Qu¨¦ fue de las Destiny¡¯s Child: rechazadas, humilladas y silenciadas en la penumbra de la fama
Hace 25 a?os, justo cuando se estrenaba el videoclip de ¡®Say My Name¡¯, LeToya Luckett y LaTavia Roberson descubrieron que Mathew Knowles, el padre de Beyonc¨¦ y su entonces ¡®manager¡¯, las hab¨ªa desterrado. No fueron las ¨²nicas damnificadas
A finales de agosto de 2015, cuando el n¨²mero de septiembre de Vogue, el m¨¢s importante del a?o, lleg¨® a los quioscos estadounidenses con Beyonc¨¦ en portada, sorprendi¨® que no incluyera una entrevista con la artista. De hecho, m¨¢s all¨¢ de una sesi¨®n fotogr¨¢fica acompa?ada por un ensayo de la ganadora del Pulitzer, Margo Jefferson, en sus m¨¢s de 800 p¨¢ginas no figuraba ninguna declaraci¨®n suya. Como apunt¨® entonces Daphne A. Brooks, profesora de Yale, en The New York Times, hab¨ªa alcanzado tal nivel de estrellato que era, al mismo tiempo, ¡°omnipresente e inalcanzable¡±.
Desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, Beyonc¨¦ ha cultivado un aura de misterio que la distancia de la sobreexposici¨®n en redes sociales que caracteriza a sus coet¨¢neas. Espor¨¢dicamente, usa Instagram para promocionar asuntos laborales. Y rara vez rompe su hermetismo, como cuando en octubre apoy¨® a la candidata dem¨®crata Kamala Harris en un multitudinario acto electoral en su Houston natal. Pero no siempre fue as¨ª. El cambio de actitud lleg¨® el 29 de marzo de 2011, tres meses antes del lanzamiento de 4, su cuarto ¨¢lbum en solitario: a trav¨¦s de US Weekly, anunci¨® que su padre, Mathew Knowles, dejar¨ªa de ser su manager y que Parkwood Entertainment, la compa?¨ªa que ella misma fund¨® en 2008, asumir¨ªa el control de su carrera. Como Madonna hizo con Maverick en 1992, se asegur¨® de tener total autonom¨ªa sobre su m¨²sica, su imagen y, por supuesto, sus palabras.

La hemeroteca no miente. Mientras Mathew dirig¨ªa con mano firme a Destiny¡¯s Child, la banda que lider¨® y la catapult¨® a la fama, Beyonc¨¦ no dud¨® en justificar muchas de sus desp¨®ticas decisiones ante los medios y lanzar dardos envenenados a quienes osaran desafiarles. Que se lo digan a LeToya Luckett y LaTavia Roberson, dos de las integrantes originales: en febrero del 2000, justo cuando se estren¨® el videoclip de Say My Name, descubrieron que el patriarca de los Knowles las hab¨ªa reemplazado por Michelle Williams y Farrah Franklin. El destino de esta ¨²ltima no fue menos cruel. A los seis meses, claudic¨®.
Beyonc¨¦ y LaTavia se conocieron en 1990, cuando ten¨ªan ocho a?os, durante una audici¨®n para un grupo infantil creado por Brian K. Moore y Andretta Tillman, al que un par de a?os despu¨¦s se sumar¨ªa Kelly Rowland, compa?era de escuela de Roberson. El sexteto, inicialmente llamado Girl¡¯s Tyme y compuesto tambi¨¦n por T¨¢mar Davis y las hermanas Nikki y Nina Taylor, particip¨® en 1993 en Star Search, un popular programa de talentos de la CBS cuyo premio era un contrato discogr¨¢fico. Aunque alcanzaron la final, no lograron coronarse campeonas. Pero la derrota hizo mover ficha a Mathew. Consciente de lo lucrativo que podr¨ªa llegar a ser el ¨¦xito de las chicas, vio aquel rev¨¦s televisado como la oportunidad perfecta para, paulatinamente, tomar el control de la banda. Su influencia se not¨® de inmediato. Sin ser el manager principal, puesto que Moore y Tillman ejerc¨ªan ese rol, amenaz¨® con sacar a Beyonc¨¦, presion¨® para que despidieran a T¨¢mar y las hermanas Taylor, y reclut¨® a LeToya Luckett, la mejor amiga de su hija en la primaria, para unirse al proyecto.

