Comprender a un ni?o trans: ¡°De mayor quiero ser una chica¡±
La Fundaci¨®n Daniela celebra las I Jornadas sobre ni?os y adolescentes transexuales para informar a la sociedad sobre este colectivo y tratar de erradicar acosos y discriminaciones.
Daniela naci¨® en un cuerpo equivocado. Un cuerpo que sus familiares y compa?eros de clase clasificaron de ni?o, pero ella empez¨® muy temprano a mostrar su verdadera identidad sexual. Le gustaban las mu?ecas, vestirse con las ropas de sus hermanas, los pintalabios y lacas de u?as de mam¨¢, que llevaba secretamente al colegio para pintarse y dibujar princesas. ¡°Al principio pensamos que era un ni?o amanerado y que probablemente ser¨ªa un adulto homosexual¡±, cuenta ?frica M. Pastor, su madre, ¡°pero poco a poco empez¨® a decir ciertas cosas que nos hicieron sospechar que hab¨ªa algo m¨¢s. La primera de todas fue un d¨ªa, cuando mi marido estaba explicando a sus hermanos la diferencia cromos¨®mica de los g¨¦neros XX y XY. Les dec¨ªa que al principio todos somos XX pero luego a algunos se les cae un palito de la X y se quedan en XY. Daniela que estaba escuchando dijo enseguida: "Entonces a m¨ª se me ha ca¨ªdo un palito que no ten¨ªa porque haberse ca¨ªdo¡±.
En otra ocasi¨®n Daniela volvi¨® del colegio muy contenta. Era la semana de los cuentos e iban a escenificar Alicia en el pa¨ªs de las maravillas, y ella quer¨ªa hacer de la protagonista. Su padre le dijo que deb¨ªa entender que no era una ni?a y que nunca lo ser¨ªa. ¡°En ese momento dio un grito de dolor que nunca olvidar¨¦¡±, recuerda ?frica. Por entonces Daniela estaba muy triste, no quer¨ªa celebrar su cumplea?os, ni salir, ni siquiera escribir la carta a los Reyes Magos, ?para qu¨¦, si nunca le tra¨ªan las mu?ecas y cosas que ella les ped¨ªa? Adem¨¢s, en el colegio muchos ni?os se met¨ªan con ella, no la admit¨ªan en sus juegos o la llamaban ¡°maric¨®n¡±. Sus ¨²nicos compa?eros eran dos amigos imaginarios y una bolsa de pl¨¢stico que cobraba vida. Los profesores se dieron cuenta de que algo grave pasaba, al comprobar que los test de ansiedad que le hicieron daban valores muy altos. Enseguida avisaron a la familia para decirles que algo iba mal. A pesar de que el colegio era un calvario para Daniela all¨ª encontr¨® a un profesor un poco m¨¢s comprensivo, que dec¨ªa que Dios nos quer¨ªa a todos, aunque fu¨¦ramos distintos. Fue entonces cuando aprovech¨® para explicarle que ella era una ni?a y que no le gustaba que la trataran como a un chico. ¡°Enseguida nos llamaron del colegio y nos contaron todo¡±, recuerda ?frica, ¡°fue entonces cuando la palabra transexual empez¨® a resonar en nuestras cabezas, con toda su carga negativa. A partir de entonces empezamos a buscar informaci¨®n, a contactar con gente que hubiera vivido el mismo caso, a ponerle una etiqueta a la situaci¨®n a la que nos enfrent¨¢bamos¡±.
