Dormir en camas separadas, ?mejor para la pareja?
Que corra el aire: ventajas y desventajas de tomar distancia (literal) en el descanso nocturno en compa?¨ªa.
Las parejas se pelean 167 veces al a?o en la intimidad de su habitaci¨®n. La causa n¨²mero uno no es otra que sufrir el robo de la s¨¢bana o la colcha. Los siguientes culpables en la lista de las trifulcas conyugales nocturnas son roncar y la igualmente espinosa cuesti¨®n de la regulaci¨®n de la temperatura, de acuerdo con esta encuesta. Unos datos que apuntan a esta realidad: la mayor¨ªa duerme mejor por separado. El experto brit¨¢nico en sue?o Neil Stanley lo tiene hasta cuantificado, y asegura que las parejas que comparten cama tienen un 50 por ciento m¨¢s de posibilidades de padecer interrupciones que aquellas que deciden ¡°divorciarse¡± temporalmente de noche.
A los agravios mencionados en el p¨¢rrafo anterior podr¨ªamos a?adir muchos otros. Por ejemplo: compa?ero que se revuelve como si tuviera pulgas; compa?ero que se levanta a orinar con frecuencia; que habla (o grita) por la noche, v¨ªctima de pesadillas; que le da por consultar el significado de estas pesadillas en la Wikipedia a las 3 de la ma?ana.
¡°Compartir cama con alguien que hace ruido y con quien tienes que luchar para mantener tu trozo de colcha no tiene sentido¡±, escribe Stanley, ex presidente de la Sociedad Brit¨¢nica del Sue?o. Este experto asegura que hist¨®ricamente nunca hemos compartido cama, y que el h¨¢bito se remonta a hace relativamente poco tiempo, los comienzos de la revoluci¨®n industrial, cuando las familias se trasladaron en masa a las ciudades, donde dispon¨ªan de menos espacio. Stanley se?ala que en la Roma antigua, la cama era un lugar para sexo, pero no para dormir.
Y eso que los romanos ¨Ccuyas costumbres eran, en fin, tirando a peculiares en estos aspectos¨C no ten¨ªan port¨¢tiles, iPads o m¨®viles que meter bajo las s¨¢banas. Los aparatos electr¨®nicos dan lugar hoy a contenciosos tanto o m¨¢s graves que los que desencadena la regulaci¨®n de temperatura. La cuesti¨®n es que cuando dormimos somos tremendamente ego¨ªstas. ¡°El sue?o es la cosa m¨¢s ego¨ªsta que puedes hacer. Si eres feliz compartiendo cama genial, pero en caso contrario, no deber¨ªas tener reparo en dormir en una cama separada¡±, apunta Stanley, que recuerda que dormir bien es crucial para la salud f¨ªsica, mental y emocional.
Los consejos de Stanley parecen resonar, al menos en el mundo anglosaj¨®n. En Estados Unidos, la Asociaci¨®n Nacional de Constructores prev¨¦ que, para el 2015, el 60 por ciento de las viviendas de nueva construcci¨®n tenga dos habitaciones principales. El 25 por ciento de las parejas de ese pa¨ªs duerme en camas separadas, seg¨²n un estudio de la Fundaci¨®n Nacional para el Sue?o de EEUU. Mientras, en Gran Breta?a, una de cada diez parejas hace lo propio.
Visto lo visto, ?por qu¨¦ no desterrar, entonces, la anclada costumbre? Para empezar, muchas personas (la inmensa mayor¨ªa) no disponen de un aposento extra para pasar la noche. Pero el principal inconveniente es menos prosaico: puede convertirse en un primer paso hacia un mayor grado de separaci¨®n. Compartir lecho es un s¨ªmbolo de intimidad. Tu pareja es la ¨²nica persona con que lo haces, recuerda Paul Rosenblatt en su libro Two in a Bed (Dos en una cama, sin traducci¨®n al espa?ol). Acceso a relaciones sexuales, un lugar donde mantener la privacidad o la posibilidad de reflexionar sobre los eventos del d¨ªa en la oscuridad son factores que, para la mayor¨ªa de las parejas, contin¨²an pesando m¨¢s que todos los inconvenientes mencionados.
¡°La cama marital no es solo un lugar donde dormir. Representa proximidad, compartir, la definici¨®n misma de matrimonio. Sin una cama que compartir al final del d¨ªa, ?sois algo m¨¢s que dos personas bajo el mismo techo?¡±, se pregunta el columnista Tim Lott. Si la cosa se pone fea, no obstante, siempre es posible optar por soluciones de compromiso: de lunes a viernes separados, fines de semana juntos, o a la inversa. O por dos camas en la misma habitaci¨®n. Claro que esto no solucionar¨¢ el problema del compa?ero que se levanta diez veces al ba?o, que se empe?a en dormir en una heladera o un horno. Ni el de las pesadillas, la luz o el iPhone en mitad de la noche.
@nataliamartin es periodista. Si quieres ponerte en contacto con ella escribe a natalia@vidasencilla.es
Laura Pacheco
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