Por qu¨¦ un despido te puede hacer mucho m¨¢s fuerte
Ser despedido del trabajo puede ser visto como un fracaso; pero tambi¨¦n como una ense?anza y ocasi¨®n para empezar algo nuevo. Muchos genios y creativos registran este trauma en sus trayectorias profesionales.
![annawintour](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QXWWFHM4QFMLZL6ZKTZKBUXQXA.jpg?auth=a1f94ae709cd53ed77516d3e1cdea74a8a34efe3000686aafff3d8b5d79dc132&width=414)
Pasar por la vida laboral sin haber tenido que hacer nunca el ejercicio de recoger tus pertenencias, vivencias, ilusiones y expectativas y ponerlas todas juntas en una caja de cart¨®n para marcharse es como tener un coraz¨®n que jam¨¢s se haya roto, como no haber probado nunca lo amargo o el vac¨ªo de las horas que no se saben con qu¨¦ llenar. Pero, adem¨¢s, una trayectoria profesional en la que solo ha brillado el sol empieza a ser dudosa para muchos, por el simple hecho de que aprendemos m¨¢s de nuestros errores que de nuestros triunfos; tenemos aventuras solo cuando abandonamos la seguridad de casa y llegamos a la cima ¨²nicamente si nos hemos atrevido a escalar la monta?a.
Aunque el fracaso haya sido un tema tab¨² en casi todos los ¨¢mbitos de la vida y, especialmente y por la cuenta que nos trae en el del trabajo, es tambi¨¦n materia de estudio en las escuelas y universidades. El fracaso como modelo de adquisici¨®n de conocimiento, como experiencia, como moraleja y como perspectiva para ver la realidad desde todos los ¨¢ngulos. El fracaso siempre es m¨¢s creativo. Ninguna obra literaria se desarrolla si todo sale bien, si no existen los problemas, si los protagonistas son felices y comen perdices desde el principio porque, como dice la primera frase de Ana Karenina: ¡°Todas las familias dichosas se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera¡±.
Hace ya tiempo que Paul Iske, ex directivo de banca holand¨¦s, cre¨® The Institute of Brilliant Failures (El Instituto de los fracasos brillantes) para reconocer los mejores proyectos malogrados, y cada a?o se entregan premios a desastres con resultados negativos, pero que hayan servido como reflexi¨®n. Iske es tambi¨¦n profesor en la Universidad de Maastrich y apuesta por normalizar el fracaso como parte de la experiencia y de la vida. Existe tambi¨¦n lo que se llama el Museum of Failed Products (El Museo de los Productos Fracasados), en Ann Arbor, Michigan. Una especie de supermercado en cuyas estanter¨ªas se almacenan productos que salieron al mercado en EEUU pero que no tuvieron ¨¦xito y, por eso mismo, fueron retirados. Un lugar frecuentado por gente del mundo de los negocios, que buscan aprender de los errores del pasado. Una de las piezas de este muestrario es el CueCat, un aparato lanzado en el a?o 2000 para escanear c¨®digos de barras en revistas y derivar as¨ª al lector, directamente, a la p¨¢gina web. Algo que hoy en d¨ªa tienen casi todos los m¨®viles que incorporan un lector de c¨®digos QR, pero que en su momento fue interpretado como una extravagancia y, por lo tanto, como un fracaso. ?Moraleja?, a veces el error consiste en lanzar un producto antes de tiempo o en ser excesivamente visionario.
La Harvard Business School, como muchas de las escuelas de negocios de todo el mundo, piden en su prueba de acceso a los futuros alumnos que escriban y detallen su mayor fracaso, del que m¨¢s aprendieron. En Espa?a, Albert Riba, empresario y escritor con t¨ªtulos como Mamut o Sapiens, La par¨¢lisis que activa o Tropa Sapiens, (Empresa Activa), dirigidos a emprendedores y al mundo empresarial, ha creado el concepto de ¡®curr¨ªculum fracasional¡¯, que es lo opuesto a lo que la mayor parte de la gente hace en Linkedin. ¡°Se trata de hacer un repaso de nuestros fallos laborales, entender por qu¨¦ ocurrieron, las consecuencias que trajeron y la lecci¨®n que aprendimos de ellos¡±, apunta Riba, ¡°distinguiendo entre fracaso y error. La segunda palabra suele gustarnos m¨¢s porque duele menos¡±.
