El ejercicio combate las arrugas (lo dice la ciencia)
El deporte podr¨ªa frenar e incluso revertir el envejecimiento de la piel, seg¨²n algunos estudios cient¨ªficos.
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Que el ejercicio es un ingrediente b¨¢sico para disfrutar de una buena salud a cualquier edad es vox populi a estas alturas. Y, sin embargo, las investigaciones sobre su repercusi¨®n en nuestro bienestar f¨ªsico y mental no paran de dar sorpresas. La ¨²ltima: hacer ejercicio podr¨ªa contribuir a frenar e incluso revertir el envejecimiento de la piel. Por otro lado, ¨Cy esto quiz¨¢ ya no sea tan buena noticia¨C la motivaci¨®n para movernos podr¨ªa ser en parte gen¨¦tica.
El primer descubrimiento lleg¨® en abril de la mano de un grupo de investigadores de la Universidad McMaster, en Ontario (Canad¨¢), que se preguntaron si las alteraciones en la piel por la edad (frente a las causadas por la exposici¨®n al sol, por ejemplo) son inevitables. A partir de los 40 a?os, la piel comienza a perder elasticidad. Hay en el mercado un sinf¨ªn de productos para combatir con mayor o menor fortuna las secuelas del tiempo, por no hablar de otros tantos procedimientos m¨¢s invasivos. Sin embargo, aunque es pronto para lanzar las campanas al vuelo, todo podr¨ªa ser bastante m¨¢s sencillo y natural.
Los cient¨ªficos comprobaron en varios experimentos que los ratones sedentarios enfermaban r¨¢pidamente, se quedaban d¨¦biles y perd¨ªan pelaje. Mientras tanto, los animales activos que corr¨ªan de forma constante en la rueda de sus jaulas no s¨®lo mejoraban su cerebro, coraz¨®n y m¨²sculos. Tampoco perd¨ªan pelaje, y este no encanec¨ªa.
?Ocurrir¨ªa algo semejante con la piel de los humanos? Los investigadores probaron esta teor¨ªa con la ayuda de un grupo de participantes activos frente a otros sedentarios. A todos les tomaron muestras de la piel de los gl¨²teos, una zona del cuerpo con escasa exposici¨®n al sol. Cuando compararon las muestras orden¨¢ndolas por edad, obtuvieron resultados que se ajustaban a lo esperado en relaci¨®n a la salud de la piel. La sorpresa lleg¨® cuando los investigadores dividieron estas muestras en funci¨®n de los h¨¢bitos de ejercicio, y encontraron que, a partir de los 40 a?os, la piel de los deportistas ten¨ªa las caracter¨ªsticas de personas de mucha menor edad.
En sucesivos experimentos los expertos tuvieron en cuenta factores como la dieta, la gen¨¦tica y el estilo de vida. Los voluntarios, de 65 o m¨¢s a?os y con piel normal para su edad, comenzaron un programa de ejercicio, entren¨¢ndose dos veces por semana en la bicicleta o corriendo. Tres meses despu¨¦s, volvieron a tomar muestras y se encontraron con un notable rejuvenecimiento: la piel de los participantes se asemejaba a aquella de las personas de entre 20 y 40 a?os.
¡°No quiero exagerar los resultados, pero realmente ha sido bastante extraordinario¡±, dijo Dr. Mark Tarnopolsky, profesor de la Universidad McMaster y director del estudio, al The New York Times. La piel de los voluntarios, se?al¨® Tarnopolsky, ¡°parec¨ªa de personas mucho m¨¢s j¨®venes, y todo lo que hicieron fue ejercicio¡±.
La cuesti¨®n, ahora, es dejarse de cremas y ponerse en marcha. Lo tendr¨¢s m¨¢s f¨¢cil si te han tocado en gracia los genes 'del movimiento': de otro estudio reciente igualmente sorprendente sobre el ejercicio, se desprende que la motivaci¨®n para hacer deporte podr¨ªa ser gen¨¦tica. Es posible que aqu¨ª se encuentre parte de la respuesta a una cuesti¨®n que durante muchos a?os ha dejado perplejos a los investigadores: por qu¨¦ tan poca gente hace ejercicio de forma regular cuando son conscientes de lo bien que les sentar¨ªa.
Al igual que en el experimento anterior, los investigadores testaron sus hip¨®tesis en ratones y observaron las diferencias en sus cerebros. Aunque es muy pronto para extrapolar estos resultados a las personas, se?ala Frank Booth, profesor de la Universidad de Misuri y director del estudio, estos experimentos podr¨ªan indicar la existencia de genes que nos empujar¨ªan a practicar deporte, y genes que nos llevar¨ªan al sof¨¢.
Otras investigaciones anteriores mostraron una cierta predisposici¨®n gen¨¦tica para posponer las tareas pendientes, ser m¨¢s ansioso o incluso mostrar repugnancia hacia algunos alimentos. Pero las disposiciones, recuerda Booth, no son m¨¢s que eso, y la gente puede vencer la pereza sea cual sea su material gen¨¦tico. ¡°La mayor¨ªa de las conductas complejas nunca est¨¢n determinadas en un 100 por cien por la gen¨¦tica o el entorno¡±, se?ala Booth. ¡°La forma en que se utiliza podr¨ªa construir nuevas rutas en el cerebro¡±. Algo que merece la pena ya que, como dej¨® dicho Plat¨®n, ¡°la falta de actividad destruye las buenas condiciones de los seres humanos, mientras que el movimiento y el ejercicio f¨ªsico met¨®dico las preserva¡±.
@nataliamartin es periodista. Si quieres ponerte en contacto con ella escribe a natalia@vidasencilla.es
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