Malgosia Bela: ¡°Soy un producto del comunismo porque crec¨ª sin nada y eso me hizo no apegarme demasiado a las cosas¡±

De los 48 a?os que tiene la modelo polaca Ma?gosia Bela (Cracovia, 1977), los ¨²ltimos 25 los ha pasado perteneciendo al exclusivo club de las modelos m¨¢s demandadas por quienes de verdad influyen en la industria de la moda. Su leyenda comienza el d¨ªa que un booker la ficha a la salida de un teatro en su ciudad natal y de ah¨ª la lanza, con 21 a?os, a una carrera internacional que la lleva a vivir dos d¨¦cadas entre Nueva York, Los ?ngeles, Londres y Par¨ªs. Su rostro y su silueta fueron en los primeros 2000 el buque insignia de esa especie de instituci¨®n que eran las ¡°modelos del este¡±: andr¨®ginas, p¨¢lidas, delgadas, alt¨ªsimas. Daria Werbowy, Carmen Kass y por supuesto, ella. Un cuarto de siglo despu¨¦s, ah¨ª sigue, con su prestigio intacto y con un estatus de icono eterno que se resume muy bien en el libro fotogr¨¢fico que acaba de lanzar, Winter Girl. De Richard Avedon a S Moda, pasando por Ezra Petronio, su rostro es capaz de viajar en el tiempo.

Ha dicho que el secreto para una carrera tan larga como la suya es ser muy profesional, pero otras, tambi¨¦n muy profesionales, no lo han logrado.

En este negocio obviamente todo est¨¢ muy relacionado con el aspecto y yo soy consciente de que tengo unas facciones bastante cl¨¢sicas, pero a la vez arriesgadas. Me suelo comparar con la decoraci¨®n de una casa que puedes poner de rojo un rato y luego pintas de nuevo de blanco, porque soy una apuesta segura. Yo soy una apuesta segura, pero suficientemente extra?a como para poder hacer trabajos muy comerciales y otros muy art¨ªsticos.

El centro de las ciudades de toda Europa est¨¢ lleno de vallas publicitarias con su rostro para una campa?a de un perfume de Herm¨¨s. ?Qu¨¦ piensa cuando se ve ah¨ª?

No lo pienso mucho porque perder¨ªa la cabeza. Vuelvo a la pregunta anterior: tambi¨¦n he aguantado tanto en la profesi¨®n porque me gusta much¨ªsimo y cuando estoy trabajando me la tomo muy en serio, pero no me afecta a mi vida al cien por cien.

?Quiere decir en lo personal?

De ni?a quer¨ªa ser actriz, pero mis padres me lo sacaron de la cabeza. A¨²n as¨ª deb¨ª de dar se?ales de alg¨²n talento desde pronto porque me matricularon en una escuela de piano con seis a?os. Al principio me encantaba, pero estuve 12 a?os y al final lo hac¨ªa solo por sentido del deber porque empec¨¦ a ver claro que nunca iba a actuar en p¨²blico. Cada aparici¨®n me costaba la salud. Como modelo siento que retom¨¦ aquella vocaci¨®n de actriz muda. Me meto en el papel y cuando lo abandono, ah¨ª lo dejo.

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Making of de la sesi¨®n de fotos con Ma?gosia Bela

?Dir¨ªa que tuvo una crianza muy conservadora?

Si lo miramos en t¨¦rminos actuales, desde luego. Mi crianza fue muy estricta y disciplinada y ten¨ªa que seguir un mont¨®n de reglas, pero debo decir que en el mundo ca¨®tico de hoy, donde todo vale, solo puedo empatizar con los j¨®venes y comprender por qu¨¦ andan tan perdidos. A m¨ª las reglas me dieron un cierto sentido de seguridad: sab¨ªa c¨®mo distinguir el bien del mal y eso me ayud¨® much¨ªsimo cuando llegu¨¦ a Nueva York.

?Qu¨¦ valores dir¨ªa que comparte con sus padres en la crianza?