Este singular CV puede ser muy ¨²til a todos aquellos que han vivido un despido y, entre las recomendaciones a la hora de redactarlo ¨Cadem¨¢s de ¡°encerrarse en el ba?o con un paquete de pa?uelos¡±- est¨¢n, seg¨²n Albert, las de ¡°sinceridad, aceptaci¨®n y la necesidad de cotejarlo con personas cercanas a nuestro entorno, pero objetivas. Pueden ser compa?eros de trabajo, jefes de recursos humanos o colegas. El despido hay que afrontarlo con dignidad y eso requiere aceptarlo y comunicarlo a los dem¨¢s, al menos a nuestros amigos cercanos. No vale decir que se nos ha acabado el contrato o que nosotros hemos dejado la empresa. Siempre es m¨¢s digno reconocerlo que esconderse. Entender los verdaderos motivos, y aqu¨ª puede que no siempre seamos lo suficientemente objetivos, es lo que har¨¢ que no volvamos a repetir los mismos fallos. Lo malo no es cometer errores, eso es inherente a la condici¨®n humana, sino que ¨¦stos sean siempre los mismos¡±.
Grandes a los que tambi¨¦n se les puso en la calle
Las razones de un despido pueden ser muchas. Algunas veces alejadas del tradicional argumento de que el trabajador no sirve para el cargo. Tan malo es no valer como valer demasiado; ya que la perspectiva de alguien brillante, que puede desplazar a los altos cargos, es otra t¨ªpica causa de despido en empresas regidas por personas inseguras y con miedo a perder sus puestos de trabajo.
Hace poco The Cut publicaba un art¨ªculo en el que famosas de todos los campos recordaban ese momento fat¨ªdico de sus carreras profesionales y analizaban los motivos. Anna Wintour, la temida directora del Vogue Am¨¦rica, fue expulsada del Harper¡¯s Bazaar y recomienda que ¡°todo el mundo debe ser despedido alguna vez en la vida. Es una experiencia de la que se aprende mucho¡±.
Para Sallie Krawcheck, CEO y cofundadora de Ellevest, una plataforma de inversi¨®n digital orientada a mujeres, ¡°cualquiera que no haya sido despedido alguna vez es porque no se ha esforzado lo suficiente. En tiempos de r¨¢pidos cambios, si no se han cometido errores notables en el camino es que no se han tomado decisiones, ni de negocio ni de carrera¡±.
La empresaria y pol¨ªtica Carly Fiorina, fue expulsada de su puesto de CEO de Hewlett-Packard, seg¨²n sus palabras, ¡°porque cuestion¨¦ el statu quo de la empresa. Es lo que los l¨ªderes deben hacer y cuando lo hacen, inevitablemente, se crean enemigos. Por eso tan pocas personas lideran¡±.
A veces, la raz¨®n de tu despido puede convertirse en el arma que utilizas para tu triunfo. Es el caso de la presentadora de televisi¨®n, actriz, escritora, humorista y productora, Ellen DeGeneres, que fue puesta en la calle por su orientaci¨®n sexual, ¡°me echaron por ser gay y s¨¦ lo que se siente. Perd¨ª todo pero m¨ªrame ahora, he podido comprar la casa del gobernador de Misisipi, venderla y ganar 7 millones de d¨®lares¡±. Mientras que para la actriz, escritora y productora, Joan Rivers, una de las ventajas de que te pongan en la calle es la sensaci¨®n de libertad y el saber que uno puede llegar a asumir todo lo que le ocurra. ¡°Soy mucho m¨¢s libre ahora porque puedo decir, ?vas a despedirme?, bien, desp¨ªdeme. ?Puedo quedarme en la bancarrota? Dicho y hecho. ?Me van a prohibir salir en algunos medios? ?Pues venga! Ya puedo hacer lo que quiera y sentirme libre. Hablo m¨¢s libremente ahora de lo que nunca lo hab¨ªa hecho¡±.
A Walt Disney tambi¨¦n lo despidieron de un peri¨®dico por ser poco creativo, una agencia de modelos le dijo a Marilyn Monroe que no era lo suficientemente guapa, Van Gogh solo vendi¨® un cuadro en vida ¨Cni a un amigo- y Brian Acton no consigui¨® trabajo ni en Twitter ni Facebook y cre¨® Whatsapp.
El despido es un duelo y tiene sus fases
Desde el momento que uno escucha la fat¨ªdica frase, ¡°est¨¢s despedido¡± hasta que digiere realmente la situaci¨®n, se pasan por una serie de estados. Seg¨²n Meritxell Obiols, directora del m¨¢ster en Inteligencia Emocional y Coaching en el entorno laboral del Instituto de Formaci¨®n Continua de la Universitat de Barcelona, ¡°todo el mundo pasa por estas etapas, lo que var¨ªa es la gravedad, intensidad y duraci¨®n de las mismas; dependiendo de muchos factores como situaci¨®n econ¨®mica, importancia que se le daba al puesto que se ha perdido, expectativas laborales futuras o capacidad de resiliencia, entre otros¡±. La primera fase es la de sorpresa. ¡°Incluso aunque haya sido la cr¨®nica de una muerte anunciada, siempre nos sorprende y nos deja con un nudo en el est¨®mago¡±, reconoce Obiols. Esta experta aconseja, si uno se lo huele, visitar antes a un abogado laboralista para que nos aconseje la mejor actitud a adoptar hasta que llegue el momento.
