Delphine Arnault, la nueva visionaria de la moda
La primog¨¦nita del due?o de LVMH es la responsable de los nombramientos m¨¢s sonados de los ¨²ltimos a?os.
Por encima de las sucesiones pol¨¦micas y de las idas y venidas aceleradas, la sensaci¨®n subyacente es que la industria de la moda se encuentra ante un relevo generacional. Salvo excepciones, los nuevos directores creativos de las grandes firmas son j¨®venes, poco amigos de los revuelos medi¨¢ticos y con un sentido de la est¨¦tica m¨¢s cercano a la rentabilidad que a la grandilocuencia. Todo apunta a que, a corto plazo, una nueva hornada de dise?adores con este perfil competir¨¢ en la liga de las marcas m¨¢s prestigiosas o encumbrar¨¢ su propia ense?a hasta hacerla una de las m¨¢s deseadas. Y la principal art¨ªfice de este cambio de paradigma ser¨¢ una joven heredera, amante del dise?o y con un gran olfato para intuir d¨®nde est¨¢ el talento del futuro.
En 2008, Delphine Arnault ocup¨® el puesto de directora adjunta de Dior y pas¨® a ser la primera mujer directiva de LVMH, el conglomerado de empresas de lujo m¨¢s poderoso del mundo. Podr¨ªa parecer, en principio, que el cargo no ten¨ªa tanto m¨¦rito, dado que se trata de la hija mayor del due?o del grupo, Bernard Arnault. Sin embargo, el tiempo desminti¨® cualquier especulaci¨®n. El tiempo, y una decisi¨®n arriesgada que result¨® ser una de las m¨¢s rentables que este imperio ha tomado en los ¨²ltimos a?os.
La ex directora adjunta de Dior posa junto a John Galliano en 2009
Cordon Press
¡°Ella fue la ¨²nica que apost¨® por Raf Simons cuando el resto barajaba otros muchos nombres¡± contaba su hermano, Antoine Arnault, al diario Wall Street Journal. Suceder a John Galliano al frente de Dior era uno de los retos m¨¢s complejos a los que pod¨ªa enfrentarse un dise?ador. A golpe de teatralidad, Galliano hab¨ªa logrado volver a situar a la casa francesa en la cima del lujo. Simons, en principio, no era la opci¨®n m¨¢s l¨®gica. El minimalismo y los juegos de l¨ªneas sobrias que el modisto belga hab¨ªa desarrollado al frente de Jil Sander eran lo opuesto a la opulencia del gibraltare?o. Sin embargo, Delphine crey¨® que la clave no pasaba por buscar heredero, sino por someter a Dior a un cambio radical. Hoy, las colecciones de Simons son aclamadas por cr¨ªtica y p¨²blico, saben conjugar la herencia de la firma con las se?as de identidad del creador y abren la puerta a un tipo de Alta Costura m¨¢s comercial y actual, muy distinto al que estamos acostumbrados.
Pero si LVMH corri¨® el riesgo fue, quiz¨¢, porque Delphine hab¨ªa demostrado un sobrado talento para los negocios: seg¨²n la consultora Bain&co, en sus cinco a?os al frente de la direcci¨®n adjunta de Dior, la marca ha crecido en total un 67%. Arriesg¨®, y gan¨®: la llegada de Raf Simons ha hecho que las ventas de la l¨ªnea de costura se dispararan un 24% en el ¨²ltimo a?o.
Delphine junto a su padre, Bernard Arnault, y Raf Simons, director creativo de Dior.
Cordon Press
Por eso, desde el pasado verano, Delphine se enfrenta a otro reto de mayor calado: encargase de Louis Vuitton, el buque insignia de LVMH y la firma que m¨¢s beneficios aporta al grupo. La legendaria marca de bolsos no atraviesa su mejor momento desde que el consumo de lujo en Asia est¨¢ descendiendo y necesita explorar nuevas v¨ªas. La estrategia de la primog¨¦nita de Arnault ha sido, una vez m¨¢s, el cambio radical.
Si Raf Simons tiene poco que ver con Galliano, Nicol¨¢s Ghesqui¨¨re tiene a¨²n menos en com¨²n con Marc Jacobs. El primero convirti¨® Balenciaga en una marca de lujo conceptual, el segundo hizo de Vuitton un ¨¦xito de ventas basado en el logotipo y la colaboraci¨®n con artistas. El primero juega a la innovaci¨®n en materiales y formas, el segundo apuesta por el desfile espect¨¢culo y las campa?as millonarias. Cuentan que Delphine siempre ha sido una de las fans m¨¢s fieles de Ghesqui¨¨re desde sus primeras colecciones, as¨ª que pocos dudaban de que el dise?ador tarde o temprano entrar¨ªa en la n¨®mina de LVMH. Todo apunta a que el giro hacia la sobriedad y la sofisticaci¨®n contenida llegar¨¢ tambi¨¦n a Vuitton como lleg¨® a Dior y, con ¨¦l, probablemente, un nuevo repunte comercial.