Pues casi todo. Yo cuento con m¨¢s medios y m¨¢s herramientas para dar una educaci¨®n, pero los valores son los mismos. Mi madre es profesora universitaria y la educaci¨®n para m¨ª ser¨¢ siempre muy importante y eso mi hijo lo sabe muy bien.

Ma?gosia tiene un hijo, Jozef, de 20 a?os, que naci¨® de su matrimonio con el director polaco Artur Urbanski. Su primera boda, sin embargo, la celebr¨® para unirse al empresario y c¨¦lebre bon vivant franc¨¦s Jean-Yves Le Fur, en 2013. Kate Moss y su entonces marido, Jamie Hince, fueron invitados estrella. La uni¨®n no dur¨® mucho. La estabilidad la ha encontrado al lado de Pawe? Pawlikowski, el prestigioso cineasta nominado a un Oscar por Cold War. La modelo ha hecho sus pinitos en alguna ocasi¨®n en el cine. Una de ellas, con Luca Guadagnino, en Suspiria, y no descarta colaborar con su esposo.

Es usted una persona muy culta. ?Eso no es importante para sobrevivir en la moda?

Para algunos proyectos¡­ para otros simplemente prefieren a alguien que no tenga opini¨®n. Que no sea una mujer, de hecho, sino una adolescente [risas]. Pero s¨ª puedo decir que ahora hago muchos trabajos en los me tienen en cuenta. Influye el rostro, claro, pero despu¨¦s de los 40, hay cosas que ya no puedes fingir.

?Y recuerda alg¨²n proyecto en el que le frustrase no poder aportar?

En la actualidad, en algunas ocasiones, cuando trabajo con gente muy joven, me doy cuenta de que no les importa mucho si la luz es buena. Dicen: ¡°Ah, eres Ma?gosia, va a funcionar¡±. Pero es que hacer una buena foto no es f¨¢cil y ese es el proceso en el que me gusta participar. A veces llego al estudio y escucho: ¡°Es maravillosa. Venga, sin m¨¢s¡±. Y ah¨ª es donde digo: ¡°No. Vamos a pensar qu¨¦ hacer¡±, porque de otra forma se convierte en algo bastante perverso. Alguien me habl¨® hace poco en Estados Unidos de un m¨¦todo que usan los fot¨®grafos m¨¢s mediocres que es tomar casi 2.000 fotos de la modelo desde diferentes ¨¢ngulos. De esa manera es complicado que alguna no est¨¦ un poco bien. Me pareci¨® aterrador.

Es cierto que en la actualidad es muy dif¨ªcil ver im¨¢genes novedosas. Todo parece una copia de una copia.

Da un poco de miedo cuando llegas al estudio, la gente saca las referencias y resulta que las referencias son fotos m¨ªas de hace 20 a?os. No me inspira nada. Para eso no me necesitan. Les bastar¨ªa con la Inteligencia Artificial. Pero bueno, el mundo cambia y no hay mucho que podamos hacer. Salvo quejarnos de vez en cuando [risas]. No quiero sonar como una se?ora gru?ona.

Pues d¨ªgame algo que le gusta de la forma de trabajar contempor¨¢nea

Creo que la tecnolog¨ªa permite trabajar a un nivel muy alto con mucha rapidez y hay gente altamente cualificada. Por ejemplo, cuando hago las campa?as de Zara, siempre me impresiona lo bueno que es todo el mundo.

Si tuviese que elegir algo que le dej¨® huella de trabajar con Richard Avedon, ?qu¨¦ ser¨ªa?

Con ¨¦l todo giraba en torno al foco sobre su modelo y la conexi¨®n que hab¨ªa con ella. Impresionaba su entusiasmo en ese escenario tan simple, solo un fondo y su c¨¢mara. Te hac¨ªa sentir muy muy especial y as¨ª es como consegu¨ªa esas im¨¢genes tan ic¨®nicas.

