De Wallapop a las donaciones: as¨ª han creado sus colecciones los grandes mecenas espa?oles de la moda
Bucean entre cordilleras de ropa en tiendas de segunda mano, asisten a subastas de post¨ªn y recorren el globo hasta dar con esa prenda que les quita el sue?o por las noches. Su objetivo no es vestirla, sino preservarla.
Bucean entre cordilleras de ropa en tiendas de segunda mano, asisten a subastas de post¨ªn y recorren el globo hasta dar con esa prenda fetiche que les quita el sue?o por las noches. Su objetivo no es vestirla, sino preservarla. Guardarla en las mejores condiciones para que tambi¨¦n otros puedan disfrutarla. Tras el estreno de El cuerpo inventado, una exposici¨®n dedicada al coleccionismo de moda que puede visitarse en la Sala Azca (Madrid) hasta el 15 de diciembre, charlamos con cinco de los m¨¢s respetados mecenas en Espa?a. Algunos atesoran piezas representativas de los m¨¢s c¨¦lebres maestros del siglo pasado, otros pujan por hacerse con el vestuario de divas de todo pelaje, de Marilyn Monroe a Marujita D¨ªaz. Pero todos coinciden en darle a la moda un valor que va mucho m¨¢s all¨¢ de la funcionalidad. Uno que la coloca en los mejores museos del mundo.
Lorenzo Caprile
Aunque el p¨²blico generalista lo conoce por su faceta televisiva como miembro del jurado del programa de TVE Maestros de la costura, adem¨¢s de por su larga trayectoria vistiendo a lo m¨¢s granado de la alta sociedad (reina Letizia y reina Sof¨ªa incluidas), Lorenzo Caprile tambi¨¦n es uno de los grandes coleccionistas de moda de nuestro pa¨ªs. ?Empec¨¦ a recopilar prendas cuando era muy chiquit¨ªn porque quer¨ªa conservar ropa de mi madre, de mis hermanas y de mi abuela?, cuenta el modista ¨Creniega de la versi¨®n masculina del t¨¦rmino¨C desde su estudio ubicado en el madrile?o barrio de Salamanca.
Su colecci¨®n se aproxima a las 10.000 piezas contando vestidos, sombreros, zapatos y complementos en general. ?Tengo tambi¨¦n mucha ropa interior y corseter¨ªa que he ido adquiriendo, sobre todo, para estudiar los cortes. Algunas cosas las compro porque me hace ilusi¨®n y otras para aprender c¨®mo est¨¢n hechas y aplicar esas t¨¦cnicas a mi trabajo. Esto lo hacemos todos los dise?adores y quien diga lo contrario, miente?, asegura mientras coloca con precisi¨®n sus m¨¢s preciados hallazgos sobre los maniqu¨ªes.
Yves Saint Laurent, Valentino, Chanel o Pertegaz son algunos de los nombres que componen su particular acopio de grandes piezas del siglo XX, pero al contrario de lo que cabr¨ªa esperar, Caprile no ha invertido cifras desorbitadas para hacerse con ellas. ?Intento gastarme lo menos posible porque lo que me da morbo es encontrar la ganga, el chollo. Por eso suelo ir una vez por semana a Humana [cadena de tiendas especializada en ropa de segunda mano]?, confiesa. All¨ª precisamente encontr¨® la prenda m¨¢s barata de su colecci¨®n: ?Es un camisero de Pauline Trig¨¨re, que aqu¨ª en Espa?a no es nada conocida y por eso lo consegu¨ª por un euro, pero es un tesoro. Si rebuscas siempre encuentras cosas as¨ª de especiales porque algunas tiendas vintage no saben ni lo que tienen. Tambi¨¦n me gusta hacerme con creaciones an¨®nimas, porque la ropa firmada est¨¢ muy bien, pero la vest¨ªa muy poca gente?, remata.
