Del pelotazo del crossfit al bikram yoga: as¨ª cambi¨® nuestra manera de hacer deporte
Los entrenadores personales sustituyen a los cursos de formaci¨®n en la empresa y feudos masculinos como el crossfit se feminizan. Activar el f¨ªsico ahora incluye gestionar el estr¨¦s de la mente.
El deporte ya no quiere mirarse al espejo. ?Encontrarse bien es una consecuencia del entrenamiento, no es el fin en s¨ª. Antes, el ejercicio era m¨¢s egoc¨¦ntrico y corporal, hoy est¨¢ relacionado con el bienestar?, nos cuenta Antonio L¨®pez, entrenador personal y fundador de Saludando. La filosof¨ªa la corrobora el informe de tendencias de 2017 de la prestigiosa American College of Sports and Medicine y que ha inspirado este reportaje. ?Es contagioso, cada vez se anima m¨¢s gente a ejercitarse. Cuando empezamos a entrenar a personal de una empresa, la primera semana se apuntan cuatro personas y a las dos, 15. La mayor¨ªa llega oxidada, despu¨¦s de a?os sin hacer nada?, explica Beatriz Crespo, responsable de Freedom and Flow Company. El sedentarismo empieza pronto en Espa?a: los ni?os y adolescentes de entre 5 y 17 a?os no cumplen las recomendaciones de la OMS de actividad f¨ªsica, seg¨²n un informe de Anibes. Tampoco en alimentaci¨®n: el estudio Aladino, del Ministerio de Sanidad, ha relacionado la obesidad infantil con el abuso de boller¨ªa industrial. Y eso que sobran inspiraci¨®n y opciones, como nos cuentan los protagonistas de las nuevas disciplinas.
El pelotazo del ¡®crossfit¡¯
Es uno de los deportes con m¨¢s tir¨®n en los ¨²ltimos a?os. ?En 2011 lo practicaban bomberos, polic¨ªas, pilotos o atletas retirados. Hoy se ha popularizado y feminizado; en este gimnasio la proporci¨®n es de 55% hombres y 45% mujeres. Suelen tener entre 30 y 45 a?os, con un perfil profesional alto y diferente al est¨¢ndar: se exigen mucho?, detalla Arturo Mart¨ªn, de 39 a?os, director de Crossfit Gran V¨ªa (desde 70 euros tres clases semanales), un centro abierto hace seis meses en Madrid. A nuestro alrededor, varios clientes levantan barras de 20 kilos y hacen sentadillas en un circuito con pinta de yinkana. El crecimiento de este m¨¦todo de alto rendimiento es imparable, hace cuatro a?os hab¨ªa unos 50 centros; hoy, 325 (datos de Reebok).
Su evoluci¨®n y triunfo son elocuentes: hablan sobre la madurez del deporte en nuestro pa¨ªs. ?Hay mucha m¨¢s concienciaci¨®n sobre sus beneficios?. Sorprende que una cultura minoritaria que se dio a conocer a trav¨¦s de v¨ªdeos de YouTube hace diez a?os haya calado tan hondo. M¨¢s a¨²n habida cuenta de la parafernalia y la etimolog¨ªa que la rodea. ?Todo el mundo puede ser crossfitter, pero existen unos requisitos para el profesor y para el box (el espacio). Para ser un centro acreditado, el establecimiento debe contar con al menos un entrenador nivel 1 (certificado, hay cuatro niveles) y con unas medidas recomendadas por la central en EE UU?.
