??Ha consumido usted drogas, tiene una vida sexual activa??: cu¨¢ndo las madres tienen que dejar de meterse con sus hijas en la consulta del m¨¦dico
Hablamos con tres profesionales m¨¦dicos para saber si hay un momento concreto de la vida, o una tem¨¢tica determinada, que hagan preferible crear un ambiente de confianza con la doctora.
Acudir a las citas m¨¦dicas en compa?¨ªa de la figura materna es el proceso de iniciaci¨®n en las gestiones vinculadas a la salud que en un futuro se pondr¨¢n en marcha sin compa?¨ªa. La pregunta obligada no es otra que la de cu¨¢ndo tiene una madre que dejar de meterse con su hija en la consulta del m¨¦dico, y el hecho de que TikTok, la red social experta en capturar las dudas que nos asaltan a todos, cuente con numerosos sketches que emulan con humor lo que acontece cuando madre e hija comparten consulta, demuestra que esta cuesti¨®n es universal. Un peque?o apunte legal antes de proceder a hablar con diferentes m¨¦dicos: el art¨ªculo 154 del C¨®digo Civil permite el acceso de los progenitores a la informaci¨®n sanitaria de los hijos sobre los que ostenten la patria potestad, mientras que el menor de edad tambi¨¦n podr¨ªa ejercer el derecho de acceso a su historia cl¨ªnica a partir de los 14 a?os. Sin embargo,
este ejercicio no limita el derecho de los titulares del menor no emancipado a acceder a su historia cl¨ªnica. Los expertos consultados coinciden en se?alar que no hay un momento exacto en el que es conveniente dejar de acudir a consulta en compa?¨ªa de una madre y que por descontado, depende del tipo de relaci¨®n existente entre ellas. ¡°Probablemente en la adolescencia hay muchos m¨¢s tab¨²es, algo que hace que a veces se genere una mayor verg¨¹enza a la hora de acudir con una madre, pero en otras ocasiones acuden juntas, porque son casi amigas y se lo cuentan todo. Hay quienes de hecho, se arrastran toda la vida la una a la otra para venir juntas a la consulta de ginecolog¨ªa, porque por alguna raz¨®n, a nadie le gusta ir, por lo que tienden a ir acompa?adas¡±, comenta la doctora Maite Fern¨¢ndez, directora de la unidad de ginecolog¨ªa funcional de la Cl¨ªnica Planas.
Sexo y consumo de sustancias: los temas tab¨²
Como asegura el doctor Alan Almaz¨¢n, especialista en Medicina familiar y Comunitaria, los dos temas peliagudos sobre los que preguntar en consulta en presencia de una madre son la sexualidad y el consumo de sustancias. ¡°Creo que cuando alguien tiene autonom¨ªa para tener dinero, realizar seg¨²n qu¨¦ cosas y tener relaciones sexuales, tambi¨¦n ha de tener la responsabilidad de asumir los deberes y ejercer los derechos que conlleva acceder a un servicio de salud. Soy partidario de acostumbrarles a iniciar conversaciones; de hecho, recibimos formaci¨®n al respecto. Tenemos que pedir permiso para hacer seg¨²n qu¨¦ preguntas y hemos de preguntar si est¨¢n c¨®modos con que les preguntemos sobre su vida sexual. Es entonces cuando preguntamos si mantienen relaciones, si emplean m¨¦todos barrera¡ Incluso a veces tenemos que preguntar dos veces, pidiendo permiso, para crear un ambiente de confianza para que no te vean como a un profesor que les va a castigar¡±, asegura.