El resto lo ha ido comprando durante sus viajes o en subastas, aunque reconoce que sus clientas tambi¨¦n le han hecho donaciones. Su bien m¨¢s preciado es un prototipo de un traje de ba?o de Sybilla que nunca se lleg¨® a comercializar. ?Es ¨²nico en el mundo. Lo encontr¨¦ de carambola en uno de mis proveedores habituales, que me lo sac¨® as¨ª en plan de extranjis porque sab¨ªa que lo iba a apreciar?, detalla mientras acaricia la prenda. Este dise?o da buena cuenta de la importancia que los nombres nacionales, con permiso de sus venerados Mugler y Versace, tienen en su colecci¨®n. ?La edad de oro de la costura espa?ola tiene muchos creadores que quedaron en segundo plano oscurecidos por Balenciaga y que deber¨ªan ocupar el lugar que se merecen. Manuel Pertegaz, Pedro Rodr¨ªguez, Tony Ben¨ªtez o Flora Villarreal son solo algunos de ellos?, reivindica.
A pesar de no comulgar con la idea de que la ropa deba estar en los museos, reconoce que s¨ª le gustar¨ªa hacer una peque?a exposici¨®n dedicada a sus adquisiciones. ?Pero con un montaje ca?ero e interactivo. Que la gente pueda tocar la ropa y sentirla?.
Lydia Garc¨ªa
Al frente de la colecci¨®n L¨®pez-Trabado, Lydia Garc¨ªa es una de las pocas mujeres que se dedican profesionalmente al coleccionismo de moda en Espa?a. ?En general, el sector de las antig¨¹edades es muy machista. Uno de mis motores es servir como ejemplo para que otras se animen?, cuenta. Historiadora de formaci¨®n y descendiente de una familia catalana dedicada al textil, Garc¨ªa lleva dos d¨¦cadas acumulando una buena representaci¨®n de la alta costura espa?ola del siglo XX. ?Mi madre ten¨ªa muy buen armario, pero lo quem¨® en San Juan, que era algo que se hac¨ªa mucho en los ochenta. Lo poco que se salv¨®, y lo que me fueron dando mis t¨ªas, marc¨® el inicio de la colecci¨®n, que en un primer momento solo pretend¨ªa evitar que todo aquello se perdiera?.
Esos comienzos, entre sentimentales y l¨²dicos, se convertir¨ªan despu¨¦s en su profesi¨®n. Garc¨ªa abandon¨® un puesto de responsabilidad en la firma Zadig & Voltaire para dedicarse en cuerpo y alma a buscar tesoros de creadores como Balenciaga, Pedro Rodr¨ªguez, Asunci¨®n Bastida, Elio Berhanyer o Manuel Pi?a, los cinco nombres detr¨¢s de los dise?os que ha elegido para mostrar en este reportaje. ?Intento que haya representaci¨®n femenina porque muchas de estas mujeres han pasado a la historia como meras modistas a las que no se les reconoci¨® su firma?.
Sumando textil y accesorios tiene unas 850 piezas y 2.000 referencias documentales entre revistas, invitaciones a desfiles, fotograf¨ªas y facturas. ?Mis favoritas son estas ¨²ltimas porque te cuentan la verdad sobre lo que cuesta la moda. Tengo un libro de contabilidad de una finca de clase media-alta que registra que a mediados del siglo pasado el alquiler de uno de sus apartamentos era de 95 pesetas. Un traje a medida estaba en las 3.000?, explica.
La colecci¨®n L¨®pez-Trabado, repartida en dos almacenes en Madrid y Barcelona, tambi¨¦n da soporte a figurinistas patrios. Parte del vestuario del personaje de Ava Gardner en la serie Arde Madrid fue prestado por la coleccionista, as¨ª como uno de los dise?os que Pen¨¦lope Cruz luci¨® durante la promoci¨®n de Dolor y gloria.
Sobre las due?as primigenias de estas creaciones, Garc¨ªa es discreta: ?Cuando alguien dona quiere que su nombre quede reflejado, pero no ocurre lo mismo cuando vende. Hay gente con grandes t¨ªtulos pero poca liquidez que se deshace de sus armarios en subastas sin que su identidad trascienda?. Su idea es dar continuidad a la muestra con creaciones contempor¨¢neas. ?Hoy d¨ªa hay gente que se gasta 600 euros en unas zapatillas, pero se niega a pagar 100 por una pieza artesanal an¨®nima y eso dice mucho de nuestra sociedad?.