La forma en que uno es despedido es tambi¨¦n importante y puede convertir un tr¨¢mite doloroso en una aut¨¦ntica tragedia. Los viernes es el d¨ªa preferido por los jefes para dar el finiquito a sus empleados non gratos ¨Cpor eso de que no les de tiempo a realizar ninguna labor de sabotaje¨C, aunque se registran ya casos de notificaciones del cese de la actividad laboral por email y hasta Whastsaap, gracias a las nuevas tecnolog¨ªas. ¡°Lo deseable es que el jefe cite al empleado y, cara a cara, le explique el por qu¨¦ de esa decisi¨®n¡±, afirma Obiols, ¡°y el trabajador est¨¢ en su derecho de rebatir las razones, si cree que ¨¦stas no son justas. Pero de forma educada. Siempre hay que salir bien de los sitios, porque nunca se sabe lo que puede ocurrir en el futuro¡±.
Un despido no deber¨ªa ser solo un fracaso para el empleado sino tambi¨¦n para la empresa, a pesar de que en Espa?a, en los ¨²ltimos a?os, parece haberse convertido en el deporte nacional. ¡°Por supuesto que lo es para ambas partes¡±, afirma esta coach, ¡°y muchas empresas hacen el ejercicio de autocr¨ªtica, que generalmente recae en el departamento de recursos humanos y en la elecci¨®n de sus trabajadores, pero tambi¨¦n debe cuestionar el sistema de trabajo, la comunicaci¨®n o la formaci¨®n del personal¡±.
Tras la sorpresa llega la rabia y a esta le sigue la tristeza, que puede ir acompa?ada de una bajada de la autoestima. ¡°Muchas personas pueden quedarse ancladas en estas fases, rumiando lo injusto de su situaci¨®n o lami¨¦ndose las heridas. Es tambi¨¦n com¨²n, en algunos, quedar con ex compa?eros de trabajo para recrearse en la tragedia o dedicarse al cotilleo o cr¨ªtica de determinados personajes de la empresa. No hay nada de malo en ver a antiguos compa?eros pero si es para este fin mejor no hacerlo, ya que solo evitar¨¢ que la herida se cure¡±, recomienda Obiols.
Con el tiempo llega la fase de aceptaci¨®n. Seg¨²n esta experta, ¡°cuanto antes nos pongamos en marcha, antes se acelerar¨¢ este proceso. Adem¨¢s de empezar a buscar trabajo, otras opciones son formarse en algo y contactar con personas en la misma situaci¨®n, con intereses comunes, ideas y proyectos. Hay que ser flexibles y estar dispuestos a cambiar de trabajo o derivar hacia otros sectores. Si la econom¨ªa lo permite y disponemos de ahorros o prestaci¨®n por desempleo, es aconsejable no coger la primera oferta que se encuentre. Podemos ser un poco selectivos y esto nos ayudar¨¢ a dar m¨¢s en la diana de nuestro trabajo perfecto¡±.
¡°El talento fluye cuando hay libertad¡±, dice Albert Riba. Para los que no tengan mentalidad funcionarial y sientan que tocan ya el techo de cristal, el emprendimiento es, probablemente, su ¨²nica salida. A pesar de la crisis, Riba sostiene que los emprendedores tienen ahora m¨¢s lugares a los que acudir en busca de amparo. ¡°Hay incubadoras ¨Csitios a los que vas con una idea y te ayudan a lanzar tu empresa¨C, ayudas econ¨®micas, crowdfundings¡ El problema es que en Espa?a hay poca cultura de arriesgar y mucha gente que monta una empresa es porque no tiene trabajo o es mayor de 50 y las posibilidades de encontrarlo son ya m¨¢s reducidas. Pero los negocios que funcionan son aquellos que se hacen por pasi¨®n, cuando realmente hay una vocaci¨®n de emprender¡±.
En este caso, el autodespido es casi un requisito obligatorio, cuando se dispone de red y las expectativas de crecer en la empresa no existen. Una labor tambi¨¦n dolorosa. Yo he vivido que me echaran y tambi¨¦n la experiencia de despedirme a m¨ª misma. Esto ¨²ltimo ocurri¨® en una revista, con mucho estilo, en la que le pregunt¨¦ a la directora qu¨¦ hac¨ªa mi predecesora en el cargo que yo no alcanzaba a realizar. A lo que ella me contest¨®: ¡°Leerme el pensamiento¡±. En ese momento supe que no estaba cualificada para el puesto. No cuento con poderes adivinatorios. Y eso que soy gallega.
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