C¨®mo hacer que los looks de una colecci¨®n fantasma se cuelen entre los m¨¢s elegantes

Con lo que da de s¨ª comparar c¨®mo les quedan los vestidos a las modelos en los desfiles respecto a las celebrities que los eligen sobre las alfombras rojas a modo, digamos, m¨¢s real dentro de lo ficticio (sobre todo si ese mismo dise?o se lo ha puesto otra de su especie) la actriz que mayor impacto caus¨® y m¨¢s dio que hablar?en la pasada ceremonia de los Oscar?fue la ¨²nica cuyo atuendo surgi¨® de la mism¨ªsima nada invalidando a primer y posterior vistazo nuestra memoria de pasarela:?Gwyneth Paltrow.

Su h¨¢bito de capa blanca sali¨® de ese agujero negro que a nivel divulgaci¨®n es la ¨²ltima colecci¨®n de Tom Ford. La misma sobre la que no ha trascendido todav¨ªa ni una sola imagen furtiva, vamos, ni rastro Instagramico de tel¨¦fonos m¨¢s listos que el hambre (dos meses pasaron desde que se present¨® la de verano hasta que se difundi¨®, en exclusiva, su lookbook) pero que ya ha cosechado grandes cr¨ªticas.?Nada que ver con la anterior.

Charlize Theron con clutch de Tom Ford el pasado domingo en una gala ben¨¦fica.

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El americano no tiene de tonto ni uno solo de los pelos que le faltan porque a sus otros lujos en forma de complemento as¨ª como a la sustancia que hace viable su marca bien que no les guarda luto a la hora de publicitarse. Hablamos, por ejemplo, de su colecci¨®n de gafas lanzada?hace unos d¨ªas?-una edici¨®n limitada realizada en oro y cuerno de b¨²falo de agua a 2.000 euros la lente- y de su demandada?l¨ªnea de maquillaje.

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As¨ª normal que la estrategia pasiva, restringida y silenciosa de Ford respecto a su ropa de mujer sea, de entrada, inexistente fuera de los photocalls. Su ¨²ltimo conejillo de estreno ha sido Juliane Moore, amiga y c¨®mplice, a la que ve¨ªamos elegant¨ªsima con un dise?o totalmente ecol¨®gico que forma parte del proyecto The Green Carpet Challenge?impulsado (y respaldado por Armani o Stella McCartney) por Livia Firth.