Est¨¢s ¡®infoxicado¡¯ y tienes s¨ªndrome de diog¨¦nes digital: ?Comb¨¢telo!
E-mails, bombardeo de titulares, notificaciones y constante sensaci¨®n de que acumulamos un lastre informativo agotador. Las se?ales est¨¢n ah¨ª, pero no entendemos qu¨¦ nos pasa.
Son las siete de la man?ana e inexplicablemente ya es tarde. Llamadas, e-mails, bombardeo de titulares, notificaciones, lecturas en cola desde hace di?as y, como constante, la sensacio?n de que acumulamos un lastre informativo agotador. Las sen?ales esta?n ahi?, pero ?realmente entendemos que? es lo que nos pasa? Vivimos inmersos en una revolucio?n digital que, silenciosamente, ha modificado nuestros patrones sociales y afecta directamente a nuestra forma de entender la vida. La inmediatez ha desatado la cultura del click, y con ella la imperiosa necesidad de estar sobre informados e hiperconectados permanentemente a nuestro entorno. Siempre queremos ma?s, aunque no podamos digerirlo. Sin buscar el drama o similitudes como las de la pole?mica serie Black Mirror, es hora de llamar a las cosas por su nombre. Estamos infoxicados. El te?rmino, acun?ado por Alfons Cornella, es una de las principales causas de la evolucio?n de las nuevas tecnologi?as. Hoy en di?a las posibilidades informativas son infinitas y no todos estamos preparados para afrontarlas. Cornella afirma que ¡°todo este feno?meno de multiplicacio?n de la cantidad de informacio?n que existe en el mundo se ha venido a llamar la ¡®explosio?n de la informacio?n¡¯, aunque ma?s bien deberi?a llamarse la ¡®explosio?n de la desinformacio?n¡¯, indigerible y confundidora¡±.
Si?ndrome de dio?genes digital
?Y ahora, co?mo nos libramos de esta nueva enfermad? Lo principal es asumir que el di?a so?lo tiene 24 horas. Puede parecer una obviedad, pero esta? demostrado que tendemos a abarcar ma?s actividades socio-culturales de las recomendadas, adoctrinados en cierta medida por los famosos ¡°influencers¡± que gui?an nuestro ecosistema informativo. Hace una de?cada los productores de informacio?n estaban contados y procedi?an principalmente de tres vi?as populares, la radio, la televisio?n y el perio?dico. En la actualidad todo ha cambiado, las reglas del juego se esta?n reinventando constantemente a trave?s del gigante de Internet, destacando el poder de las redes sociales y la sobreexposicio?n de e?stas. Segu?n el VI Estudio Anual de RSS publicado por IAB Spain, la Asociacio?n de la publicidad, el marketing y la comunicacio?n digital en Espan?a, un 82% de los internautas de entre 18 y 55 an?os utilizan redes sociales, lo que equivale a ma?s de 14 millones usuarios en nuestro pai?s. Facebook, YouTube y Twitter se postulan como las redes ma?s reclamadas por los usuarios, herramientas que generan toneladas de datos y nos conducen a experimentar el llamado 'Si?ndrome de Dio?genes Digital', que se basa en la acumulacio?n de material multimedia: desde correos electro?nicos, newsletters, descargas¡ El caso ma?s comu?n es el feno?meno de la bandeja de entrada infinita, que almacena e-mails que jama?s leeremos, algo para lo que Enrique Dans, Profesor de Sistemas de Informacio?n en IE Business School, establecio? seis perfiles diferentes sujetos al comportamiento de cada individuo, desde el que clasifica la informacio?n con mimo hasta el que u?nicamente guarda aquel material que posee un valor sentimental.
?Hay dos tipos de personas en el mundo?
Falta de productividad y soluciones
La sobreexposicio?n informativa ha estandarizado conductas en la sociedad que repercuten directamente en la productividad de la persona. Aunque ficticio, el perfil de Homer Simpson podri?a ser una muestra de la ¡°habilidad¡± para retrasar las obligaciones que todos poseemos. La procrastinacio?n forma parte de nuestra rutina y produce que nos hallemos en un zapping mental permanente, fuente de estre?s y desconcierto. Por ese motivo Jose Luis Orihuela, profesor de la Facultad de Comunicacio?n de la Universidad de Navarra, propone optimizar el tiempo que estamos conectados consumiendo informacio?n, para poder desconectar a posteriori y analizar todo lo que hemos recibido. Una labor que puede ser mucho ma?s sencilla si nos valemos de las herramientas que la tecnologi?a pone a nuestro alcance. Los que devoran informacio?n de diferentes a?mbitos vera?n cubiertas sus necesidades con lectores de RSS como Feedly o Scoop.it, a trave?s de los cuales podra?n recopilar todos los arti?culos de las fuentes seleccionadas previamente. Otra opcio?n es la que ofrece Pocket que, como su lema indica, te permite guardar algo que quieres ver ma?s tarde sin caducidad temporal. Adema?s, los expertos recomiendan identificar los posibles content curators afines a los perfiles individuales, para asi? poder obtener una informacio?n ma?s filtrada y de mayor calidad para la persona. Selecciona tus fuentes y establece tus criterios de fiabilidad, de ese modo tu rendimiento mejorara? y absorbera?s u?nicamente el contenido necesario para subsistir a la infoxicacio?n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.