Cristina Pedroche o la doble cara feminista de un vestido de Nochevieja
La presentadora vuelve a dar las campanadas con un amplio historial de expectaci¨®n en torno a su atuendo y las transparencias, que ella ha reivindicado como forma de ¡°defender la libertad de la mujer¡±. Abordamos las cuestiones que se generan en torno al evento de la mano de cuatro expertas.
El vestido de Cristina Pedroche para dar las campanadas es objeto de debate un a?o m¨¢s. Durante las cuatro ¨²ltimas ediciones (esta ser¨¢ la quinta consecutiva), qu¨¦ llevar¨¢ puesto la presentadora y el grado de transparencias de la pieza en s¨ª han acaparado la conversaci¨®n medi¨¢tica sobre la que ella se pronunciaba en su ¨²ltima visita a El Hormiguero: ¡°El primer a?o pens¨¦, ¡®?no os han gustado las transparencias? Pues m¨¢s transparencias¡¯. Odio que me digan qu¨¦ hacer o qu¨¦ no hacer.¡± M¨¢s all¨¢ de los tintes estil¨ªsticos, el juicio a lo que se pone una mujer y el debate en torno a lo que ense?a o no, es sexista, rancio y anacr¨®nico. ¡°Me visto como me da la gana¡± o ¡°mi vestido es superfeminista porque llev¨¢ndolo defiendo la libertad de la mujer¡±, son algunas de las declaraciones con las que hace justo un a?o Pedroche justificaba su elecci¨®n en una entrevista con Luz S¨¢nchez-Mellado en El Pa¨ªs. Defendiendo lo l¨ªcito que es ponerse lo que a una le apetece mientras apelaba con ello al empoderamiento y al feminismo. Y es precisamente bajo ese matiz donde siguen surgiendo nuevas reflexiones.
¡°Para las celebrities, el feminismo se ha convertido en una imposici¨®n m¨¢s que se a?ade a las tradicionales. Ahora tienen que estar buenas, no tener el mal gusto de envejecer, tener una vida familiar aceptable y adem¨¢s ser feministas, o al menos decir que lo son¡±, cuenta Nerea P¨¦rez de las Heras, autora de Feminismo para torpes, a S Moda. En ese marco y bajo la sombra del brutal linchamiento que recibe la presentadora, a menudo cargado de insultos machistas y mis¨®ginos, Nerea plantea su incomodidad con el hecho de ¡°que se preste tanta atenci¨®n a asuntos como este en los que el centro de debate es una mujer joven y su elecci¨®n de vestuario como si fueran dilemas feministas de primer orden¡±.
Pedroche es libre de ponerse lo que quiere. Y de disfrutar gust¨¢ndose. Como defiende P¨¦rez de las Heras, ¡°que salga medio en pelotas en televisi¨®n no nos va a echar abajo el movimiento¡±. Pero la influencia que ejerce -es una de las personas de Espa?a con mayor n¨²mero de seguidores en Twitter (2,3 millones) e Instagram (2,1)- cuando defiende llevar determinado vestido o cantidad de tela bajo la etiqueta de ¡°superfeminista¡± s¨ª activa las alarmas sobre la confusi¨®n acerca de qu¨¦ es feminismo.
?Ayuda el hecho de que Cristina Pedroche se sienta bien con sus transparencias a algo m¨¢s que a su propio gozo o econom¨ªa? Para Capitolina D¨ªaz, catedr¨¢tica de Sociolog¨ªa de la Universidad de Valencia y experta en g¨¦nero, en el discurso medi¨¢tico ¡°se aprovecha el hecho de que el feminismo est¨¢ a favor de la libertad para indicar que cualquier acto fruto de la expresi¨®n (supuestamente) libre de una mujer es un acto feminista. No lo es. Porque si bien es cierto que el feminismo aboga por la libertad (de elecci¨®n, entre otras), tambi¨¦n lo es que aboga por la libertad para algo: libertad para lograr la igualdad y eliminar la supremac¨ªa masculina¡±.
Pilar L¨®pez D¨ªez, periodista, Doctora en Ciencias de la Informaci¨®n y experta en comunicaci¨®n y g¨¦nero, lo resume con el ejemplo de intereses estrat¨¦gicos vs intereses pr¨¢cticos. ¡°Los ¡®intereses pr¨¢cticos¡¯ parten de las necesidades individuales, en este caso, podr¨ªa ser tener unos ingresos incrementando la popularidad para asegurar la permanencia en la profesi¨®n. Y los ¡®intereses estrat¨¦gicos¡¯ son aquellos que buscan transformar las relaciones entre hombres y mujeres, de manera que corrijan las posiciones de poder desiguales entre unos y otras. Son emancipadores y liberadores para la sociedad, mientras que los primeros est¨¢n perfectamente adaptados a los roles de g¨¦nero tradicionales que los hombres asignan en la sociedad patriarcal¡±.
Cuando Cristina Pedroche y Alberto Chicote aparezcan hoy en la Puerta del Sol ante la mirada de una previsiblemente alta cantidad de espectadores -el a?o pasado hicieron la mejor cifra de audiencia de Antena 3 en 23 a?os televisando el evento (23,2%, 3,1 millones de espectadores)- y la presentadora vuelva a descubrir qu¨¦ lleva puesto focalizando en ello la atenci¨®n del evento, como la propia cadena desde programas como El Hormiguero o Zapeando y ella desde sus redes llevan haciendo semanas -de momento ha explicado que ser¨¢ algo ¡°muy, muy, muy diferente, ?quiz¨¢s demasiado?¡± y ha cambiado la firma Pronovias por Tot-Hom-, el pa¨ªs volver¨¢ a dividirse. Y es probable que, como ella misma se?alaba en el programa de Pablo Motos, nadie hable de qu¨¦ lleva puesto Chicote pero ¡®#PedrocheCampanadas¡¯ sea trending topic. Ante esto, para Juana Gallego, codirectora del M¨¢ster G¨¦nero y Comunicaci¨®n de la UAB y autora del libro De reinas a ciudadanas. Medios de comunicaci¨®n, motor o r¨¦mora para la igualdad (Ed. UOC), se plantea una contradicci¨®n: ¡°Por un lado, se defiende en los medios que vestir como una quiera es un acto de rebeld¨ªa, pero por otro se fomenta el estereotipo femenino convencional. En definitiva: la lecci¨®n que se desprende y que la sociedad recibe es que ya nos pod¨¦is contar el cuento de que hombres y mujeres son iguales, que a la vista est¨¢ que las mujeres contin¨²an siendo objetos y los hombres no¡±.
Para Nerea P¨¦rez de las Heras, la reflexi¨®n en torno al dilema vestido-feminismo es la siguiente: ¡°Hay una idea peligrosa de que si eres mujer y te defines como feminista, cualquier decisi¨®n que tomes es feminista, hasta la m¨¢s superficial. Si haces uso de tu libertad y eres mujer est¨¢s siendo feminista, incluso si decides re¨ªrle una vez m¨¢s la gracia al patriarcado y hacer exactamente lo que se espera de ti. Ser mujer y joven y salir en televisi¨®n con paillettes en los pezones no tiene nada de revolucionario, de hecho es bastante reaccionario, bastante casposo. A m¨ª lo que me parecer¨ªa super feminista es dar las campanadas con una camiseta del Open Arms, por ejemplo. Pero all¨¢ cada una¡±.
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