?Sobreviv¨ªa con 12 d¨®lares al mes antes de ¡®The Walking Dead'?
A Norman Reedus trabajar con zombis no le parece el peor de los planes. Antes de aterrizar en la serie, su vida estuvo plagada de otros cap¨ªtulos ?peculiares?, como le gusta calificarlos. Hoy las fans lo aclaman, pero ¨¦l prefiere viajar solo con su Harley por los montes de Georgia.
Tiene varios sobrenombres. Hay quien se refiere a ¨¦l como el Han Solo de los muertos vivientes. Tambi¨¦n, el joven Chuck Norris, por el aire rudo que le aporta su afeitado descuidado. O el Clint Eastwood de The Walking Dead. Norman Reedus (de 47 a?os) los escucha todos con una sonrisa y una buena dosis de humor. El nuevo h¨¦roe de la televisi¨®n sabe que se ha ganado el ¨¦xito a pulso, aunque muchos piensen que lo suyo es flor de un d¨ªa. Ante eso hace o¨ªdos sordos. Se siente afortunado de todo lo que le ha dado Daryl Dixon, el arquero sin modales pero con coraz¨®n que lucha por los suyos en ese fen¨®meno serial. El apocalipsis zombi comienza su ¨²ltima temporada en Espa?a, en Fox, el pr¨®ximo 24 de octubre.
?C¨®mo se vive rodeado de cad¨¢veres resucitados con hambre de poder y con ganas de dominar el mundo?
Hay de todo. Hubo una zombi que se enter¨® d¨®nde viv¨ªa y entr¨® en mi casa a sacarse fotos con mis cosas. Tambi¨¦n los hay amigos, esos que ya he matado m¨¢s de una vez. Y en cuanto al hambre, las reuniones gastron¨®micas suelen ser particulares: es curioso ver comer a tus colegas maquillados con media cara destrozada. Pero, vamos, todo mi respeto hacia ellos.
?Los fans pueden llegar a ser m¨¢s agresivos que los propios zombis?
Soy consciente de que en cualquier momento me pueden asaltar para robarme un selfie, eso s¨ª. El otro d¨ªa en un avi¨®n me met¨ª en el ba?o para comerme un bocadillo: era la ¨²nica manera de evitar hacerlo delante de decenas de m¨®viles. Y lo de echarte novia est¨¢ muy dif¨ªcil. Pero, en general, no me quejo. El precio que hay que pagar me sale a cuenta; en este trabajo hay m¨¢s cosas positivas que negativas. Me lo tomo de forma relajada. S¨¦ que la gente quiere una foto con Daryl, no conmigo. La fama no tiene nada que ver con mi vida privada. Tengo una casa en el bosque a las afueras de Atlanta y convivo con un gato gru?¨®n.
Y con sus motos.
Tengo varias Harleys, seis en total. Mi pasi¨®n por ellas viene desde peque?o, cuando me hice mis primeras cicatrices con las muchas ca¨ªdas que sufr¨ª. Me gusta su ruido, el sentimiento de peligro y la libertad que te da montarlas. Y los bosques de Georgia son perfectos para perderte conduciendo con Led Zeppelin de fondo.
?En qu¨¦ otras cosas ha cambiado su vida en estos ¨²ltimos seis a?os desde que The Walking Dead lo lanz¨® a la fama?
Mi vida siempre ha sido peculiar. Me mud¨¦ con mi madre a Jap¨®n y despu¨¦s regres¨¦ a Londres con un grupo de m¨²sica con el que tocaba. Vivimos casi como okupas en un piso. Tambi¨¦n estuve una temporada con una novia en Espa?a, hasta que ella se empe?¨® en irse a Los ?ngeles.¡ Y all¨ª nos fuimos, pero me dej¨® en cuanto llegamos. Lo de dedicarme a la interpretaci¨®n fue algo circunstancial, mientras cuidaba perros en un taller de motos y me peleaba borracho en fiestas por las colinas de Hollywood. He dado muchos tumbos y me he mantenido con 12 d¨®lares al mes durante mucho tiempo antes de llegar a donde estoy ahora.
En algo habr¨¢ cambiado, hasta posa en campa?as de moda.
Mi sentido de la moda es nulo. Odio posar. Me gusta la cerveza y mi talla no es muy est¨¢ndar, una mal¨ªsima combinaci¨®n cuando hablamos de este sector. Pero hice una campa?a para Prada con actores como John Malkovich y Joaquin Phoenix. Era yo o Nicolas Cage. Me vio m¨¢s gente en esos anuncios que en las pel¨ªculas que he hecho, pero, si te soy sincero, no me gust¨® la experiencia.
Lo que est¨¢ claro es que usted es un hombre muy vers¨¢til, ahora tambi¨¦n se dedica a la restauraci¨®n.
Otra casualidad. Todo comenz¨® porque quer¨ªamos abrir un bar en el que reunirnos tras la serie para tomarnos unos tacos y preparar unas barbacoas. Al showrunner Greg Nicotero se le ocurri¨® el nombre, Nic & Norman, y el dise?o, con fotos de The Walking Dead que le dan un ambientillo zombi. De eso hemos pasado a tener tres horas de cola los s¨¢bados. Supongo que la gente espera vernos.
Ha publicado un par de libros, uno enteramente dedicado a sus interacciones con sus seguidores. ?El tema da para tanto?
He vivido experiencias extra?as. Tengo muchos seguidores entre el cuerpo de polic¨ªa y el de bomberos. Y varios clubs de fans: Las mu?ecas de Daryl, Las ninfas de Norman, Las macizas de Dixon¡ Andrew Lincoln se parte de risa con los correos que recibo. ?Si hasta me han enviado un implante mamario de silicona! Y muchos juguetes sexuales. Tambi¨¦n medallas deportivas de chavales que idealizan a mi personaje o cartas de gente que lucha contra el c¨¢ncer. Cuando las lees, te das cuenta de la importancia de dedicarte a lo que te dedicas. He ido a ver a muchos de ellos al hospital o han venido a visitarme al rodaje. Son vivencias duras pero reveladoras.
Ha mencionado a Lincoln. ?Los supervivientes de The Walking Dead han formado una pi?a similar a la que mantienen delante de la c¨¢mara?
Hemos consolidado una amistad que con toda probabilidad se mantendr¨¢ cuando acabe la serie. Hemos evolucionado junto a nuestros personajes.
?Qu¨¦ dir¨ªa que tiene en com¨²n con Daryl Dixon?
Tengo el mismo grupo reducido de amigos y soy m¨¢s bien t¨ªmido y algo raro. Pero ¨¦l es un tipo mucho m¨¢s duro que yo. Si te digo la verdad, yo me esconder¨ªa antes de echarme a pelear.
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