El hombre que enamor¨® (y enemist¨®) a Karl Lagerfeld e Yves Saint Laurent
La vida del dise?ador fue turbulenta. Recordamos su relaci¨®n con Jacques de Bascher. ?Para m¨ª era divino, pero otros lo encontraban diab¨®lico?, dijo el k¨¢iser refiri¨¦ndose a su relaci¨®n.
¡°Se dice que fue mi novio, pero no es cierto. Era la persona m¨¢s divertida y m¨¢s distinta a m¨ª que he conocido. Salvaje, chic y divertido. Ten¨ªa todos los defectos y todas las cualidades. Para m¨ª era divino, pero otros lo encontraban diab¨®lico¡±. Esta es una de las poqu¨ªsimas veces que Karl Lagerfeld ha hablado de Jacques de Bascher tras su muerte. Lo hizo en una extensa entrevista concedida a Eugenia de la Torriente en 2009, 30 a?os despu¨¦s de que De Bascher falleciera a causa del sida.?Cuentan que el director creativo de Chanel empez¨® a ocultarse tras sus ya m¨ªticas gafas de sol despu¨¦s de aquello. Tambi¨¦n fue la ¨¦poca en la que empez¨® a descuidar su dieta espartana y a enfundarse en trajes de Yohji Yamamoto para ocultar su exceso de peso. Solo tres d¨¦cadas m¨¢s tarde se atrevi¨® a hablar, aunque siempre escuetamente, de la persona que m¨¢s le ha marcado personal y profesionalmente.
Despu¨¦s llegar¨ªa el documental Lagerfeld se dibuja en 2013 donde, entre bocetos, el dise?ador recuerda su trayectoria y no puede esquivar la importancia que De Bascher tuvo en ella. Lo considera ¡°el franc¨¦s m¨¢s elegante que ha conocido en su vida¡± y recuerda la primera que lo vio, con bermudas tirolesas, vestido de forma tan extravagante como fascinante. Y finalmente la exposici¨®n La gloria del agua, la muestra que en verano de 2013 inauguraba Fendi (la otra casa para la que dise?a el alem¨¢n) y que, adem¨¢s de exhibir las decenas de instant¨¢neas que el dise?ador hab¨ªa realizado en Roma, mostraba al p¨²blico por primera vez un fashion film que De Bascher hab¨ªa realizado para la marca en 1977.
Aunque sus excesos, sus estilismos copiados de la aristocracia de fin de siglo y su lengua viperina eran encumbrados en el Par¨ªs de los setenta, la figura de Jacques de Bascher, quiz¨¢ por expreso deseo de Lagerfeld, fue cayendo poco a poco en el olvido. Hasta la fecha. Porque no solo marc¨® la vida del siempre esquivo y misterioso Lagerfeld, tambi¨¦n mantuvo un autodestructivo romance con Yves Saint Laurent. Y ahora es una pieza clave en los dos biopics que acaban de estrenarse sobre el modisto argelino.
Pese a que ambas cintas poseen enfoques muy distintos, el personaje de Jacques de Bascher aparece retratado (con m¨¢s o menos profundidad) como el causante del descenso a los infiernos de Yves Saint Laurent y el desencadenante de la enemistad entre los que quiz¨¢ sean los dos creadores de moda m¨¢s importantes de la segunda mitad del siglo XX. Hoy muchos, tras ver las pel¨ªculas, se preguntar¨¢n de d¨®nde ha salido esta misteriosa e influyente figura.
Probablemente lo ¨²ltimo que hubiera querido Jacques de Bascher fuera caer en el olvido. Desde que lleg¨® al centro de Par¨ªs procedente de Neuilly con 22 a?os,
el ni?o mimado de esa minor¨ªa elitista y hedonista que entonces dominaba la moda francesa. Lo consigui¨®. Pero ni al t¨¢ndem Saint Laurent-Berg¨¦ le interesaba dar publicidad al art¨ªfice de una de sus mayores crisis ni a Lagerfeld, que en vida se dejaba retratar orgulloso junto a ¨¦l, le apetec¨ªa recordarle en p¨²blico tras su muerte.