Un d¨ªa nuestra protagonista le pidi¨® a su madre que la bautizara y le pusiera un nombre de ni?a. ¡°Eligi¨® Daniela y con una concha yo misma lo hice. A partir de entonces nuestra hija encontr¨® en la familia un espacio donde pod¨ªa ser ella misma. Se lo explicamos todo a sus hermanos y a los familiares cercanos y, poco a poco, empez¨® a sentirse m¨¢s feliz y segura. Pero esa seguridad hizo que en clase se mostrara m¨¢s abierta. Les contaba a sus compa?eros que de mayor iba a ser una chica y esto no gust¨® al colegio cat¨®lico al que iba. A los siete a?os la expulsaron, diciendo que daba mal ejemplo y que nos enviar¨ªan a un profesor particular a casa, pero nunca lleg¨®¡±, recuerda su madre. Su nombre e historia fue el germen de la Fundaci¨®n Daniela ¨Cse cre¨® en septiembre del a?o pasado¨C, que pretende servir de apoyo a otros ni?os y familiares que se enfrentan a la misma situaci¨®n. ?frica, vicepresidenta de la misma, recalca que una de las funciones de esta asociaci¨®n es la de ¡°dar formaci¨®n a diversos colectivos como m¨¦dicos, especialmente pedagogos, profesores y a ayudar a los j¨®venes transexuales y a sus familias, para que dispongan de m¨¢s herramientas para afrontar la situaci¨®n¡±.
No hay ning¨²n estudio que determine el porcentaje de ni?os y adolescentes transexuales que hay en Espa?a, pero seg¨²n estad¨ªsticas que brinda esta fundaci¨®n; solo el 49% de estos ni?os y adolescentes cuenta con el apoyo de sus familias. La probabilidad de que un menor trans cometa suicidio es 8 veces m¨¢s alta que la de un Cis ¨Ct¨¦rmino que designa a los no trans¨C. Se multiplica tambi¨¦n por 6 la predisposici¨®n a sufrir depresi¨®n y por 2 a consumir drogas. Los problemas en las aulas est¨¢n a la orden del d¨ªa en este colectivo. Si el porcentaje de ni?os LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) que sufren acoso escolar es, en EEUU, del 63%; en Reino Unido, del 55%; y en Australia, del 61%; en Espa?a esta cifra se eleva a un alarmante 90%, seg¨²n el estudio de Cogam (2013), Homofobia en las aulas.
La creciente aparici¨®n de ni?os que manifiestan su verdadera identidad sexual a una edad muy temprana, choca con la idea generalizada de que esto es algo que, generalmente, suele hacerse en la adolescencia. M? del Pilar Gonz¨¢lez Solano, pediatra y vicepresidenta de la Sociedad de Pediatr¨ªa de Madrid y Castilla la Mancha, que adem¨¢s asesora a la Fundaci¨®n Daniela, asegura que ¡°la identidad sexual se forma a los tres a?os de vida, en el desarrollo normal de una persona. Lo que es importante es distinguir entre tres conceptos diferentes: sexo biol¨®gico o sexo de asignaci¨®n; que es el que se determina al nacer, y que est¨¢ basado en la apariencia y en los genitales; identidad de g¨¦nero, que es el sentimiento interno de pertenecer a uno u otro sexo, independientemente de nuestro cuerpo; y orientaci¨®n sexual, que es la atracci¨®n rom¨¢ntica, sexual o afectiva hacia otros, y que puede estar dirigida al sexo contrario, al propio o a los dos. A los tres a?os uno sabe ya su identidad sexual y lo demuestra con sus gustos y preferencias. El problema de los ni?os trans es un problema social. A menudo se les reprime que expresen su identidad sexual y pasan a ser estigmatizados, lo que puede derivar en problemas m¨¦dicos, traumas y hasta suicidio¡±, comenta esta pediatra.
