Constance Debr¨¦: ¡°La homosexualidad se ha vuelto ¡®mainstream¡¯, pero con una representaci¨®n calcada del modelo heterosexual e igual de falsa¡±
¡°Si no crees en la humanidad, no puedes creer en la literatura¡±, sostiene Constance Debr¨¦. En su novela ¡¯Love Me Tender¡¯, un fen¨®meno en Francia, refleja su propio viaje, que la llev¨® a dejar la abogac¨ªa por la escritura y la heterosexualidad por el lesbianismo, y el dolor que supuso la p¨¦rdida de la custodia de su hijo
Ganas 10 a?os al salir del armario, todo el mundo lo sabe¡±, escribe Constance Debr¨¦ en Love Me Tender (Alpha Decay), el libro que la convirti¨® en una estrella literaria en Francia. Pensamos de inmediato en esa frase al avistar a la escritora en un viejo bistr¨® de su nuevo barrio, un enclave gentrificado del noreste de Par¨ªs. Nadie dir¨ªa que tiene 52 a?os. Lleva la cabeza rapada, un traje en negro estricto, recto y holgado, que viste con una rara elegancia ¡ªdespu¨¦s de todo, su madre fue la modelo francesa Maylis Ybarn¨¦garay¡ª, y un tatuaje en el cuello como declaraci¨®n de intenciones: plut?t crever (¡°antes muerta¡±).
Heredera de una conocida dinast¨ªa de pol¨ªticos de centroderecha ¡ªsu abuelo fue Michel Debr¨¦, primer ministro de De Gaulle y redactor de la Constituci¨®n de la V Rep¨²blica¡ª, la escritora salt¨® a la fama con este libro escrito en clave de autoficci¨®n, en el que narra c¨®mo, a los 40 a?os, abandon¨® su exitosa carrera como abogada penalista para dedicarse a la literatura. Por el camino, asumi¨® su lesbianismo, que explor¨® a trav¨¦s de una larga serie de relaciones breves, y perdi¨® la custodia de su hijo. La obra refleja la feroz batalla judicial que la enfrent¨® a su exmarido, resentido por su cambio de orientaci¨®n sexual, que utiliz¨® los tribunales y manipul¨® al ni?o para alejarlo de ella. Entre juicios kafkianos y ex¨¢menes psicol¨®gicos para evaluar su salud mental, Debr¨¦ traza en Love Me Tender ¡ªelogiado por autores como Colm T¨®ib¨ªn, Eileen Myles y Maggie Nelson¡ª una especie de camino hacia el ascetismo que habla, en realidad, de lo que la sociedad sigue esperando de una mujer y de una madre.
Para empezar, ?qu¨¦ la impuls¨® a romper con su vida profesional como abogada?
Hubo ruptura, pero tampoco tanta. Pasar de ser abogada penalista a escritora, salvo por el hecho de que de repente dejas de tener dinero, para m¨ª es casi lo mismo. Ambos oficios consisten en trabajar con el lenguaje, con la idea del bien, el mal y lo justo. Como abogada defensora, mi labor era proteger a los acusados, algo que considero casi cristiano. Escribo de manera similar, buscando transmitir al lector algo sobre la humanidad. Si no crees en la humanidad, no puedes creer en la literatura.
De hecho, en su libro abundan las referencias a la literatura cl¨¢sica y a la religi¨®n.
Es la primera vez que me lo dicen en una entrevista. ?Por qu¨¦? No tengo ni idea. En Francia, el mundo literario est¨¢ muy alejado de esas cuestiones, nunca piensa en la religi¨®n. Mi libro anterior, Playboy, era una versi¨®n particular de las Confesiones de san Agust¨ªn. Love Me Tender lo escrib¨ª justo despu¨¦s y se inscribe en la continuidad con esa obra previa. Me interesa mucho ese tipo de relato de conversi¨®n: ocurre algo que cambia al personaje, y que divide su vida en un antes y un despu¨¦s.
En este caso, ese acontecimiento fue la p¨¦rdida de la custodia de su hijo. Aunque el libro tambi¨¦n habla de otras cosas: de empezar de cero, de cambiar de vida.
Exacto, habla de perderlo todo, incluido mi hijo. Mi referente fue La Odisea y las pruebas que debe superar Ulises. Esos desaf¨ªos hacen que uno se convierta en lo que es. Me interesa mucho esa idea, sobre todo en una ¨¦poca en la que nos escandalizamos ante cualquier adversidad. Quer¨ªa narrar el viaje de un personaje enfrentado a algo muy doloroso y sin soluci¨®n posible, y mostrar c¨®mo puede construir algo nuevo a partir de esa p¨¦rdida.