Sudar yoga
En una clase de bikram sudan hasta las paredes. La profesora, tambi¨¦n, pero no tanto; ella dirige y corrige las 26 posturas de este tipo de yoga que practican millones de personas en el mundo y que se realiza a 42 grados. ?Cualquier disciplina necesita calentamiento; aqu¨ª la temperatura evita lesiones, su misi¨®n es sanar?, explica Keila Vel¨®n, de 34 a?os y ganadora de cuatro campeonatos de yoga en Espa?a. Esta pr¨¢ctica nacida en los a?os 70 tiene algo de psicol¨®gico. ?Incorpor¨® el espejo al yoga. Aqu¨ª te enfrentas a ti mismo; 90 minutos extenuantes y medio en pelotas con todas tus miserias delante. Toda una experiencia?, describe esta madrile?a. ?Es un trabajo completo; de arriba abajo y de dentro afuera; cada mol¨¦cula, cada c¨¦lula se ejercita. Sus efectos se notan en seguida, es m¨¢gico, te cambia la vida?. Las clases en Bikram Yoga Centre (78 euros/cinco clases) donde Vel¨®n trabaja, dibujan un perfil del yoguini bastante dispar: chicos de 14 a?os, se?oras de 60, emprendedores¡ ?Todav¨ªa vemos pocos hombres; existe demasiado desconocimiento. Se piensan que nos sentamos a meditar¡ El rendimiento de dos principiantes que tuve cuando ense?aba en Miami lo ilustra muy bien: uno era un boxeador fornido y enorme y la otra un ama de casa. Ella llegaba siempre m¨¢s lejos, porque mentalmente era mucho m¨¢s fuerte?. Otros alumnos de Vel¨®n: ?Zidane practica en este centro; hasta cerramos una vez para darle clase a Lady Gaga, que es superbikramera. Siempre dice que es capaz de subirse a un escenario gracias a esta disciplina?.
Hacer turismo con la lengua fuera
Todo empez¨® en Nueva York, donde hace un par de a?os, los hoteles empezaron a contentar a sus clientes mil¨¦nicos. Esterilla de yoga en el armario de la habitaci¨®n, servicio de rutas para runners y botella y toalla al volver de correr por la ciudad. Un servicio con el que cuentan varios hoteles en Espa?a, como el Urban de Madrid o el reci¨¦n inaugurado Artiem (desde 21 € por persona), con el que colabora Antonio Pastor, cofundador de Personal Running (37 euros/sesi¨®n). ?El ejercicio es como comer, es parte de la vida; cuando viajamos, lo normal es llev¨¢rselo consigo. En mi opini¨®n, la mejor medicina es el deporte?, plantea. ?Nosotros entrenamos a hu¨¦spedes de clase media alta que se est¨¢n preparando para una competici¨®n. Elaboramos su entrenamiento en base a un cuestionario y a una entrevista telef¨®nica. Preferimos el ejercicio al aire libre, ya sea diciembre o agosto, esa es nuestra filosof¨ªa. Las rutas son de 5, 10 o 15 km, y ayudan a conocer la ciudad?. De EE UU y Australia proceden los campamentos de entrenamiento, otra fiebre. ?Duran una semana y permiten que el corredor popular se sienta un profesional. El hu¨¦sped se dedica a entrenar, comer y dormir. No hace otra cosa. El 80% son hombres. Es una cuesti¨®n cultural¡ A la mujer todav¨ªa le asusta este formato, pero desde 2014 vemos a muchas m¨¢s?.
Entrenar la mente
?El paradigma ha cambiado, no se trata de olimpismo; sino de una herramienta de cuidado personal. Adem¨¢s, la mentalidad ya no es la misma que hace cinco a?os, nos damos cuenta de que no existen deportes de hombres o mujeres. La mejor versi¨®n de s¨ª mismo no tiene g¨¦nero ni edad. Por eso, cada vez vemos a m¨¢s mujeres en competiciones?, razona Antonio L¨®pez, de 31 a?os. ?Como sociedad sufrimos el s¨ªndrome del ?lo dejo para ma?ana?, lo bueno de una carrera o un triatl¨®n es que con una meta, el calendario se empieza a organizar y desaparecen las excusas?. En su empresa, Saludando, no solo cuentan con coach y fisioterap¨¦utas, tambi¨¦n tienen psic¨®logo. ?La mente es la peor saboteadora cuando nos vamos a iniciar en una pr¨¢ctica; la mala alimentaci¨®n tampoco ayuda. Abundan las falsas creencias. Muchos de mis clientes creen que la talla lo es todo, pero ?qu¨¦ hay de su estado energ¨¦tico? ?Y de los desequilibrios de grasa y m¨²sculo? Eso es lo importante. Otro mito: para comer bien hay que sufrir; no he visto a nadie quej¨¢ndose al comer un tartar de salm¨®n con aguacate, un ceviche o un buen batido de fruta?, asegura. Entre sus 700 clientes, cuentan con ni?os de 8 a?os ?y abuelas de 78 a?os que se animan con pruebas de triatl¨®n?.
