La belleza est¨¢ en el exterior
?Podemos dejar de fingir que la belleza est¨¢ en el interior? Valga por delante que yo, a las personas que quiero las veo hermos¨ªsimas, y solo quiero a buenas personas. Dicho esto: ?no podemos reconocer que la belleza f¨ªsica es poderosa e importa? Ya est¨¢. No pasa nada. La superficie importa, las formas son el fondo. Hace a?os redact¨¦ una tesina sobre Foucault y el poder y otras pedanter¨ªas que escribes cuando tienes 29. La introduje con una cita de Godard, otro clich¨¦. Dice: ¡°Quiz¨¢ sea cierto que hay que elegir entre la ¨¦tica y la est¨¦tica, pero no es menos cierto que cualquiera que sea la que se elija, siempre encontraremos la otra al final del camino¡±. Ser¨¦ una pedante, pero qu¨¦ maravilla de idea. Contin¨²a as¨ª: ¡°Porque la definici¨®n misma de la condici¨®n humana debe estar en la mise en sc¨¨ne propiamente dicho¡±. Yo aqu¨ª vengo a defender la puesta en escena, el teatro, la construcci¨®n del personaje. La vida, en definitiva, que tiene que ver m¨¢s con eso que con la obsesi¨®n con el autocuidado, el autoconocimiento y todo lo auto, incluidos los autos.
El discurso predominante hoy en la industria de la belleza es si te sientes bien por dentro, te sentir¨¢s bien por fuera. Lo compro. Y tambi¨¦n compro el contrario: si te sientes bien por fuera, te sentir¨¢s bien por dentro. Es mucho m¨¢s eficiente. Fake it until you make it, que reza el idioma ingl¨¦s, tan sabio tantas veces. Desde aqu¨ª quiero dar la vuelta al discurso dominante porque a ambiciosa no me gana nadie: vamos a centrarnos en la superficie. Una amiga terapeuta corrobor¨® esta idea y me dijo: ¡°Si no puedes de dentro hacia afuera, prueba de fuera hacia adentro¡±. Habl¨¢bamos de autoestima, otra vez el prefijo de marras. Las mujeres hablamos mucho de eso, demasiado, de su ausencia.
Solo desde la libertad se consigue una superficie bella y ah¨ª est¨¢ impl¨ªcita la idea de que hay muchas bellezas. Cada uno construye su imagen como quiere y as¨ª debe ser. En belleza solo hay tres normas: la higiene, la protecci¨®n solar y no destrozar m¨¢s este planeta. A partir, de ah¨ª, inventemos. Yo no uso retinol, aunque s¨¦ que es la panacea. Tengo una melena larga porque no creo que a medida que se van cumpliendo los a?os haya que ir cort¨¢ndose el pelo. Uso perfume de incienso en verano. Cuando estoy de viaje a veces empleo la misma crema en el cuerpo y en el rostro. Y lo hago mir¨¢ndome al espejo. Este artilugio m¨¢gico ha vivido horas bajas con el ¡°no te mires, no a la vanidad, lo importante es lo que no se ve¡±. No. Que no. Mil veces no. M¨ªrate al espejo y sonr¨ªe. Fake it until you make it.
Paso tiempo en redes sociales escudri?an- do maneras de cuidarse y embellecerse. Disfruto de ese caos porque habla de que somos muchos y diferentes. Cuando todo el mundo te dice qu¨¦ debes hacer lo mejor es hacer lo que cada uno quiera. Seamos cosm¨¦ticamente libres, como el sol cuando amanece. Todos somos muchas personas. Yo soy esa que un d¨ªa se pinta los p¨¢rpados de verde para acudir a una fiesta, como si fuera en un anuncio de Maybelline de los setenta, y al d¨ªa siguiente va a otra (Madrid pone fiestas todos los d¨ªas) con los ojos desnudos. No quiero vivir en un mundo en el que hay una sola autoridad. Yo soy la m¨ªa y usted es la suya. En la fiesta a la que llev¨¦ los ojos verdes conoc¨ª a Tansy, una brasile?a que est¨¢ al frente del proyecto A Hotel Life. Llevaba el p¨¢rpado con un peque?o c¨ªrculo de color, como una gota. Tras las presentaciones tuve que poner ese tema por delante de todo. Las mujeres somos maravillosas; nos hermanamos en una d¨¦cima de segundo con la excusa de una sombra de ojos. La mise en sc¨¨ne no solo da poder, tambi¨¦n une: al d¨ªa siguiente ya nos hab¨ªamos escrito.
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