?Existen los maniqu¨ªs de talla 40?
La foto de unas mu?ecas con formas voluptuosas en una cadena sueca reabre ?la batalla contra la talla cero? en las redes sociales.
Orondas, voluptuosas generosas, robustas, corpulentas¡ O quiz¨¢, sencillamente, ?curvas m¨¢s reales? La canci¨®n de la Orquesta Mondrag¨®n, Ellos las prefieren gordas (1987), suena en la redacci¨®n. ??As¨ª deber¨ªan ser todos los maniqu¨ªs!?, comenta una estilista en voz alta. Las opiniones se multiplican en esta revista de manera espont¨¢nea. Est¨¢ claro que nadie se muestra indiferente ante las mu?ecas de la talla 40 de una cadena sueca que, en apenas unos d¨ªas, se han convertido en una de las im¨¢genes virales de 2013. Es el ejemplo en directo de lo que ha sucedido online en las redes sociales. Desde que a principios de marzo una bloguera de la p¨¢gina de Facebook Women¡¯s Rights News publicara la foto, el post ha recibido m¨¢s de un mill¨®n de ?Me gusta?. Comentarios, retuits¡ La reacci¨®n en cadena ha sido inmediata. Pero ?realmente queremos ver estos cuerpos en las tiendas?
Sin duda, la foto habla por s¨ª sola: vientres m¨¢s fl¨¢cidos, muslos turgentes y, en general, unas proporciones que poco o nada tienen que ver con los estandarizados 85-65-88 cent¨ªmetros (de pecho, cintura y cadera) de los maniqu¨ªs y bustos que llenan los escaparates y las tiendas de toda Espa?a, como apunta Alejandra Silva, directora comercial de Atrezzo Barcelona, empresa especializada en dise?o, producci¨®n y comercializaci¨®n de maniqu¨ªs y elementos de merchandising visual. Curiosamente, hoy resulta m¨¢s f¨¢cil conocer las medidas de una modelo de carne y hueso ¨Cespecificadas con detalle en los composites de las agencias¨C que las de su replicante en fibra de vidrio o poliuretano. La mayor parte de las firmas de lencer¨ªa se muestran reacias a la hora de utilizar la cinta m¨¦trica para hablar de mediciones concretas. Un hermetismo con el que quieren acabar las redes sociales.
La autora de la instant¨¢nea de la secci¨®n de lencer¨ªa de la cadena de ropa ?hl¨¦ns que ha reabierto el debate 2.0 se llama Rebecka Silverkroon, tiene 29 a?os y es de Malm?, Suecia. ?Jam¨¢s imagin¨¦ que mi foto pudiera despertar tanta expectaci¨®n. Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Italia, Espa?a¡ Medios de todo el mundo se han hecho eco de la noticia?, reconoce Rebecka en un correo electr¨®nico a esta revista. ?Sobre todo porque cuando colgu¨¦ esta imagen en mi blog, hace m¨¢s de dos a?os y medio, pas¨® casi desapercibida?, contin¨²a. ?Pero creo que es necesario que en las tiendas [como en la calle] la perfecci¨®n comparta escaparate con la realidad. ?Claro que me gustan los desfiles de alta costura! Y reconozco que los ¨¢ngeles de la firma Victoria¡¯s Secret tienen cuerpos que atraen las miradas irremediablemente. Pero cuando tengo que comprar lencer¨ªa en la tienda de mi barrio no es precisamente el escapismo que prometen sus escaparates lo que hace que elija o no unos panties?.
El efecto l¨¢zaro de internet. Quiz¨¢ la foto de Silverkroon no sea el primer ejemplo de una historia que posee el don de la resurrecci¨®n por obra y gracia de la todopoderosa Red. ?Pero este caso demuestra, una vez m¨¢s, c¨®mo Facebook y Twitter son capaces de romper la agenda informativa y desenterrar im¨¢genes olvidadas sin seguir ninguno de los principios tradicionales de los medios de comunicaci¨®n?, argumenta Delia Rodr¨ªguez, redactora jefe en El Huffington Post y autora del blog Trending Topics de EL PA?S. ?Saber qu¨¦ tipo de mensajes son los m¨¢s compartidos en la Red ofrece a los periodistas un feedback real e instant¨¢neo de lo que la gente quiere leer?. Y hoy los internautas de todo el mundo quieren (y exigen) hablar de tallas. Como reza uno de los miles comentarios que inundan la Red: ??Ya era hora de que por fin llegara un poco de realidad [y sentido com¨²n] a las tiendas!?.
Top con relleno Cruise (39,90?€) y tanga (9?€), todo de Intimissimi.
D.R.
