat¨®n no pudieras ni andar?, me explic¨® el martes pasado la fisioterape¨²ta. Mi cuerpo hab¨ªa dicho basta y de las piernas salieron troncos, como si la metamorfosis con el bosque de Vincennes fuera completa. Desde ese parque, al este de Par¨ªs, empezaba y terminaba el 6 de marzo pasado la medio marat¨®n, entre jardines, lagos y senderos.
Me han comentado varias veces que mi umbral del dolor es alto. No lo suficiente. O la regla lo hab¨ªa reducido o estaban (muy) equivocados. Trotar varios kil¨®metros con los m¨²sculos hechos un nudo no es lo m¨ªo. Alcanc¨¦ el tercer tiempo a los 8 kil¨®metros. En mi torrente, bailaban f¨¢rmacos euf¨®ricos: mi organismo era una fiesta de dopamina, endorfina y serotonina. El subid¨®n dur¨® hasta el catorce. Los siguientes dos los afront¨¦ con el intermitente en el cerebro, pero en mi iPhone no sonaba el Should I stay or should I go. Y mira que la canci¨®n de The violent Femmes resum¨ªa a la perfecci¨®n la lucha interna; una parte de m¨ª pugnaba por rendirse; la otra, por seguir. Era como andar con dos patas de palo, intentaba cabalgar, pero solo trotaba.
El misterio (c¨®mo pude terminar) y el milagro (c¨®mo pude hacerlo en dos horas y 20 minutos) no se explican con palabras. Se resuelve con im¨¢genes -las que jalonaron mi camino-, sonidos y letras -las de las canciones en mi playlist y las batucadas de los animadores- y ¨¢nimo (el de otros corredores y viandantes).
Si me hubiera preparado, el resultado habr¨ªa sido otro. Y ya no tanto por la marca, sino por el resultado f¨ªsico. La lista de mis faltas es extensa:
¨C Tendr¨ªa que haber estirado m¨¢s antes. O, ?no? Al parecer, pasarse reduce la resistencia y hasta la velocidad de la carrera, Podr¨ªa bajar mi resistencia, seg¨²n varios estudios. ¡°Los estiramientos que hacen muchos corredores no son necesarios y a veces pueden ser incluso contraproducentes. Someter a un m¨²sculo a una tensi¨®n intensa sin que est¨¦ a la temperatura ni cuente con la lubricaci¨®n ¨®ptima puede llevar a roturas musculares. Lo suyo es realizar ejercicios de movilidad articular en tobillos, rodillas, caderas y brazos. Y andar un poco antes¡±, sugiere Antonio L¨®pez, entrenador de Saludando.
¨C Y despu¨¦s. ¡°Ayuda al organismo a enfriarse y a la mente a desconectar. Las endorfinas y la sensaci¨®n de placer lo convierten en un buen momento para cerrar los ojos y conectarse con el cuerpo. Adem¨¢s, el estiramiento ayuda a eliminar los desechos que se acumulan en el metabolismo durante la carrera. Pero ojo, no se deben buscar atajos: el cuerpo a veces es un poco canalla y cuando recibe la orden de tocar la punta del pie, baja forzando zonas que no necesitan estirarse¡±, a?ade el experto.
¨C Deb¨ª meter las piernas en agua fr¨ªa entre 5 y 20 minutos al terminar. La crioterapia ¨Cas¨ª se llama el ritual¨C reduce la inflamaci¨®n de los m¨²sculos en un 20% y evita las lesiones en los tejidos, seg¨²n un estudio de la Universidad de Ulster. Adem¨¢s, potencia el sistema linf¨¢tico (necesario para sanar el cuerpo m¨¢s r¨¢pido) ayudan a eliminar las toxinas.
¨C Tambi¨¦n deb¨ª hacerme un estudio de pisada y unas plantillas.
?Qu¨¦ hice bien?
Dejar de fumar (hace diez a?os).
Calzarme unos calcetines de presi¨®n
Y beberme un Caffeine shot (decathlon.es).
Lo del elixir esp¨ªdico fue idea de mi amiga Chus. Acert¨®. El mejunje de glucosa y cafe¨ªna me convirti¨® en Herm¨¦s. Pero no sempiternamente. Un empujoncito l¨ªquido despu¨¦s de 60 minutos corriendo habr¨ªa sido lo suyo. Aunque no me quejo. En el recorrido cont¨¦ tres zonas de repostaje: con naranjas, pl¨¢tanos, orejones, agua, zumos. Aunque no se equivoquen. No se trataba de parar, acodarse en la barra y charlar con los colegas. Si no de atrapar una botella al vuelo y rascar un pu?adito de frutos secos de una bandeja. Sobre c¨®mo beber y no tirarse la mitad del contenido de la botella encima hablaremos otro d¨ªa. O me hablaran de ello porque yo no lo consegu¨ª.
Algunos corredores cuentan con un gran sentido del humor. Se lo calzan junto a las zapatillas. Entre los participantes, hab¨ªa penitentes: un grupo de cinco ¨Ccuatro en cada esquina y un quinto en el centro con una Torre Eiffel de tres metros encima¨C o un noble del siglo XVIII con su casaca, chupa y calz¨®n y su postizo. Todos acabaron antes que yo.
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