Diane Kruger: ?Me siento francesa, all¨ª las mujeres son sexies a cualquier edad?
Es la mujer divertida y fatal que se rifan directores como Wolfgang Petersen o Tarantino; o la elegancia sencilla buscada por Dior o Armani. Alemana de coraz¨®n parisino, ahora es una buscadora de almas en The Host.
Cabr¨ªa preguntarse c¨®mo he llegado hasta aqu¨ª. Encerrada en un 4¡Á4 con Diane Kruger al resguardo de una tormenta de arena que azota la nada m¨¢s absoluta de Albuquerque (EE?UU), donde estoy charlando de moda con esta polifac¨¦tica, pol¨ªglota y multitasking mujer. Por no decir lo de ciudadana del mundo, porque la modelo y actriz nacida en Alemania pero con el coraz¨®n en Par¨ªs y la carrera en Hollywood habla a la perfecci¨®n ingl¨¦s, franc¨¦s y alem¨¢n. Un detalle sin importancia cuando alguien posee su belleza y sus tablas, porque, como admite esta joya de 36 a?os, ?mentir¨ªa si digo que ser modelo me ha perjudicado a la hora de ser actriz?.
Kruger se muestra honesta y divertida. Parece algo inquieta por la tormenta que zarandea la furgoneta. Tambi¨¦n por los restos del Lotus ¨C?es de los buenos?, dice ella¨C que yace destrozado en la carretera y que utilizaron en la escena que acaba de rodar para The Host, filme en la cartelera desde el pasado 22 de marzo. As¨ª que, aunque ha dejado de fumar, los ojos se le van a un paquete de cigarrillos abandonado en la guantera mientras no deja de sacudirse nerviosa el polvo de un traje color hueso que coordina perfectamente con su cutis de alabastro. Extra?a esta inquietud en alguien que va siempre perfecta y que es conocida por no necesitar estilistas y lucir sin esfuerzo lo ¨²ltimo de Chanel, Dior, Giambattista Valli o Jason Wu.
Parece muy preocupada por el estado del traje¡
Es de la producci¨®n y tiene muy poco de pr¨¢ctico. ?De blanco en medio del desierto? Quedar¨¢ muy bonito y refleja al personaje, la uniformidad de esta sociedad dist¨®pica de The Host, pero a m¨ª me toca mantenerlo limpio entre tomas y no es tarea f¨¢cil.
?Cu¨¢les son sus preferencias?
No es ning¨²n secreto que me gusta la moda. Es parte de ser mujer, ?no? Y conoci¨¦ndome, me tira Chanel. Es mi tipo de dise?ador.
?Qu¨¦ es lo que le gusta tanto de la moda? ?El lujo??La comodidad? ?Ser vista con ella?
La diversi¨®n. No le doy m¨¢s vueltas. Es una de las pocas cosas que puedo controlar en mi vida. Si una quiere un trabajo determinado, se viste de una forma. Si lo que busca es seducir, elegir¨¢ otro vestido. En mi armario puedes encontrar de todo. ?Todav¨ªa tengo un neglig¨¦!
?Y su mejor consejo para quienes no tienen tanto de d¨®nde elegir?
Menos es m¨¢s. Nunca tengas miedo de ponerte lo que quieras. Parte de la diversi¨®n tiene que ver con expresar qui¨¦n eres m¨¢s que con seguir una moda determinada. Hay personas muy superficiales o demasiado preocupadas con las reglas y el qu¨¦ dir¨¢n. ?Qu¨¦ m¨¢s da si el naranja y el verde no combinan! Si esa eres t¨², adelante.
Chaqueta de piel perforada con remates de Proenza Schouler.
David Roemer
?Su paso por Hollywoode le ha cambiado el gusto?
Bueno, no tiene sentido llenar tu armario de abrigos en California, por bonitos que sean. Pero mi estilo es el mismo. Por mucho que vea a otros en ch¨¢ndal y camiseta, me sigo arreglando cuando salgo a cenar.
?Y la vida en Par¨ªs??
Ser¨¢ un clich¨¦, pero yo me siento francesa. All¨ª no importa cu¨¢ntos a?os tienes. Las mujeres siguen siendo consideradas bellas y?sexies?a cualquier edad. Se caracterizan por ese?je ne sais quoi, siempre controlando su feminidad y su sexualidad. Catherine Deneuve es el ejemplo m¨¢s claro, no solo de una gran actriz sino de una gran belleza y de una fuerza sexual que no acabo de ver en Estados Unidos.
Sin embargo, su ¨ªdolo siempre fue Romy Schneider.
