Test PCR para fiestas VIP: el caso de los ¡®influencers¡¯ espa?oles que van a eventos ¡®libres de mascarilla¡¯
Las pruebas PCR o test r¨¢pidos se est¨¢n estandarizando entre las ¨¦lites para sus celebraciones, ofreci¨¦ndoselas a sus invitados. Pero esta medida preventiva no es garant¨ªa de seguridad, advierten los sanitarios.
Durante el ¨²ltimo fin de semana, en decenas de cuentas de influencers de la moda de todo el mundo se repiti¨® la misma estampa paradis¨ªaca: fotos de jets privados rumbo a Francia para celebrar el doble cumplea?os?del fot¨®grafo Dylan Don y el empresario Carl Hirschmann en una espectacular villa en la Costa Azul francesa. Entre los invitados, Miranda Makaroff, que tambi¨¦n dej¨® constancia de su paso por la fiesta. ?Cada persona que fue invitada ha pasado el test de la covid un par de d¨ªas antes y esta fue una zona de baile segura. ?Bailamos much¨ªsimo! Lo necesit¨¢bamos, para nuestros corazones y almas. Muuchas gracias y os quiero?, poste¨® en su cuenta de Instagram.
Makaroff, antivacunas que cree que las enfermedades se pueden curar con la mente y que lleg¨® a afirmar en el pasado que el coronavirus era un ?virus de laboratorio?,?hac¨ªa una advertencia desde su cuenta sobre lo que estaba compartiendo: si bien las suyas eran m¨¢s discretas que las de otros invitados, en su serie de im¨¢genes se pod¨ªa observar una fiesta al aire libre, sin mascarilla y sin distancia entre sus asistentes, junto a una piscina infinita con el Mediterr¨¢neo de fondo y un helic¨®ptero asomando en un helipuerto privado que, l¨®gicamente, fue uno de los hits m¨¢s compartidos como marcador de estatus en la celebraci¨®n.
No hac¨ªa falta ser un rastreador entrenado ante la pandemia para buscar m¨¢s im¨¢genes de la fiesta. En un gremio en el que todo y todos se etiquetan, otros asistentes colgaron en sus stories?v¨ªdeos en los que los invitados se agolpaban en una pista baile nocturna sin las medidas de seguridad ni distancia social que aqu¨ª se requieren. Si bien Miranda Makaroff declin¨® contestar las preguntas que le enviamos sobre su participaci¨®n en la celebraci¨®n, la edici¨®n espa?ola de?Vanity Fair?se ha hecho eco del evento, etiquet¨¢ndola como ?el fiest¨®n que ha reunido a Miranda Makaroff con la heredera Goga Ashkenazi y a la banda de la boda de Carlota Casiraghi?. El name dropping?del titular denota el esp¨ªritu de exclusividad del evento, cuyo leit motiv?no era otro que vestirse como si se fuese a posar?para el objetivo de Slim Aarons, el fot¨®grafo de las piscinas de ensue?o de la ¨¦lite global m¨¢s bon vivant en los sesenta y setenta. Una fiesta para nost¨¢lgicos de la exclusividad m¨¢s endiosada. ?Era como estar en el pasado, en una ¨¦poca en la que siempre me habr¨ªa gustado vivir?, confirm¨® la propia Makaroff a Vanity Fair.
El anfitri¨®n y propietario de la villa era uno de los cumplea?eros, el empresario?Carl Hirschmann, nacido?en Zurich en 1980 e hijo de Carl Hirschmann senior, fundador de los servicios de aviaci¨®n privada para hombres de negocios llamada?Jet Aviation. La suya fue una fiesta sin mascarillas, una celebraci¨®n en multitud que solo se pueden permitir aquellos cuyo capital asegura emplazarla en una zona sin restricciones ¨Chacerla legal y, por ende, compartible en redes¨C, y con test para todos, para supuestamente garantizar la ausencia de positivos entre los asistentes (el precio medio de la prueba que hicieron a los asistentes, la PCR diagn¨®stica en boca y nariz, cuesta en Espa?a entre 60 y 150 euros por persona en la sanidad privada). La pareja de Hirschmann, la actriz y presentadora de televisi¨®n italiana?Fiammetta Cicogna, lleva varios d¨ªas colgando en sus redes detalles de c¨®mo se han realizado las pruebas entre los invitados para tratar de demostrar que la suya fue una fiesta segura.
PCR para VIP, la nueva antesala de las fiestas?
Mientras la cultura p¨²blica y los organizadores de eventos de ocio nocturno se adaptan a las normas de seguridad impuestas por las autoridades, un fen¨®meno como el del cumplea?os de M¨®naco est¨¢ explotando: el de las fiestas privadas con test pagados por los organizadores para poder disfrutar como si se viviera en tiempos prepand¨¦micos.
