Contra la prisa, la risa
Si no puedes solucionar tus problemas, r¨ªete de ellos.
Cuenta el psic¨®logo Iago Taibo, de PositivArte, que en cierta ocasi¨®n un magistrado del Tribunal Supremo acudi¨® a uno de los talleres de risoterapia que organizan en ese espacio. Al juez, alto y enjuto, le toc¨® emparejarse con un jovencito adolescente, con quien realiz¨® ejercicios tan rid¨ªculos como hacer bailar el rostro por partes: baila la nariz, la boca o las cejas al son de una m¨²sica lo m¨¢s pegajosa posible.
Es dif¨ªcil imaginar a un juez en esa tesitura, pero Taibo asegura que en un taller de risoterapia se vienen abajo las barreras de clase, de educaci¨®n o edad. Y, lo que es m¨¢s importante, ¡°tambi¨¦n caen los cors¨¦s del cerebro¡±.
La risa, como recordar¨¢n quienes hayan le¨ªdo o visto El nombre de la rosa, es un arma temida y poderosa: ¡°la risa mata el miedo y sin el miedo no hay lugar para Dios¡±, dice Jorge de Burgos, el bibliotecario de la abad¨ªa que empe?a su vida en ocultar un libro de Arist¨®teles sobre la comedia, la risa y el humor como transmisores de la verdad.
Sin adentrarnos en esas profundidades, est¨¢ comprobado que el humor nos hace m¨¢s atractivos, productivos y sanos, entre otras muchas cosas. Los beneficios colaterales menos conocidos son numerosos. La risa, por ejemplo, aumenta el ¨¦xito de la fecundaci¨®n in vitro.
¡°Provoca un mont¨®n de efectos pro-salud, que mejoran nuestro funcionamiento a gran escala¡±, dice Taibo. Entre otras cosas, cuando nos re¨ªmos se produce una mayor oxigenaci¨®n, m¨¢s limpieza y compensaci¨®n de las hormonas del estr¨¦s; se bloquean las emociones negativas; act¨²an las endorfinas, bloqueando los receptores del dolor y activando los centros cerebrales del placer.
Todo esto est¨¢ muy bien, pero ?hay vida para los t¨ªmidos? Taibo, que se?ala que ¡°de toda la vida era un payaso¡±, indica que por sus talleres han pasado cerca de 2.000 personas, y que en todo este tiempo, solo una persona se resisti¨®: un hombre que se mantuvo apartado, sentado en un sill¨®n, pero que acab¨® la sesi¨®n parti¨¦ndose de risa.
La mayor¨ªa de las personas que acuden a risoterapia en cualquiera de sus variantes busca compensar el estr¨¦s del d¨ªa a d¨ªa, dice Taibo. Lo ideal, no obstante, es que aprendamos a no estresarnos, a manejar recursos que nos ayuden a mantenernos alejados de la espiral de la queja y de lo negativo.
Eduardo J¨¢uregui, de HumorPositivo, indica que el humor permite distanciarse incluso de las situaciones m¨¢s dram¨¢ticas. Por ejemplo, a J¨¢uregui le llama la atenci¨®n que, en un momento en el que tienen que desprenderse de pr¨¢cticamente todo para seguir adelante, el explorador de la Ant¨¢rtida Ernest Shackleton opta por quedarse con el banyo de uno de los miembros de la expedici¨®n. Seg¨²n cuentan sus memorias, el instrumento les permite continuar tocando canciones sat¨ªricas, en las que se r¨ªen unos de otros. ¡°No podemos cambiar la situaci¨®n, pero podemos bromear sobre el problema¡±, se?ala J¨¢uregui.
La reflexi¨®n tambi¨¦n forma parte de los talleres de Taibo, que propone a los integrantes dos ejercicios sencillos. En primer lugar, dedica cinco minutos a la semana a reflexionar sobre cosas que dependen de ti y te hacen feliz. Se trata de un ejercicio que ayuda a desprenderse de creencias externas y reflexionar sobre nuestros propios valores. ¡°Muchas veces nos montamos en un tren que no es el nuestro¡±, se?ala, ¡°las consultas est¨¢n llenas de este tipo de personas, de vidas llenas de limitaciones para ser m¨¢s feliz¡±.
El segundo ejercicio debe hacerse por la noche y consiste en listar brevemente tres cosas positivas que ocurrieron a lo largo del d¨ªa. Con la multitud de impresiones sensoriales que recibimos a lo largo de cada jornada, es muy posible que ese alegr¨®n que te llevaste por la ma?ana se te haya olvidado por la tarde.
Nada nuevo bajo el sol. En el siglo VI a.C, los tao¨ªstas ense?aban que una sonrisa dedicada a uno mismo asegura salud, felicidad y longevidad. En la Edad Media, los bufones hac¨ªan gracias en los banquetes no s¨®lo para entretener, sino tambi¨¦n para favorecer la digesti¨®n.
Los estudios sobre el uso terap¨¦utico de la risa, sin embargo, no llegaron hasta mucho despu¨¦s, de la mano del periodista Norman Cousins, autor de Anatom¨ªa de una enfermedad, donde narra c¨®mo se enfrent¨® a la enfermedad incurable y muy dolorosa que padec¨ªa con la ayuda de, entre otras cosas, pel¨ªculas de los hermanos Marx.
El nombre de Cousins va unido al del m¨¦dico norteamericano Patch Adams, responsable de la inclusi¨®n de la risoterapia en la medicina moderna. Hollywood llev¨® al cine su vida ¨Co, al menos, una edulcorada versi¨®n de ella¨C en la pel¨ªcula que lleva su nombre, donde Adams combate la frialdad y distancia de la clase m¨¦dica con narices de payaso. Porque, como dice Patch en sus famosas recetas, ¡°el acto m¨¢s revolucionario que puedes cometer en la sociedad de hoy es ser feliz en p¨²blico¡±.
Natalia Mart¨ªn Cantero es periodista. Si quieres ponerte en contacto con ella escribe a natalia@vidasencilla.es
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