Christiane F: vida y sombras de la estrella yonqui
Ten¨ªa 15 a?os cuando su adicci¨®n a la hero¨ªna salt¨® a las portadas alemanas. Su vida inspir¨® una pel¨ªcula y su libro se vendi¨® por millones. Una autobiograf¨ªa descubre qu¨¦ fue de su vida.
Dos chavales se encierran en una habitaci¨®n a pasar el mono de hero¨ªna. Tiemblan, se retuercen sobre s¨ª mismos, sudan. El s¨ªndrome de abstinencia les lleva a arrancar con sus u?as el papel de las paredes. La impotencia de no conseguir la dosis a la que est¨¢n acostumbrados sus cuerpos, todav¨ªa en desarrollo, es devastadora. La secuencia de la que hablamos pertenece a Yo, Cristina F, una pel¨ªcula de culto 1981 dirigida por Uli Edel, convertida en cl¨¢sico e involuntaria gu¨ªa educativa contra los efectos de la drogadicci¨®n en la adolescencia. La pel¨ªcula m¨¢s rentable del cine alem¨¢n de los 80 llegaba tras el enorme ¨¦xito de del superventas Los ni?os de la estaci¨®n del Zoo (aqu¨ª se titul¨® como Yo, Cristina F. Hijos de la droga), un libro que se tradujo a 20 idiomas, escrito por los periodistas Kai Hermann y Horst Hieck de la resvista Stern en 1978. La historia recog¨ªa el testimonio en primera persona de Christiane V. Felscherinow, una ni?a de clase media que comenz¨® a fumar porros con 13 a?os, coquete¨® con el ¨¦xtasis, el valium y el Mandrax y acab¨® prostituy¨¦ndose por hero¨ªna junto a otros chavales en la estaci¨®n del Zoo de Berl¨ªn.
Mucho antes de que una Emma Watson al viento sacase medio cuerpo de una pick up en marcha con el Heroes de Bowie de fondo en Las ventajas de ser un marginado, hubo otra escena del cine que definir¨ªa ese halo de libertad adolescente que parece invencible: la que con esa misma canci¨®n protagoniz¨® Natja Brunckhorst corriendo por un centro comercial al alba, poco antes de probar la hero¨ªna en Yo, Cristina F. Porque la aut¨¦ntica Christiane la fumar¨ªa por primera vez tras un concierto de Bowie y a los 14 a?os ya se inyectaba en pisos destartalados junto a otros chavales convertidos a chaperos y prostitutas, congregados en la m¨ªtica estaci¨®n de metro berlinesa. Los mismos que antes bailaban en The Sound, esos hijos de familias bien que ignoraban la otra vida de sus reto?os, ahora ca¨ªan uno tras otro por sobredosis.
Christiane F., en el reportaje que la lanz¨® al estrellato de la revista ¡®Stern¡¯.
Archives Stern/ Picture Press/ Cortes¨ªa de Alpha Decay
La historia que conmocion¨® a Alemania y destap¨® el drama de la drogadicci¨®n adolescente en Berl¨ªn elev¨® a los altares de la fama a su protagonista, Christiane. Una ni?a de cara bonita que encandil¨® al p¨²blico. Al final de su libro, y tras contar como pas¨® sin ¨¦xito por los programas de desintoxicaci¨®n de la Cienciolog¨ªa (Narconon), su madre la sube en un avi¨®n rumbo al norte de Alemania. Un rayo de esperanza ilumina su camino: quiz¨¢ en casa de su abuela, en la zona rural de Kaltenkirchen, abra un nuevo cap¨ªtulo alejada de la hero¨ªna.
Lo que Christiane no imaginaba eran las implicaciones que tendr¨ªa compartir su relato vital con dos periodistas. En dos a?os, el libro vendi¨® medio millar de ejemplares en Alemania y a los tres de publicarse se estren¨® una pel¨ªcula que, pese a la crudeza de sus im¨¢genes, fascin¨® a la taquilla. ?Qu¨¦ fue entonces de su vida? ?Qu¨¦ consecuencias acarre¨® convertirse en la s¨²per estrella yonqui? As¨ª empieza Yo, Christiane F. Mi segunda vida* (Alpha Decay, 2015), un relato en primera persona de la propia Christiane escrito por la periodista de Sonja Vukovic. 35 a?os despu¨¦s de alcanzar la fama mundial, y con 51 a?os, Christiane vive con Leon, su chow chow, en un piso de Berl¨ªn sin apenas muebles, muy enferma (tiene fibrosis y la Hepatitis C m¨¢s agresiva que se puede contraer en Europa) y se pasa el d¨ªa leyendo libros de Carlos Ruiz Zaf¨®n o testimonios biogr¨¢ficos de mujeres para combatir sus dolores. "Una vida de mierda", como ella misma titula.
