8 cosas que jam¨¢s deber¨ªamos decir en una discusi¨®n de pareja
Siempre cara a cara, nunca en caliente y mejor evitando la noche, cuando el l¨®bulo prefrontal no est¨¢ para pensar.
Tener diferencias y confrontaciones en el seno de una pareja es normal y, seg¨²n los expertos, necesario dentro de una relaci¨®n sana. Sin escaparse por supuesto de los l¨ªmites del respeto, y con el afecto como marco, hay normas a tener en cuenta: no se puede olvidar el c¨®mo (siempre calmados, nunca en caliente), el cu¨¢ndo (por la noche, no: el l¨®bulo prefrontal no est¨¢ para pensar) o la forma (cara a cara, ni telefono, ni Whatsapp, ni mucho menos en el coche). Pero adem¨¢s, en el universo sentimental, el l¨¦xico cuenta m¨¢s que nunca, por lo que repasamos ciertas expresiones a evitar para no convertir una sana discusi¨®n en un campo de batalla.
1. ¡°Tenemos que hablar¡±.?¡°Es una expresi¨®n muy poco recomendable¡±, explica la psic¨®loga y coach en 3contigo, Olga Albaladejo. En primer lugar nos desvela que la persona lleva un tiempo d¨¢ndole vueltas a un tema que no se ha atrevido a sacar, as¨ª que se presupone peliagudo.?Por otro, cabe se?alar una cuesti¨®n con respecto a los verbos de obligatoriedad que despersonaliza mucho el contenido: no estamos diciendo¡°yo quiero hablar contigo, yo necesito hablar contigo¡±, sino que ¡°estamos utilizando el imperativo y eso provocar¨¢ una actitud defensiva en el otro y as¨ª no se llegar¨¢ al consenso¡±.
2. Cualquier frase que empiece por ¡°porque t¨²¡¡±.?¡°Nunca deber¨ªamos arrancar diciendo: ¡®Porque t¨²¡¡¯?mientras se?alamos al otro con un dedo¡±, explica Silvia Congost, psic¨®loga experta en Dependencia emocional y Terapia de pareja y conferenciante.¡°Siempre debes iniciar la discusi¨®n por ti: ¡®Porque yo¡¯. Si arrancas hablando de c¨®mo te hace sentir aquello que ha ocurrido en vez de empezar culpando al otro, la otra persona no se sentir¨¢ atacada y la conversaci¨®n fluir¨¢ much¨ªsimo mejor¡±, recomienda. Mila Cahue, doctora en Psicolog¨ªa, especialista en temas de pareja y autora del libro Amor del bueno, concuerda: ¡°Ese enunciado lo que hace es poner al otro a la defensiva. Si la conversaci¨®n se hace de forma descriptiva y sin invadir el terreno del otro tendremos m¨¢s posibilidades de que nos escuche y de que comprenda lo que le estemos diciendo, de que entre los dos se encuentre una soluci¨®n¡±. Por su parte, Albaladejo, a?ade que el problema radica en que ¡°tendemos a gestionar las relaciones de pareja como cuentas de debe y haber: ¡®yo hago esto por ti entonces tu me debes esto¡¯, vamos contabilizando lo que hacemos por el otro, reclamando que cada cesi¨®n que hacemos se tiene que corresponder con otra cesi¨®n por parte de la pareja¡ lo cual es un error: el ¡®nosotros¡¯ no surge desde una p¨¦rdida, sino desde una ganancia¡±.
3. Cualquier frase que contenga?¡°nunca¡± o?¡°siempre¡±.?¡°B¨¢sicamente por que es mentira, es solo una forma de magnificar. Siempre es m¨¢s recomendable el utilizar un ¡®demasiado a menudo¡¯, ¡®con mucha frecuencia¡¯, etc¨¦tera¡±, explica Cahue. ¡°Puede parecer un tema menor¡±, completa Albaladejo ¡°pero el l¨¦xico, las formas son muy importantes en este tipo de discusiones: la palabra hiere y lo que decimos ah¨ª queda¡±.
