?Qu¨¦ falla en nuestra idea de amor rom¨¢ntico?
?En contraposici¨®n al amor rom¨¢ntico, yo propondr¨ªa el concepto de ¡®amor sano¡¯, una visi¨®n m¨¢s realista, el¨¢stica e igualitaria, que se dise?a poco a poco, al gusto de las partes¡±, apunta Ana Y¨¢?ez, psic¨®loga y sex¨®loga.
Cuenta Arist¨®fanes que, en un principio, los sexos de los hombres no eran dos sino tres: masculino, femenino y andr¨®gino. Estos seres ten¨ªan formas circulares con dos caras opuestas, cuatro brazos, cuatro piernas y todo lo ten¨ªan doble, incluyendo los sexos. Los masculinos descend¨ªan del Sol, los femeninos de la Tierra y los andr¨®ginos (que ten¨ªan genitales de hombre y mujer) de la Luna.
Los antiguos hombres, llenos de vigor y orgullo, planearon conspirar contra Zeus por lo que ¨¦ste decidi¨® castigarles parti¨¦ndolos por la mitad. Orden¨® tambi¨¦n a Apolo que girara sus rostros en direcci¨®n al corte para que recordaran su castigo y hacia un agujero en su vientre, que luego se llam¨® ombligo. Los seres humanos partidos intentaban abrazarse para unirse de nuevo y, ante su fracaso y no queriendo vivir separados, mor¨ªan de pena y hambre. Para evitar esta desgracia, Zeus decidi¨® que se les giraran sus ¨®rganos sexuales, de modo que, al encontrarse, si eran hombre y mujer pod¨ªan llevar a cabo la reproducci¨®n (antes nac¨ªan de la tierra) y, si eran del mismo sexo, al menos disfrutaban con el contacto. Deseosos de ser plenos, los hombres partidos buscaban su otra mitad para volver a sentirse como antes, para recuperar su esencia. El amor, por tanto, era la ¨²nica manera de perseguir, alcanzar y recuperar esa plenitud.
Esta idea y papel del amor no ha variado demasiado a lo largo de la historia de la humanidad. Seg¨²n Coral Herrera G¨®mez, licenciada en Humanidades y Comunicaci¨®n Audiovisual, con ¨¦nfasis en Teor¨ªa de G¨¦nero; adem¨¢s de autora de varios libros sobre el tema que nos ocupa como La construcci¨®n sociocultural del Amor Rom¨¢ntico (Fundamentos, 2011), ¡°esta idea se gest¨® en los or¨ªgenes de nuestra cultura occidental. En la cosmogon¨ªa griega, Zeus y Hera son un matrimonio t¨ªpico. El objetivo de ¨¦l es ponerle los cuernos a su mujer; y el de ella es evitarlo, vigilar a su esposo y castigarle cuando es infiel. As¨ª se pasan miles de a?os, entretenidos en una lucha de poder absurda, jugando al gato y al rat¨®n, haci¨¦ndose rabiar y tratando de imponerse al otro a toda costa¡±.
Otro momento importante en la trayectoria de este mito es el Amor Cort¨¦s que, como cuenta Herrera, ¡°surge en la Edad Media como un arte masculino inventado para enamorar a las damas y poder entrar en la corte de los reyes. Los hombres se arrodillan, se someten a las mujeres y componen poemas para subir la autoestima y el ego de la elegida y, as¨ª, derretir su corazoncito. Digamos que es el ¨²nico momento de gloria en la vida de las f¨¦minas: el tiempo en el que intentan ser cortejadas por un hombre. Cuanto m¨¢s se resistan, m¨¢s especiales se sienten. Es s¨®lo un espejismo rom¨¢ntico, pero todav¨ªa sigue funcionando¡±, apunta Coral, que trabaja colectivamente en La Escuela del Amor, un espacio virtual de estudios sobre el amor rom¨¢ntico, y en el Laboratorio del Amor.
¡°Y luego viene el Romanticismo, cuando surge la burgues¨ªa. Para disfrazar el contrato econ¨®mico del matrimonio, se inventa una forma de amar muy parecida a la de una religi¨®n, con sus milagros, m¨¢rtires, mitos, relatos, creencias, mandamientos, falsas promesas, su infierno y su para¨ªso. Las mujeres se engancharon masivamente a este modelo de amor idealizado porque para ellas supon¨ªa una liberaci¨®n. Ya no quer¨ªan casarse con viejos babosos, sino con hombres a los que amaban para vivir unidos por toda la eternidad. Hoy en d¨ªa, con la globalizaci¨®n, todo el mundo busca enamorarse como una forma de escapar a la soledad y a la crueldad del individualismo. Ninguno quiere morir solo en su casa sin que nadie se entere o a nadie le importe¡±, se?ala esta activista para la que ¡°otras formas de quererse son posibles¡±.