?Podemos leerlo como una defensa del ascetismo?
S¨ª. Ese desapego de lo material ha existido en todas las civilizaciones, en el ascetismo griego, en las religiones monote¨ªstas, en todas las pr¨¢cticas de ayuno y abstinencia. Para m¨ª, siempre ha sido una inclinaci¨®n natural. Me siento muy cercana a esos gestos, que tambi¨¦n nos recuerdan que vivimos en un mundo grotesco.
Lo curioso es que contrapone el ascetismo con una sobreabundancia de encuentros sexuales.
Se me reproch¨® algo que yo consideraba irreprochable: mi homosexualidad. A partir de ah¨ª, decid¨ª convertirme en una homosexual multiplicada por 10, elevada a la m¨¢xima potencia. En cualquier caso, no creo que esa abundancia sea contradictoria. En mis relaciones, por lo menos hasta la parte final del libro, no exist¨ªan deudas de ning¨²n tipo. Yo no deb¨ªa nada a nadie, y viceversa. En esencia, era el mismo proceso: se trataba de establecer v¨ªnculos que no fueran de posesi¨®n o propiedad. Cuando se habla de amor, a menudo se traduce en exigencias como: ¡°Tienes que hacer esto, no debes hacer aquello, ?por qu¨¦ no respondiste a mi mensaje?¡±. Me estaba desintoxicando de todas esas cosas.
Pese a todo, su mirada a la homosexualidad no siempre es positiva.
La homosexualidad se ha vuelto mainstream, pero con una representaci¨®n calcada del modelo heterosexual, e igual de falsa. Nos muestran como personas formidables que se aman, hacen la compra juntas y cr¨ªan a ni?os encantadores. Me parece m¨¢s interesante plantear esta pregunta: ?est¨¢n realmente listos para amar a un personaje l¨¦sbico, con todas sus complejidades y contradicciones? No quise que mi protagonista fuera una pobre lesbiana v¨ªctima de un juez hom¨®fobo y de un ex malvado, mientras ella viv¨ªa su amor id¨ªlico con su nueva pareja.
?No se considera una v¨ªctima?
Odio la posici¨®n de v¨ªctima. A lo largo de la existencia, uno no gusta siempre a los dem¨¢s, no siempre es aprobado por el pr¨®jimo. En cualquier caso, no es lo que busco con este libro. No hay ninguna voluntad de provocar por provocar, pero no me importa no gustar y no me molesta la idea de enfrentarme a la injusticia.
Habla del precio que uno debe pagar para vivir ¡°una vida justa¡±.
Para la protagonista de Love Me Tender, y admito que esa parte es especialmente autobiogr¨¢fica, esa vida justa consiste en escribir, en dedicarse a lo que le interesa, a la literatura. Pero eso tiene un coste. Antes de tener ¨¦xito, de que tus libros sean publicados y validados por la sociedad, se te considera una loca, por el motivo de que no ganas ni un c¨¦ntimo. Es algo que viv¨ª en mis carnes y que tuvo mucha importancia en lo que me sucedi¨®¡
?A qu¨¦ se refiere?
Si me pas¨® lo que me pas¨® con mi hijo, puede que fuera m¨¢s por este aspecto que por ser homosexual. Hab¨ªa dejado de lado un oficio serio, burgu¨¦s, reconocido, en el que ten¨ªa ¨¦xito, para hacer algo como escribir, lo que para muchos no tiene sentido, aunque luego decoren sus casas con libros. Hasta que no empec¨¦ a salir en los peri¨®dicos, me trataron de loca.
Lo dice con mucha calma, pero fue muy doloroso.
Por supuesto, que te acusen de cosas infames y te pongan obst¨¢culos para ver a tu hijo es extremadamente doloroso. Pero hay otro nivel de lectura: la sociedad te pone a prueba, como le sucedi¨® a Ulises frente a las sirenas. Y cuando tienes la certeza absoluta de haber hecho buenas elecciones, existe algo en esta experiencia que es incluso placentero.
En el libro, critica la maternidad tradicional y la califica de ¡°obscena¡±.
Existen muchas mentiras y mucha violencia en torno a la maternidad. La maternidad suele ser fuente de locura: para las mujeres y para sus hijos. F¨ªjese en toda esa gente que se pasa a?os hablando de sus madres con sus psic¨®logos¡ En el libro, cuando se cuestiona el papel de la protagonista como madre, su relaci¨®n con su hijo, ella responde: ¡°No quiero ser madre como ustedes piensan que deber¨ªa serlo¡±. No quiere estar del lado de la mentira ni de la obscenidad. Es un personaje que cree en el bien, que piensa: ¡°No importa si soy la ¨²nica, me voy a mantener en mi posici¨®n¡±. Si la vida tiene sentido, en alg¨²n momento todo se pondr¨¢ en su lugar. Y si no lo tiene, no pasa nada. No puedo hacer otra cosa que permanecer fiel a lo que considero correcto.