La familia Arnault al completo en uno de los ¨²ltimos desfiles que Marc Jacobs firm¨® para Louis Vuitton.
Cordon Press
Sin embargo, a pesar de estos golpes maestros, Delphine Arnault no es oficialmente la heredera del imperio de su progenitor. Su hermano, Antoine Arnault, controla la firma masculina Berluti y se encarga de las campa?as de comunicaci¨®n de gran parte de las ense?as del grupo. Asiduo a fiestas y eventos p¨²blicos y emparejado con la modelo Natalia Vodianova, su perfil es m¨¢s medi¨¢tico que el de su hermana y, a fin de cuentas, la cabeza visible de un gran imperio, adem¨¢s de dotes para la gesti¨®n, debe poseer carisma.
Lo que s¨ª parece estar m¨¢s claro es que este cambio de rumbo al que est¨¢ sometiendo a LVMH ¨Cy, por extensi¨®n, a media industria de la moda-? est¨¢ m¨¢s que inspirado en la estrategia que llev¨® a cabo su padre cuando le gan¨® la batalla a Alan Chevalier y se hizo con el control del grupo: compr¨® marcas en decadencia y, contra todo pron¨®stico, se las asign¨® a dise?adores que ten¨ªan muy poco que ver con el legado franc¨¦s que siempre las hab¨ªa acompa?ado. En 1995 le dio a un joven Jonh Galliano, famoso por sus espect¨¢culos transgresores y grandilocuentes, la direcci¨®n creativa de Givenchy, y se convirti¨® en el primer creador de Alta Costura no nacido en Francia. Un a?o despu¨¦s, ya estaba al frente de Dior y Alexander McQueen, igual de teatral y vanguardista, le suced¨ªa en Givenchy. Hoy el dise?o de la firma francesa lo lleva a cabo Riccardo Tisci, que s¨®lo hab¨ªa presentado una colecci¨®n con su nombre cuando se le asign¨® el cargo. Y la fruct¨ªfera relaci¨®n entre Marc Jacobs y Louis Vuitton (que hasta su llegada no confeccionaba pr¨ºt-¨¤-porter) comenz¨® poco despu¨¦s de que el modisto americano fuera despedido de Perry Ellis tras presentar una pol¨¦mica colecci¨®n grunge.
Delphine y Antoine Arnault (en la imagen junto a su pareja, Natalia Vodianova) se disputan la sucesi¨®n de LVMH.
Cordon Press
Ahora que LVMH ha resucitado con ¨¦xito un buen pu?ado de marcas legendarias y ha encumbrado a otras tantas firmas recientes, no busca sorprender a base de desfiles multitudinarios o colecciones cercanas a la performance. Los contenidos son otros, pero la forma sigue siendo la misma: se busca un camino m¨¢s sofisticado y minimalista, pero se sigue encontrando en jovenes talentos.
As¨ª se explica la apuesta de Delphine por el jovenc¨ªsimo J.W. Anderson para encargarse de la direcci¨®n creativa de Loewe y la compra de su marca hom¨®nima por parte del grupo, o la adquisi¨®n de la joven marca brit¨¢nica de zapatos Nicholas Kirkwood, que quiere convertir en una ense?a de lujo mundial.
Y, sobre todo, explica la creaci¨®n reciente del premio LVMH, al que pueden optar dise?adores con menos de 40 a?os y dos colecciones en el mercado. El jurado, compuesto por Ghesqui¨¨re, Simons, Tisci o Phoebe Philo, otorgar¨¢ 300.000 euros al ganador y un a?o de asesoramiento. Una forma f¨¢cil de captar talento y apuntar posibles nombres para las siguientes sucesiones. Porque todo parece indicar que Simons o Ghesqui¨¨re son s¨®lo el principio de ese plan maestro que Delphine Arnault ha trazado para que el panorama de la moda actual se vuelva m¨¢s joven, m¨¢s innovador y, si cabe, m¨¢s rentable.
J.W. Anderson, uno de sus elegidos, fue premiado en los British Fashion Awards.
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