Cartel de la pel¨ªcula ¡®Yo, Cristina F.¡¯ (1981)
Cortes¨ªa de Alpha Decay
Las consecuencias f¨ªsicas de haber consumido drogas de todo tipo durante cuatro d¨¦cadas (estuvo limpia de hero¨ªna cinco a?os, pero volvi¨® a consumir y lo sigui¨® haciendo durante d¨¦cadas) le han pasado factura. Pero, por sorprendente que pueda parecer, su drogodependencia no es el hilo conductor de su nuevo libro. El relato vital de Christiane Vera Felscherinow, su 'segunda vida', es una lectura fascinante sobre la experiencia de una mujer que lo ha vivido pr¨¢cticamente todo. La historia de una mujer inteligente, sensata, profundamente emocional, despreocupada de los bienes materiales (los royalties de su primer libro y de la pel¨ªcula la hicieron millonaria), acosada por la prensa durante toda su existencia y plenamente consciente de las consecuencias de sus actos.
Christiane debe ser la ¨²nica mujer del planeta que ha formado parte de la Nueva Ola alemana (el movimiento musical Neue Deutsche Welle), se ha hecho ¨ªntima de Nina Hagen en el Chateau Marmont de Los ?ngeles, ha pasado las tardes en el m¨ªtico estudio de la KROCQ de Rod Bingenheimer, se ha ido de farra a la mansi¨®n de los Van Halen o ha volado en el jet privado de los Rolling Stones invitada por el mism¨ªsimo David Bowie. Pero adem¨¢s de las luces de ne¨®n y del name dropping constante del libro (hay encuentros con Depeche Mode, Billy Idol e incluso cenas con Yves Saint Laurent, Oskar Kokoscha o Andy Warholl en su etapa de Zurich, donde vivi¨® con los editores de su libro), la vida de Christiane F. ha sido una vida repleta de sombras. Las de una prensa amarilla que no ha dejado de acosarla para comprobar ¨²nicamente si se sigue inyectando o no, la de la Christiane en prisi¨®n por ser pillada con cinco gramos de hero¨ªna encima, la de sus abortos (especialmente impactante el que sufre en pleno vuelo) y la de la Christiane hundida por unos servicios sociales que le arrebatan a su ¨²nico hijo, el aut¨¦ntico amor de su vida.
Christiane a principios de los 80 y en la sesi¨®n fotogr¨¢fica en Sunset Boulevard durante la promoci¨®n en EE UU de la pel¨ªcula ¡®Yo, Cristina F.¡¯
Archives Stern/ Corbis (Cortes¨ªa de Alpha Decay)
La periodista Sonja Vukovic deja que la voz de la protagoniste tome el control del libro (adem¨¢s del pr¨®logo y el ep¨ªlogo, Vukovic solo escribe de su pu?o y letra un cap¨ªtulo, una escalofriante radiograf¨ªa de c¨®mo la hero¨ªna invadi¨® Zurich en los 80 y casi rompe el equilibrio social de la ciudad) y firma una autobiograf¨ªa apasionante. Le enviamos unas preguntas por correo electr¨®nico y esto fue lo que nos contest¨®:
?Por qu¨¦ la historia de Christiane merece ser contada?
Hay unas cuantas razones. La primera, ella es un mito mundial. Su historia no es la de la una yonqui o una historia sobre la hero¨ªna, es la de una chica que creci¨® con la figura de un padre alcoh¨®lico y una madre que no se preocup¨® nunca. Es la de una chica que quiere evadirse, sentir que pertenece a alg¨²n sitio, ser amada y, mientras lo intenta, se pierde a s¨ª misma. Es una historia en la que much¨ªsima gente se puede sentir identificad, aunque no sean yonquis. Muchos adolescentes pueden ser an¨®rexicos, bul¨ªmicos o padecer otro tipo de adicciones. As¨ª que la resupuesta a ?Qu¨¦ pas¨® con Christiane F? tambi¨¦n es la pregunta ?Qu¨¦ va a ser de m¨ª?
Por otro lado, es el retrato de una persona que lleva much¨ªsimos a?os siendo adicta. Antes no hab¨ªa adicciones de largo t¨¦rmino. La gente mor¨ªa, cuando apenas ten¨ªa 20 a?os. Gracias los programas de sustituci¨®n y otro tipo de ayuda m¨¦dica, la gente puede envejecer (aunque muchos mueren a sus 50, de hepatits o sida).?
