?Son saludables los complementos vitam¨ªnicos?
Los ¨²ltimos estudios apuntan a que las altas dosis de vitaminas pueden incrementar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y c¨¢ncer.
Millones de personas en todo el mundo ingieren religiosamente sus vitaminas, en la creencia de que les permitir¨¢n disfrutar de una vida m¨¢s saludable y larga. ?Verdadero? Falso. Este es el eje en torno al que gira el libro del profesor y pediatra norteamericano Paul Offit, que sali¨® a la venta hace unos d¨ªas (The Sense and Nonsense of Alternative Medicine, sin traducci¨®n al espa?ol por el momento).
Los complementos vitam¨ªnicos disfrutan de una aureola de vitalidad h¨¢bilmente potenciada por la industria. La palabra procede de ¡°vita¡± (vida, en lat¨ªn) y sugiere justamente eso: buena salud y? vitalidad. Pero la realidad es otra. La cuesti¨®n no es si la gente necesita vitaminas; la cuesti¨®n es qu¨¦ cantidad, y si se puede obtener o no en la comida, se?ala Offit, director de la Divisi¨®n de Enfermedades Infecciosas del Hospital Infantil de Filadelfia (EEUU). Mientras que los expertos en nutrici¨®n argumentan que lo que la gente necesita es la dosis diaria recomendada, que se encuentra en una dieta saludable est¨¢ndar, la industria insiste en que los alimentos no contienen suficientes vitaminas y se necesitan mayores cantidades.
Offit cita en este extracto de su libro un aluvi¨®n de estudios que ponen en la picota los suplementos vitam¨ªnicos. Por citar s¨®lo dos ejemplos: en 2011, los investigadores de la Universidad de Minnesota evaluaron los casos de 39.000 mujeres mayores y descubrieron una mayor tasa de mortalidad entre las que tomaban suplementos multivitam¨ªnicos. En 2008, una revisi¨®n de todos los estudios existentes ¨Cque supuso la evaluaci¨®n de 230.000 personas¨C encontr¨® que los suplementos incrementan el riesgo de padecer c¨¢ncer y enfermedades cardiovasculares.
¡°El efecto negativo para la fisiolog¨ªa humana de las dosis elevadas de vitaminas es conocido desde bien antiguo¡±, se?ala Jes¨²s Rom¨¢n Mart¨ªnez, presidente del comit¨¦ cient¨ªfico de la Sociedad Espa?ola de Diet¨¦tica y Ciencias de la Alimentaci¨®n . ¡°Se piensa que esto es muy cierto con las vitaminas liposolubles (A, D) pero que cuando se trata de hidrosolubles (C, B1¡) apenas tiene consecuencias, dici¨¦ndose que lo peor que puede pasar es que la orina se convierta en un producto caro por la cantidad de vitaminas in¨²tiles que arrastra¡±. Sin embargo, Mart¨ªnez Rom¨¢n advierte de que esto tampoco es cierto del todo ya que ¡°tambi¨¦n las hidrosolubles pueden tener efectos t¨®xicos ingeridas durante lapsos largos de tiempo y a dosis muy altas¡±.
Julia ?lvarez, coordinadora del ¨¢rea de nutrici¨®n de la Sociedad Espa?ola de Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n se?ala que las investigaciones experimentales con vitaminas antioxidantes, a finales de los a?os 80, les auguraban un papel protector frente al c¨¢ncer y la enfermedad cardiovascular. ¡°La defensa de esta hip¨®tesis arrastr¨® una corriente de opini¨®n en la ciudadan¨ªa que prodig¨® el uso indiscriminado de vitaminas en pacientes que no ten¨ªan ning¨²n grado de deficiencia o insuficiencia¡±.
De esta forma, se?ala la doctora ?lvarez, individuos que desconoc¨ªan su estado nutricional o vitam¨ªnico tomaban indiscriminadamente vitaminas, especialmente las que ten¨ªan actividad antioxidante (A y C por ejemplo). ¡°Millones de individuos, te¨®ricamente sanos, consumieron complejos vitam¨ªnicos, habitualmente sin control m¨¦dico, algunos con la esperanza de oxidarse menos y as¨ª no envejecer o no presentar c¨¢ncer o enfermedad cardiovascular. Esta moda se extendi¨® como la p¨®lvora en el mundo occidental¡±. Pero el papel protector atribuido a la toma de megadosis no se ha podido demostrar. Al contrario: incrementa el riesgo.
