El perfume
Podr¨ªa trazar la l¨ªnea de mi vida de perfume en perfume como una buena mon¨®gama en serie. Podr¨ªa trazar la vida de la gente cercana de la misma manera.
En Jap¨®n se considera de mala educaci¨®n utilizar perfumes fuertes. En Jap¨®n me odiar¨ªan. Nada me gusta m¨¢s que dejar un rastro de olor particular, concret¨ªsimo. En estos momentos apuro un frasco de un perfume creado por Jean-Claude Ellena que suele recibir muchos cumplidos. Podr¨ªa trazar la l¨ªnea de mi vida de perfume en perfume como una buena mon¨®gama en serie. Podr¨ªa trazar la vida de la gente cercana de la misma manera. Podr¨ªa incluso trazar la vida sociol¨®gica de este pa¨ªs a trav¨¦s de Chanel n?5, Eau de Rochas, Aire de Loewe, Rive Gauche y L¡¯eau D¡¯Issey hasta llegar a Bal d¡¯Afrique y rezagado Santal 33.
Mi fe en el poder del olor no es nueva. A¨²n en la adolescencia descubr¨ª en el cuarto de ba?o de un proyecto de novio un bote de Nivea Azul que deduje era de su madre. Empec¨¦ a usar por mi cuenta la m¨ªtica crema cada d¨ªa porque por alguna extra?a conexi¨®n freudiana pens¨¦ que pod¨ªa ser eficaz. Lo fue.
Hace un a?o pocos hab¨ªamos o¨ªdo hablar de la anosmia. La p¨¦rdida de olfato era casi una leyenda urbana. Aquel amigo de un amigo que resbal¨® en la ba?era, perdi¨® la capacidad de oler y un d¨ªa comi¨® una lata de anchoas caducada sin enterarse. O aquel que perdi¨® a la vez el gusto y no pudo volver a comer merluza rebozada porque la textura, sin el sabor, le parec¨ªa repugnante. Quiz¨¢ fuera la misma persona. En fin, antes no habl¨¢bamos de los contratiempos de perder el olfato, de la conexi¨®n esencial del olor con el disfrute de la vida. No habl¨¢bamos del placer de percibir el salitre, o el humo de una brasa de sarmientos, o el aroma de la cafetera justo cuando empieza a hervir y te avisa de que el caf¨¦ ya est¨¢ hecho antes de o¨ªr los borbotones. Tampoco de los peligros de no poder oler esa misma cafetera ardiendo o no percibir comida en mal estado.
Un 80% de las personas que padecen covid sufren tambi¨¦n anosmia, por eso el olfato ha pasado de pronto de ser un sentido sutil y relativamente poco jaleado a ocupar nuestras conversaciones: ?Qu¨¦ parte del gusto procede del olfato?, ?se recupera?, ?c¨®mo?, ?qu¨¦ olor es el que m¨¢s echas de menos? Durante el confinamiento estricto las ventas de perfumes cayeron y se recuperaron a medida que nos abrieron las puertas: poca gente se perfuma para quedarse en casa. La evidencia demostr¨® que nos perfumamos para los dem¨¢s, pero no por epatar o dejar huella (o no solo), sino porque una vez nos acostumbramos a una fragancia somos casi incapaces de percibir su olor. La nariz es vaga. Su funci¨®n es alertar de un peligro o de una recompensa, detectar olores nuevos, intensos, as¨ª que si se acostumbra a un aroma deja de olerlo. Next.
Nos pareci¨® interesante centrar este n¨²mero de mayo en el olfato. En su p¨¦rdida, en su recuperaci¨®n, en su simbolog¨ªa, en la industria del perfume y en las fragancias legendarias. Tambi¨¦n, y sobre todo, en aquellos aromas indescriptibles como el del amor, para el que pedimos que nos contaran a qu¨¦ ol¨ªa a tres parejas de actores: Itsaso Arana y Miki Esparb¨¦, Bruna Cus¨ª y Ricardo G¨®mez y Carol Rovira y Paula Usero. Tambi¨¦n quisimos adentrarnos en el olor a esp¨ªritu adolescente: nuestra portada se titula ?Esencia de juventud? y la protagoniza Francesca Scorsese. La hija del c¨¦lebre director de Hollywood habla de jugar con Leonardo DiCaprio, celebrar la Nochevieja con Fran Lebowitz o pedirle consejo a Robert de Niro sobre los guiones de sus trabajos. Habla tambi¨¦n de convivir con su madre enferma de Parkinson, de sus inseguridades, de la inocencia de rodar algo grande por primera vez y de la ilusi¨®n de dirigir su propio proyecto. A estas geniales contradicciones huele la juventud. A estas contradicciones y a un poco de crema hidratante.
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