Es la misma generaci¨®n y el mismo tipo de mujer. La diferencia es que Romy nunca supo separar su vida de su trabajo. Un gran ejemplo de lo que no hay que hacer porque te puede costar la vida.
?De d¨®nde le viene entonces su atracci¨®n por ella?
?Yo siempre fantaseaba con ir a Francia, echarme un novio franc¨¦s, fumar Gauloises, muchos, y hacer pel¨ªculas francesas! Era mi sue?o. ?Y su vida sonaba tan rom¨¢ntica! Una austriaca que los franceses adoptaron como suya. Me dio esperanzas.
?Y ha visto cumplido su sue?o?
Con creces. En Francia me siento como una hija adoptiva. Y sigo admirando pel¨ªculas suyas como Las cosas de la vida o La piscina. Pero he dejado de fumar y s¨¦ que no hay papel m¨¢s interesante que mi propia vida.
Minivestido de algod¨®n de Theyskens¡¯ Theory.
David Roemer
Por supuesto, Kruger encontr¨® en Par¨ªs a ese novio franc¨¦s ¨Cel actor y director Guillaume Canet¨C con el que se acab¨® casando y de qui¨¦n ya se separ¨®. Y una carrera. O mejor dicho, dos. Porque a Par¨ªs lleg¨® hecha una modelo de ¨¦lite, la m¨¢s buscada por firmas como Dior y Armani a pesar de ser tan menuda. Atr¨¢s dejaba un hogar dividido y una carrera como bailarina frustrada por una lesi¨®n temprana. Por delante, y a instancias de Luc Besson, estaba el cine, primero en Francia y despu¨¦s en Hollywood. All¨ª, esta desconocida debut¨® con Troya, en la que les arrebat¨® el papel de Helena a Nicole Kidman o Julia Roberts. Despu¨¦s, Quentin Tarantino le dio el espaldarazo a su trayectoria convirti¨¦ndola en la Mata Hari de Malditos Bastardos. En Hollywood tambi¨¦n tiene a su nuevo amor, el actor Joshua Jackson, aunque su coraz¨®n, para qu¨¦ negarlo, sigue en Par¨ªs. Incluso mientras esperamos a que amaine la tormenta dentro de esta furgoneta perdida en medio de Albuquerque.
?Recuerda c¨®mo fue su primer d¨ªa en Hollywood?
Perfectamente. Fue con Troya, y la experiencia me superaba. No ten¨ªa agente, ni pens¨¦ que me dar¨ªan el papel. Hab¨ªa enviado una cinta. Eso era todo. Por probar. Llegu¨¦ en medio de una tromba de agua y de agentes que quer¨ªan representarme. Porque uno asume que en Los ?ngeles hace buen tiempo durante todo el a?o, pero era noviembre y no paraba de llover. Y ah¨ª estaba yo, de reuni¨®n en reuni¨®n, en pantalones cortos y chancletas. Todo un choque cultural. Me las daba de saberlo todo. Tres idiomas. Viajes por todo el mundo. Pero a la hora de la verdad llega el momento de las preguntas.??Qu¨¦ es lo que quiero hacer? Antes, lo ¨²nico que importaba era conseguir un trabajo. Ahora, con cada papel que me ofrecen, tengo que recordarme las razones que me llevaron a ser actriz: mi amor por el cine y por ese lenguaje universal que tienen las pel¨ªculas. Y lo que no quiero ser: alguien encasillado por una nacionalidad o por un acento.
Sus ¨²ltimos estrenos no pueden ser m¨¢s diferentes, de la Mar¨ªa Antonieta de Adi¨®s a la reina a este peculiar alien¨ªgena que interpreta en The Host, adaptaci¨®n de la saga del mismo t¨ªtulo de Stephenie Meyer.
Eso me encanta. Nunca se me ocurri¨® pensar en Mar¨ªa Antonieta. Me siento m¨¢s cerca de la ciencia ficci¨®n porque aqu¨ª donde me ves soy una friki. Me encanta Star Trek y La guerra de las galaxias. Gattaca es una de mis pel¨ªculas preferidas, y me cuento entre las seguidoras de Crep¨²sculo. Ya s¨¦ que soy mayorcita para estas cosas, pero qu¨¦ le vamos a hacer. Es el ¨²nico g¨¦nero donde puedes darle rienda suelta a tu imaginaci¨®n. Donde todo supera la realidad. Y me encanta esa libertad.
?Es so?adora?
Mucho. Y rom¨¢ntica. ?Ya me gustar¨ªa hacer algo como Un hombre y una mujer! Pero tambi¨¦n ordenada. Va con ser mujer, ?no? Me cuesta hacer la vista gorda. Soy de las que les gusta controlar todo lo que hacen. No soy perfecta, pero lo intento.