4. ¡°No quiero discutir¡±.?No hay nada m¨¢s frustrante en el campo de batalla que la retirada del contrincante sin dar cuartel. ¡°Una cosa es decir ¡®no quiero tener esta conversaci¨®n en este momento porque estamos calientes y no vamos a llegar a ning¨²n lado¡¯ y otra cosa es cerrar las compuertas en plan ¡®paso de ti o ahora mismo d¨¦jame en paz¡¯, que no suenan muy bien¡±, comenta Olga Albaladejo. Pero tambi¨¦n esta negativa a encarar una pelea puede tener otros problemas aparejados. ¡°La persona que huye de las discusiones, ya sea porque no sabe manejarlas o porque tiene un trauma o no le han ense?ado a dialogar, tiene un problema. En una relaci¨®n no podremos estar siempre de acuerdo con el otro en todo y las discusiones son muy sanas y necesarias (siempre que sean desde el cari?o y el respeto hacia la otra persona)¡ pero algunos tienen experiencias traum¨¢ticas de sus familias de origen y al empezar una discusi¨®n, su cerebro les conecta con esas vivencias y les duelen demasiado como para seguir ah¨ª. Por eso se van, pero se trata de algo que deber¨ªan trabajar porque a la larga se convierte en un problema importante en la relaci¨®n¡±, advierte Silvia Congost.
5. ¡°Parecemos compa?eros de piso¡±.?Por qu¨¦ lo llaman amor cuando en realidad quieren decir que no hay sexo. ¡®Parecemos compa?eros de piso¡¯ es una demoledora expresi¨®n con la que en realidad queremos decir: ¡®?Te das cuenta de que ya no hay pasi¨®n entre nosotros?¡¯. ¡°Es una situaci¨®n en la que se encuentran muchas parejas que se han convertido en eso, en dos amigos que pagan a medias su vivienda y cada uno hace su vida sin compartir mucho m¨¢s que un pedacito de cama. Cuando eso ocurre es porque ya no hay vida sexual entre los dos, incluso puede llegar un punto en el que se les har¨ªa extra?o volver a intentarlo. Pueden quererse, pero es otro tipo de amor, m¨¢s de amistad que de pareja. El deseo ha desaparecido¡±, explica Congost.
6. ¡°Adem¨¢s, la semana pasada te volviste a ir sin bajar la basura¡±.?Para la psic¨®loga Mila Cahue es muy habitual que cuando un h¨¢bito del otro nos molesta pero no reviste una gravedad notoria, tendamos a no abarcarlo en el momento en el que sucede. El problema surge luego: esos peque?os momentos se van acumulando en la rec¨¢mara listos para ser lanzados como artiller¨ªa ¡°aunque el motivo de la discusi¨®n sea otro, por ello es muy importante tanto resolver esas peque?as en el momento, como acotar cu¨¢l es la verdadera cuesti¨®n que nos preocupa y que queremos solucionar con esta conversaci¨®n¡±.
7. ¡°D¨¦jame que acabe, no me interrumpas¡±.??Hay algo m¨¢s irritante que en pleno fragor de la contienda tu pareja te interrumpa abruptamente? S¨ª, lo hay: no darte cuenta que lo hace por tu culpa. ¡°Cuando la otra persona nos interrumpe es porque no se est¨¢ enterando o porque nos estamos yendo por las ramas, algo que es f¨¢cil de evitar si somos muy sint¨¦ticos al pronunciar nuestro enunciado, que por supuesto deberemos llevar preparado e incluso ensayado ya que as¨ª seremos m¨¢s breves y evitaremos esas intermisiones. Si la pareja, aun as¨ª, nos interrumpe, lo mejor es hacerle una se?al con la mano, sin mirarle a los ojos porque eso ser¨ªa una invitaci¨®n a que siguiera hablando, y como mucho decirle ¡®no tardo nada, d¨¦jame que termine de explic¨¢rtelo¡¯, todo con buen tono. Hablamos para resolver, no para criticar ni ofender¡±, desvela Cahue. Olga Albaladejo coincide en lo que se refiere a trazar una estrategia de comunicaci¨®n a la hora de abordar conflictos en la pareja. ¡°En realidad es preparar la conversaci¨®n, preparar el momento, pensar en qu¨¦ queremos que suceda y no ir reaccionando sin medida. Los humanos tenemos la virtud de no ser amebas que si nos tocan, nos movemos¡ dec¨ªa Frankl que en ese espacio entre el est¨ªmulo y la respuesta, est¨¢ la libertad¡±.
8. ¡°Eres igual que tu madre¡±.?Los familiares pol¨ªticos son las principales armas arrojadizas que las parejas catapultan contra el contrario. Y las suegras siguen siendo los proyectiles m¨¢s disparados. ¡°Las discusiones de pareja tratan de dos, no hay que citar a los dem¨¢s ni como apoyo, ni como defensa, ni como base de argumento. Y pensar ¡®esto no se trata de nadie de alrededor, se trata de ti y de m¨ª y se trata de hacer que nuestra relaci¨®n sea mejor, porque nos queremos, porque si no estar¨ªamos hablando de otra cosa diferente¡¯¡±, comenta Olga Albaladejo.
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