Por ¨²ltimo, la voz de Christiane deb¨ªa ser escuchada, otra vez.
En 1987, en la etapa que vivi¨® en las islas griegas y en 1989, cuando vivi¨® en Amsterdam.
Cristiane F./ Steye Raviez (Cortes¨ªa de Alpha Decay)
?C¨®mo trabajaste con la informaci¨®n que te facilit¨®? ?Comprobaste todos los nombres e historias que te cont¨®?
Bien, al ser una autobiograf¨ªa lo que m¨¢s importa es su realidad, no la realidad. Pero por supuesto comprob¨¦ algunas historias y por supuesto hemos hecho que la gente que aparece mencionada en el libro echase un vistazo a las partes del libro en las que aparece para cuidar sus derechos personales.
En el libro, en el ep¨ªlogo, explicas que Christiane acept¨® reunirse contigo porque fuiste la ¨²nica periodista a la que abri¨® el portal de su casa y no fisgone¨® en la mirilla de su puerta. ?C¨®mo describir¨ªas los inicios y c¨®mo ha evolucionado vuestra relaci¨®n durante el libro?
Creo que lo m¨¢s importante es que nunca la he presionado. Quer¨ªa escuchar y descubrir cu¨¢l era su verdad, y no ten¨ªa problemas en adaptarme a sus tiempos. Despu¨¦s de haber trabajado juntas durante este tiempo se ha generado una amistad, yo form¨¦ parte de su vida y ahora ella tambi¨¦n ha formado parte de la m¨ªa. Pero eso tambi¨¦n ha implicado que que ella proyectase sus conflictos interiores en m¨ª: me quer¨ªa y me odiaba al mismo tiempo, me hac¨ªa responsable, me cre¨ªa y desconfiaba de m¨ª de la forma en la que lo hacen las personas con un trastorno l¨ªmite de la personalidad. No siempre es f¨¢cil lidiar con ello, pero por otro lado ella me ha dado grandes momentos, me ha emocionado mucho, as¨ª que me procur¨¦ una supervisi¨®n para aprender a tratar con ella, especialmente cuando sufre.
?C¨®mo lidia Christiane con el hecho de ser el icono pop que es tras la popularizaci¨®n del libro y de la pel¨ªcula?
Por un lado, a ella le encant¨® ser famosa, conocer a much¨ªsima gente y afrontar todos esos retos. Se podr¨ªa pensar que era la mejor ayuda para superar una adicci¨®n, sinti¨¦ndose necesitada, ocupada y con la sensaci¨®n de que val¨ªa la pena. Por otro lado, ella descubri¨® demasiado pronto que siempre ser¨ªa la ni?a de la estaci¨®n del Zoo y que a la gente solo le interesar¨ªa si todav¨ªa se pincha o no. Un estigma que ha terminado convirti¨¦ndose en una profec¨ªa autocumplida.
Christiane F., en una imagen reciente.
Marcel Mettelsiefen/ Cortes¨ªa de Alpha Decay
Un cap¨ªtulo del libro est¨¢ dedicado a sus 'sombras' y el constante miedo que siente por un supuesto y constante acoso del resto del mundo. Da la impresi¨®n de que esa paranoia mezcla err¨¢ticamente a muchos posibles acosadores: su madre, periodistas y ex amantes. ?C¨®mo afectan esos miedos a su rutina? ?Crees en su teor¨ªa?
Yo solo he escrito sus sentimientos y pensamientos, ese era mi trabajo. No juzgarla. Solo he intentado hacerlo de la manera m¨¢s responsable posible.
?Por qu¨¦ Christiane sigue viviendo en Alemania y no en otro pa¨ªs donde quiz¨¢ hubiese llevado una vida m¨¢s tranquila?
Es el h¨¢bito de una persona adicta. Con un trastorno de personalidad l¨ªmite, tiendes a amar lo que odias y a odiar lo que amas. Te quejas, pero nunca cambias, porque la queja te hace sentir que todav¨ªa tienes que solucionar esos sentimientos y te hace sentir importante. Trabajas en los efectos de tus acciones m¨¢s que en sus razones. As¨ª es la personalidad de una persona con trastorno de personalidad l¨ªmite y tendencias adictivas. No la juzgo. Esto no tiene por qu¨¦ ser malo, es algo que la gente debe comprender cuando est¨¢ relacionada con gente que tiene que lidiar este problema.
*'Yo, Christiane F. Mi segunda vida' est¨¢ editado por Alpha Decay y disponible en librer¨ªas desde el pasado mes de enero.
Alpha Decay
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