Gia Coppola: otra moderna en la saga
De casta le viene a la niet¨ªsima, quien se ha rodeado de hijos de hollywoodienses para filmar Palo Alto, una trama adolescente que se present¨® en el festival de Tribeca.
Su nariz no enga?a: Gia es una Coppola, esa familia que es la aristocracia de Hollywood como los Jackson lo fueron, hasta que muri¨® Michael, del pop. Ser¨¢n los genes, ser¨¢ el microclima del Valle de Napa donde tienen sus vi?edos, pero ese ap¨¦ndice nasal, tan prominente como extra?amente atractivo, deber¨ªa ser patentado por el clan. Y se ha traspasado de generaci¨®n en generaci¨®n hasta llegar a Gia: nieta del m¨ªtico Francis Ford y de su mujer, la tambi¨¦n directora Eleanor; sobrina, c¨®mo no, de los realizadores Roman y Sofia; y prima, en fin, de los actores Nicolas Cage y Jason Schwartzman. La saga la acogi¨® incluso antes de nacer, tras el tr¨¢gico fallecimiento de su padre, el primog¨¦nito Gian-Carlo, en un accidente n¨¢utico, cuando su madre Jacqueline estaba embarazada de dos meses. Una tragedia cuya memoria ¨Clo he visto con estos ojos¨C, todav¨ªa humedece la vista de Francis Ford.
En fin, que el ¨¢rbol (geneal¨®gico) no nos impida ver el bosque: Gia creci¨® feliz con sus abuelos, aunque ?no me dejaban ver pel¨ªculas de d¨ªa, solo nos permit¨ªan ver una de noche. Y que no fuera violenta?, una regla que, pr¨¢cticamente, anulaba toda la filmograf¨ªa del abuelo, y aunque no lo hiciera: ?Nadie en casa quer¨ªa ver sus filmes, porque ya los hab¨ªan visto un mill¨®n de veces?. As¨ª que no es de extra?ar que, por entonces, nuestra Gia so?ara ?con ser bailarina, pero no soy muy coordinada?. Hasta que ocurri¨® lo que ten¨ªa que ocurrir, porque uno no puede luchar contra su destino¡ ni contra el de su familia: de la misma manera que, por m¨¢s que se enga?ara a s¨ª mismo, Michael Corleone acababa siendo un mafioso en El padrino, Gia termin¨® ejerciendo de cineasta. Sin pasar por la escuela, eso s¨ª: ?El abuelo siempre me dijo que lo que ten¨ªa que hacer era ver un mont¨®n de pel¨ªculas. ?l no fue a una escuela de cine, sino a una de teatro?. Cualquiera desobedec¨ªa a semejante consigliere¡
Un Palo¡ Alto. La financiaci¨®n de sus sue?os le lleg¨®, sorprendentemente, por la v¨ªa materna. En el a?o 2000, mam¨¢ Jacqui decidi¨® rehacer su vida. Y lo hizo por todo lo alto, contrayendo matrimonio con el heredero de una de las familias m¨¢s acaudaladas y c¨¦lebres de EE?UU: Gordon Getty. Cuando se divorci¨® en 2010, con tremendo esc¨¢ndalo en esos tabloides en los que no cab¨ªa el n¨²mero de ceros del acuerdo, Jacqui Getty ya era una de las anfitrionas m¨¢s solicitadas del pa¨ªs: una reina del sarao cuyos tent¨¢culos abarcaban a la beautiful people de ambos lados de la costa.
La mezcla de los apellidos Coppola y Getty era una combinaci¨®n de glamour irresistible. Como era de esperar, los dise?adores se pegaban por vestirla, y poco tardaron en solicitar los servicios de Gia como carta de presentaci¨®n audiovisual: Zac Posen, Opening Ceremony, Built by Wendy, United Arrow¡ ?Para m¨ª, los fashion films son la aplicaci¨®n y extensi¨®n de mis estudios de fotograf¨ªa. Me sirvieron de aprendizaje?. Si tienen tiempo y conexi¨®n a Internet, los m¨¢s destacables y curiosos son What¡¯s Up, para Wren, y Writer¡¯s Block, para DVF.
Hace dos a?os, sin embargo, en uno de los habituales c¨®cteles de Jacqui, mam¨¢ apareci¨® del brazo de James Franco. Gia y James hablaron de sus cosas, intercambiaron sus n¨²meros de tel¨¦fono y, dos meses despu¨¦s, ya trabajaban en la adaptaci¨®n de la primera novela del ¨¹ber artista James, Palo Alto. ?Me encant¨® la historia porque se parec¨ªa mucho a mis recuerdos de adolescencia y los di¨¢logos eran muy divertidos. James sabe c¨®mo escribir sobre mujeres. Retrata realmente bien lo que significa ser una adolescente. Nunca hab¨ªa le¨ªdo algo as¨ª?.
En su panor¨¢mica de la edad del pavo hay sexo, marihuana y aburrimiento. Tambi¨¦n hay una ?buena chica problem¨¢tica? (Emma Roberts), un ?inocent¨®n con m¨¢s valor del que cree? (Jack Kilmer) y un ?payasete tr¨¢gico? (Nat Wolff). Y s¨ª, si los apellidos les suenan, est¨¢n en lo cierto: para su debut, Gia se ha rodeado de la nueva generaci¨®n de hijos de hollywoodienses¡ El resultado ha sido comparado con Las v¨ªrgenes suicidas, Somewhere o The Bling Ring¡ todas ellas filmadas por su t¨ªa Sofia. ?Pereza cr¨ªtica o base real? ?Tenemos la misma sangre, para m¨ª es como una hermana mayor y la admiro como artista, as¨ª que es posible que algo de eso se haya reflejado de manera inconsciente?.
Mucho m¨¢s premeditada es la corriente que intenta convertir a Gia en la nueva Sofia, ahora que esta ¨²ltima ha entrado en la m¨¢s que respetable y estupenda d¨¦cada de los a?os 40. As¨ª lo cree, por ejemplo, Pamela Skaist, de Juicy Couture, quien la considera su musa: ?Cuando pienso en la moda de Los ?ngeles y sus it girls, siempre se me viene su imagen a la cabeza. Es como la versi¨®n moderna y punk-rock de Audrey Hepburn?. Una comparaci¨®n con un par de narices que, a buen seguro, har¨¢ re¨ªr al abuelo.
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