Leo, psic¨®logo, 22 a?os y con residencia en Madrid, naci¨® biol¨®gicamente mujer, pero desde que tiene recuerdos, afirma haberse sentido siempre hombre. De peque?o insist¨ªa en que quer¨ªa llevar el pelo corto y pantalones, poniendo el pretexto de que era un estilo m¨¢s c¨®modo. ¡°No sab¨ªa muy bien lo que me pasaba, me sent¨ªa un bicho raro, siempre desubicado. Lo que m¨¢s me molestaba de todo, es cuando aparec¨ªa la divisi¨®n por sexos, por ejemplo, en los vestuarios, y yo ten¨ªa que ir al de ni?as¡±. As¨ª pas¨® su ni?ez y juventud, sin saber muy bien lo que le pasaba y sin ni siquiera poder expresarlo con palabras. ¡°Afortunadamente en el colegio ten¨ªa un grupo de amigos que me apoyaban y no hac¨ªan demasiadas preguntas. Me aceptaban tal y como era. Eso fue lo que me dio fuerza. Es verdad que soportaba insultos, pero al sentirme arropado por este grupo me daba igual¡±. Poco a poco Leo empez¨® a buscar informaci¨®n en Internet y a ver videos y documentales de otros j¨®venes que estaban en su misma situaci¨®n, sobre todo norteamericanos. Cuando ya estaba en la universidad decidi¨® cont¨¢rselo a su familia. ¡°Mi madre reaccion¨® bien, pero mi padre no quer¨ªa aceptarlo. Estuvimos dos a?os sin hablarnos hasta que finalmente lo entendi¨®¡±.
Leo colabora en calidad de psic¨®logo con la Fundaci¨®n Daniela. ¡°Muchos padres no entienden la necesidad de los ni?os trans de manifestar su identidad sexual y les instan a que la escondan, ¨Cmuchas veces para evitar que sufran discriminaci¨®n por parte de sus compa?eros¨C, pero todos lo hacemos, tanto los trans como los cis. Prueba a decirle a un ni?o que se pinte los labios y se vista de princesita. No le har¨ªa ninguna gracia. Expresar la identidad sexual es un impulso incontrolable¡±.
En lo que todos los expertos coinciden es en que no hay nunca que forzar al ni?o a que verbalice su transexualidad o a que se defina. Seg¨²n Leo, ¡°no hay que adelantar acontecimientos. Es siempre el ni?o el que marca el ritmo. Lo ¨²nico que deben hacer los padres es apoyarlo. Adem¨¢s, no todos los peque?os que muestren un comportamiento m¨¢s propio del sexo contrario que del suyo tienen que ser, necesariamente, trans. A veces solo est¨¢n pasando por una fase¡±.
Oveja Rosa es una revista online que ya ha tratado este tema. Naci¨® en noviembre del 2013 como una publicaci¨®n dise?ada para familias LGTB, pero entre los 250.000 lectores que la siguen en los pa¨ªses de habla hispana, especialmente Espa?a, M¨¦xico y Argentina ¨Cen los que est¨¢ aprobado el matrimonio gay¨C, hay tambi¨¦n muchos padres heteros con hijos trans, que buscan informaci¨®n y consejos.
Desde el punto de vista m¨¦dico, en el Hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid, existe una unidad especializada en el tratamiento de personas transexuales, integrada por m¨¦dicos, psic¨®logos y un equipo interdisciplinar, y que depende de la Seguridad Social. Desde la Fundaci¨®n Daniela, recomiendan que al ni?o trans se le haga un careotipo, para determinar el sexo cromos¨®mico. Seg¨²n el pediatra y endocrino infantil, Diego L¨®pez, esta prueba es crucial para descartar que esa insatisfacci¨®n de g¨¦nero no est¨¢ causada por un motivo biol¨®gico cromos¨®mico, o que no es un caso de hermafroditismo. Puede tambi¨¦n haber adolescentes que manifiesten su deseo de someterse a una operaci¨®n de cambio de sexo en el futuro. En este caso, muchos especialistas recomiendan el uso de bloqueadores hormonales, que frenan la pubertad. Seg¨²n L¨®pez, ¡°as¨ª se evita el desarrollo de los caracteres sexuales -vello, nuez, estructura ¨®sea en los hombres y pechos en las chicas¨C, lo que permite que, m¨¢s adelante, el tr¨¢nsito hacia el otro sexo sea m¨¢s f¨¢cil. Estos bloqueadores se empiezan a administrar antes de la pubertad, entorno a los 12 a?os, son reversibles y no tienen efectos secundarios a largo plazo, aunque pueden producir aumento de peso, sofocos y una sintomatolog¨ªa similar a la de la menopausia¡±.
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