Oficinas a la carrera
?Vivimos en perpetuo cambio: anta?o los empleados ten¨ªan una labor espec¨ªfica, hoy cambian de proyecto sin parar y el estr¨¦s aumenta. Eso crea ansiedad y provoca bajas por depresi¨®n, uno de los grandes problemas de las empresas junto a la fuga de j¨®venes talentos?, explica Beatriz Crespo, doctora en Rendimiento Deportivo especializado en salud. La receta es m¨¢s actividad: ?En nuestras sesiones de entrenamiento con trabajadores, medimos la carga y la gesti¨®n del estr¨¦s y la recuperaci¨®n con dispositivos tecnol¨®gicos [colaboran con Microsoft y la Universidad de Castilla-La Mancha] que emplean atletas de ¨¦lite. Todos esos datos sirven a las compa?¨ªas para evaluar los beneficios de estos programas de 66 d¨ªas; ese es el tiempo en ciencia que se necesita para cambiar o generar un h¨¢bito?. Liderazgo, motivaci¨®n y trabajo en equipo, todas las competencias que durante a?os las empresas han intentado (sin mucho ¨¦xito) fomentar con los tradicionales cursos de formaci¨®n. ?Nos ponemos un objetivo, competiciones como la Spartan Race o la TrailWalker de Oxfam Interm¨®n. La gente asocia el deporte con el sudor y el sacrificio, pero estas actividades son divertidas, normalmente al aire libre, por lo que la salud y el sue?o mejoran. Engancha: ?En una empresa empezamos con seis y terminamos con 160; un 65% son mujeres y la media de edad est¨¢ en los 38 a?os? (entre 135 y 150 € a?o/empleado).
Clases h¨ªbridas
Los establecimientos boutique en pleno centro urbano con varias disciplinas fundidas en una sesi¨®n est¨¢n en rancha y, seg¨²n el centro de investigaci¨®n The American Council on Exercise, lo seguir¨¢n estando en los pr¨®ximos a?os. ?No tenemos tiempo y los gimnasios pueden ser muy aburridos, de ah¨ª la fiebre?, opina Mar¨ªa Alonso, entrenadora en B3B (89 euros/ dos clases), uno de los pioneros de esta tendencia en Espa?a. ?El B3B, un m¨¦todo interv¨¢lico de alta intensidad, combina bici, boxeo y ballet en 45 minutos. No se trata solo de quemar calor¨ªas, sino de pas¨¢rselo bien con la m¨²sica y los ejercicios. Est¨¢ ideado para la mujer ¨Caunque una vez al mes invitamos a hombres¨C y reduce cintura, tonifica abdomen, gl¨²teos y brazos, y fortalece la espalda. A las pocas semanas se ven los resultados?, nos cuenta esta bailarina viguesa. La inspiraci¨®n viene de Nueva York y suma fans. Entre las 600 clientas ¨C?tienen entre 14 y 60 a?os, pero la mayor¨ªa ronda la cuarentena?, abundan las famosas (Michelle Salas, Alejandra Rojas e In¨¦s Sainz son incondicionales). ?Muchas son madres trabajadoras con poco tiempo?, describe.
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