El sentimiento de amor es elaborado
Casi todos los conceptos que barajamos y que dise?an cada parcela de nuestras vidas han sido ya elaborados cultural y sociol¨®gicamente y el amor, la forma en que vivimos nuestra dimensi¨®n emocional con sus sentimientos, deseos y pasiones, no se escapa a esta regla. Como apunta Ana Y¨¢?ez, psic¨®loga, sex¨®loga y directora del Instituto Cl¨ªnico Extreme?o de Sexolog¨ªa, ¡°el amor se puede expresar de innumerables formas, pero al amor en pareja se le da una dimensi¨®n especial, se piensa que es el estado ideal del ser humano, aunque la biolog¨ªa nos haya demostrado que la monogamia es algo bastante raro en el mundo animal. El enamoramiento es fugaz, lo que si dura m¨¢s tiempo es el sentimiento de amor, que hay que cultivarlo y construirlo d¨ªa a d¨ªa porque es algo elaborado. En contraposici¨®n al amor rom¨¢ntico, yo propondr¨ªa el concepto de ¡®amor sano¡¯, una visi¨®n m¨¢s realista, el¨¢stica e igualitaria, que se dise?a poco a poco, al gusto de las partes¡±.
¡°El amor rom¨¢ntico, el modelo de relaci¨®n que debe haber entre un hombre, una mujer o entre personas del mismo sexo, est¨¢ basado en premisas sin equivalentes en el mundo real, por no decir imposibles, y muy dif¨ªciles de conseguir¡±, contin¨²a Y¨¢?ez. ¡°El hasta que la muerte nos separe, los celos, la necesidad de vivirlo en exclusividad (apart¨¢ndose incluso de los amigos), el quien bien te quiere te har¨¢ sufrir, el anularse como persona para pasar a ser una pareja o el sufrimiento que conlleva una ruptura (sobredimensionado por el entorno y la sociedad), son cualidades que parecen m¨¢s dise?adas para el sufrimiento que para el disfrute. Sin embargo, continuamos con ellas¡±, apunta esta sex¨®loga.
?Efectos colaterales de la idea tradicional del amor en los dos sexos
?La sociedad manda mensajes diferentes a ambos sexos sobre c¨®mo deben amar y manejar sus sentimientos. A priori, las mujeres tienen siempre las de perder, pero si uno profundiza m¨¢s en la idea del amor rom¨¢ntico ver¨¢ que ellos tampoco salen ganando.
Seg¨²n Coral Herrera G¨®mez, ¡°a las mujeres nos ense?an a poner el amor en el centro de nuestras vidas; para los hombres, en cambio, el amor es una cosa m¨¢s entre otras muchas (negocios, trabajo, deportes, amigos, aficiones). Para muchas mujeres en el mundo el amor es la salvaci¨®n (de la pobreza, de la explotaci¨®n, de una familia castradora, de una vida aburrida), mientras que ellos se defienden del amor porque creen que es el arma que tenemos nosotras para dominarlos. Temen perder su poder, su autonom¨ªa y su libertad si se enamoran, as¨ª que se piensan mucho lo de formar pareja y adquirir un compromiso. Nosotras queremos vivir un amor de pel¨ªcula, ellos quieren estar tranquilos y tener todo bajo control. Nosotras queremos hablar de c¨®mo nos sentimos, ellos tienen serios problemas para dejar ver su vulnerabilidad, para hacer autocr¨ªtica, para compartir sus emociones o profundizar en s¨ª mismos¡±.
Nuestras relaciones son, por tanto, interesadas y no parten de la igualdad o la libertad sino de la necesidad, lo que nos impide disfrutar del amor. ¡°Este desequilibrio provoca que vivamos constantemente en luchas de poder por dominar al otro o imponerle nuestro modelo amoroso. Nos cuesta tratarnos con amor porque el mundo es jer¨¢rquico y muy violento, y el amor precisa de solidaridad, empat¨ªa, generosidad y trabajo en equipo. Hay que liberar al amor del patriarcado, desmitificarlo, desaprenderlo y reinventarlo, para que podamos disfrutarlo todos y todas¡±, sentencia Herrera.
