El terrible caso de Mamma Cass o c¨®mo la gordofobia convirti¨® a un mito en mofa de varias generaciones

Desde aquella historia que aseguraba que el actual Paul McCartney es un doble tras el fallecimiento del beatle original en un accidente a la aseveraci¨®n de que la nariz de Michael Jackson se cay¨® de su rostro un buen d¨ªa. Por no hablar del rumor que aseguraba que Marilyn Manson se hab¨ªa extirpado un ojo en pleno concierto o del episodio ca?¨ª de Ricky Martin y la c¨¦lebre mermelada. La historia de la cultura pop est¨¢ repleta de f¨¢bulas y leyendas que han dotado a esta industria de un halo de misterio, enso?aci¨®n y disparate indispensables para su establecimiento como una parte seminal de nuestro imaginario colectivo. Aunque la mayor¨ªa no pasan de an¨¦cdotas m¨¢s o menos amortizadas por los artistas aludidos para acrecentar su estatus m¨ªtico, hay un bulo en concreto que sigue corriendo libre por la opini¨®n p¨²blica, erigi¨¦ndose en un ejemplo de la gordofobia que marc¨® la vida y mancha el legado de su protagonista, Cass Elliot, la eterna voz de The Mamas & The Papas.

¡®Mama¡¯ Cass ¨Cnacida como Ellen Naomi Cohen¨C solo ten¨ªa 32 a?os en aquel julio de 1974. A pesar de su temprana edad, la joven de Baltimore ya se hab¨ªa convertido en un icono contracultural de los sesenta a nivel global y emblema del movimiento hippy gracias a su rol como vocalista de la banda responsable de ¨¦xitos como California Dreamin¡¯ o Monday Monday. Hab¨ªa sido madre soltera y se hab¨ªa casado y divorciado en dos ocasiones ¨Cla primera para ayudar a un amigo a no ser reclutado para ir a la guerra de Vietnam¨C y tras la disoluci¨®n del grupo vislumbraba una prometedora carrera como cantante en solitario. La gira arrancaba con una serie de conciertos en Londres, dos semanas con todas las entradas ya vendidas. La tarde del 28 de julio, mientras se echaba una siesta en su apartamento del barrio de Mayfair antes de acudir al teatro, Elliot falleci¨® a causa de un ataque al coraz¨®n. Como buena estrella del rock, no tardaron en diseminarse rumores a cada cual m¨¢s loco sobre su muerte: que si esperaba un beb¨¦ de John Lennon, que si era un complot del FBI¡­ Pero el hallazgo de un s¨¢ndwich de jam¨®n en su mesita de noche a medio terminar dio pie a un chisme que no solo cal¨® en los medios de la ¨¦poca, sino que casi medio siglo despu¨¦s sigue teniendo que ser desmentido: Cass Elliot, que se hab¨ªa atrevido a desafiar los c¨¢nones de belleza durante su carrera, muri¨® atragantada mientras se com¨ªa un s¨¢ndwich.

Como si del castigo al pecado capital de la gula se tratase, el p¨²blico no dud¨® en dar p¨¢bulo y aceptar como v¨¢lido el rumor. Daba igual que medios como el New York Times lo desmintieran apenas unos d¨ªas despu¨¦s por voz de los especialistas que la trataron, era ¡®l¨®gico¡¯ que una de las mujeres con obesidad m¨¢s famosas de su tiempo fuera una glotona, que devorara los alimentos y que, por tanto, se atragantara con uno de ellos. Se convirti¨® en el objeto de todos los chistes. ¡°Para mi familia ha sido muy dif¨ªcil lidiar con el rumor del s¨¢ndwich. Es como una ¨²ltima bofetada a la se?ora gorda. La gente se cree que es gracioso. ?D¨®nde est¨¢ la maldita gracia?¡±, se preguntaba Owen Elliot, ¨²nica hija de la cantante, en The Guardian. Un vistazo r¨¢pido por las redes sociales ratifica que las bromas respecto al infundio siguen vigentes hoy en d¨ªa, aunque las nuevas generaciones parecen querer hacer justicia: Make Your Own Kind Of Music, su mayor hit en solitario y que ya fue recuperada por la serie Lost (Perdidos), es hoy un repentino exitazo en TikTok con ciertos de usuarios utilizando este himno como banda sonora de sus v¨ªdeos.