Se estima que los norteamericanos est¨¢n a la cabeza en lo que a consumo de vitaminas se refiere: un 56 ciento de los consultados en una encuesta de 2009 dijeron tomar vitaminas o suplementos para conseguir una dieta equilibrada. En Europa, los toma un 30 por ciento de la poblaci¨®n, mientras que en Espa?a, uno de los pa¨ªses donde el consumo es m¨¢s bajo, lo hace un 13 por ciento, de acuerdo con un estudio de Nielsen.
¡°A pesar de la abundancia de pruebas cient¨ªficas, se?ala Offit, la mayor¨ªa de la gente no se da cuenta de que las ¡®megavitaminas¡¯ pueden ser perjudiciales¡±. ?Por qu¨¦? ?Por qu¨¦ no dan la se?al de alarma las agencias reguladoras?? ¡°La respuesta es predecible: dinero y pol¨ªtica¡±, se?ala Offit, co-inventor de la vacuna rotavirus.
¡°Lo curioso es que a pesar de los resultados comentados en este libro la gente sigue consumiendo complejos vitam¨ªnicos que son altamente costosos¡±, se?ala ?lvarez. La doctora cree que el comportamiento quiz¨¢ podr¨ªa explicarse por la falta de informaci¨®n y, entre otras razones, porque la ingesta de multivitam¨ªnicos puede tranquilizar la conciencia de aquellos individuos conscientes de que no tienen una alimentaci¨®n variada y equilibrada.? ¡°La realidad es que una dieta variada, rica en frutas y verduras tiene un papel preventivo en el desarrollo de c¨¢ncer y enfermedad cardiovascular que no tiene la toma del complejo vitam¨ªnico¡±, concluye ?lvarez.
Uno de los ¨¦xitos de la industria de los suplementos, se?ala Offit, es haber creado una falsa dicotom¨ªa. De un lado est¨¢n los productos naturales: vitaminas, minerales, suplementos diet¨¦ticos, hierbas. Como son naturales, son seguros. Y, de otro lado, est¨¢n las medicinas, supuestamente m¨¢s peligrosas. ¡°Sin embargo, muchas medicinas, incluidos los antibi¨®ticos, proceden de la naturaleza. La noci¨®n de que los productos naturales no son peligrosos es una extravagancia¡±, apunta Offit, que tambi¨¦n arremete contra algunos remedios muy conocidos, como la popular equinacea para tratar resfriados.
¡°No todo lo que se vende como de origen natural, por el hecho de ser ?natural? deja de ser nocivo. Esta idea es del todo err¨®nea¡±, apunta ?lvarez. ¡°Al igual que las plantas contienen principios activos que pueden mejorar ciertos problemas de salud, estas mismas sustancias pueden resultar perjudiciales. Adem¨¢s, cabe la posibilidad de que hierbas y medicamentos compartan los mismos principios activos¡±.
?Se salva alguna vitamina de la quema? S¨ª: de los miles de suplementos en el mercado, Offit rescata estos cuatro: omega-3 para prevenir enfermedades del coraz¨®n; calcio y vitamina D para mujeres post menop¨¢usicas; y ¨¢cido f¨®lico durante el embarazo para prevenir defectos de nacimiento.
¡°Existe un colectivo de pacientes no desde?able (obesos, ancianos institucionalizados, por ejemplo) o individuos en distintas momentos fisiol¨®gicos vitales (preparaci¨®n para la gestaci¨®n, infancia, etc) que presentan d¨¦ficits de vitaminas y minerales y que se beneficiar¨ªan del uso racional de complejos vitam¨ªnicos¡±, se?ala por su parte ?lvarez.
Isabel Moreno, experta en nutrici¨®n y terapias naturales de SHA Wellness Clinic, apuesta por el ¡°consumo responsable basado en alimentos integrales y biol¨®gicos de manera equilibrada. Las vitaminas producidas en laboratorios no se asimilan de la misma manera que las naturales. Un exceso de vitamina puede producir un efecto rebote: el organismo la destruye dando como resultado una carencia de la misma¡±, se?ala Moreno. ¡°Un exceso de ciertas vitaminas, como por ejemplo las del grupo B, aumenta las necesidades de las otras. Este exceso tambi¨¦n puede interferir en las funciones de otras; as¨ª un exceso de vitamina A puede interferir en los efectos beneficiosos de la vitamina D¡±.
As¨ª pues, se?ala Moreno, ante una carencia de vitaminas y antes de correr a comprar los complejos vitam¨ªnicos, ser¨ªa interesante hacerse algunas preguntas: ?Qu¨¦ es lo que falta en mi dieta? ?Qu¨¦ estoy tomando que facilita la p¨¦rdida de vitaminas? ?Qu¨¦ hay en mi estilo de vida que necesita corregirse?
@nataliamartin es periodista. Si quieres ponerte en contacto con ella escribe a natalia@vidasencilla.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.