¡°Lo que s¨ª es cierto es que en alguna ocasi¨®n, cuando una adolescente viene acompa?ada de su madre, me he dado cuenta de las muecas que va haciendo, como si estuviera enviando el mensaje de que no le pregunte seg¨²n qu¨¦ cosas delante de su progenitora. Cuando veo que la hija est¨¢ inc¨®moda, hay preguntas que no hago delante de la madre, sino despu¨¦s, cuando la estoy explorando. Tambi¨¦n hay veces en las que las madres salen de la consulta para dejar la
intimidad¡±, aclara la doctora Fern¨¢ndez. La Doctora Marta S¨¢nchez-Dehesa se?ala que entre las situaciones en las que puede ser preferible que una madre no entre en la consulta se encuentran las vinculadas con la salud ¨ªntima en el caso de que la paciente desee establecer una relaci¨®n de confianza personal con su m¨¦dico sobre sus s¨ªntomas o problemas de salud. ¡°Si no est¨¢n c¨®modas compartiendo detalles de su vida sexual con su madre, si son mayores de edad, lo mejor es que entren a solas. Al final es la paciente la que tiene la ¨²ltima palabra a la hora de decidir c¨®mo debe desarrollarse su consulta. Hasta los 14 a?os siempre vienen acompa?adas, pero despu¨¦s de los 15 a?os, si no quieren entrar con alguien, se les arropa mucho como m¨¦dico en el centro. Otras mujeres pueden optar por seguir viniendo acompa?adas de sus madres incluso en la edad adulta debido a la confianza y comodidad que esto les genera¡±, explica. ¡°La sociedad se adapta a las necesidades de las hijas adolescentes y ya se habla de sexo con normalidad, por lo que cuando a la hija adolescente se le pregunta por relaciones sexuales, sexo o la posibilidad de una gestaci¨®n, en general las madres apoyan las respuestas con naturalidad y comparten conocimientos y consejos con estas pacientes. Todo esto nos facilita a nosotros, los ginec¨®logos, a hablar con franqueza y naturalidad sobre el tema¡±, a?ade.
La Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa (AEP) informa que el titular del derecho a la informaci¨®n es el paciente mayor de 16 a?os y que en el caso de los ni?os menores de 12 a?os, se informa a los padres. Sin embargo, el menor ha de ser tambi¨¦n informado e intentar buscar su asentimiento pese a no tener capacidad de decidir. Entre los 12 y 16 a?os es un deber del m¨¦dico informar tambi¨¦n al adolescente, ya que en el caso de que tenga madurez suficiente, puede decidir aunque el consentimiento corresponde a los padres. El doctor Almaz¨¢n asegura que no es extra?o que las pacientes acudan acompa?adas a la consulta hasta los 18 a?os. El problema entonces es que en el caso de que vea necesario preguntar sobre su vida sexual o el consumo de sustancias, ha de decir con mucho tacto que ser¨ªa oportuno dejar un espacio y construir confianza con el profesional m¨¦dico. ¡°Hay quien no entiende que son personas aut¨®nomas y que est¨¢n comenzando a ser adultos. Les comento que lo id¨®neo ser¨ªa tener unos minutos a solas con el paciente para hacerle unas preguntas. Pido permiso tanto al adulto, como a la paciente. Nunca se han negado, y cuando abandonan la sala, les explico la confidencialidad y su derecho a venir de forma aut¨®noma, sin permiso y sin la necesidad de intervenci¨®n de sus padres. Hay que hacerles saber que todo lo que se trate quedar¨¢ en la consulta. No soy ni su profesor, ni su hermano mayor: tengo que mantener una confidencialidad, y suelen reaccionar muy bien cuando se lo explicas de una manera no forzada y natural¡±, dice el doctor. Comenta que en una ocasi¨®n, en la anamnesis (la conversaci¨®n m¨¦dica antes de pasar a la exploraci¨®n y a las pruebas), al haber asegurado la paciente que no ten¨ªa problemas con que estuviera su madre delante mientras le hac¨ªa unas preguntas, cuando le pregunt¨® si hab¨ªa mantenido relaciones sexuales sin preservativo, se dio cuenta por la cara de su madre de que lo oportuno era que abandonara la sala para que pudiera expresarse de una manera m¨¢s ¨ªntima.
Teniendo en cuenta que como se?ala Stadista, el porcentaje de espa?oles que hablan de sus relaciones con sus padres, seg¨²n los resultados obtenidos en octubre de 2022 mediante una encuesta realizada en Espa?a y desglosado por g¨¦nero, responde al 35% de los hombres y al 42% de las mujeres, quiz¨¢s lo que habr¨ªa que fomentar es una mayor educaci¨®n sexual desde los hogares y la normalizaci¨®n del sexo. Pese a todo, si rondas los 40 a?os y todav¨ªa te
sonrojas si la doctora te pregunta por tu vida sexual, no est¨¢s sola. As¨ª nos lo hace saber Marta N¨²?ez, que se dedica a las ventas en el sector farmac¨¦utico. ¡°Aunque tengo 40 a?os, reconozco que si la doctora me pregunta por mi vida sexual, me muero de la verg¨¹enza. Sin embargo, sigo yendo con ella a consulta, porque es un h¨¢bito que establecimos desde mi infancia¡±, confiesa para finalizar.
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