Josep Casamartina
Unos 14.500 vestidos, 12.000 ilustraciones y 250 sombreros. La colecci¨®n Antoni de Montpalau, dirigida por el cr¨ªtico de arte Josep Casamartina, no solo es la m¨¢s cuantiosa, sino tambi¨¦n es la m¨¢s rom¨¢ntica. Ninguna de sus prendas procede de subastas o reventas, todas han sido donadas.
?Empec¨¦ recopilando tejidos modernistas y art d¨¦co, pero poco a poco fui cayendo en el encanto de la moda femenina?, recuerda Casamartina. La hija del pintor catal¨¢n Josep de Togores tuvo parte de la culpa. ?Le dije que me gustaba uno de los vestidos que aparec¨ªa en un retrato pintado por su padre y me regal¨® no solo ese, sino otros 30. Poco a poco se fue corriendo la voz y m¨¢s mujeres empezaron a donarme creaciones que hab¨ªan pertenecido a sus madres o sus abuelas. As¨ª fue como decid¨ª ir m¨¢s all¨¢ de los tejidos?.
Casamartina, que lleva alimentando la muestra desde 2004, es uno de los modelos a seguir por sus colegas espa?oles, tanto por la diversidad de su colecci¨®n como por el detalle con que la conserva. ?Cada vestido est¨¢ guardado en su funda con una foto en el exterior y un n¨²mero de registro. Los archivamos en habitaciones oscuras con una humedad constante de entre el 55% y el 60% y una temperatura en torno a los 20 grados cent¨ªgrados?, detalla. El conservador Ismael N¨²?ez y Rosa Mar¨ªa Mart¨ªn, encargada del asesoramiento cient¨ªfico, lo ayudan con la perfecta preservaci¨®n de las piezas.
Natural de Sabadell y heredero de la tradici¨®n textil de la tierra, Casamartina creci¨® rodeado de telas: su madre regentaba una tienda de g¨¦neros de punto y sus t¨ªas ten¨ªan mercer¨ªas. ?Llevo la moda en la sangre, pero soy solo el capit¨¢n del barco. La colecci¨®n est¨¢ hecha por la gente?. Entre las donaciones m¨¢s especiales cita un Lanvin de 1920 que le regal¨® la nuera de la pintora ?ngeles Santos o un par de vestidos de Azzaro de finales de los sesenta. ?El perfil del donante es gente que es fan de nuestro trabajo. Saben que si lo venden les dar¨¢n poco, pero de esta forma su testimonio perdura porque siempre explicamos qui¨¦n lo llev¨® y qui¨¦n lo don¨®?.
Maite M¨ªnguez
?No soy mit¨®mana ni fetichista de ninguna actriz. No me pruebo sus prendas ni las toco compulsivamente?, asegura Maite M¨ªnguez, una de las grandes coleccionistas de objetos pertenecientes a leyendas del cine e iconos pop a la altura de Marilyn Monroe. Empez¨® a hacer acopio de las primeras piezas cuando conoci¨® al que ser¨ªa su marido, el desaparecido productor Luis de Val (Manga Films), a los 15 a?os. ??l me regalaba cosas y yo tambi¨¦n compraba otras. Al principio era un hobby, pero luego empezamos a ir juntos a subastas y a tom¨¢rnoslo m¨¢s en serio?, rememora.
En su poder est¨¢n algunos de los vestidos m¨¢s m¨ªticos de la protagonista de Los caballeros las prefieren rubias, pero tambi¨¦n un bat¨ªn de Humphrey Bogart con sus iniciales bordadas, pitilleras de Marlene Dietrich o Greta Garbo y objetos m¨¢s ins¨®litos como el taparrabos de Tarz¨¢n o el condensador de fluzo de Regreso al futuro, una de las piezas que m¨¢s le cost¨® conseguir. ?Las m¨¢s cotizadas son las de Monroe, que pueden costar miles de euros?, reconoce M¨ªnguez sin dar n¨²meros concretos.
