Geena Davis: de la gloria al olvido en siete a?os
La Academia de Cine ha anunciado la concesi¨®n de un ?scar honor¨ªfico a Geena Davis, la mujer que lo pudo tener todo, profesional y personalmente¡ y todo lo perdi¨®.
En 1988 gan¨® un ?scar. En 1992, era a la vez, un icono feminista y la novia de Am¨¦rica. En 1995, su carrera estaba pr¨¢cticamente acabada. Pocos estrellatos han sido tan fugaces como el de Geena Davis, la actriz destinada a dominar la d¨¦cada de los 90 a la que una serie de malas decisiones y el amor enviaron al olvido.
Con sus 183 cent¨ªmetros de altura, la carrera de Geena Davis parec¨ªa estar en las pasarelas. Pero algo vio en ella Sidney Pollack, que le dio su primer papel en Tootsie. Con el maestro ya empez¨® a perfilar el que ser¨ªa su rol m¨¢s destacado: la joven dicharachera y pel¨ªn patosa, ingenua y de buen coraz¨®n. El rodaje en Yugoslavia de la comedia Transilvania 6-5000 le cambi¨® la vida: all¨ª conoci¨® al que ser¨ªa su marido, Jeff Goldblum. Junto a ¨¦l rod¨® el remake de La mosca y juntos se convirtieron en una de las parejas m¨¢s cool y progre de Nueva York.
Por aquel entonces, los medios los adoraban y su prestigio crec¨ªa y crec¨ªa, ya fuera a las ¨®rdenes de Tim Burton en Bitelch¨²s o de Lawrence Kasdan en El turista accidental. Fue esta ¨²ltima pel¨ªcula la que convenci¨® al gremio de que estaban ante una gran actriz y no la en¨¦sima ex modelo con ganas de probar en el cine. Por su trabajo en esta cinta obtuvo el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto en 1988.
Si El turista accidental le dio el prestigio, el estrellato se lo dar¨ªa Thelma y Louise en 1991. Geena era Thelma y la envidia del planeta, especialmente tras esa noche de pasi¨®n con un vaquero que respond¨ªa al nombre de J.D. y que estaba interpretado por Brad Pitt. La road movie se convertir¨ªa en un icono feminista, y la imagen de ambas amigas entrelazando sus manos en la ¨²ltima escena es, todav¨ªa hoy, una de las reconocibles de la historia del cine. ¡°Las espectadoras me paraban por la calle para contarme c¨®mo les hab¨ªa impactado [¡] Me cambi¨® la vida radicalmente¡±, declar¨® a The Guardian. Estirando su aura de hero¨ªna feminista, en 1992 estren¨® Ellas dan el golpe, en la que compart¨ªa cartel con Madonna, en su en¨¦simo y fracasado intento de tener una carrera en Hollywood.
A partir de ah¨ª, la vida personal y profesional de Davis cay¨® en picado. Su vida sentimental se convirti¨® en la comidilla del Four Seasons. Goldblum y Davis, los nuevos Tim Robbins y Susan Sarandon, se divorciaron. Aparentemente, todo entraba dentro de lo normal. Lo que ya no era tan normal fueron los motivos: Goldblum se enamor¨® de su compa?era de reparto en Parque Jur¨¢sico, Laura Dern, que a su vez era la pareja del director finland¨¦s Renny Harlin con el que Geena Davis no tardar¨ªa en iniciar una relaci¨®n. Hollywood est¨¢ acostumbrado a las rupturas constantes de pareja, pero no al intercambio de las mismas. Eso ya es otro cantar. En 1993, se convirtieron en un matrimonio de altura: 183 cent¨ªmetros ella y ¨¦l rozando los dos metros. Tuvieron la feliz idea de llevar su colaboraci¨®n en de la secci¨®n de tallas grandes de los grandes almacenes a la gran pantalla. Su primer proyecto, titulado Sin palabras, una comedia rom¨¢ntica y trasfondo pol¨ªtico con Geena Davis y Michael Keaton fue razonablemente bien. Eso les anim¨® a iniciar un segundo, esta vez con Renny Harlin no solo como productor, sino tambi¨¦n como director: se titul¨® La isla de las cabezas cortadas, y se propon¨ªa nada m¨¢s y nada menos que refundar el cl¨¢sico cine de piratas.
