El zapatero prodigioso de Louis Vuitton
Su obsesi¨®n por las mu?ecas se tradujo en una devoci¨®n al zapato. Para Fabrizio Viti, dise?ador de calzado de Louis Vuitton, crear un tac¨®n es dar forma a su imaginaci¨®n.
La suya es una sucesi¨®n de ¨¦xitos. Las botas convertibles y las sandalias tribales de 2009, los salones con lazos de 2010, las merceditas fetichistas de 2011, el stiletto con puntera met¨¢lica del pasado verano y, ahora, las mary-jane con plataforma. Desde que Fabrizio Viti se incorpor¨® a la maison como dise?ador de zapatos en 2005 ¨Cdespu¨¦s de trabajar junto a Patrick Cox, pasar por Prada y contribuir a la era m¨¢s sexy de Gucci junto a Tom Ford¨C, el dise?ador ha puesto el lujo (y la fantas¨ªa) a los pies del mundo.
Entre sus fuentes de inspiraci¨®n, no faltan las t¨ªpicas referencias a la fotograf¨ªa, el glamour de las pel¨ªculas antiguas o los libros de arte. Pero hay un rasgo que marca la diferencia en su universo creativo: su pasi¨®n por las mu?ecas. Empez¨® a coleccionarlas a los tres a?os. Hoy tiene m¨¢s de 500. Pero recuerda una con particular cari?o. Una Barbie de 1967 ¨C?adoro la est¨¦tica de los a?os 60?¨C que llevaba un sal¨®n naranja con el tac¨®n cuadrado. ?Tengo la imagen de esos zapatos grabada en la retina desde los cuatro a?os?. Con Barbie descubri¨® su pasi¨®n por el calzado y su vocaci¨®n. Hoy sigue siendo su particular musa. ?Son como un lienzo para m¨ª. Me permiten experimentar?. No son pocos los dise?os que, antes de desfilar sobre la pasarela, fueron creados para sus mu?ecas. ?Es divertido ver la transici¨®n de un calzado en miniatura a uno real?. Tampoco es la primera vez que las mu?ecas salen a relucir en la historia de Louis Vuitton. Despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial, la escasez de presupuesto agudiz¨® el ingenio de las casas de costura parisinas, que crearon el Teatro de Moda para mostrar sus dise?os sobre ellas en lugar de modelos. ?Imagina un desfile de moda en miniatura, dise?ado para mu?ecas pero con toda la exquisitez de una colecci¨®n real?, cuenta Viti.
La b¨²squeda de la excelencia es su motor. A lo largo de nuestra entrevista lo nombra tantas veces que roza la obsesi¨®n. Para ¨¦l, ?es la armon¨ªa de las formas y la calidad lo que hace un zapato perfecto?. En ese sentido, ?las cosas seguir¨¢n siendo como han sido desde 1998, cuando Louis Vuitton cre¨® su primera colecci¨®n de calzado?.
Desde su origen como fabricante de ba¨²les, los zapatos han ido ganando protagonismo en el ADN de la firma. Tanto que el grupo decidi¨® separar la producci¨®n de la del resto de accesorios, que se llevaba a cabo desde 1859 en el atelier de Asni¨¨res, en Par¨ªs. Unir bajo un mismo techo la oficina de dise?o, un sistema de producci¨®n con los ¨²ltimos avances tecnol¨®gicos y el archivo hist¨®rico de la firma es ?un manifiesto de tradici¨®n en progreso?. La nueva f¨¢brica, Le Manufacture des Soulies, ubicada en la peque?a localidad de Fiesso d¡¯Artico, a 33 kil¨®metros de Venecia, se inaugur¨® en 2001. En 2009, los 1.200?m2 del edificio original se convirtieron en un espacio de 14.000?m2, dise?ado como una caja de zapatos en cuyo interior se esconde la maquinaria con la que Louis Vuitton convierte las fantas¨ªas en una realidad. Ellos la llaman la caja m¨¢gica.
El proceso no es f¨¢cil. Una media de 200 pasos separa el boceto del calzado real. Elegir los materiales, cortar las piezas con l¨¢ser y coserlas, unir la suela, cubrir el tac¨®n, pintar con pincel los bordes, pulir la piel y a?adir la etiqueta¡ Un solo par requiere dos d¨ªas de trabajo. Y la mayor parte del proceso se hace a mano.
Trabajando codo con codo junto a Marc Jacobs, su gran haza?a ha sido demostrar que la firma no son solo bolsos con un monograma ¨Cun s¨ªmbolo que hab¨ªa permanecido inalterable desde 1896 hasta que Jacobs lleg¨® para supervisar la primera l¨ªnea de pr¨ºt-¨¤-porter como director creativo, en 1997, y se atrevi¨® a cambiarlo¨C. Con Jacobs empez¨® un nuevo cap¨ªtulo donde, en palabras de Yves Carcelle, presidente de Louis Vuitton, ?la tradici¨®n emerge en modernidad?.
Las colaboraciones de la firma con artistas contempor¨¢neos, m¨²sicos o actrices son prueba de ello. Como la que hizo en 2009 con Kanye West. ?Me prepar¨¦ para lo peor?, confiesa Viti. ?Qu¨¦ iba a hacer un italiano fan¨¢tico de las mu?ecas y del cine franc¨¦s de los a?os 60 con un rapero que lleva collares de cadenas y camisetas con mensajes incendiarios? ?A d¨ªa de hoy, no he escuchado un solo disco suyo. Prefiero a Barbra Streisand?. Pero las zapatillas fueron un ¨¦xito. ?Trabajar con Kanye es muy parecido a trabajar con Marc. Tienen el mismo instinto: saben lo que quieren, pero tambi¨¦n saben escuchar?.
?Las colecciones nacen de la inspiraci¨®n de Marc. La de este invierno empez¨® con la idea del viaje, la herencia de Louis Vuitton y el romanticismo de una traves¨ªa en tren. Mis zapatos est¨¢n en sinton¨ªa con el esp¨ªritu de la ropa: juegan con las proporciones para crear un look caricaturesco?, explica Viti. Pero no todo es imaginaci¨®n. Las reuniones con el equipo de marketing son imprescindibles para ¨¦l. ?Los dise?os surgen de mis fantas¨ªas, pero est¨¢n hechos para cubrir los productos que necesita la colecci¨®n?, sentencia. Al final, el mercado es el que manda.
?Cuando miro un zapato, lo primero que veo es la elegancia que irradia. La artesan¨ªa lo dice todo: habla de emoci¨®n y de la b¨²squeda de la perfecci¨®n?, explica Serge Alfandary, director del departamento de calzado de la maison francesa. ?Pero el prop¨®sito sigue siendo industrial?. Hay que vender los sue?os.
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