Tampoco se aventura a cifrar el tama?o de su colecci¨®n: ?No me he parado a contar todo lo que tengo, pero a buen seguro son m¨¢s de 1.000 objetos entre vestuario, cartas o dedicatorias. Tengo que hacer inventario y retomarla porque lo dej¨¦ todo un poco parado tras la muerte de mi marido?.
Aunque reconoce que alg¨²n d¨ªa le gustar¨ªa ver su antolog¨ªa cinematogr¨¢fica en un museo propio (hasta la fecha ha formado parte de exposiciones temporales en todo el mundo), de momento las protege de la luz en un almac¨¦n. ?Hay piezas, como las m¨¢scaras de l¨¢tex de Entrevista con el vampiro, que se desintegrar¨ªan de no permanecer en la oscuridad?.
Antonio Velasco
Por identificaci¨®n generacional jam¨¢s cabr¨ªa esperar que uno de los mayores guardianes del vestuario de Marujita D¨ªaz tenga solo 26 a?os. Tampoco que Thierry Mugler, un maestro lejano para la mayor¨ªa de los mil¨¦nicos, sea su mayor referente cuando dise?a. Antonio Velasco compagina su propia firma, dedicada a vestir a artistas nacionales como Ana Mena o Ana Guerra tanto en el escenario como en la alfombra roja, con su af¨¢n por recopilar vestuario esc¨¦nico de grandes leyendas.
?Me gusta el teatro desde que iba al colegio. En cuanto empec¨¦ a ganar dinero lo invert¨ª en comenzar la colecci¨®n y en visitar Las Vegas una vez al a?o; es el lugar donde m¨¢s feliz me siento?, concede. All¨ª fue precisamente donde encontr¨® muchos de sus tesoros: un vestido rojo de Bob Mackie o un tocado de plumas de m¨¢s de un metro de altura que localiz¨® en un anticuario durante su primera visita a la ciudad, pero termin¨® llev¨¢ndoselo a casa tres a?os despu¨¦s. ?En el aeropuerto tuvieron que catalogarlo como una obra de arte para que me dejaran portarlo dentro del avi¨®n?, recuerda entre risas.
Esos objetos, que alg¨²n d¨ªa brillaron en los escenarios de la ciudad del vicio, conviven ahora con enseres de Nati Mistral, pr¨ºt-¨¤-porter de firmas como Versace o Mugler y 12 vestidos pertenecientes a Marujita D¨ªaz. ?Antes de morir regal¨® su vestuario a dos de sus mejores amigos y ellos decidieron venderlo. Compr¨¦ todo lo que pude porque para m¨ª era importante no separar demasiado su legado?. Velasco, que se reconoce devoto no solo de la actriz y vedette, sino de las folcl¨®ricas y divas espa?olas en general, reivindica la importancia de la moda esc¨¦nica. ?Est¨¢ muy infravalorada y creo que eso deber¨ªa cambiar. La colecci¨®n de Marujita debi¨® ser adquirida por una entidad que la mantuviera unida, pero no hubo inter¨¦s?.
Agradecimientos:
Museo L¨¢zaro Galdiano. Serrano 122, Madrid. Tel.: +34 915 616 084. Exposiciones actuales: ¡®La pl¨¦yade de la Espa?a Moderna. Dibujos de Guillermo Mart¨ªn Bermejo¡¯. Hasta el 12 de enero de 2020. ¡®Espacio emergente. Isidro Blasco¡¯. Hasta el 26 de enero 2020.
Museu d¡¯Hist¨°ria de Catalunya. Pla?a de Pau Vila 3, Barcelona. +34 932 25 47 00.?
Maniqu¨ªes Di Capo. C/Laguna Del Marquesado 12, Nave 3, Madrid. Tel.: +34 910 704 089.
Atrezzo Barcelona. Carrer de Girona, 83, 08009 Barcelona. Tel.: +34 934 87 61 64.
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