La estadounidense hab¨ªa tenido que enfrentarse durante toda su carrera a una gordofobia cruel, constante y generalizada. Ella trataba de esconderlo bajo una capa de humor, seg¨²n recuerda su amiga Sue Cameron. ¡°Para Cass era horrible ser denominada como ¡®la gorda¡¯ de The Mamas & The Papas, mientras que Michelle (Phillips, la otra vocalista) era ¡®la guapa¡¯. La gente le dec¨ªa eso a Cass a la cara y ella ten¨ªa que trag¨¢rselo y sonre¨ªr¡±. Era el objeto del chiste hasta en las canciones de su propia formaci¨®n y las malas lenguas dicen que, en los comienzos, no quer¨ªan contar con ella por su sobrepeso. ¡°Nadie est¨¢ engordando, excepto Mama Cass¡±, cantaban en su tema de 1967 Creeque Alley. El fundador del cuarteto, John Phillips, confes¨® que la presi¨®n social por adelgazar hac¨ªa mella en Cass y la llevaba a someterse a dietas tan extremas como peligrosas, que acabar¨ªan deteriorando sin remedio su sistema cardiovascular. En 1968, tras hacer ayuno durante cuatro d¨ªas a la semana y perder hasta 55 kilos, Elliot acab¨® ingresada en el hospital. ¡°He sido gorda desde los siete a?os y eso te marca de por vida¡±, lleg¨® a afirmar.

La propia Sue Cameron, que trabajaba entonces como periodista para The Hollywood Reporter, fue la responsable de escribir el art¨ªculo que relacionaba el s¨¢ndwich de jam¨®n con la muerte de su amiga. Lo hizo por encargo del representante de la cantante, Allan Carr, que trataba de salvar la reputaci¨®n de la artista y huir as¨ª de hip¨®tesis que relacionaran su fallecimiento repentino con el consumo de drogas. En la autopsia no se encontraron restos de estupefacientes, tampoco de alimentos en la boca o tr¨¢quea. ¡°Mucha gente hoy en d¨ªa sigue sin darse cuenta de que lo del s¨¢ndwich no es verdad. Aunque he repetido y escrito que era mentira, sigue circulando. Nunca pens¨¦ que iba a extenderse durante tanto tiempo¡±, se excus¨® Cameron.

A pesar del escarnio social al que tuvo que enfrentarse, Mama Cass no solo se alz¨® con su voz angelical a los cielos de la escena folk, tambi¨¦n se convirti¨® en un referente de la est¨¦tica boho-chic y rompi¨® las barreras de la normatividad en la industria, cimentando el camino para sucesoras recientes como Adele o Lizzo. No muchas se atrev¨ªan en la d¨¦cada de los sesenta a posar desnudas y tatuadas en las portadas de las revistas, dejando un impacto m¨¢s que ¡°significativo¡± en las adolescentes con problemas de peso de su ¨¦poca. Que una mujer famosa mostrara su sobrepeso en los medios de comunicaci¨®n sin arrepentimiento o constricci¨®n supon¨ªa un atentado contra la moralidad de la ¨¦poca. As¨ª lo confirma la periodista Lexi Pandell en la edici¨®n estadounidense de la revista Vogue: ¡°Cass Elliot fue una mujer muy adelantada a su tiempo. Expres¨® ideas sobre la maternidad, el sexo, la celebridad y la feminidad que incluso hoy en d¨ªa algunas ser¨ªan calificadas somo radicales¡±. Su influencia fue reconocida para la eternidad el pasado mes de octubre, cuando se inaugur¨® su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, casi 50 a?os despu¨¦s de su muerte.