Bottega Veneta, el templo sostenible de la artesan¨ªa
Tradici¨®n e innovaci¨®n conviven en Bottega Veneta. Su sede es el reflejo del compromiso de una casa que promueve una forma de moda responsable y discreta. Tomas Maier habla con S Moda sobre los pilares del lujo moderno.
Busco siempre la armon¨ªa, la arquitectura y la artesan¨ªa arraigada a la zona de Vicenza, en la regi¨®n del V¨¦neto. El ¨²nico lugar capaz de representar ese tipo de belleza es donde naci¨® la casa?, dice a S Moda Tomas Maier (Pforzheim, 1957), director creativo de Bottega Veneta desde hace 15 a?os. Mientras en Par¨ªs cada vez m¨¢s voces cr¨ªticas denuncian la codicia y la crueldad que alimentan el sistema, en el nuevo atelier de la ense?a italiana Maier demuestra que existe una alternativa ajena al ruido y al consumo de creatividad. ?El lujo evoluciona en dos direcciones. Una satisface la demanda de piezas f¨¢ciles, informales y necesarias. La otra habla de excelencia. Es ah¨ª donde se sit¨²a Bottega Veneta y donde encuentro el est¨ªmulo que despierta mi proceso creativo?.
El sanctasanct¨®rum de esta maison, estandarte del lujo discreto, est¨¢ en un entorno buc¨®lico. La hist¨®rica Villa Schloeder-Da Porto. Una antigua hacienda agr¨ªcola, en Montebello, de 55.000 metros cuadrados, a medio camino entre Mil¨¢n y Venecia. Cerca de La Rotonda, de Andrea Palladio. Cuando la bruma matutina se disipa, desde los ventanales del comedor es posible vislumbrar Montecchio Maggiore, la colina donde se alzan el Castillo de la Villa y el de Bella Guardia (hogares de Romeo y de Julieta, respectivamente).
?La sostenibilidad es una prioridad para la compa?¨ªa; y enlaza con nuestra filosof¨ªa?, argumenta Maier. ?Queremos minimizar el impacto medioambiental porque tenemos que proteger nuestro legado: el lugar y los artesanos. Nuestro atelier es un reflejo de ese compromiso?.
La nueva sede abri¨® sus puertas en 2013, tras siete a?os de tr¨¢mites y reconstrucci¨®n (aunque el proyecto se inici¨® en 2007, las obras de remodelaci¨®n no empezaron hasta 2011 ¨Cfueron necesarios cinco a?os para conseguir las autorizaciones¨C). Es la primera vez que una publicaci¨®n de Espa?a realiza una sesi¨®n de fotos en este complejo sostenible, ?que une el pasado y el futuro de la casa?. Un dise?o pionero, supervisado por m¨¢s de 50 consultores, ingenieros y arquitectos (adem¨¢s de Maier), con planta geot¨¦rmica experimental ¨Cque utiliza agua subterr¨¢nea para climatizar todas las naves del campus¨C, paneles fotovoltaicos ¨Cpara la producci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica¨C, estrategias que minimizan el consumo de agua, vegetaci¨®n aut¨®ctona, y materiales locales y reciclados ¨Clas sillas de la cafeter¨ªa est¨¢n hechas con botellas de Coca-Cola¨C. ?Me siento muy orgulloso de que Bottega Veneta haya sido la primera ense?a de lujo en conseguir el nivel Platinum de la certificaci¨®n LEED?, presume. Se trata de la m¨¢xima excelencia en construcci¨®n sostenible.
La ley del deseo (silencioso)
Riguroso y disciplinado, Tomas Maier promueve un modelo de moda responsable, contraria al consumo fren¨¦tico e insaciable de novedades y tendencias. ?Nuestros clientes no buscan un guardarropa nuevo cada temporada?, se?ala. Cuando el alem¨¢n tom¨® las riendas de la marca italiana, en 2001, una ola de exceso sacud¨ªa los cimientos de la industria. El it bag se convirti¨® entonces en el s¨ªmbolo ostentoso de una de las estrategias de marketing m¨¢s salvajes que ha vivido el sector en los ¨²ltimos 20 a?os.
Sin embargo, Maier apost¨® por dise?ar un bolso que representara lo contrario. Sin logo ni adornos, el Cabat es, desde su lanzamiento, un modelo libre de cualquier elemento visible de frivolidad. Porque para este creativo ¨Cque trabaj¨® 17 a?os de freelance antes de que Tom Ford (entonces en Gucci) le aconsejara asumir la direcci¨®n creativa de Bottega Veneta¨C ?un icono debe trascender el concepto de temporalidad, ser ¨²nico y eterno?. Nota: la realizaci¨®n de un Cabat, totalmente hecho a mano, requiere la dedicaci¨®n completa de dos artesanos expertos durante dos d¨ªas (solo para la fase inicial del intrecciato, nombre del trenzado registrado de la casa italiana). De ah¨ª, que la producci¨®n sea limitada y el precio tan elevado.
?When your own initials are enough? (?Cuando tus propias iniciales son suficientes?, en espa?ol). Este lema (est¨¦tico e ideol¨®gico), inscrito en una de las paredes de la recepci¨®n de los headquarters de Vicenza, da la bienvenida a los visitantes. ?No me preocupa demasiado competir con otras marcas que hacen gala de logos en sus dise?os. Si un cliente quiere un complemento con un gran logo, ?qui¨¦n soy yo para juzgarlo? Hay gente que prefiere nuestra forma silenciosa de entender el lujo. Yo no pretendo contentar a todos?, zanja Maier, que aborrece los accesorios que gritan ?m¨ªrame?, ?soy rico?.
?El proceso creativo de Bottega Veneta no se ci?e a una fecha preestablecida de entrega. El tiempo de creaci¨®n var¨ªa de un producto a otro. De hecho, ni siquiera es relevante hablar de plazos. Porque no dise?amos para una temporada. Son creaciones en las que quieres invertir, para conservarlas. De hecho, mejoran con los a?os, porque adquieren una p¨¢tina que habla de la personalidad de quien los lleva?.
?Sinceramente, creo que hoy la gente compra menos. Y cuando lo hace, necesita sentir que paga por una pieza ¨²nica y especial, lo que no significa que esta no sea funcional?, valora. ?Me obsesiona la funcionalidad?, reconoce el dise?ador, cuya elegancia y simplicidad minimalistas constituyen, para muchos, un ejercicio honesto e impecable de ingenier¨ªa y savoir faire. ?Siempre he defendido que el dise?o m¨¢s bello pierde todo su valor si no funciona en el mundo real?, analiza Maier, que vive y dise?a a caballo entre Nueva York y Florida.
Su reto, y tambi¨¦n el de los artesanos de este laboratorio ¨Cque vela por la calidad y el trabajo hecho mano¨C, es desarrollar nuevas t¨¦cnicas. ?E ir un paso m¨¢s all¨¢? ¨Ccontin¨²a¨C ?para conseguir a?adir un elemento de excentricidad que sea inesperado pero nunca demasiado obvio?, puntualiza. En algunos de sus dise?os ni siquiera es posible ver las costuras. A veces est¨¢n ocultas tras un trenzado. Al fin y al cabo, ser invisible es una de las formas de lujo m¨¢s placenteras.
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