Con un presupuesto de 100 millones, la ambiciosa pareja tambi¨¦n pretend¨ªa redefinir el cine de acci¨®n de los a?os 90, con un intercambio de roles que, en principio, sonaba bien: Geena Davis, el icono feminista, se transformar¨ªa en una hero¨ªna de acci¨®n, capaz de repartir mamporros y espadazos con el mismo virtuosismo que un Errol Flynn. Ella ser¨ªa la estrella del filme y, a su lado, un compa?ero de reparto le har¨ªa las veces de asistente. El problema es que no hab¨ªa manera de encontrar a ese compa?ero. La productora fich¨® a Michael Douglas, pero el hijo de Kirk sali¨® por piernas cuando comprendi¨® que Harlin modificaba el guion al antojo de su mujer. El papel se le ofreci¨® entonces a todo aquel que tuviera una mansi¨®n en Malib¨²: Keanu Reeves, Tom Cruise, Jeff Bridges, Michael Keaton, Charlie Sheen, Daniel Day Lewis, Liam Neeson¡ La respuesta de los agentes era invariablemente la misma: sus representados eran grandes estrellas y no estaban dispuestos a estar a la sombra de una mujer en una pel¨ªcula de acci¨®n.
Al final eligieron a un poco conocido Matthew Modine, al que le ti?eron con unas mechas californianas para que tuviera una apariencia de querub¨ªn que potenciara el car¨¢cter en¨¦rgico del personaje de Geena, un torbellino de rizos negros. Luego, como en todos los rodajes, pasaron mil y una cosas de esas que solo salen a la luz cuando todo va mal. El veterano actor Oliver Reed, famoso por liarla en cualquier lugar y situaci¨®n, fue despedido por bajarse los pantalones, ebrio perdido, delante de Geena Davis. Harlin solo ten¨ªa ojos para Geena. Matthew Modine afirm¨® que: ¡°Es la ¨²nica vez en mi vida en la que he actuado en una pel¨ªcula en la que el director nunca me ha dirigido la palabra¡±. Con un car¨¢cter de lo m¨¢s narcisista, el realizador finland¨¦s hizo destruir los dos barcos en los que transcurr¨ªa la acci¨®n y volverlos a construir. Un accidente laboral provoc¨® la huelga del equipo t¨¦cnico, su despido y su sustituci¨®n por uno nuevo. Harlin y Davis, completamente fuera de este mundo, contribuyeron al despilfarro encargando camiones cisterna de su bebida favorita, el zumo de tomate y verduras V8, de la marca Campbell. No sirvi¨® de mucho: el matrimonio sufri¨® de un severo virus estomacal, como la mitad del equipo.
La isla de las cabezas cortadas acab¨® por guillotinar a la productora del filme, Carolco, pero tambi¨¦n la carrera de Davis y Harlin. Aunque no sea tan popular como el Waterworld de Kevin Costner, o la Cleopatra de Elizabeth Taylor, son muchos los que todav¨ªa hoy la consideran el mayor desastre de la historia de Hollywood: 147 millones de d¨®lares de p¨¦rdidos. En comparaci¨®n, Waterworld hab¨ªa perdido 80. Durante mucho tiempo, en los bares de Sunset Boulevard se hizo el chiste de que el ¨²nico que gan¨® algo con aquel proyecto fue el mono que acompa?aba a Geena durante el filme: la actriz le cogi¨® tanto cari?o que decidi¨® adoptarlo y llev¨¢rselo a su casa. Y con el animal en casa, Geena se convirti¨® en sin¨®nimo de fracaso para la industria del cine.
Pero lo peor, sin embargo, estaba por llegar. A fin de cuentas, Davis ya no ten¨ªa la fama, ni el amor de Hollywood, pero conservaba el de su marido ¡ O esa cre¨ªa. Un d¨ªa de esos en los que el rodaje acab¨® antes de tiempo, sorprendi¨® a su c¨®nyuge y sus dos metros entregados a la asistente personal de Geena, Tiffany Browne. No era el primer encuentro entre ambos. A las pocas semanas se descubri¨® que Tiffany estaba esperando un hijo de Renny.
Genna Davis nunca se recuper¨® ni del golpe profesional ni del emocional. Lo intent¨® con la televisi¨®n, interpretando a la presidenta de EEUU en la serie Sra Presidenta, por la que obtuvo un Globo de Oro, y se refugi¨® en producciones modestas y en un cuarto matrimonio que tambi¨¦n acab¨® como el rosario de la aurora. Mucho m¨¢s ¨¦xito ha tenido en su labor filantr¨®pica, al frente de la asociaci¨®n Geena Davis Institute On Gender In Media, destinado a estudiar la presencia de la mujer en el mundo del espect¨¢culo: ¡°Estoy completamente obsesionado con los n¨²meros y los datos. Ahora soy una cient¨ªfica¡±, declar¨® a The Guardian.
Esta semana, la Academia de cine le ha reconocido su labor ¡°cient¨ªfica¡± otorg¨¢ndole un ?scar por su labor en pos de la reducci¨®n de la brecha de g¨¦nero. Un gran galard¨®n, sin duda, pero que, para cualquiera que conociera su apogeo a principios de los 90, antes de que Renny y un barco pirata se entrometieran en su vida, suena a poco bot¨ªn.
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