El oro no es solo para las burbujitas

De entre todos los metales, el oro amarillo es el triunfador este oto?o-invierno. Ya no hay discreci¨®n que valga para llevarlo a jornada partida y est¨¢ pensado para lucirse a todas horas. Enterremos de una vez por todas de esa vieja tradici¨®n que guarda a cal y canto el bling bling para engalanar ocasiones como las fiestas navide?as.

No solamente sirve como comod¨ªn en joyas -se acab¨® el reinado del platino o de sus acabados en blanco y rosa- sino que ti?e complementos y sobre todo ropa. Pantalones, vestidos, su¨¦ters, zapatos o cazadoras se ba?an en este material precioso volviendo la vista atr¨¢s hacia ¨¦pocas pasadas. Como aquellos maravillosos noventa en los que las mujeres se abigarraban sin justa medida.

Durante muchos a?os el oro no ha cotizado nada ni dentro ni fuera de los mercados, pero fue llegar la recesi¨®n y su revalorizaci¨®n ha crecido imparable tanto en bolsas como en pasarelas. A Moschino y Anna del Russo se suman Balmain, Stella McCartney, Dries Van Noten, Dolce & Gabbana, Vivienne Westwood o Diane Von Furstenberg. Todos ellos miden ya su peso en onzas. De ser un metal condenado al olvido en favor de aleaciones mucho m¨¢s pretenciosas, vuelve a la liga del lujo aunque pierde su esp¨ªritu opulento. Ahora, hasta la m¨¢s minimalista de las almas puede integrarlo en su vestimenta sin parecer un icono bizantino: te decimos c¨®mo.