Elisabeth Moss: ?Se nos trata como objetos: ser mujer fue, es y ser¨¢ un desaf¨ªo?
Su papel en Mad Men la ha convertido en la secretaria m¨¢s c¨¦lebre de la televisi¨®n. La californiana guarda otros ases en la manga: en breve estrena la adaptaci¨®n al cine de la m¨ªtica novela En el camino.
Viste tops m¨¢s escotados, zapatos m¨¢s p¨ªcaros y vestidos mucho m¨¢s atrevidos. Pero a pesar de sus diferencias de estilo, Elisabeth Moss y su personaje en Mad Men, Peggy Olsen, tienen mucho en com¨²n. Moss, de 29 a?os, ha escrito su carrera despacito y con buena letra. Como la famosa secretaria de la agencia de publicidad Sterling Cooper Draper Pryce. Se estren¨® en la televisi¨®n a los seis a?os con una miniserie (Lucky chances). Pero no quiso ser otra ni?a prodigio. As¨ª que se aplic¨® en los estudios (termin¨® el bachillerato dos a?os antes) y apost¨® por el baile. ?El ballet me oblig¨® a tener los pies en la Tierra. Me ayud¨® a quitar importancia a los castings; me dec¨ªa que si no sal¨ªan, seguir¨ªa bailando?, admite. La estrategia funcion¨®. La californiana consigui¨® un papel en la taquillera Inocencia interrumpida (James Mangold, 1999).
Ten¨ªa 16 a?os. Su actuaci¨®n gust¨® y no ha parado desde entonces. Cuando charlamos, se encuentra en Nueva Zelanda rodando Top Of The Lake, una miniserie de la BBC dirigida por la ganadora del Oscar Jane Campion (El piano). No es su ¨²nico proyecto. A principios de junio estren¨® ?Por fin solos! junto a Diane Keaton. En el camino, la adaptaci¨®n de la biblia beatnik, es su pr¨®xima pel¨ªcula (a¨²n sin fecha). Su vida personal despierta curiosidad. Estuvo casada durante ocho meses con Fred Armisen, el m¨²sico y c¨®mico de Saturday Night Live. Pero sus relaciones son terreno vedado.?
Muchos ven a Peggy, su personaje en Mad Men, como un objeto sexual. Peggy es ambiciosa y quiere triunfar como un hombre. La producci¨®n se remonta a los a?os 60. ?Han cambiado las cosas o seguimos sufriendo esa dicotom¨ªa?
La situaci¨®n de la mujer ha mejorado bastante en los ¨²ltimos 40 o 50 a?os. Existen leyes contra el acoso sexual y en favor de un sueldo equitativo. Pero hay aspectos que han empeorado.
?Cu¨¢les?
Se nos trata como objetos. Ser mujer fue, es y ser¨¢ un desaf¨ªo. Se nos cierran puertas y logramos menos cosas que los hombres. Nuestro sexo nos obliga a demostrar m¨¢s. Es dif¨ªcil ser madre, mujer y empleada a la vez. El porno tambi¨¦n nos convierte en objetos; y hoy, con Internet, hay m¨¢s que nunca.
La serie es una alegor¨ªa de la ascensi¨®n femenina en la sociedad. En la primera temporada mecanograf¨ªa y luego se desmelena: prueba los porros, sale de juerga con lesbianas, discute con su jefe¡
Es cierto. Prospera y gana poder. Es una met¨¢fora de la ¨¦poca; las mujeres como ella escalaron puestos en los 60 y lograron trabajos de confianza. Me gusta c¨®mo lo ha conseguido. No pensaba en el feminismo. Sabe que sus ideas son tan buenas como las de un hombre y quiere que la traten igual. No creo que Peggy termine al mando, pero tampoco la veo casada y criando a un prole en el campo¡
Su trayectoria se refleja tambi¨¦n en el vestuario: pasa de vestir de colegiala recatada a lucir uniforme de ejecutiva y a mostrar pierna.
Janie Bryant, la dise?adora, ha sentado c¨¢tedra. Ha conseguido que los 60 entren de nuevo en el armario de las mujeres. Los espectadores deber¨ªan estar atentos a sus decisiones. Janie cuenta la trayectoria de cada personaje a trav¨¦s de su atuendo. La serie arranca en 1960 y la quinta [ahora en Canal+], en 1966; en seis a?os las pesta?as se alargan y espesan y las faldas se acortan. Aunque yo me he pasado la serie reclamando m¨¢s maquillaje. ?Me pon¨ªan poqu¨ªsimo!
Mad Men ha ganado cuatro premios Emmy consecutivos; ?a qu¨¦ se debe su ¨¦xito?
A su universalidad. Su escenario es ic¨®nico: Nueva York. Y los temas y problemas son extrapolables a otros pa¨ªses y ¨¦pocas. La serie consigue que nos analicemos, que reflexionemos sobre nuestra condici¨®n de seres humanos.?
?Qu¨¦ opina sobre la moda de los a?os 60?
Es una ¨¦poca sexy. Algunos personajes como Joan [Christina Hendricks] van cubiertas de arriba abajo, no ense?an el hombro¡ Pero son sensuales. Y los detalles son incre¨ªbles. La mayor¨ªa de los trajes son aut¨¦nticos. Los botones, las puntadas, los accesorios y los forros son artesanales. Tienen una calidad que hoy solo se encuentra en pasarela. Pero antes era com¨²n comprar cosas as¨ª en los almacenes.
?Qu¨¦ rescatar¨ªa de ese periodo?
Los muebles. Me encantan los sillones bajos, las sillas¡ Aunque la tendencia que m¨¢s me seduce es el art d¨¦co de los a?os 30.
?Cu¨¢les son sus dise?adores favoritos?
Adoro Oscar de la Renta, Marc Jacobs y Rag & Bone.
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