Construyendo a la novia de frankenstein.??Conseguir que las mujeres se identifiquen con los maniqu¨ªs siempre ha sido importante?, defiende Robert Hoskins, antiguo profesor del Instituto de Tecnolog¨ªa de la Moda (FIT, por sus siglas en ingl¨¦s) de Nueva York. ?Los moldes deben reproducir im¨¢genes idealizadas (y mejoradas) de nosotros mismos. En otras palabras, deben ser m¨¢s aspiracionales que reales?. Al fin y al cabo, son herramientas de?marketing?y comunicaci¨®n, ideadas para despertar el deseo e incentivar las ventas. ?Los maniqu¨ªs tienen que provocar un impacto emotivo de belleza y enso?aci¨®n?, explica aS?Moda?Beatriz Ferretti, responsable de comunicaci¨®n de La Perla. ?Deben ser femeninos y estilizados al mismo tiempo?, a?ade. ?Tienen que emocionar y?enamorar?al cliente?, insiste Antonio Piemonti, nuevo director general de la filial espa?ola del grupo Pianoforte (propietario de marcas como Yamamay). ?Deben permitir vivir el sue?o de la moda?, confirma un portavoz de Intimissimi a esta revista. El sector de la lencer¨ªa est¨¢ de acuerdo: mejor utilizar bustos abstractos (e incluso art¨ªsticos) que versiones hiperrealistas con cierto aire taxidermista. Convertidos en una forma de entretenimiento, ?sin estos escaparates m¨¢gicos, los comerciantes caen en el olvido?, escribi¨® ya en 1898 L. Frank Baum, autor de?El mago de Oz.
La pregunta es: ?existe un modelo aspiracional ¨²nico? ?Actualmente, no. De hecho, cada vez es m¨¢s dif¨ªcil estandarizar?, cree Nuria Sard¨¢, directora creativa de Andr¨¦s Sard¨¢. ?De la misma manera que hoy en moda todas las tendencias valen; en lencer¨ªa tambi¨¦n son v¨¢lidas todas las siluetas de cuerpo. Desde quienes buscan tallas desproporcionadas hasta quienes tienen como referente una est¨¦tica muy delgada?, cuenta Nuria. ?Recuerdo la primera vez que viaj¨¦ a Miami. Me qued¨¦ alucinada con los maniqu¨ªs de Ocean Drive y Lincoln Road. Ten¨ªan cuerpos delgad¨ªsimos y una talla de pecho 10 veces m¨¢s grande de lo que les corresponder¨ªa. Pens¨¦ ¡°?Madre m¨ªa! ?Para qui¨¦n puede ser esta?mu?eca?una imagen aspiracional?¡±. Pero s¨ª, tambi¨¦n existe un p¨²blico para ese producto?. Son mujeres que sue?an con cuerpos fabricados con bistur¨ª en un quir¨®fano.
Cuesti¨®n de tama?o. Hace a?os que las medidas de las?tops?son objeto de pol¨¦mica y m¨²ltiples iniciativas legales en la denominada ?batalla contra la talla cero?. En Espa?a, por ejemplo, la pasarela Cibeles impuso en 2006 un ¨ªndice de masa corporal m¨ªnimo para poder desfilar. En el sector de los maniqu¨ªs, ?oficialmente no existe ning¨²n reglamento, pero los fabricantes sabemos cu¨¢les son nuestros l¨ªmites?, asegura Silva, de Atrezzo Barcelona. Como las modelos de carne y hueso, las mu?ecas de resina han cambiado sus proporciones a lo largo de las d¨¦cadas para reflejar las tendencias del momento. En la calle, ?si hace unos a?os los tipos de sujetador m¨¢s vendidos eran el 85 y el 90 B; hoy son el 90 y el 95 B?, apunta Nuria Sard¨¢. ?Las nuevas generaciones han aumentado de talla (de una manera natural)?. La medida de contorno 90 es tambi¨¦n la que m¨¢s r¨¢pido desaparece de las perchas de Yamamay o Intimissimi. Sin embargo, los maniqu¨ªs no han crecido. Hoy en el interior de casi todas las tiendas se mantienen los bustos de pecho 85 y?slip?S.
Las cr¨ªticas por la extrema delgadez de algunos torsos no son nuevas. En 2007, por ejemplo, miembros del sistema de salud brit¨¢nico se movieron para exigir que las cadenas de gran consumo de Londres retirasen aquellos maniqu¨ªs que promoviesen siluetas anor¨¦xicas. En 2010, la firma Club Monaco fue censurada en las redes por usar mu?ecas en las que se distingu¨ªan incluso las clav¨ªculas. Y en 2011, los blogueros atacaron a GAP por promover l¨ªneas ?siempre skinny? (en espa?ol, ?flacas?).
?Hoy la tendencia es buscar formas m¨¢s naturales (y elegantes) que en los 90?, afirma Sard¨¢. ?Ni demasiado exuberantes, porque podr¨ªan parecer vulgares, ni demasiado secas?. Muchas firmas de lencer¨ªa se atreven incluso a hablar de nuevas versiones?con curvas. Eso s¨ª, se refieren siempre a curvas aspiracionales. Prototipos de talla grande?positivos, como los de ?hl¨¦ns. ?Fuertes pero sin ser desagradables?, comenta Sard¨¢. ?En Espa?a, la talla m¨¢s habitual sigue siendo la 38. Los maniqu¨ªs de la 44 pueden funcionar en cadenas grandes con un?target?de cliente muy amplio, pero no en el resto. Nosotros hemos trabajado desde hace muchos a?os con modelos de tallas especiales y, la verdad, la demanda ha sido siempre muy peque?a?, asegura Silva. Sin embargo, en el Reino Unido, desde hace un a?o, y gracias a la popularidad de estrellas voluptuosas como la cantante Adele o la actriz Chritina Hendricks, parece que las cosas empiezan a cambiar. Seg¨²n Jim Moody, portavoz de la empresa fabricante de maniqu¨ªs Displaysense, ?la demanda de modelos de la 42 y la 44 ha aumentado un 16%?.
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