Alternativas al amor rom¨¢ntico
?Prescindir de este modelo es complicado porque supone nadar a contracorriente y estar dispuesto a recibir el chaparr¨®n de cr¨ªticas, a pesar de que la idea vigente de amor y de lo que deben ser las relaciones amorosas cuente con m¨¢s fracasos que ¨¦xitos.
Coral Herrera apuesta por lo que ella llama el ¡®amor compa?ero¡¯ o el ¡®acompa?amiento amoroso¡¯. ¡°Mi romanticismo siempre consisti¨® en ser querida como una compa?era. No siempre lo logr¨¦ por las resistencias de los chicos a considerarte una igual, especialmente en la adolescencia. Ahora disfruto mucho del amor porque lo vivo en pareja, desde la filosof¨ªa del compa?erismo. Nos tratamos bien, nos queremos, somos honestos, nos comunicamos con cari?o, nos acompa?amos, nos divertimos, y gestionamos los conflictos desde el amor, tratando siempre de no hacer da?o al otro y de hablar sobre lo que estamos sintiendo. Para m¨ª es esencial poder construir una relaci¨®n igualitaria, en horizontal, que no se encierre en s¨ª misma y que se nutra de la libertad de ambos miembros de la pareja para estar juntos, o para separarse si lo desean. Claro que hay que trabaj¨¢rselo mucho, individual y colectivamente, para poder llegar a relacionarnos como compa?eros de vida, de viaje; y hay que acabar con las estructuras patriarcales de la dominaci¨®n y la sumisi¨®n, que nos impiden querernos bien¡±.
Herrera es algo esc¨¦ptica respecto a otros modelos de relaci¨®n, como el poliamor, ¡°hemos visto que, desgraciadamente, la mayor¨ªa de las parejas de gays o lesbianas reproducen el modelo hetero de roles, dependencias y relaciones interesadas. En cuando al poliamor lo veo muy claro: o es feminista o es igual de patriarcal que la monogamia¡±.
Miguel Vagalume es sex¨®logo e impulsor de Golfxs con principios, un colectivo dirigido a informar, dar herramientas, recursos y ofrecer todas las piezas posibles con las que los partidarios de las relaciones DIY puedan construirse su propio puzle, su Lego a medida.
¡°Creo que habr¨ªa que revisar tres conceptos entorno a la idea cl¨¢sica del amor¡±, apunta Vagalume, ¡°el mito del amor rom¨¢ntico, con todas sus contradicciones, que puede que a algunos les funcione pero lo que yo critico es que haya solo ese modelo. El segundo aspecto es lo que yo llamo ¡®la escalera mec¨¢nica de las relaciones¡¯, la creencia de que las relaciones de pareja tienen que tener una trayectoria ascendente, subir de nivel, ir a m¨¢s porque si no se ha fracasado. ?Y qu¨¦ pasa si tienen una involuci¨®n o est¨¢n estancadas?, ?significa eso que ya no son v¨¢lidas? Por ¨²ltimo, creo que mucha gente empieza ya a cuestionarse que el rasero de nuestra red afectiva no tiene porque ser, necesariamente, la pareja. Es lo que se llama la anarqu¨ªa relacional, que se cuestiona la amatonormatividad¡±.
El poliamor en todas sus formas, lejos de ser la orgia perpetua que muchos creen, podr¨ªa ser definido como una manera m¨¢s de complicarse la existencia, algo solo apto para atrevidos. ¡°Hay que ser m¨¢s creativo, flexible, tolerante y tener claro de antemano que todo el mundo va a estar en contra y te va a predecir infinitos desastres¡±, cuenta Miguel, ¡°pero la gente que abraza esta opci¨®n es gente que no est¨¢ contenta con la idea tradicional de lo que debe ser el amor y que busca otras opciones. Algo que no deber¨ªa parecernos tan raro. Ya en el libro The Secrets of Enduring Love, de Meg John Barker y Jacqui Gabb, que profundizaba en los rasgos y caracter¨ªsticas de las parejas felices y duraderas, se llegaba a la conclusi¨®n de que el par no da para mucho. Las uniones que m¨¢s duran, seg¨²n la obra, son las que tienen m¨¢s de dos ?elementos: hijos, una mascota o un proyecto en com¨²n¡±.
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