En 1995, tan pronto renunci¨® a su puesto como vendedor de equipos m¨¦dicos y su esposa, Tina, aparc¨® temporalmente su peluquer¨ªa en Houston para convertirse en la estilista y asistente personal de las peque?as, el cuarteto firm¨® su primer contrato con el sello Elektra. Las intensas sesiones de ensayo, que cada verano organizaban en su casa (cinco horas diarias de baile y canto en las que, adem¨¢s, devoraban cintas de archivo de The Ronettes y The Jackson 5), al fin hab¨ªan dado sus frutos. No obstante, la alegr¨ªa dur¨® poco, pues la discogr¨¢fica las descart¨® meses despu¨¦s. Tras un periodo de incertidumbre, en el que adoptaron el nombre definitivo de Destiny¡¯s Child, la suerte les sonri¨® de nuevo en 1997: no solo ficharon por Columbia Records, sino que, despu¨¦s del fallecimiento de Tillman por complicaciones del lupus, Mathew asumi¨® a tiempo completo el rol de manager. M¨¢s que un grupo, se convirti¨® en un asunto familiar.
Si bien entre bambalinas parec¨ªa que la sinton¨ªa entre Beyonc¨¦, Kelly, LeToya y LaTavia era excelente, el panorama cambi¨® dr¨¢sticamente en 1998 tras el lanzamiento de su ¨¢lbum debut hom¨®nimo, que apenas alcanz¨® el puesto 67 en la lista de ventas de Billboard. Durante una gira conjunta con Jagged Edge, una joven banda masculina de R&B que tambi¨¦n dirig¨ªa, Mathew prohibi¨® a la madre de LeToya unirse al autob¨²s que compart¨ªan. ¡°Aunque ¨¦l no estaba presente, llam¨® al road manager para hacerlo. A lo que nosotros contestamos: ¡®No la vamos a dejar en medio de Luisiana a las 2 o 3 de la madrugada, as¨ª que s¨ª lo va a hacer¡¯¡±, esclareci¨® hace unos d¨ªas el grupo, liderado por los gemelos Brian y Brandon Casey (entonces pareja de Luckett y Roberson), en el programa de radio The Breakfast Club. La situaci¨®n escal¨® hasta el punto de que la polic¨ªa tuvo que intervenir, y ellos mismos terminaron siendo expulsados del veh¨ªculo. Sin revelar los nombres de los involucrados, el se?or Knowles ofreci¨® una interpretaci¨®n completamente diferente de los hechos en 2019 en Vlad TV: ¡°Las chicas eran menores de edad, ten¨ªan diecis¨¦is a?os, mientras que ellos ten¨ªan veintiuno y veintid¨®s. Recib¨ª una llamada de Kelly y Beyonc¨¦, quienes me dijeron que constantemente eran acosadas por dos de los miembros de Jagged Edge. No pod¨ªa permitirlo. Por eso, literalmente, tuve que sacarlos del autob¨²s¡±.
El incidente, silenciado durante a?os, dividi¨® a Destiny¡¯s Child en dos facciones: las consentidas, Beyonc¨¦ y Kelly, y las segundonas, LeToya y LaTavia. Ni el ¨¦xito de su segundo ¨¢lbum, The Writing¡¯s on the Wall, lanzado en el verano de 1999, logr¨® suavizar las tensiones; por el contrario, las intensific¨®. El 14 de diciembre de 1999, un par de semanas antes de grabar el videoclip de Say My Name, Luckett y Roberson enviaron una carta a Mathew solicitando que alguien externo se encargara de gestionar sus carreras, acus¨¢ndolo de favoritismo y de asignarles un salario inferior al de sus compa?eras. ¡°Un abogado me llam¨® de la nada para decirme que recibir¨ªa una notificaci¨®n certificada. En ese momento, ¨¦l estaba gestionando de forma interina a las dos, pero me dijo que buscar¨ªan un manager definitivo. Le pregunt¨¦: ¡®?Cu¨¢nto sabe usted realmente sobre este grupo?¡¯¡±, rememor¨® en Vlad TV.
