C¨¦line Sciamma: ?Mi pel¨ªcula es un romance igualitario, la sororidad puede destruir la jerarqu¨ªa?

C¨¦line Sciamma no separa arte y pol¨ªtica. ?Las pel¨ªculas siempre son pol¨ªticas y las que lo intentan disimular son las peores? es el mantra de esta cineasta francesa (Pontoise, 1978). Sus filmes, hoy de culto, son siempre intencionadamente activistas. ?El simple hecho de colocar a una mujer en el centro ya los convierte en algo pol¨ªtico?, insiste.

En su ¨®pera prima, Water Lillies, que ya estren¨® en Cannes en 2007, hablaba del despertar homosexual de dos amigas. En Tomboy (2011) profundizaba en la identidad sexual de una ni?a de 10 a?os que se presenta como ni?o. En Girlhood (2014) se adentraba en la construcci¨®n sexual, en este caso hetero, de su protagonista, una adolescente negra, aunque para Sciamma tambi¨¦n era queer. ??C¨®mo construyes tu identidad heterosexual? Exactamente igual que la homosexual: es una construcci¨®n?, razonaba en ese momento. Adem¨¢s, las tres eran retratos de una Francia de extrarradio, de las clases medias o medias bajas en las que creci¨® la directora. En las tres, con guiones propios (estudi¨® Literatura y se considera ante todo guionista), trabaj¨® con actrices no profesionales. Y las tres forman lo que ella llama su ?trilog¨ªa del autodescubrimiento?.

Al dar por cerrada esta serie, decidi¨® rodar una historia de amor que girara alrededor de descubrir a la otra persona, y as¨ª surgi¨® Retrato de una mujer en llamas, su cuarta pel¨ªcula, premio al mejor guion y Palma de Oro Queer en el ¨²ltimo Festival de Cannes, que acaba de llegar a los cines espa?oles. ?So?¨¦ con una pel¨ªcula dedicada por completo al amor adulto y quer¨ªa trabajar de nuevo con Ad¨¨le Haenel?, cuenta. Haenel, de 30 a?os, fue la protagonista de Water Lillies. Debutante entonces, hoy es uno de los nombres m¨¢s potentes y omnipresentes del cine franc¨¦s. Desde 2014, Haenel y Sciamma son, adem¨¢s, pareja sentimental. Conoci¨¦ndola como la conoce, le ha escrito esta vez un papel muy lejos de su contempor¨¢neo espectro. Y en ese sentido, Retrato de una mujer en llamas es tambi¨¦n, en parte, un retrato de su relaci¨®n de pareja. ?Es la primera capa del filme. La intimidad entre las dos mujeres es obvia?, explica Sciamma. ?Las dos ¨¦ramos muy j¨®venes cuando nos conocimos y aunque no hab¨ªamos vuelto a trabajar juntas, s¨ª hemos crecido juntas, en la vida y en el cine?. Para la directora esta obra es un paso adelante en su cine. ?Aunque se d¨¦ la mano con mis anteriores proyectos, es un trabajo m¨¢s maduro, que me ha llevado mucho tiempo porque est¨¢ lleno de espejos que reflejan el propio proceso creativo y la realidad actual?, contin¨²a.

Esta pel¨ªcula es producto del MeToo. En Francia sufrimos muchas repercusiones por hablar y posicionarnos

Empez¨® a escribir la pel¨ªcula hace cinco a?os, pero estrenada ahora en la era post-MeToo adquiere m¨¢s relevancia a¨²n. ?Es el producto de todo eso?, concede. ?Yo, y creo que muchas mujeres, hemos experimentado una sororidad m¨¢s fuerte. Especialmente en Francia, donde sufrimos muchas repercusiones por hablar y posicionarnos?, suelta. Y lo dice con conocimiento de causa: Sciamma fue una de las fundadoras del movimiento 50¡Á50/2020, la versi¨®n francesa del Time¡¯s Up, que llev¨® a muchas mujeres el a?o pasado a la alfombra roja de Cannes exigiendo igualdad de oportunidades y de sueldo tambi¨¦n en el cine. El festival se comprometi¨®, pero a¨²n renquea: Retrato de una mujer en llamas fue una de las cuatro ¨²nicas pel¨ªculas (de un total de 21) dirigidas por mujeres en la ¨²ltima edici¨®n.

?Cuando decimos que debemos ser m¨¢s inclusivos es porque solo vemos a la misma gente creando las mismas historias, produciendo a los mismos¡­ Queremos un mundo menos aburrido?, dice. ?Mi pel¨ªcula es un manifiesto de la mirada femenina, habla de c¨®mo es mirar a alguien y hacerlo de otra forma, de c¨®mo podemos ser radicales, experimentar nuevas emociones en la pantalla¡­ Estoy contenta de que el filme puede ser coet¨¢neo de este movimiento para que un nuevo arte pueda surgir?, a?ade. La obra no solo es pol¨ªtica por colocar de nuevo a mujeres en su centro, en los extremos y fuera de la pantalla, tambi¨¦n lo es porque reivindica a las maestras de la pintura del siglo XVIII, famosas en su tiempo y que ?luego la historia borr¨®?. Cuando ella las descubri¨® decidi¨® situar en esa ¨¦poca este romance entre una pintora (No¨¦mie Merlant) y su modelo (Ad¨¨le Haenel) y romper con la idea de las musas, esas mujeres perfiladas como poco m¨¢s que floreros, pasivas, pero que son, en realidad, colaboradoras muy activas del artista (?Como Dora Maar con Picasso?, pone como ejemplo).

La directora reivindica tambi¨¦n las relaciones equilibradas, de igual a igual: ?La pel¨ªcula tambi¨¦n habla de cocreaci¨®n y colaboraci¨®n con alguien a quien conoces?, dice refiri¨¦ndose a Haenel. ?Es un romance igualitario, la sororidad puede destruir la jerarqu¨ªa y eso tambi¨¦n la hace muy contempor¨¢nea?, explica. ?Lo parad¨®jico es que haya tenido que mirar al pasado para hacer una pel¨ªcula muy actual.