In¨¦s Sastre es un misterio. Rossy de Palma lo desvela

Hemos podido tomarnos un t¨¦ y charlar en persona, cerca de Trocadero, al lado de mi querida Tour Eiffel. En ese barrio ilustre, le 16¨¨me arrondissement, donde un tiempo vivi¨® la divina Maria Callas y donde una vez, In¨¦s, la flamante imagen de Lanc?me, y yo, fuimos vecinas, aunque nunca nos encontr¨¢ramos ni coincidi¨¦ramos en la boulangerie. Eso s¨ª: hemos compartido el escaso humor y los malos modales que algunos burguesitos chic parisinos se gastan por esos lares¡­

La distancia (ella, en Par¨ªs; yo, en Madrid) nos obliga a hacer esta entrevista v¨ªa telef¨®nica. Yo hubiera preferido realizarla mediante Skype, pero In¨¦s todav¨ªa no ha dejado entrar las tecnolog¨ªas en su vida.? ¨C??Bien que hace!?, me digo aunque yo est¨¦ enganchada¡­¨C. As¨ª que tecleo fren¨¦ticamente en mi ordenador con una mano, mientras sostengo el m¨®vil con la otra. Las dos charlamos con premura, yo pregunto y ella responde, sabiendo que no podemos eternizarnos: ambas tenemos v¨¢stagos que comienzan a reclamarnos la cena. Y lo primero es lo primero.

?Qu¨¦ tal lleva su vida de mam¨¢?

La verdad es que estoy encantad¨ªsima.

?Comprende m¨¢s a su madre ahora o tiende a actuar diferente a ella?

Yo voy a mi ritmo. El hecho de vivir en el extranjero, lejos de la familia, hace que no vivas en un entorno que te protege, pero tampoco te condiciona¡­

?Su hijo le ha centrado o ya iba por el ?buen camino??

?Yo ya estaba centrada! (R¨ªe). Pero es verdad que al principio lo viv¨ª como una especie de salto al vac¨ªo. Sent¨ªa una cierta aprensi¨®n, pero una vez atravesados los primeros momentos, viv¨ª y vivo la maternidad de una manera instintiva y la disfruto mucho.

Aunque sea sin el pap¨¢ (de su hijo) al lado¡­

S¨ª. Yo hab¨ªa mitificado mucho ese ideal, pero tengo muchas amigas que viven en esa estructura familiar y me recuerdan constantemente que no siempre es sin¨®nimo de perfecci¨®n. Vivir sola con un ni?o tiene sus ventajas y desventajas: nadie te acompa?a en el d¨ªa a d¨ªa pero tampoco hay quien te contradiga.

Entonces, ?qu¨¦ lugar ocupan los hombres en su vida, ha aprendido a vivir sin ellos?

La verdad es que no sabr¨ªa qu¨¦ responderte¡­ El hecho de que una mujer no tenga pareja no significa necesariamente que tenga una mala relaci¨®n con el g¨¦nero masculino. Yo soy mucho m¨¢s sentimental de lo que parece, pero para querer convivir con un hombre hay que creer que eso va a suceder¡­

Por qu¨¦ tengo la sensaci¨®n de que siempre ha estado envuelta en un halo de misterio, que no se sabe mucho sobre usted, a pesar de haber hecho cientos de entrevistas¡­

S¨ª, es verdad, soy un poco como la ni?a de El Dorado ¨Cse refiere a Elvira, la hija de Lope de Aguirre, que interpret¨® en la pel¨ªcula de Carlos Saura en 1987¨C, amurallada. No es f¨¢cil conocerme, es como si tuviera varias capas superpuestas.

Pues yo voy a intentar quitarle algunas, si me deja¡­ Me gustar¨ªa saber m¨¢s de la In¨¦s persona y no tanto del personaje¡­ ?Qu¨¦ cosas le hacen verdadera ilusi¨®n?

El ministro de Cultura franc¨¦s, Frederic Mitterrand, me nombr¨® Chevalier de l¡¯ordre des Arts et des Lettres en abril. Y eso me ha hecho especial ilusi¨®n. (Esta es una de las principales distinciones honor¨ªficas que existen en Francia y que reconoce la aportaci¨®n en la cultura y el arte de la modelo y actriz. Es la tercera espa?ola ¨Cjunto a Joaqu¨ªn Rodrigo y Luz Casal¨C que recibe este t¨ªtulo. Tambi¨¦n lo ostentan George Clooney, Marc Jacobs y Julie Andrews, entre otros).

?Y qu¨¦ le hace llorar?

Empatizo con todo lo relativo a los ni?os¡­ Acabo de ver la pel¨ªcula Polisse, de la realizadora francesa Maiween, que est¨¢ maravillosamente filmada. Es lo ¨²ltimo que me ha hecho llorar. Habitualmente colaboro con dos asociaciones infantiles: AROP, de la ?pera de Par¨ªs, que da apoyo y formaci¨®n pedag¨®gica a los ni?os desfavorecidos que no tienen acceso la cultura, y PremUp, una fundaci¨®n de cooperaci¨®n cient¨ªfica con los beb¨¦s prematuros.

Es imagen de una reconocida marca de belleza, Lanc?me. ?Teme envejecer?

Bueno, envejecer es una no decisi¨®n (r¨ªe)¡­ y adem¨¢s es mejor hacerlo que no, porque eso significar¨ªa que ya no est¨¢s. Por lo tanto, hay que entregarse a la evidencia, a la vida, y aprender a madurar de la manera m¨¢s arm¨®nica posible.?

?Se lleva bien con las redes sociales?