De manera similar a lo que hizo Berry Gordy, fundador de la Motown, con Florence Ballard de The Supremes en 1967, Mathew prescindi¨® de ambas. Y no precisamente con tacto: jam¨¢s se dirigi¨® directamente a ellas para comunicarles su salida. ¡°Nunca dej¨¦ Destiny¡¯s Child. Eso es lo que la gente dice. Pero, ?qui¨¦n dejar¨ªa Destiny¡¯s Child? ?Es una locura! Me echaron. Fue muy dif¨ªcil por la forma en que me enter¨¦. Vimos el v¨ªdeo de Say My Name en la televisi¨®n, y as¨ª fue como supimos que ya no est¨¢bamos en el grupo. Mi problema siempre fue con la gerencia, nunca con las chicas. Fue casi como un mal divorcio: ya no est¨¢s con tus amigas, con esas personas que amas tanto. Me llev¨® a una depresi¨®n¡±, relat¨® LaTavia a People en 2016, recordando c¨®mo, hace exactamente 25 a?os, su mundo se desmoron¨® al descubrir que Michelle Williams y Farrah Franklin hab¨ªan usurpado sus lugares.

Claro est¨¢, no se quedaron de brazos cruzados. El 15 de marzo de 2000, seg¨²n inform¨® Los Angeles Times, presentaron una demanda contra Mathew, acus¨¢ndolo de robarles dinero, negarse a compartir informaci¨®n financiera con sus padres y expulsarlas de la formaci¨®n cuando intentaron buscar un nuevo manager. En el proceso, que solicitaba da?os reales y punitivos no especificados, tambi¨¦n figuraban Beyonc¨¦ y Kelly. Sin embargo, a finales de ese mismo a?o, retiraron a sus excompa?eras del litigio a cambio de que se comprometieran a no hablar p¨²blicamente ni de forma despectiva sobre ellas. El pacto de no agresi¨®n, para regocijo de los tabloides, se desmoron¨® en un abrir y cerrar de ojos.
En los meses siguientes, con el benepl¨¢cito de Mathew, el culebr¨®n gener¨® una buena cantidad de incendiarios titulares. En la brit¨¢nica Q, Kelly afirm¨® que quienes hab¨ªan sido sus amigas ¡°eran muy negativas y celosas¡± y que ¡°no pod¨ªan llevar las voces principales por s¨ª solas¡±. Beyonc¨¦, por imposible que parezca hoy, entr¨® de lleno en el juego. Ante las c¨¢maras, declar¨® con sorna: ¡°Tuvimos mucha suerte de que Dios nos enviara a Farrah y Michelle. Los fans siguen apoy¨¢ndonos porque hemos vendido m¨¢s de tres millones de discos desde que se unieron al grupo, y ahora hemos llegado a los cinco¡±.
En el n¨²mero de febrero de 2001 de Vibe, asimismo, le confes¨® a la periodista Lola Ogunnaike que ¡°LeToya era como sorda a los tonos¡± y que, en ocasiones, ¡°desear¨ªa que mi padre no fuera el manager, para que la gente dejara de atacarme. Siempre que algo va mal, es culpa m¨ªa¡±. Incluso, autoriz¨® que la revista publicara parte de una misiva, fechada el 17 de enero de 2000, que envi¨® a Luckett y Roberson: ¡°Nunca me quej¨¦ cuando no cantasteis ni una sola nota en varias canciones del segundo ¨¢lbum. Nunca me quej¨¦ cuando, mientras yo trabajaba incansablemente en el estudio, como lo hice en el ¨²ltimo disco, las dos estabais durmiendo o con vuestros tel¨¦fonos el 80% del tiempo. Nunca me quej¨¦ cuando cantabais con los labios al ritmo de mi voz en algunas canciones y en el escenario. De hecho, solo me asegur¨¦ de que nuestras contribuciones parecieran iguales ante el p¨²blico¡±.
De aquella ira acumulada surgi¨® Survivor, el adelanto de su tercer LP ya como tr¨ªo, que las catapult¨® al estrellato global del pop. El tema, que inclu¨ªa versos como ¡°pensaste que no vender¨ªa sin ti, vend¨ª nueve millones¡±, no hizo ni pizca de gracia a LaTavia y LeToya. Tal fue as¨ª que, en febrero de 2002, d¨ªas antes de que ganaran el Grammy a la mejor interpretaci¨®n de R&B de un d¨²o o grupo vocal por dicha canci¨®n, demandaron nuevamente a sus excompa?eras por difamaci¨®n y quebrantar el acuerdo anterior. La guerra, contra todo pron¨®stico, no fue tan sangrienta: el 24 de julio de 2002 llegaron a un acuerdo extrajudicial con ellas, Mathew y su antiguo sello. D¨¦cadas despu¨¦s, los t¨¦rminos del trato siguen siendo un secreto.
