No digas ?s¨ª? cuando quieres decir ?no?: por qu¨¦ cuesta tanto negarse
La comunicaci¨®n asertiva, la autoestima y sobre todo, aprender qu¨¦ batallas merece la pena librar, pueden ayudarnos a liberarnos de la carga de mostrarnos disponibles sin poder estarlo.
De ni?os todos pasamos por una etapa en la que, a cualquier pregunta, la respuesta parece ser siempre la misma: ¡°no¡±. Con el tiempo, en vez de aprender a modular el uso de esta palabra m¨¢gica, parece que nos olvidemos de la misma. Tanto que acabamos asumiendo m¨¢s cargas de las que deber¨ªamos. Lo ilustraba a la perfecci¨®n Roc¨ªo Quillahuaman?en una de sus animaciones para Yorokobu. Con un tono c¨®mico, recordaba como el exceso de carga mental y laboral, por no decir no, nos puede llevar a situaciones casi surrealistas. ?Alguien m¨¢s que tenga la cabeza en otra parte como para ducharse con gafas e intentar abrir la puerta de casa con la visa o el abono transportes?
¡°No decir ¡®no¡¯ por supuesto que tiene consecuencias, nos afecta. Organizamos nuestros d¨ªas dependiendo de nuestro trabajo, de nuestros objetivos y metas. Cualquier responsabilidad externa nos va a resultar, aunque sea m¨ªnimamente, molesto¡±, apunta el psic¨®logo Rafael Salom, del Hospital Vithas Aguas Vivas (Valencia).
Entonces, ?por qu¨¦ nos sigue costando tanto decir ¡°no¡±?
Decir no, ?m¨¢s dif¨ªcil en el trabajo?
En su v¨ªdeo, Roc¨ªo Quillahuaman apuntan a algunas ideas. ¡°Este es el caso de Joana, una chica cuyo entorno social, cultural y laboral le ha ense?ado que tiene que decir que s¨ª a todas las propuestas laborales que surgen, porque todo es una oportunidad que no se puede desaprovechar¡±. ?Es eso lo que realmente nos pasa?
¡°Hay muchas causas que marcan nuestra capacidad para poner l¨ªmites o a negarnos a peticiones de los dem¨¢s¡±, contin¨²a Salom, en busca de una posible explicaci¨®n. ¡°Normalmente, hay algunas creencias err¨®neas que mantienen el problema y hacen que nos resulte m¨¢s complicado. Una de ellas es el sentirnos culpables. Tambi¨¦n, por baja autoestima, o miedo a la reacci¨®n de la otra persona¡±.
Este miedo se aplica especialmente al entorno laboral, donde pensamos que decir no puede acarrear consecuencias negativas, pero tambi¨¦n en nuestro d¨ªa a d¨ªa. ¡°En l¨ªneas generales nos cuesta ser asertivos, pero en el plano laboral probablemente sea a¨²n m¨¢s dif¨ªcil porque, aparte de estar implicadas nuestra emociones, autoconcepto, etc., hay una jerarqu¨ªa laboral¡±, a?ade el tambi¨¦n psic¨®logo Jes¨²s Matos.
¡°Muchas veces nos ponemos en lo peor pensando que por el hecho de decir que no nos pueden despedir. Y puede que en algunas ocasiones llegue a ser as¨ª, pero normalmente un trabajador con altas capacidades de inteligencia emocional y asertividad (como para saber cu¨¢ndo y c¨®mo decir no) es muy bien valorado¡±, reflexiona el experto.
Un problema de equilibrio
El problema de no aprender a decir no, es que supone algo as¨ª como un estr¨¦s acumulativo. No nos relajamos nunca, porque volvemos a caer en el mismo error, y volvemos a sentirnos saturados de nuevo. As¨ª entramos en un ciclo al que no sabemos c¨®mo poner fin. ¡°Si persistimos en nuestra necesidad de decir a todo que s¨ª, la acumulaci¨®n de tareas ser¨¢ cada vez m¨¢s extensa¡±, insiste Jes¨²s Matos.
La cuesti¨®n es que no se trata de decir a todo que s¨ª, pero tampoco a todo que no, sino de saber encontrar el justo equilibrio. ¡°Una de las claves es seleccionar las batallas en las que queremos participar¡±, afirma Matos. ¡°Probablemente sea muy inteligente emocionalmente ceder en aquellas cuestiones que tienen menos importancia para nuestro bienestar, y mantenernos firmes en aquellos momentos en el que poner l¨ªmites es importante para nosotros¡±.
En este sentido, antes de empezar a lanzar ¡°no¡± a todo, ¡°tendremos que detectar aquellas situaciones en las que no estamos poniendo l¨ªmites y evaluar qu¨¦ ocurrir¨ªa si comenz¨¢semos a hacerlo¡±. Y quien dice situaciones, tambi¨¦n puede aludir a personas o a clientes, en el caso del trabajo.
Herramientas para aprender a decir no
Teniendo claro por qu¨¦ nos cuesta, lo que nos supone y que la clave est¨¢ en saber discernir los encargos, personas u ocasiones, la siguiente pregunta del mill¨®n es saber cu¨¢les son las mejores herramientas para aprender a decir ¡°no¡±.
¡°A la hora de decir ¡®no¡¯, la clave no solo es decirlo, sino encontrar la mejor forma de comunicarlo. Debemos ser respetuosos, sin generar violencia ni malestar a los dem¨¢s, y ser claros en la decisi¨®n que tomemos. Una de las claves es la regulaci¨®n emocional, c¨®mo entendemos y gestionamos nuestras emociones ante este tipo de situaciones¡±. As¨ª, ¡°c¨®mo regulemos estas emociones va a determinar c¨®mo va a ser nuestra respuesta asertiva¡±, es el primer consejo que da Rafael Salom.
El psic¨®logo Xavier Sav¨ªn?tambi¨¦n hace su reflexi¨®n al respecto, aportando algunas herramientas importantes. Por ejemplo, no contestar a las demandas de forma inmediata, sino darnos un tiempo para valorarlas con la mente despejada. ¡°Es mejor agradecer que nos tengan en cuenta, pero aparcar la respuesta, diciendo que en cuanto tengamos un momento llamamos para hablarlo. Una vez solos, ya podemos valorar la petici¨®n, sin la influencia de la emoci¨®n de quien nos pide el favor¡±.
Pese a que comuniquemos de forma asertiva y nos tomemos nuestro tiempo, debemos asumir que no siempre vamos a encontrar una cara sonriente al otro lado. A¨²n m¨¢s, si no est¨¢n acostumbrados a nuestras negativas. ¡°Lo normal es que cuando empezamos a decir que no en situaciones que antes dec¨ªamos que s¨ª, el entorno reaccione, por lo que hay que estar preparados a nivel emocional para ello¡±, advierte Matos.
Para ello, algo que debemos trabajar por adelantado es nuestra autoestima. ¡°La realidad es que cuando decimos que no, los dem¨¢s ven que nos respetamos a nosotros mismos y por tanto nos respetan m¨¢s. Normalmente ser capaces de decir que no implica un buen nivel de autoestima¡±.
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