Falete rompe moldes (tambi¨¦n en su armario)
Sin censura es como siempre se ha mostrado y como ha decidido titular su ¨²ltimo disco, a la venta desde el 18 de septiembre. Este artista, que ha roto moldes sobre el escenario, reivindica su particular forma de ser, sentir y vestir.
A Falete es complicado clasificarlo dentro de un g¨¦nero y no hay que caer en encasillarlo con alg¨²n adjetivo que, posiblemente, le quede peque?o. Como ¨¦l dice: ?Falete es Falete?. Naci¨® entre artistas, es hijo de uno de los Cantores de H¨ªspalis, y entre ellos se ha movido toda su vida. Su casa sevillana, repleta de amigos, ahora parece un camerino. Nos recibe en pareo, descalzo, ?porque me gusta estar en contacto con la tierra? y removiendo con una cuchara una olla al fuego. ?No concibo poner un puchero para dos, siempre hay como m¨ªnimo seis personas pululando por mi hogar?, afirma. ?Nunca me he inspirado en nada ni en nadie para ser como soy. No soy un producto que alguien ha creado ni tampoco soy marketing. Yo me pongo lo que me gusta, respeto a todo el mundo que hace lo que le da la gana y quiero que conmigo se haga lo mismo?. Le gusta vestir con ropa ancha; ?con t¨²nicas con las que voy fenomenal a cualquier sitio?, cuenta. Se siente una persona afortunada. ?Siempre he sido libre para vestirme como he querido y me he sentido alentado desde peque?o por mi familia. Nunca me han dicho lo que ten¨ªa que ponerme y en la adolescencia, cuando empec¨¦ a crear mi propio estilo, tuve su apoyo tanto en lo art¨ªstico como en lo personal?, dice.
En su casa no cabe un alfiler, su gusto por las antig¨¹edades se hace evidente al contemplar cualquier rinc¨®n. ?Desde peque?ito he tenido mucho inter¨¦s por el arte, la imaginer¨ªa sevillana, los escultores¡ As¨ª que cuando empec¨¦ a ganar dinero tambi¨¦n comenc¨¦ a decidir de qu¨¦ me quer¨ªa rodear, qu¨¦ quer¨ªa ver cuando estuviera tumbado en mi sof¨¢, con qu¨¦ quer¨ªa comer y con qu¨¦ quer¨ªa dormir. Empec¨¦ a ir a anticuarios y no he parado. Me he arrepentido de comprar algunas cosas. Lo hice pensando que eran una inversi¨®n y despu¨¦s no las he podido vender como yo cre¨ªa?.
No se considera ajeno a la moda. ?Me interesan los colores y estampados que se van a llevar para hacerme luego mis dise?os, no para comprarme la prenda y llevarla como todo el mundo. Nunca me pondr¨ªa un traje de chaqueta, tampoco una corbata o una bata de cola. Cada persona tiene su sello y todo lo que yo me pongo no es de hombre ni de mujer, es de Falete. No creo en los g¨¦neros, creo en la verdad?, dice mientras apaga un cigarro y enciende otro. ?Yo defiendo mi vestuario como nadie. Repito mucho modelo de una actuaci¨®n a otra. A veces me pongo un traje siete veces, lo dejo aparcado en el vestidor y a los dos a?os lo vuelvo a sacar y le doy un cambio?, cuenta. Falete dise?a su propio vestuario, invierte mucho en los tejidos y siempre que va de viaje regresa cargado de telas, sobre todo de Marruecos o Turqu¨ªa. ?Suelo tener varios cortes de tela guardados para hacerme algo?, cuenta. Luego, sus dos modistas de toda la vida, Chelo y M¨®nica, le confeccionan lo que ¨¦l tiene en la cabeza. ?Se han acercado a m¨ª muchos dise?adores para vestirme y yo, aunque soy muy flexible, solo les pongo un requisito: sentirme c¨®modo. No puedo llevar algo ficticio que solo adorne; ha de ser un complemento que diga algo de m¨ª. As¨ª tengo modelos de Victorio & Lucchino e incluso he desfilado para Konrad Muhr?.
?La sorpresa? No es mit¨®mano. ?Nunca he invertido en comprarme nada de ning¨²n artista, pero s¨ª tengo un mant¨®n de Estrellita Castro y dos trajes de Lola Flores que me regal¨® Juan El Golosina?. Una de sus prendas emblem¨¢ticas ¨Catesora decenas¨C es el mant¨®n. ?Siempre me han sacado de apuros. Cuando en mitad de un espect¨¢culo se me ha roto alg¨²n traje por la espalda, me he puesto un mant¨®n para disimular y nadie se ha dado cuenta. Son de lo m¨¢s socorrido?, explica. Respecto a los colores, se atreve con todos menos con el beis. ?Me gusta muy poco, me da tono de ingreso en el hospital y procuro no pon¨¦rmelo?.
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En las paredes de su casa cuelgan tesoros enmarcados, como abanicos de plumas que pertenecieron a condesas sevillanas u otros de marfil adquiridos en anticuarios.
Bel¨¦n Imaz
?Todas las peinetas que tengo me las han regalado. Suelo llevar unas seis y en el ¨²ltimo momento, antes de salir al escenario, decido cu¨¢l ponerme?.
Bel¨¦n Imaz
Su armario est¨¢ repleto de vestidos de todos los colores, pero impera el azul.
Bel¨¦n Imaz
Pasi¨®n por los abanicos. Guarda decenas de ellos que utiliza por la calle y en el escenario. Los tiene cl¨¢sicos, modernos, pintados a mano, bordados, etc.
Bel¨¦n Imaz
?Estos botines me los dise?¨¦ yo. Decid¨ª con el zapatero c¨®mo deb¨ªa ser su forma, y despu¨¦s los forr¨® con un tejido que emulaba ser de ¨¦poca y que yo ten¨ªa guardado para la ocasi¨®n. El sombrero es de Jos¨¦ Ram¨®n Serna?.
Bel¨¦n Imaz
?Lo que yo llevo no es ni de hombre ni de mujer; es de Falete. Nunca me pondr¨ªa un traje de chaqueta?
Bel¨¦n Imaz
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