De hecho, el alem¨¢n demand¨® a Alicia Drake, autora del libro The beautiful fall, por narrar hechos supuestamente falsos y pidi¨® la retirada del mismo. El libro relata las vidas de ambos dise?adores de forma novelada y a trav¨¦s de cientos de entrevistas a los testigos de la ¨¦poca. De temperamentos opuestos, amigos en sus inicios y enemigos en el c¨¦nit de sus respectivas carreras, Drake entrelaza sus trayectorias e intenta responder a muchas de las sombras que rodean a ambos personajes. Obviamente, De Bascher juega un papel b¨¢sico en la trama. Y este texto es, a d¨ªa de hoy, el ¨²nico perfil detallado que encontramos de este joven dandi.
Porque si hay un concepto que defina a De Bascher es el de dandismo. Entendido, adem¨¢s, en su sentido m¨¢s estricto. Si de joven se dej¨® fascinar (y seducir) por un profesor que lo llevaba de viaje a Londres y le hac¨ªa visitar los escenarios vitales de Oscar Wilde, con 20 a?os cambi¨® su gabardina y sus jerseys de pico por pantalones tiroleses, blusas de seda y chaquetas floreadas, comenz¨® a leer a Huysmans y a Montesquieu, a expresarse con lenguaje rimbombante y anacr¨®nico y se mud¨® a Par¨ªs dispuesto a ejercer de muso y de alma de todas las fiestas. Como cualquier dandi de los siglos XVIII y XIX nunca quiso trabajar, sino vivir consagrado al hedonismo y al culto a la belleza. Proced¨ªa de una familia de provincias relacionada con la baja aristocracia pero se invent¨® un pasado que lo un¨ªa a la nobleza m¨¢s poderosa y se hizo cambiar su segundo apellido, Petit, por Beaumarchais.
Lagerfeld, acostumbrado a ser ¡®el alem¨¢n¡¯ en un mundo altamente chauvinista, tambi¨¦n sol¨ªa reinventar su pasado. Fue ni?o prodigio, hijo de arist¨®cratas y v¨¢stago de una familia dedicada a las bellas artes. Quiz¨¢ fuera aquella necesidad de reescribir su historia lo que le uni¨® a De Bascher. Aquel joven representaba, adem¨¢s, todo lo que el dise?ador no pose¨ªa: apellidos ilustres, una extravagancia est¨¦tica que era vista como la quintaesencia de la sofisticaci¨®n y ese estilo de vida excesivo que ¨¦l, adicto al trabajo, admiraba desde la distancia.
Seg¨²n cuenta Drake, se conocieron en Le Sept, el club de moda del Par¨ªs de la ¨¦poca, y al d¨ªa siguiente De Bascher ya viajaba a la casa de verano que Lagerfeld hab¨ªa alquilado en Saint Tropez. Era 1973, y no se separaron durante m¨¢s de 15 a?os. En esa d¨¦cada y media Lagerfeld cambi¨® de estilo, de trabajo y de amigos, pero De Bascher siempre estuvo ah¨ª, viendo c¨®mo el dise?ador se encaprichaba de Anna Piaggi, de Antonio L¨®pez o de Pat Cleveland y c¨®mo, con el tiempo, iba alej¨¢ndose de ellos.
El fastuoso tren de vida de De Bascher corr¨ªa a cuenta de Lagerfeld. Viv¨ªa en un hist¨®rico apartamento en Saint Sulpice cuya renta pagaba el dise?ador, se paseaba en Rolls Royce por el peque?o pueblo de la Breta?a donde Lagerfeld pose¨ªa un castillo y montaba las fiestas m¨¢s escandalosas y excesivas de Par¨ªs con cargo a su cuenta. Nunca se supo qu¨¦ les un¨ªa, y si al principio se hablaba de ellos como pareja, en sus ¨²ltimos a?os de relaci¨®n se consideraba que su uni¨®n era similar a la de un padre y su hijo. Pero no se separaron, aunque Lagerfeld se hiciera cada vez m¨¢s importante dentro de la industria y De Bascher fuera encadenando esc¨¢ndalos cada vez m¨¢s sonados.