Nada. No me encontrar¨¢s, no existo en ellas. Ni Twitter ni Facebook. Nada de nada de nada.

?No consulta ni un blog?

Pues no.? Mira, a m¨ª me gusta la calle, la gente. Yo vivo
en un mundo real, no virtual.

?Ni una comprita por Internet?

No.

Pero alguien como usted, que siempre va impecablemente vestida, ir¨¢ de compras¡­ ?Invierte mucho en ropa?

Poco, la verdad. Te sorprender¨¢, pero no me gusta ir de compras. Me aburro y solo voy cuando es obligatorio o tengo un acto en el que he de vestir de una forma concreta. Solo me apetece ir de shopping cuando viajo. Por ejemplo, ahora estoy pensando en hacer las compras de Navidad en Londres. Suelo perderme por el barrio de Chelsea.

Este n¨²mero que protagoniza est¨¢ dedicado a los complementos. ?Qu¨¦ importancia les da?

No soy muy fetichista, prefiero los accesorios esenciales y pr¨¢cticos. Aunque a todas nos puede dar un ataque de coqueter¨ªa y comprar una pochette¡­ Suelo cambiar de bolso casi cada d¨ªa: los prefiero de tama?o medio para no tender a cargarlos con cosas innecesarias.

Todo el mundo tiene en su armario alguna prenda de la que no pretende deshacerse jam¨¢s. ?Cu¨¢l es la suya?

Tengo varios vestidos relacionados con momentos emotivos de mi vida. Por ejemplo, uno de terciopelo, que compr¨¦ en la tienda Mi Querida Se?orita de Madrid, que utilic¨¦ al bajar por primera vez las escaleras de Cannes, o un Valentino dorado con forma de sirena que me puse la vez que cant¨¦ con Pavarotti. No s¨¦ muy bien qu¨¦ hacer con ellos en un futuro. Estoy d¨¢ndole vueltas. Hab¨ªa pensado incluso cederlos al Museo del Traje¡­

Quiz¨¢ llegue a tener una hija a quien dej¨¢rselos en herencia¡­

Ya veremos¡­ Todav¨ªa soy muy joven (r¨ªe). De momento la ¨²nica heredera femenina es mi hermana. Y tambi¨¦n me gustar¨ªa que se los quedara mi hijo, claro¡­

?Tiene alg¨²n icono de estilo?

Ninguno concreto. En general siento una atracci¨®n muy fuerte por los a?os 50, una ¨¦poca muy elegante y favorecedora para las mujeres.

Usted que tiene tantos v¨ªnculos con la moda, ?no le gustar¨ªa dise?ar una colecci¨®n para una marca?

S¨ª, la verdad que algo relacionado con el golf me gustar¨ªa.
No s¨¦ mucho de golf, pero ?en qu¨¦ nivel est¨¢? Handicap 15/18.

?Y eso es bueno o malo?

(R¨ªe). Est¨¢ bien, estoy jugando bastante.

Uno de los lugares donde juega es Sotogrande. Ah¨ª pasa todos los veranos. ?Qu¨¦ tiene ese lugar que tanto le atrae?

?Me lo paso genial! Mis amigas andaluzas me hacen re¨ªr much¨ªsimo y a Diego le encanta. Cada d¨ªa me alegro m¨¢s de haber tenido la intuici¨®n de comprar una casa all¨ª. Para el golf es un lugar estupendo: me gusta mucho jugar.?

?Por qu¨¦?

Requiere mucha concentraci¨®n, aprendes mucho de ti mismo y te relaja.

?Qu¨¦ otras cosas le divierten?

?Uy, muchas! Yo soy muy disfrutona. Por ejemplo, me encanta cocinar, especialmente aqu¨ª, en Par¨ªs, pues el clima no acompa?a, por lo que se potencia m¨¢s la vida de puertas para adentro¡­ Me gusta mucho organizar cenas para mis amigos.

La veo muy integrada en Par¨ªs. ?Esa ciudad le permite ser m¨¢s usted que Espa?a?

Yo soy yo, est¨¦ donde est¨¦. Llevo ya m¨¢s de 20 a?os aqu¨ª. Es una ciudad pr¨¢ctica, civilizada, grande pero no inhumana, y muy femenina.

?Echa algo de menos de nuestra tierra?

S¨ª, echo de menos algo inexpresable: el car¨¢cter, el ambiente¡­ no s¨¦, es una sensaci¨®n que no se puede describir. Una energ¨ªa.?

Hay algo que me provoca especial envidia de su curr¨ªculo. Trabaj¨® a las ¨®rdenes de Michelangelo Antonioni en M¨¢s all¨¢ de las nubes. ?Qu¨¦ maravilla, no?

Hace unos d¨ªas tuve una audici¨®n en Par¨ªs y estaba asustada¡­ Me record¨® la entrevista que tuve con Antonioni en Roma. En aquel tiempo me hab¨ªa distanciado del cine porque estaba estudiando. Me vest¨ª con algo sencillo, un blazer y una camisa blanca, y me fui a comer con ¨¦l. Pasamos tres horas hablando, disfrut¨¦ mucho de su compa?¨ªa¡­ tanto que hasta le reconoc¨ª ?que no hab¨ªa visto ninguna de sus pel¨ªculas! Me pas¨¦ todo el viaje de vuelta llorando de emoci¨®n. Fue una bonita experiencia poder volver al cine de su mano.

Y ahora, que lleva varios a?os apartada de ese mundo, ?con qui¨¦n le gustar¨ªa volver, qui¨¦n le gustar¨ªa que la dirigiera?

Ang Lee.

Alan Gelati

Alan Gelati

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