La historia de Farrah Franklin, la tercera en discordia, comparte un enemigo en com¨²n: Mathew. En 1999, fue contratada como extra para el videoclip de Bills, Bills, Bills y, en enero del a?o siguiente, al igual que Michelle, recibi¨® una invitaci¨®n formal para unirse a la banda en reemplazo de LaTavia y LeToya. Todo indicaba que, por fin, hab¨ªan alcanzado su alineaci¨®n definitiva, pero seis meses despu¨¦s, el 20 de julio, Columbia Records emiti¨® un inesperado y escueto comunicado: ¡°Destiny¡¯s Child y Farrah Franklin han tomado caminos separados. El grupo continuar¨¢, por el momento, como un tr¨ªo con Beyonc¨¦ Knowles, Kelly Rowland y Michelle Williams¡±. Al d¨ªa siguiente, en el programa Total Request Live de MTV, Beyonc¨¦ dio m¨¢s detalles. Adem¨¢s de revelar que ¡°no se present¨® a tres importantes eventos promocionales¡±, a?adi¨®: ¡°Tuvimos una gira de cinco d¨ªas en Australia, era nuestra primera vez all¨ª y un momento clave, pero no vino. As¨ª que, entre todas, decidimos que deb¨ªamos seguir caminos separados. Le deseamos lo mejor. No fue una decisi¨®n de la direcci¨®n, sino del grupo¡±.
La versi¨®n de Franklin dista mucho de la imagen de vaga y despreocupada que se proyect¨® al mundo. En 2015, durante una conversaci¨®n con Vlad TV, aclar¨® que, en realidad, hab¨ªa dejado el grupo antes de esos eventos promocionales. En concreto, dio el paso en un hotel de Seattle, despu¨¦s de que sus compa?eras, y especialmente Mathew, la atacaran tras haber pasado varios d¨ªas ¡°muy, muy enferma¡± y a¨²n sentirse indispuesta. ¡°No es la forma en que nadie querr¨ªa que trataran a su hija de 18 a?os reci¨¦n salida del hospital por gastroenteritis y deshidrataci¨®n. Todas se van por la misma raz¨®n, y ni siquiera nos conocemos¡±, explic¨® sobre el percance que colm¨® su paciencia. No le vino de sorpresa. En el fondo, como hab¨ªa desvelado con anterioridad, siempre supo que nadie iba a dar la cara por ella: ¡°La comunicaci¨®n es la principal raz¨®n por la que las bandas de chicas se disuelven. Cuando sienten que no pueden expresar sus sentimientos, muchas cosas quedan sin decir y surgen malos sentimientos que se acumulan. La mayor¨ªa de las veces, la gesti¨®n tiene mucho que ver, ya que son los encargados de manejar al grupo. No ten¨ªa a nadie con quien realmente pudiera hablar, salvo mi pareja¡±.

Desde la disoluci¨®n definitiva de Destiny¡¯s Child en 2006, solo Beyonc¨¦ logr¨® mantenerse en la cima, llenando estadios sin la sobreprotecci¨®n de su padre. Kelly y Michelle, ni en sus mejores sue?os, rozaron aquel ¨¦xito en solitario. Y las olvidadas, a¨²n menos. Farrah ha acaparado m¨¢s titulares por sus problemas con la justicia que por su m¨²sica. Y pese a que LeToya y LaTavia intentaron revivir sus d¨ªas de gloria con Anjel, un cuarteto que se desvaneci¨® antes de lanzar siquiera un disco, y por su cuenta lograron alg¨²n hit moderado al otro lado del Atl¨¢ntico, hoy dedican su tiempo a otros menesteres como charlas motivacionales, programas de telerrealidad y la interpretaci¨®n.
Por muy desagradable que fuera su partida, LeToya y LaTavia no guardan rencor. Al contrario. Con el tiempo, y tras ¡°haber hecho nuestra terapia¡±, como cont¨® Luckett en The Terrell Show, se reconciliaron. Beyonc¨¦ las mencion¨® en su discurso de agradecimiento cuando en 2011 la galardonaron con el Billboard Millennium Award; las invit¨® al camerino durante su gira On The Run II, en su paso por Houston y Arlington en 2018, y, hace un par de a?os, coincidiendo con el Renaissance World Tour, hasta hubo una reuni¨®n de las Destiny¡¯s Child originales (Michelle incluida) en el backstage para una foto grupal que los fans m¨¢s nost¨¢lgicos calificaron de hist¨®rica. A Farrah, en ninguno de esos momentos tan especiales, se la tuvo en cuenta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.