?Le molesta que toda esta dimensi¨®n moral y espiritual de su libro haya sido ignorada?
S¨ª. Creo que todo lo que tiene que ver con la sexualidad queer lo eclipsa todo: es suficientemente novedoso para resultar emocionante para el lector, como si provocara ese peque?o escalofr¨ªo que suele suscitar lo desconocido y lo prohibido. As¨ª, las lecturas de mi libro se suelen centrar en aspectos que no son esenciales, como todas las cuestiones ligadas a lo queer.
Para usted, ?Love Me Tender no es un libro queer?
No, no lo es. Es solo que resulta excitante para los no homosexuales, por el motivo que le dec¨ªa. Dicho lo cual, comprendo que no se entienda esa dimensi¨®n cat¨®lica. En Francia, el catolicismo ya solo lo defienden personas que est¨¢n en contra del matrimonio homosexual.
El libro tambi¨¦n explora las tensiones sociales y culturales que sigue provocando la homosexualidad, incluso en un entorno tan privilegiado como Par¨ªs.
S¨ª, eso explica lo que me sucedi¨® en los juzgados. Los jueces se dieron cuenta nueve meses despu¨¦s de que se hab¨ªan equivocado, pero ya era demasiado tarde. En cualquier caso, para m¨ª el amor es mucho m¨¢s fuerte que cualquier decisi¨®n judicial.
Siempre se dice que rompi¨® con su familia, con la dinast¨ªa pol¨ªtica de la que procede su padre y con la aristocracia de la que desciende su madre. El libro desmiente esa idea.
Es que no romp¨ª con nada. La gente simplemente se muri¨®. Mis abuelos estaban muertos, mi madre estaba muerta. No viv¨ªamos todos juntos en un castillo. Mi relaci¨®n con mi padre puede parecer extra?a vista desde fuera, pero estuvo llena de respeto y amor. Por otra parte, no he renunciado a la cultura que me transmiti¨® mi familia. He aspirado a la audacia y la elegancia del lado de mi madre, arist¨®crata, y a tener ¨¦xito en la vida como me incitaban en el lado paternal, m¨¢s burgu¨¦s. Y, a la vez, he seguido encontrando que todo eso era grotesco, como cre¨ªan mis padres, que fueron muy distintos al resto de sus familiares.
¡°Me entreno para ser indestructible¡±, escribe. ?C¨®mo se consigue eso?
Es imposible. Soy consciente de que todos moriremos, pero creo en esa disciplina. Soy como un monje o un soldado que se entrena para ser indestructible. Si uno es ¨¢gil, podr¨¢ superar mejor los obst¨¢culos intelectuales y morales que se le presenten a lo largo de la vida.
?C¨®mo explica el auge de la autoficci¨®n en los ¨²ltimos a?os?
En un signo del narcisismo contempor¨¢neo, m¨¢s en los lectores que en los autores, que tambi¨¦n. Hay una necesidad de identificarse con lo que leen. Y, como la gente se ha vuelto perezosa, parece que solo pueden identificarse si les cuentan algo relacionado con su experiencia. A m¨ª me interesan las obras que dicen algo verdadero y bello, ya sea con o sin narrador, protagonizadas por hombres o por mujeres, sucedan hoy o en la Edad Media.
?Sigue escribiendo libros en primera persona?
Para m¨ª, no hay mucha diferencia entre usarla o no. La autoficci¨®n es un juego divertido, pero tambi¨¦n es una ilusi¨®n. Siempre son personajes, bajo la forma que sea, que crean una especie de pantalla que admito que ahora me incomoda. Prefiero ir directamente al lenguaje. Pero, cuando releo mis libros, no hay ninguno del que me averg¨¹ence, y agradezco mucho lo que me ha aportado Love Me Tender. Gracias a ¨¦l, ahora tengo un p¨²blico.
Antes de acabar, ?c¨®mo es su relaci¨®n con su hijo cinco a?os despu¨¦s de que escribiera el libro?
Todo est¨¢ bien. Estoy muy orgullosa de ¨¦l. Es la frase m¨¢s t¨ªpica que puede pronunciar una madre, pero es la verdad.
?Lo ve regularmente?
No quiero decir nada m¨¢s, solo que todo est¨¢ bien.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.