Ha contado varias veces que cuando empez¨® no hab¨ªa las tecnolog¨ªas de telecomunicaciones que hay ahora y que el sentimiento de soledad era tremendo. ?Sigue sinti¨¦ndose sola?

Ya no, pero porque estoy en un punto de mi vida en el que estoy muy satisfecha con mi vida. Tengo un gran compa?ero, un gran hijo, una estupenda familia, me siento muy realizada y me encanta estar con gente. Creo que cuando era m¨¢s joven eso no lo ten¨ªa y entonces no encontraba el equilibrio entre la vida personal y la profesional, y eso me hac¨ªa sentir muy sola. Ahora s¨¦ diferenciar entre amigos y compa?eros de trabajo y disfruto mucho en la compa?¨ªa de ambos. Creo que no hab¨ªa nada de malo con la gente que me rodeaba hace 20 a?os. Soy yo la que ha cambiado.

Tambi¨¦n ha dicho que la parte m¨¢s dif¨ªcil de ser modelo era ser capaz de tener una relaci¨®n con alguien.

S¨ª. Es un milagro que lograse criar un hijo. Cuando est¨¢s sola puedes dejarte llevar por la falta de estabilidad, pero una vez que eres madre¡­ Yo llegu¨¦ a acostumbrarme, pero la gente que te rodea no siempre est¨¢ dispuesta a ello. Pero de nuevo, se trata de encontrar un equilibrio: poner l¨ªmites, establecer prioridades. Obviamente, si est¨¢s con la persona adecuada, que entiende tu profesi¨®n y que no se va a poner celosa porque siempre est¨¦s rodeado de gente bell¨ªsima y de fot¨®grafos, pues es m¨¢s f¨¢cil.

Y el hecho de que haya encontrado a una pareja de su mismo pa¨ªs, ?influye?

Despu¨¦s de tantos a?os viajando por el mundo es verdad que mi marido y yo, dos expatriados polacos, compartimos cultura y cierto bagaje, y eso hace todo m¨¢s f¨¢cil. Hay cosas que no tenemos ni que hablar.

Alguna vez ha dicho que es usted un producto del comunismo. ?Podr¨ªa explicar que quiere decir con eso?

Ten¨ªa 12 a?os cuando el comunismo cay¨® en Polonia, as¨ª que no me crie en la cultura consumista que forma parte del mundo actual. Crec¨ª sin nada y eso me ayud¨® a no apegarme demasiado a las cosas. Tambi¨¦n soy de alguna forma una criatura que crec¨ª en un ambiente de comunidad, donde nadie ten¨ªa dinero, lo que no quiere decir que fuese infeliz ni pasase necesidad, sino que apreciaba m¨¢s las cosas porque no las daba por sentadas. Y tuve una buena educaci¨®n en una escuela p¨²blica. A todo eso me refer¨ªa.

Ha regresado a vivir a Polonia despu¨¦s de dos d¨¦cadas por el mundo. ?Qu¨¦ tal le ha sentado?

Yo nac¨ª en Cracovia, una ciudad hermosa y antigua en el sur. Para que se entienda en t¨¦rminos espa?oles, Cracovia ser¨ªa como la Sevilla de Polonia. Peque?a, provinciana, pintoresca, llena de monumentos y museos. En mi juventud consideraba Varsovia la gran ciudad, la capital donde transcurr¨ªa toda la acci¨®n. Ahora me parece peque?a y acogedora en comparaci¨®n con las grandes metr¨®polis y me encanta.

?Y qu¨¦ caprichos se compra alguien poco consumista pero muy fashionista como usted?

Te cuento con orgullo que tengo en mi armario a¨²n cosas de desfiles de hace 20 a?os. Por ejemplo, empec¨¦ en la pasarela cuando Nicolas Ghesqui¨¨re lleg¨® a Balenciaga y mi primer d¨ªa con ¨¦l me regal¨® un par de botas de la colecci¨®n de primavera del 1998 para que aprendiese a caminar sobre tacones. Est¨¢n tan bien hechas que a¨²n me las pongo.