?Adicto a Facebook?
Somos legi¨®n. Sugerimos trucos para llevarlo mejor.
![Jessica Alba Facebook](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YEKA5K3JCNJFHETCUG4PVHMWH4.jpg?auth=bba8df83915ccbdb22868d998afb6ced69e5e066b3003e61de19bc34db16927e&width=414)
La l¨ªnea entre ser un entusiasta de las redes sociales y un adicto es cada vez m¨¢s delgada, de acuerdo con un nuevo estudio de la Universidad de Bergen, en Noruega, que compara la adicci¨®n a Facebook con la que producen las drogas o el alcohol.
?Es para tanto? Una encuesta realizada en Gran Breta?a por la agencia de publicidad McCann mostr¨® que dos terceras partes de los usuarios de menos de 35 a?os creen que Facebook tiene m¨¢s influencia que el Gobierno brit¨¢nico. Por otro lado, una tercera parte de los participantes asegur¨® que no renunciar¨ªa a usar la red por ninguna cantidad de dinero.
¡°Yo lo dejar¨ªa por 350 euros¡±, bromea I?aki Berazaluce. Este periodista, que lleva varios a?os escribiendo para un pu?ado de publicaciones digitales, se confiesa adicto. ?Pero c¨®mo no serlo? ¡°Aporta un r¨ªo de novedades. Es id¨®neo par a una mente inquieta, ¨¢vida de material de primera mano,¡± asegura.
El psic¨®logo Iago Taibo Corsanego, que maneja tres cuentas en Facebook (una personal y dos profesionales) cree que lo preocupante es que uno pretenda rellenar sus carencias con las redes sociales. Como ocurre con las drogas, Facebook procura una recompensa inmediata, lo cual es frecuente en la sociedad actual, se?ala Corsanego: ¡°Quiero algo, y lo quiero ahora. Me preocupan los mensajes en los que solicitamos cari?o y soporte y los conseguimos de manera muy r¨¢pida, pero poco satisfactoria¡±.
En su opini¨®n, esto ser¨ªa el equivalente a emborracharse. ¡°Si esa es la manera de afrontar conflictos vitales, pierdes la libertad de actuar y te conviertes en dependiente¡±, indica. Por otra parte, esta inmediatez propicia que nos dejemos llevar por la emoci¨®n en lugar de esperar a que pase el temporal.
Esto s¨®lo es parte del problema. La otra corresponde a la atenci¨®n. Estamos ante un recurso limitado, ?c¨®mo hacer buen uso de ¨¦l? Miguel Quintana, creador Mindfulnets?, una red social para entrenar la atenci¨®n plena (la capacidad de estar en el aqu¨ª y ahora), cree que el truco es este: cada cosa en su momento.?
¡°La sobreestimulaci¨®n de informaci¨®n o la multitarea de forma continua nos hace incrementar tambi¨¦n el gasto de recursos atencionales¡±, se?ala Quintana. La mente tiende a filtrar informaci¨®n, para no saturarnos. Sin embargo, ¡°este sistema de detecci¨®n y filtrado no siempre es efectivo y debemos, de forma intencionada, dirigir nuestra atenci¨®n a lo que realmente es importante¡±.
Quintana propone lo que ¨¦l llama ritual de cierre. Los rituales nos ayudan a tomar conciencia de que es tiempo para empezar o terminar la actividad. Algo tan sencillo como esperar a que todos se sienten en la mesa y que alguien diga "que aproveche" y comencemos a comer, o iniciar la jornada de trabajo con una reuni¨®n de equipo donde se establezcan las intenciones para el d¨ªa. ¡°Con la tecnolog¨ªa, la incorporaci¨®n de un ritual de comienzo y fin nos ayuda a establecer los l¨ªmites y que dicha actividad no se filtre en otras actividades¡±, indica.
Un ejemplo: ¡°Cuando llega la hora de la comida, coloco el m¨®vil boca abajo con suma atenci¨®n. Con este gesto, centro mi atenci¨®n en que no lo atender¨¦ hasta que termine de comer. No lo apago y ello me ayuda a tomar conciencia de cuando saltan avisos de mensajes. Percibo mi impulso para contestar y lo dejo pasar, respetando el tiempo y el espacio que estoy dedicando a la comida. Al finalizar el almuerzo, con gesto lento y atento cierro el ritual y me permito conectarme tecnol¨®gicamente¡±, se?ala Quintana.
Para Taibo Cosanega, la base es conocerse a uno mismo. ¡°Si tienes claro que en tu vida son importantes los abrazos o cuidar de tu cuerpo, por ejemplo, estructurar¨¢s tu tiempo de esa manera¡±.
?Y qu¨¦ hay de esas personas que, como Berazaluce, se ven obligadas a pasar ingentes cantidades de tiempo delante de la pantalla? Las palabras clave parecen ser disciplina mental y rutina. ¡°Lo crucial¡±, se?ala Quintana, ¡°es establecer barreras temporales para evitar el desbordamiento de una tarea ¨Ccomo estar conectados a las redes sociales¨C que puede contaminar lo que hacemos durante el d¨ªa¡±.
Esto llevar¨ªa a establecer franjas en las que s¨®lo nos dedicamos a atender lo que sucede en las redes sociales. ¡°De esta forma evitaremos estar conectados en Facebook y dejar de o¨ªr la persona con la que estamos presentes, o no darnos cuenta de que nos hemos tomado ya el zumo de naranja en el desayuno¡±, dice Quintana.
La escala desarrollada por Cecilie Schou Andreassen, la psic¨®loga al frente del estudio de Noruega, que busca dictaminar si existe esta dependencia se basa en criterios como pasar mucho tiempo pensando en Facebook o planeando su uso; sentir un impulso para usarlo m¨¢s y m¨¢s; usar Facebook para olvidarte de tus problemas personales; haber intentado reducir su uso sin ¨¦xito o usarlo tanto que perjudica tu trabajo o tus estudios.
Seg¨²n este estudio, la dependencia se produce m¨¢s frecuentemente entre los j¨®venes. Las personas ansiosas e inseguras usan m¨¢s Facebook, probablemente porque les resulta m¨¢s f¨¢cil comunicarse virtualmente que en un cara a cara, seg¨²n Andreassen. Las mujeres tienen m¨¢s riesgos, quiz¨¢s por la naturaleza social de la red, mientras que la gente m¨¢s organizada y ambiciosa tiene menos riesgos de caer en esta adicci¨®n ya que usan los medios sociales como parte integral de su trabajo.
Otro motivo para no engancharnos demasiado es que no sabemos cu¨¢nto durar¨¢. En opini¨®n de Berazaluce, ¡°tal y como est¨¢ siendo vandalizada por las marcas y saturada de publicidad, ser¨¢ abandonada en no mucho tiempo por una parte sustancial de los usuarios¡±.
Natalia Mart¨ªn Cantero es periodista con cuenta en Facebook: nmartincantero
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