El bolso m¨¢s famoso del mundo cumple 30 a?os
Tres d¨¦cadas de an¨¦cdotas y una historia de pel¨ªcula convierten el modelo Birkin de Herm¨¨s en una pieza inmortal.
Tiene nombre de artista y su raz¨®n de ser es tan seductora como misteriosa. El modelo Birkin de Herm¨¨s es, con permiso del 2.55 de Chanel o el Speedy de Louis Vuitton, el bolso m¨¢s famoso del mundo. A su alrededor se ha forjado una leyenda que, como todas, cuenta con algunos cap¨ªtulos hinchados y otros que se ajustan m¨¢s a los hechos. Desde su creaci¨®n en 1984 ha sobrevivido a todo tipo de modas y celebridades que parec¨ªan vivir esposadas a sus asas. Hoy, treinta a?os despu¨¦s, nadie discute su contemporaneidad, fieramente complaciente con quien decide explotarla ¨Cen los ¨²ltimos meses Kim Kardashian se ha convertido en un fiel mast¨ªn de su hechizo¨C. En el camino quedan grandes an¨¦cdotas y un secreto a¨²n no revelado, el de su ¨¦xito.
Una leng¨¹eta fraccionada en tres partes y una traba con candado separan el mundo real de lo que contiene en su interior. Abierto o cerrado, el desfile de seguidoras que durante a?os ha lucido este dise?o tan agradecido ¨Cse fabrica en casi todos los colores y cinco tama?os¨C conforma una de las historias m¨¢s bonitas de la moda. Lo crearon en honor de la actriz y cantante brit¨¢nica Jane Birkin, quien en un vuelo de Par¨ªs a Londres coincidi¨® con Jean-Louis Dumas, entonces due?o de Herm¨¨s, y le confes¨® que nunca hab¨ªa sido capaz de encontrar el bolso de sus sue?os. Tres a?os despu¨¦s, la firma francesa fundada en 1837 alumbr¨® el invento, sin logos y sin otra ambici¨®n que la de satisfacer a su inspiradora. El ¨¦xito que cosech¨® aquel bolso, inmediatamente demandado por centenares de mujeres de bien, oblig¨® al hist¨®rico fabricante de guarniciones a comercializar la pieza. Accedieron, pero respetando los tiempos y los procedimientos ¨C48 horas y un artesano¨C, lo que pronto motiv¨® la aparici¨®n de una lista de espera para adquirirlo.
Cate Blanchett en un fotograma de la pel¨ªcula ¡®Blue Jasmine¡¯ e imagen de una jovenc¨ªsima Jane Birkin en 1964.
Cordon Press / Getty
El tan llevado y tra¨ªdo registro de futuras compradoras del Birkin ha sido una fuente inagotable de leyendas y rumores. El ritmo de producci¨®n no alcanza la demanda; lo que, al parecer, ha motivado una lista de espera aproximada de cinco a?os para poder comprarlo. Adem¨¢s, quien lo desea debe abonar cifras que pueden llegar a los 50.000 euros. Eso es al menos lo que todo el mundo dice saber y Herm¨¨s, por razones obvias, nunca lo ha desmentido. Sin embargo, se trata de una leyenda, otra m¨¢s de las que nutre el universo mendaz de la moda.
En 2009, el escritor Michael Tonello, un dandi obsesionado con el lujo, escribi¨® un libro en el que desmontaba toda la estrategia de marketing de la marca. En Bringing home the Birkin, el autor explicaba que en solo tres meses consigui¨® comprar 130 piezas del modelo Birkin sin mayor problema, demostrando as¨ª que el asunto de la lista de espera no es tanto como parece. El fin del mito no ha supuesto, no obstante, merma alguna en el prestigio de Herm¨¨s. Sigue siendo la firma m¨¢s sofisticada de la industria del lujo, vale miles de millones en Bolsa y cuenta con m¨¢s de 10.000 empleados en todo el mundo. Sus productos se fabrican en Francia, de manera artesanal y con los mejores materiales.
Un Birkin de coleccionista en una subasta de la casa londinense Bonhams.
Cordon Press
Antes del Birkin, en los a?os 50, Herm¨¨s ya se hab¨ªa apuntado otro tanto con el modelo Kelly. Lo crearon en 1923 con el nombre Haut ¨¤ courroies, pero cuando Alfred Hitchcock encarg¨® varias piezas para el vestuario de la pel¨ªcula Atrapa a un ladr¨®n (1955) el bolso renaci¨®. Grace Kelly, coprotagonista del filme junto a Cary Grant, se enamor¨® de ¨¦l. Fue entonces cuando Herm¨¨s decidi¨® rebautizarlo con el nombre de la int¨¦rprete. Pese a ello ¨Cy pese a llegar mucho m¨¢s tarde¨C, el ¨¦xito del Birkin super¨® al de su antecesor m¨¢s famoso. La lista de celebridades abonadas a ¨¦l comprende nombres tan dispares como Victoria Beckham, Kate Moss o Kelly Osbourne. Les siguen Olivia Palermo, Nicole Richie o Julia Roberts; cada una de su padre y de su madre pero todas con una neura en com¨²n. Lady Gaga pintarraje¨® el suyo en 2010 y Kim Kardashian cuenta con varios, entre los que se encuentran uno customizado por su hija y otro por un artista.
El ¨¦xito del Birkin sigue siendo un misterio, pues su popularidad va m¨¢s all¨¢ del sistema que deglute las tendencias con car¨¢cter bianual. De hecho, puede que no estemos hablando de moda, sino de otra cosa. Ya lo dijo Jean-Louis Dumas, hist¨®rico presidente de Herm¨¨s, al diario Le Journal en 2004: "Herm¨¨s no es una casa de moda, sino que guarda respecto a ella una cierta distancia, aunque al mismo tiempo est¨¢ firmemente decidida a ser una casa contempor¨¢nea. La noci¨®n de permanencia nos confiere una distinci¨®n aristocr¨¢tica que tiene, debemos admitir, un cierto matiz intimidatorio". Pero que nadie se equivoque. No se trata de infundir miedo, sino hacerse respetar. Un c¨®ctel de elevaci¨®n, elegancia y entusiasmo.
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