?Le da miedo envejecer?
Me dan miedo sus efectos. Especialmente poder olvidar todo lo que he vivido. Es un pensamiento aterrador. No quiero perder el recuerdo de los grandes momentos de mi vida.
?Como cu¨¢les? Como la primera vez que me sub¨ª a un escenario. Lo hice como bailarina y fue un sensaci¨®n maravillosa, expresar mis sentimientos mediante la m¨²sica y el arte. Sentirme el centro de atenci¨®n. Fue algo que cambi¨® mi vida por completo.
?Y la situaci¨®n m¨¢s embarazosa?
Cuando conoc¨ª a Sean Connery. Record¨¦ a mi madre derretida delante del televisor mientras ve¨ªa James Bond y, claro, no se me ocurri¨® otra cosa que decirle eso de ?mi madre adoraba sus pel¨ªculas?. ?l me mir¨® con una cara de ah¨ª te mueras que no se me olvidar¨¢ nunca.
?Cu¨¢ndo fue consciente realmente del potencial de su belleza?
M¨¢s o menos cuando ten¨ªa 16 a?os. Un d¨ªa alguien se me acerc¨® para decirme lo guapa que era y que ten¨ªa que ser modelo. A m¨ª me sorprendi¨® mucho porque cre¨ªa que para serlo deb¨ªas tener mucha m¨¢s altura. En aquel momento tambi¨¦n pens¨¦: ?Qu¨¦ hace este hombre que podr¨ªa ser mi padre intentando ligar conmigo tan descaradamente?. Pero ah¨ª me di cuenta del efecto que ten¨ªa en los hombres.?
Conjunto de top y minifalda con cintur¨®n incorporado, collares de eslabones y botas en piel de cocodrilo, todo de Salvatore Ferragamo; pulsera de Eddie Borgo.
David Roemer
Un efecto que sigue funcionando, ahora con Joshua Jackson cegado por su encanto.
Aqu¨ª no entro porque s¨¦ que luego todo lo que diga ser¨¢ utilizado en mi contra en caso de que nos separemos.
?No tiene la mente puesta en el matrimonio?
Casarme no me quita el sue?o. Espero tener hijos alg¨²n d¨ªa. No quiero dejar pasar esa experiencia. Pero no lo digo por eso. Tendremos nuestros altos y bajos, pero ah¨ª vamos. Josh me ayuda a sentar cabeza. Claro que, a la hora de la verdad, lo realmente importante es ser feliz con una misma.
El mayor gustazo que se ha dado.
El piso que me compr¨¦ a los 22 a?os, que se dice pronto. Y, con los a?os, las joyas cada vez me atraen m¨¢s.
Y su gusto en el hogar, ?var¨ªa dependiendo del pa¨ªs en el que est¨¢?
S¨ª. Mi casa de Los ?ngeles tiene un toque a?os 50, un estilo que me encanta y que no tiene la de Saint Germain en Par¨ªs, que es mucho m¨¢s cl¨¢sica. Eso s¨ª, ambas est¨¢n llenas de cosas que hemos encontrado en mercadillos. A los dos nos encanta ir al rastro y la decoraci¨®n es un placer mutuo.
?Y en la cocina?
Ah¨ª el placer es m¨ªo. Me vuelve loca cocinar. Es en el ¨²nico lugar donde me sale la sangre alemana que hay en m¨ª. Salchichas, schnitzel, kn?del¡ Cosas que solamente me gustan a m¨ª. Josh ni se acerca por la cocina cuando preparo estas recetas.
Lo que dec¨ªamos, ciudadana del mundo.
Yo me siento m¨¢s como un chucho callejero, mezcla libre de todas las razas. Obviamente soy alemana, pero he vivido m¨¢s tiempo fuera de mi pa¨ªs que en ¨¦l. M¨¢s de 17 a?os. ?Media vida! Me siento muy francesa y tambi¨¦n estadounidense. De Estados Unidos me gusta su ¨¦tica en el trabajo. Pero en cuanto llevo mucho tiempo aqu¨ª, echo terriblemente de menos Europa, su joie de vivre, su calidad de vida. Vale, nadie llega a su hora, pero tienes seis semanas de vacaciones y el vino nunca falta en la mesa a la hora de comer. Incluso en los rodajes. Lo defiende el sindicato. ?Y nadie se emborracha!
Body y falda, ambos de Lanvin; brazalete de plata de Giles & Brother y sandalias de Theyskens¡¯ Theory.
David Roemer
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