Este mismo fin de semana Internet parodi¨® en m¨²ltiples formas y memes otra exhibici¨®n de fiesta en una ?isla privada?, donde se hac¨ªa uso del nuevo l¨¦xico para justificar el alarde de fotos grupales sin mascarilla y sin distancia post covid: ??Verano de diversi¨®n!????? (*isla privada todos dimos negativo m¨²ltiples veces ponte la mascarilla?? ), comparti¨® el actor y m¨²sico David Newman, conocido por interpretar a Daniel en The Walking Dead y que, curiosamente, escribi¨® en marzo?una columna en The New York Times?sobre lo complicado que fue para ¨¦l conseguir hacerse un test en plena pandemia cuando pensaba que se hab¨ªa contagiado.
En EE UU el fen¨®meno parece estar m¨¢s que instaurado: el mismo rotativo inform¨® al inicio del verano sobre c¨®mo en los Hamptons, lugar de veraneo de la ¨¦lite de Nueva York, los test r¨¢pidos a domicilio se hab¨ªan estandarizado para ?parrilladas, fiestas privadas o incluso bodas?. Una situaci¨®n que contrasta con el escenario del resto del condado de Suffolk, donde, seg¨²n el diario, ?se sigue sin tener una infraestructura para pruebas r¨¢pidas y el servicio privado es caro: hasta 500 d¨®lares por prueba. La mayor¨ªa de los m¨¦dicos ni siquiera tienen el equipo para realizar las pruebas; los pacientes que est¨¢n dispuestos a pagar a veces tienen que esperar hasta una semana para que les den cita?.
Mientras el resto de residentes han tenido trabas para acceder a esas pruebas con sus aseguradoras, no ha sido as¨ª para los veraneantes m¨¢s adinerados, que han hecho uso de un exclusivo servicio privado solo para residentes de los Hamptons que, seg¨²n el diario, tuvo que triplicar su equipo para cubrir la elevada demanda de pruebas r¨¢pidas para eventos sin mascarilla: ?Los anfitriones de fiestas est¨¢n contratando m¨¦dicos para hacerles pruebas a sus invitados antes de que entren a sus reuniones, o a los ni?os que llegan de fiestas de pijamas en otras ciudades. Otras personas se hacen pruebas para estar tranquilas despu¨¦s de una noche especialmente alocada?.
?Es seguro este m¨¦todo?
?Aunque, obviamente, es m¨¢s seguro que no hacerse ninguna prueba, no existe ninguna recomendaci¨®n sanitaria de la OMS que asegure que este m¨¦todo sea efectivo en estos casos?, advierte el jefe de Enfermedades Infecciosas del hospital de Vall d¡¯Hebron, Benito Almirante. Seg¨²n explica, uno puede hacerse la prueba sin saber que acaba de contraer el virus, estar con una carga v¨ªrica muy baja y dar negativo. ?Dos d¨ªas despu¨¦s, en esa fiesta, su carga v¨ªrica ser¨¢ m¨¢s alta y ah¨ª puede darse transmisi¨®n y contagio?, alerta.
Adem¨¢s de la falta de certezas ante la supuesta ?seguridad? que dan los test r¨¢pidos antes de encuentros entre grupos sin protecci¨®n ni distancia, Almirante detecta trabas ¨¦ticas en esta nueva tendencia. ?El derecho a la diversi¨®n es como otro cualquiera, no hay que ser ermita?os, pero como profesional de la medicina, en este momento, la diversi¨®n en ese sentido no es prioridad en t¨¦rminos m¨¦dicos?, indica. El jefe de Enfermedades Infecciosas recuerda que los test r¨¢pidos o PCR s¨ª se est¨¢n implantando entre deportistas para poder hacer la actividad sin protecci¨®n, pero los cataloga de forma distinta: ?La actividad deportiva es laboral, como en el caso de las pruebas que se est¨¢n haciendo entre trabajadores del sistema educativo. Para una actividad l¨²dica, ¨¦ticamente, esta no es la mejor de las indicaciones. A d¨ªa de hoy, hay muchas m¨¢s prioridades sociales?, asegura, y lamenta la deriva del impacto socioecon¨®mico del virus: ?Si est¨¢ enfermedad ya discrimina entre ricos y pobres, con la estandarizaci¨®n de estos m¨¦todos para fiestas VIP asistimos a nueva discriminaci¨®n: el m¨¢s rico puede hacerse pruebas a las que otros no acceden. La salud no deber¨ªa poder regirse por ese baremo?.
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