Clara Lago: ¡°Desde que estoy en contacto con la vena empresarial, tengo una nueva admiraci¨®n por el peque?o y mediano empresario¡±
La actriz estrena ¡®Clanes¡¯, una historia de romance y venganza que ahonda en el refrescante poder de la incoherencia. ?Es m¨¢s fuerte la pasi¨®n o la ¡®vendetta¡¯?
El concepto multitasking se queda corto para hablar de Clara Lago. Jam¨¢s necesitar¨¢ tener un perfil de LinkedIn, pero si lo tuviera, ser¨ªa necesario poner en marcha un scroll casi infinito para poder abarcar no solo una carrera interpretativa compuesta por ¨¦xitos ininterrumpidos cosechados a lo largo de m¨¢s de dos d¨¦cadas, sino su labor como empresaria (lidera junto a su pareja, Jos¨¦ Lucena, y el chef V¨ªctor Pinacho el restaurante plant based La Huerta Funky Castizo), podcaster (tiene con la fot¨®grafa y vide¨®grafa Elena Mart¨ªnez Santos Mel¨®n Imposible), activista (fund¨® junto a Dani Rovira Fundaci¨®n Ochotumbao) y, para qu¨¦ negarlo, un puesto como entrevistada atenta y generosa. ¡°Vivo en el tren del frenes¨ª. Me cuesta dejar la multitarea¡ ?Pero hoy vengo a hablar de Clanes!¡±, dice entre risas. El 21 de junio estrena en Netflix la serie, en la que da vida a Ana, una competente abogada que abandona un prestigioso bufete de Madrid para empezar de cero en Cambados. ?Su intenci¨®n? Saldar cuentas con su pasado, aunque la presencia de Daniel (Tamar Novas), hijo de un importante narcotraficante, dificulta su particular vendetta.
?Cree que el amor puede frenar la sed de venganza?
Son dos motores muy grandes para el ser humano, pues pueden hacer que alguien se mueva, se esfuerce y supere lo insuperable. Al final, esta serie habla de cosas muy humanas con las que todo el mundo se puede identificar.
Esa aparentemente irresistible atracci¨®n hacia el chico malo¡ ?Se pasa con la edad?
?Ojal¨¢ aprendi¨¦ramos tan r¨¢pido! En el quinto cap¨ªtulo de mi podcast, Mel¨®n Imposible, hablamos del amor rom¨¢ntico y de c¨®mo de alguna forma, el cine y la literatura han influido en este tipo de historias imposibles y conflictivas. Desde el punto de vista cinematogr¨¢fico, entiendo que sin conflicto el espectador no se engancha, pero como personas tenemos que aprender a codificar lo que vemos en una serie como ficci¨®n, del mismo modo que cuando est¨¢s viendo una de superh¨¦roes no piensas que si saltas por la ventana vas a volar.
Ana defiende a sus clientes con la misma voracidad con la que usted defiende a sus personajes, ?no?
?Totalmente! Pero si me pasara lo que le sucede a Ana, no actuar¨ªa as¨ª. Yo har¨ªa mucha terapia, mucho deporte y me tomar¨ªa muchos vinos con mis amigas. Siempre me planteo los personajes intentando entenderlos sin ning¨²n tipo de juicio. Incluso cuando interpretas a una villana, nunca lo puedes hacer desde la forma de una villana, porque los villanos no se saben villanos. Piensan que est¨¢n haciendo lo que deben. Hay que intentar ponerse en ese lugar e intentar entender el mecanismo emocional o mental de ese personaje para llegar a hacer lo que hace, justific¨¢ndolo.
Poqu¨ªsimas villanas le ha tocado interpretar. ?Con lo divertidas que son!
Solo en El cuento de las comadrejas. Es divertido, porque puedes permitirte explorar esas partes que una en la vida no explora. Al conocerme, mucha gente me dice que cree que tengo mucho car¨¢cter, pero lo cierto es que me cuesta mucho enfadarme y sostener el enfado. Son emociones que no s¨¦ procesar del todo. El cine ofrece una especie de liberaci¨®n, pues permite hacer en escena lo que no te atreves a hacer en la vida. Es divertido darle rienda suelta a esas partes. Puede ser terap¨¦utico si lo haces con conciencia, pero tambi¨¦n te puedes volver medio chalada si vas a lo loco.
Por fin el cine y la ficci¨®n abrazan a personajes femeninos imperfectos, que exponen el derecho a incomodar.