Probablemente Lagerfeld no se sorprendiera al saber que Yves Saint Laurent y su fiel pandilla de modelos y artistas acudir¨ªa a su fiesta de cumplea?os, pese a que ambos grupos apenas se mezclaran en cenas y eventos (y la prensa se encargara de remarcar continuamente su rivalidad). Tampoco debi¨® causarle mucha impresi¨®n ver a de Bascher sentado en la primera fila de un desfile de Costura de Saint Laurent. Casi todos sab¨ªan que Yves y ¨¦l manten¨ªan una relaci¨®n. Lo que pocos intuyeron es que, a diferencia del resto de amantes del argelino, De Bascher iba a obsesionar al modisto durante tres a?os. Si Yves ya hab¨ªa sufrido varias crisis depresivas y caminaba siempre en la cuerda floja, ¨¦l le iba a hacer reencontrarse con las drogas, el alcohol y las pastillas.
Saint Laurent se sumergi¨® en la peor de sus crisis personales y Pierre Berg¨¦ decidi¨® marcharse de casa. A?os despu¨¦s, Berg¨¦ no soportaba tenerle cerca. Si se cruzaba con ¨¦l, le llamaba gigol¨®, ped¨ªa que lo echaran del local y desacreditaba (siempre de forma impl¨ªcita) la labor de Lagerfeld. Curiosamente, en sus a?os m¨¢s oscuros junto a De Bascher, Saint Laurent firm¨® algunas de sus mejores colecciones: perfeccion¨® y reformul¨® su esmoquin, jug¨® con las transparencias, se adentr¨® de lleno en el Orientalismo y culmin¨® su exploraci¨®n creativa con una colecci¨®n dedicada a La ?pera y los Ballets Rusos en 1976, que esboz¨® pr¨¢cticamente desde la camilla del hospital.
Pero sin duda la mejor parte del esp¨ªritu inspirador de De Bascher se la llev¨® Lagerfeld: comenz¨® a vestirse de forma extravagante, a llenar sus entrevistas de frases lapidarias y, correlativamente, a crear fren¨¦ticamente colecciones que le hicieron ganarse el liderazgo en Chlo¨¦, en Fendi y, finalmente, la direcci¨®n creativa de Chanel. Lagerfeld, que siempre ha trabajado de forma espartana, viv¨ªa su vida a trav¨¦s de su protegido. Mientras uno organizaba fiestas que parec¨ªan salidas de la Belle ?poque, se dejaba retratar por David Hockney y, como buen dandi, respond¨ªa siempre de forma insolente y aparatosa a cualquier personaje de la ¨¦lite parisina, el otro traduc¨ªa dichas vivencias en bocetos, fotograf¨ªas y vestidos. De Bascher se jactaba de no trabajar, de vivir exclusivamente dedicado al placer y la est¨¦tica y Lagerfeld se enorgullec¨ªa de tener a su lado un personaje que alimentaba sus exigencias creativas. Si hoy la prensa especializada lo apoda ¡®el k¨¢iser¡® es porque De Bascher, fascinado por el modo en que el dise?ador era capaz de imponer las tendencias, comenz¨® a llamarle de esa forma.
Cuenta Drake en The Beautiful Fall que Renaud, uno de los pocos amigos que De Bascher manten¨ªa de su infancia, recib¨ªa cada a?o una postal navide?a con su retrato. Cada enero, Lagerfeld bocetaba a su muso de una forma distinta. En la Navidad de 1989 recibi¨® uno de los dibujos m¨¢s bellos. Bajo el retrato, el dise?ador escrib¨ªa la frase ¡°Jacques de Bascher visto por Karl Lagerfeld¡±. En aquel momento, su salud ya estaba devastada por el sida. Morir¨ªa poco tiempo despu¨¦s. La mitad de sus cenizas descansan en su casa familiar y la otra mitad junto a la madre del dise?ador. Nunca se supo qu¨¦ fue lo que mantuvo unidos tanto tiempo a dos personajes tan vol¨¢tiles y caprichosos, tampoco se sabe con claridad por qu¨¦ este joven franc¨¦s de aspecto extravagante fascin¨® a buena parte de los que escribieron la moda del ¨²ltimo siglo XX. Lo que s¨ª puede decirse con bastante rotundidad es que Jacques de Bascher, adem¨¢s de ser el ¨²ltimo dandi real de la historia, fue el primer muso masculino conocido en la industria.
*Esta noticia se public¨® originariamente en 2014 y se actualiz¨® tras la muerte de Karl Lagerfeld el 19 febrero de 2019.
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