Comienzan las pasarelas de ¡®selfies¡¯

Cuando aparecieron las im¨¢genes digitales aplaud¨ª el desarrollo tecnol¨®gico y estaba convencida de que mi trabajo cambiar¨ªa para mejor. No ten¨ªa ni idea del papel que iban a jugar, enfrentando a los profesionales ¨Cque van a ver las colecciones para comprarlas o informar sobre ellas¨C con un implacable jurado en Internet?. Cuesta creer que la afilada cronista de moda Suzy Menkes escribiera estas l¨ªneas hace algo m¨¢s de un a?o. No porque no fuera certera en su visi¨®n, sino porque hasta ella, basti¨®n del periodismo de moda a la vieja usanza, se ha rendido a la evidencia. La pasada primavera abri¨® su cuenta de Instagram, hoy cuajada de selfies junto a personajes relevantes y, sobre todo, de instant¨¢neas de los desfiles a los que acude.

Anna Dello Russo

Cordon Press

Al principio fueron solo los blogueros los que sub¨ªan fotograf¨ªas de las pasarelas a sus perfiles; ahora tambi¨¦n los periodistas reputados y las celebridades se parapetan tras la pantalla de sus smartphones en cuanto se encienden los focos para que d¨¦ comienzo el show. Si no puedes con el enemigo, ¨²nete a ¨¦l.

?El misterio ya es historia. Lo que una vez era especial, ahora es accesible a cualquier persona?, cree Pablo Avion, editor de la plataforma Fashion Week Online, que no solo retransmite desfiles de Mil¨¢n, Par¨ªs o Nueva York, tambi¨¦n permite chatear en directo con los invitados. La exclusividad hoy se mide con otros par¨¢metros: de nada sirve poseer una invitaci¨®n a un evento si no se deja constancia gr¨¢fica (e inmediata) de ¨¦l. Y mejor si se hace desde la primera fila.

Entrada al show de Elie Saab el pasado mes de enero, en Par¨ªs.

Charles-Henry B¨¦du¨¦

?Es curioso observarlo como espectador. Cuando termina el desfile, el p¨²blico se agolpa en las escaleras e incluso se sienta delante, en el suelo, para grabarlo en v¨ªdeo?, cuenta Martin M. Ale?ar, fot¨®grafo de pasarela en Telecinco. ?Estar¨ªa a favor de la inmediatez si fuera acompa?ada de reflexi¨®n. Pero ahora se consume moda como si se consumiera comida r¨¢pida?, a?ade.

Cambiar de idea. ?No necesito esta inmediatez, Creo que es mala?, clamaba Tom Ford cuando en 2010 realiz¨® un show privado con un ¨²nico fot¨®grafo, Terry Richardson. Muchos han intentado la misma estrategia: el a?o pasado, los asistentes al desfile masculino de Givenchy ten¨ªan que guardar sus m¨®viles en una bolsa de pl¨¢stico si quer¨ªan pasar al backstage. Meses despu¨¦s, ?scar de la Renta recort¨® su audiencia para impedir la saturaci¨®n de im¨¢genes. Y minutos antes del debut de Galliano en Margiela en enero circulaba un mensaje en las redes sociales que prohib¨ªa realizar fotograf¨ªas. En todos los casos fue in¨²til. Si Ford ahora permite (e incluso demanda) el uso del tel¨¦fono, todas y cada una de las creaciones de Galliano se pudieron ver casi en directo v¨ªa Instagram.

Selfie de Suzy Menkes junto a Giambattista Valli.

Instagram @suzymenkesvogue

Muchas marcas trabajan con las herramientas de Fashion GPS, una empresa que monitoriza la situaci¨®n de los invitados en tiempo real y permite que sus usuarios puedan ver y fotografiar desde sus casas las pasarelas como si estuvieran all¨ª. ?Fundamos la compa?¨ªa porque pensamos que la moda estaba funcionando con m¨¦todos y lapsos de tiempo arcaicos?, cuenta Jenny Smith, su directora en Reino Unido. ?Las marcas se han dado cuenta de que su alcance es mucho mayor si permiten que las colecciones puedan verse de forma inmediata?, afirma. ?La gente quiere involucrarse, ser parte de la acci¨®n. Y a los dise?adores les interesa llegar a los posibles clientes de esta forma tan directa?, apunta Pablo Avion, que dedica una secci¨®n de su web a detallar los perfiles de Instagram que hay que seguir para estar al tanto de todo.

Carcasa de iPhone 5 de Moschino en Net-a-porter

Cordon Press

Se han aprendido la lecci¨®n. Si hace tres ediciones Marc Jacobs decidi¨® regalar perfumes a cambio de tuits, en la ¨²ltima semana de Nueva York se compartieron m¨¢s de 100.000 im¨¢genes en Instagram con el hashtag #NYFW, seg¨²n datos de AdWeek. Subir a la Red im¨¢genes de dudosa calidad ya no es s¨®lo cosa de blogueros. ?Nuestro trabajo se ha acelerado. A m¨ª me piden las fotos con mucho menos margen que hace un par de a?os?, cuenta Mart¨ªn M. Ale?ar. Pero apunta: ?Me he sumado a los tiempos, y ya no s¨®lo uso la c¨¢mara. Tambi¨¦n utilizo el m¨®vil?.