Nunca lo hab¨ªa reflexionado as¨ª, pero me gusta. De hecho, no lo concibo de otra manera. Todos tenemos luces y sombras, y este ha sido siempre mi discurso en la vida. A veces he querido salvar a mi personaje, y es un error. Me he empe?ado en querer que caiga bien y que no haga seg¨²n qu¨¦ cosas, y cuando me he sorprendido a m¨ª misma intentando salvar al personaje, me he detenido. Lo interesante es esa complejidad y poder plasmar dentro de la ficci¨®n algo que se asemeje a la realidad o con lo que alguien pueda identificarse. En un curso de interpretaci¨®n, escuch¨¦ que cuando vas a ver una funci¨®n o una pel¨ªcula, sin querer, vas a ensayar tu propia vida, porque te pones en ese lugar. Creo que ser¨ªa contraproducente hacer personajes plenamente bonitos, sin media arista, porque entonces probablemente, nadie empatice contigo.
?Qu¨¦ la anim¨® a sumarse a la marea de los podcasts?
Tuve muchas dudas, porque el mundo audiovisual est¨¢ cambiando. Parece que no basta con ser actriz: tienes que ser elocuente, graciosa, ocurrente, saber bailar, tener TikTok... Ah¨ª no me he metido, y pretendo no hacerlo. Creo que fue Kate Winslet quien dijo que cuanto menos sepa la gente de ti, m¨¢s f¨¢cil es que solo vea al personaje. Pero a mi amiga Elena Mart¨ªnez Santos y a m¨ª nos fascina la psicolog¨ªa, filosofar sobre la vida, leer y escuchar podcasts que hablan sobre estos temas¡ No somos acad¨¦micas, pero el motor fue que si a una persona le sirve para algo escucharnos, ya hemos aportado algo al mundo. Me han ca¨ªdo fichas escuchando podcasts o leyendo libros. Para m¨ª ha sido fundamental que haya gente que hable, se exponga y comparta. Al final, somos cuatro amigos con la excusa de quedar cada equis tiempo para vernos, grabar y comernos unas lentejas.
?Qu¨¦ hemos hecho mal los periodistas para que en los podcasts de ciertos personajes e incluso celebridades ustedes est¨¦n tan c¨®modos, algo que en ocasiones, parece que con la prensa pasa menos?
Guau¡ Supongo que el tema de los titulares tiene algo que ver. En un podcast hay un recorrido, mientras que en una entrevista al uso hay m¨¢s miedo, porque es m¨¢s f¨¢cil tener la sensaci¨®n de que se puede perder el control de la imagen que se va a proyectar de una misma. Muchas veces hay quien respeta tus palabras, pero en otras ocasiones, se tergiversa lo dicho para tener un titular m¨¢s jugoso. Eso puede hacer mucho da?o, y supongo que a quien le ha pasado prefiere elegir un lugar en el que poder tener la sensaci¨®n de controlar m¨¢s la imagen que proyecta. Hoy todo es tan ef¨ªmero que mucha gente no lee la entrevista y se queda con el titular.
?Qu¨¦ ha aprendido de su vertiente hostelera?
Es algo dificil¨ªsimo de lo que por suerte para el negocio, no me tengo que ocupar yo, porque si dependiera de m¨ª, fracasar¨ªamos estrepitosamente. Mi chico tiene cuatro locales y me ha hecho ver que la restauraci¨®n es muy sacrificada; es complicado hacer dinero con ello sin ser un gran grupo. Tener un restaurante encierra una idea casi rom¨¢ntica: cocinar para alguien es una forma de amor, y aunque yo no cocino, llevo a mis amigas al restaurante y creo que es algo bonito. Por supuesto, detr¨¢s del proyecto est¨¢ el movimiento vegano. Contribuimos a que gente vegana y no vegana tenga un lugar en el que comer superrico sin renunciar al sabor. Desde que estoy en contacto con esta vena empresarial, tengo una nueva admiraci¨®n por el peque?o y mediano empresario. Mucha gente los mete en el mismo saco, y al pensar en el concepto de ¡°empresario¡±, piensa en Amancio Ortega, pero solo hay un Amancio. Hay algo en el inconsciente colectivo que castiga a los empresarios, los pone de villanos. No s¨¦ qui¨¦n comenz¨® con el relato de enemistar al empresario con el trabajador, como si fueran entes opuestos y rivales, cuando es lo contrario. Cuando tienes una empresa, lo ¨²nico que quieres es tener trabajadores felices y que no haya una rotaci¨®n permanente.
?Hay forma de abrazar el veganismo sin que el bolsillo se resienta?
Llevo casi ocho a?os siendo vegana, y aunque est¨¢ genial que exista el mundo de los ultraprocesados, a veces, como Heura, casi siempre recurro a verduras, legumbres y cereales. ?Acaso no sale al final m¨¢s barato que un solomillo de ternera? Los suced¨¢neos veganos son caros, pero honestamente, aunque como caprichito est¨¢n geniales, no los recomendar¨ªa cada d¨ªa, porque no es un buen alimento a nivel nutricional. Pero lo mismo ocurre con una dieta omn¨ªvora: el d¨ªa de la hambuguesaca, perm¨ªtetela, pero no deber¨ªas comer carne todos los d¨ªas de tu vida. Fuera de casa es m¨¢s complicado, porque hay menos oferta, y creo que La Huerta Funky Castizo cubre un nicho interesante, porque es comida vegana rica basada en vegetales, no en trampantojos y ultraprocesados.
Los veganos al comienzo tienen una actitud muy combativa. ?Ocurre como con la fascinaci¨®n por los malotes, que se rebaja con el tiempo?
?Tenemos una fama horrible! Forma parte del proceso comenzar siendo m¨¢s beligerante, porque hay mucho ataque, pero el discurso se va relajando para abrazar cualquier peque?o cambio que alguien est¨¦ dispuesto a dar. Cuando alguien est¨¢ receptivo y pregunta desde la curiosidad es maravilloso, y calas r¨¢pido a quien pregunta para intentar desacreditar. Ah¨ª no pierdo ni cinco minutos: que se coma su chulet¨®n y sus mollejas. Yo no juzgo. Rara vez va a calar un discurso que pretenda intentar hacer sentir mal al otro. Me gusta comunicar desde la atracci¨®n al movimiento. Quiero que la gente se enamore de la idea, no que se sienta mal, porque desde ese lugar lo normal es que la gente se defienda. Yo no he nacido siendo vegana. He estado 26 a?os comiendo de todo y no me consideraba una mala persona, pero no me hab¨ªa hecho el clic en la conciencia hasta ver el documental Cowspiracy.
?Es una mala persona quien come carne?
No dir¨ªa que es cuesti¨®n de ser mala o buena persona, creo que hay un factor de toma de conciencia. Cuando sabes que tener cierta informaci¨®n te va a incomodar a la hora de hacer algo que te da placer, y sabes que si tomaras esa conciencia tendr¨ªas que renunciar a un privilegio al que no quieres renunciar, se trata de autoenga?o. Pero es imposible ser 100 % coherentes en esta sociedad. El veganismo tiene un impacto real en muchos aspectos, por eso el discurso me cal¨®. Vivimos en un mundo capitalista en el que mandan los mercados y el dinero, y hay un documental que termina diciendo: ¡°Cada comida que haces es un voto¡±. Esto s¨ª tiene un impacto real, dir¨ªa que hasta m¨¢s que lo que votamos en las urnas. Si tienes la suerte de comer tres veces al d¨ªa, es como si fueran tres votos al d¨ªa. No somos del todo conscientes del poder real que tenemos como consumidores. No hace falta que alguien se haga vegano. Basta con reducir el consumo.
Jennifer Aniston ha comentado que al volver a ver Friends, muchos j¨®venes encuentran algunos episodios ofensivos¡ Como fan ac¨¦rrima de la serie, ?cree que hay que contextualizar?
A quien piense as¨ª le explicar¨ªa punto por punto por qu¨¦ Friends es lo mejor que se ha hecho en la vida. Hay que poner las cosas en su contexto. Tiene alguna broma machista, pero fue de las primeras series que cumpl¨ªan el Test de Bechdel [eval¨²a la brecha de g¨¦nero en pel¨ªculas y series]. Respeto todas las opciones, pero como dice el c¨®mico Ricky Gervais, lo relevante no es tanto el chiste, sino el lugar desde el que se hace. Si tu objetivo es meter una pulla con inquina, chirr¨ªa, pero si el objetivo es hacer re¨ªr¡ El humor es una forma de amor. La risa sube la vibraci¨®n del mundo. Poner l¨ªmites nos hace un flaco favor a la sociedad.
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